Partida Rol por web

Alia apretaba los dientes con tanta fuerza que empezaba a dolerle la mandíbula inferior. Aquél maldito monstruo había sin duda acabado con la vida de su Maestro, y ahora pretendía arrastrarla a ella al Lado Oscuro. ¡Todo porque la consideraba la más débil del grupo! Sin ser consciente de ello, dio un paso hacia delante y adoptó una posición de guardia. El djem-so que el Maestro Bashram le había enseñado se le iba a atragantar a ese miserable y a su mocoso aprendiz.

Algo en su interior le susurraba que se contuviese, que seguirles el juego a los Sith era caer derrotado antes de que comenzara la lucha... pero sabía que no podría hacerlo por mucho más tiempo.

Darth Maleng asistió sorprendido a la respuesta de Mowar y al avance furioso de Alia, y se echó hacia atrás con una carcajada estentórea. Casi se relamió de gusto cuando vio que la pequeña Kin' sucumbía al terror que pronto la arrastraría al Lado Oscuro. Aquél prometía ser un gran día...

- Vaya, vaya -dijo cuando logró dominarse-. Eso es muy valiente, joven gungan. Pero me gustaría saber exactamente cómo pensáis defenderlas. Por mucho que seáis seis... bueno, tal vez cinco, tal vez siete, ¿quién sabe? -aquél comentario sin duda pretendía minar su confianza en sus compañeras Alia y Kin', que eran sus blancos principales-. Por muchos que seáis, os enfrentáis a un Lord Sith. Es más, creo que mi joven aprendiz podría sólo con vosotros. ¿Queréis que lo comprobemos?

Se sonrió con sorna mientras hacía un gesto a Darth Piras, que se adelantó con una expresión malévola y su sable rojo refulgiendo en la mano enguantada.

El aprendiz Sith sonreía cruelmente cuando se colocó entre los padawan y sus Maestros. Alzó el sable y lo colocó frente a su rostro a modo de saludo, para luego bajarlo con rapidez hacia una postura de guardia ofensiva. Todos ellos podían notar el torrente del Lado Oscuro que empezaba a recorrerle de arriba a abajo, y sintieron escalofríos. Era mas poderoso de lo que habían pensado.

- Vamos -siseó-. Hacedme disfrutar un ratito... ¿o queréis que vaya a buscaros?

Doy unos pasos adelante, sin dejar de mirar a el aprendiz del sith, después de todo, si vuelvo al templo de que serviría, mi maestro esta muerto, ya nadie continuaría mi entrenamiento, solo queda, la venganza, al diablo con que me expulsen después del templo, ya encontraría algo que hacer con mi vida... si es que triunfo. 

-Dime... basura - Digo despectivamente - ¿Tus poderes en el lado oscuro... te ayudaran a hablar sin cabeza? 

Extiendo la mano, invitándole a que ataque, luego la vuelvo a posicionar en mi sable láser. Luego hablo en dirección a mis compañeros. 

-No los obligare a luchar, si quieren huyan y yo detendré a los sith por el tiempo que pueda, ahora, mis amigos, es su decisión, luchar o huir. 

Alia...no te dejes llevar- murmuró Mowar apretando la mandibula al sentir a la twi'lek agarrarse a ella- saca a Kin de aquí y protegela...

Cuidadosamente separó a Kin de ella e insistió mirando a la mandalore

Protegela...

Theen vio una leve oportunidad de éxito y la tomó, no podía dejarla pasar. -Lo que dices es imposible- Exclamó el pequeño Anx al Lord Sith irguiéndose en alto. -El que tengas un dudable poder no te hace un buen maestro, esos que tienes allí son grandes maestros, tu solo eres un hablador y embustero. Tu alumno no podría contra nosotros de ningún modo, es demasiado débil, casi puedo oler como se orina en sus pantoloncitos negros del miedo.- Theen esperaba que sus palabras dieran resultado, si las cartas se jugaban de eso modo pronto se habrían desecho de amenaza, y aunque era un menor, era ya un decoroso resultado.
-Pero claro, los Siths viven de sus falsas palabras, entiendo que solo intentabas vanagloriarte y que en realidad eres tan mal maestro que tu alumno preferiría ir hacer pipí ahora en vez de luchar contra todos nosotros juntos.-

Justo cuando Alia terminó de hablar a sus compañeros, notó algo en su interior. No sabía de dónde procedía, pero al haberse concentrado con furia en la Fuerza, pudo sentir algo más aparte del poder que fluía por sus venas. Algo intentaba abrirse paso hasta su mente, y cuando lo logró, descubrió que era una voz. Una voz muy leve.

- Sigue adelante -decía la voz-. No temas el miedo... El miedo te dará poder. Sigue adelante y nadie podrá detenerte. Venga a tu Maestro...

Alia se esforzó por concentrarse y cerrar su mente a aquella voz, pero fue inútil.

- Vamos, déjate llevar. Acaba con ellos... Deja que te dé poder...

No era una voz humana, si no más bien algo como... una manifestación de la Fuerza. El propio Lado Oscuro le ofrecía su frío abrazo y a cambio le daría poder sin límites. Pero Alia sabía bien lo que ocurriría si lo aceptaba...

A Mowar le costó más de lo esperado separarse de Kin', pero cuando vio que Alia se encaraba a los Sith, dispuesta a enfrentarse a ellos, algo ocurrió. Con sus sentidos de la Fuerza pudo detectar cómo el Lado Oscuro se introducía en su compañera, empapándola poco a poco como la tinta empapa y ennegrece una esponja. Aterrada, pudo oír una voz levísima que no supo identificar.

- Ya es mía -decía la voz-. Ahora ella me pertenece...

No era una voz humana, ni de ningún ser vivo. Ni siquiera estaba segura de haber oído una voz. Era como si la Fuerza se hubiera hecho material y la hubiese hablado directamente, algo que nunca hasta entonces había sentido. Pero era fría como el hielo y aterradora como la oscuridad. Aquello no iba bien...

Arion no tuvo tiempo de decir ni mú, antes de que una sensación de frío le recorriera por dentro. Se estaba quedando sin palabras ante lo que presenciaba y la constatación de que Alia pensaba realmente enfrentarse a esos tipos, cuando sintió aquél escalofrío y pudo oír claramente una voz etérea y cruel que le hablaba a lo más profundo de la mente. No era la voz de un ser humano, ni de ningún ser vivo. Era una manifestación del propio Lado Oscuro, pues nunca habían estado tan cerca de él como lo estaban ahora.

- Ya la tengo -siseaba la voz con regocijo-. Ella es mía... Y tú, jovencito... ¿qué puedes hacer? Déjate llevar y acaba con ellos, o será demasiado tarde... Deja que te dé poder...

Nop apenas daba crédito a lo que oía. ¡Alia pensaba realmente enfrentarse sola a esos tipos! Era una locura, pero antes de que pudiera decir o hacer nada, una sensación de frío le invadió... y una voz cruel y extraña penetró en su mente. No había oído nunca antes nada así, pero inmediatamente estuvo seguro de que no pertenecía a ningún ser vivo. Era la manifestación del Lado Oscuro que les rodeaba, y que ahora estaba tan cerca que casi era tangible.

- Ya es mía, ya la tengo -oyó que decía-. Y tú no puedes hacer nada para impedirlo, pequeño... A menos que dejes que te dé poder... No temas, es lo natural... Necesitas poder para proteger a tus amigos...

Aquella voz le heló el corazón al pequeño zabrak, pero era tan cautivadora... No le sorprendía que Alia estuviera sucumbiendo.

En un primer momento, la gungan se quedo paralida pero pronto se recupero y aferró su arma con fuerza. Posicionandose de nuevo entre su enemigo y la chica miró fijamente a su rival.

Alia...no... no lo hagas... Por favor Alia- suplicó la gungan a la mandalore telepaticamente.- No lo hagas. Es lo que quiere...si lo haces te convertiras en complice de lo que ha pasado a nuestros maestros... Además piensa....Estan TODOS VIVOS.

Si estuviese muerto nos lo habría puesto delante, para regodearse... estoy segura....Quizás hasta se ha liberado y está tratando de ayudarnos.

La gungan trataba de habár como su maestra, pero no era ella. Sí Ilmara hubiese estado consciente, habría conseguido calmarla. Era experta en tranquilizar y transmitir pensamientos positivos a quienes la rodeaban. Pero ella no era su maestra, solo era una padawan perdida y que no sabía que hacer para evitar enfrentarse a su compañera. En aquel momento sentía mucho dolor y así se lo transimitó a su compañera.

Te lo dije antes y te lo repito ahora: empezamos esto juntas... y lo terminaremos juntas

Theen tenía la esperanza de que aquello enervase a los Sith y les hiciera bajar la guardia, pero de súbito notó una sensación fría y desagradable que le invadía. Alia se estaba dejando llevar hacia algo prohibido, y la influencia del Lado Oscuro en aquél lugar se hizo casi física. Una voz helada que no pertenecía a ningún ser vivo inundó su mente, haciendo que se estremeciera.

- No te resistas, jovencito -dijo la voz-. Ella ya es mía... ella tendrá poder... ¿No quieres tenerlo tú también? Es muy fácil, deja que te dé poder, y podrás derrotar a todos tus enemigos... Serás el más fuerte... Ven hacia mí...

Todos sus sentidos de Jedi le prevenían contra aquella voz... pero era tan cautivadora que apenas podía resistirse.

Me llevo una mano a la frente, cubriéndome en parte un ojo... sentía que un poco más y mis ojos explotarían por la rabia, no lo he notado, pero mis pensamientos me indican que si no los tengo rojos por el poder del lado oscuro, pronto los tendría. Apretó con fuerza mi arma, y escucho la voz de Mowar ahora en mi mente, la miro de reojo.

-Mowar... - Respondo a través del poder de ella que usaba telepatía en mi, aun sin decir ni una palabra, pero al ver la expresión en su rostro algo en mí comenzó a entenderlo -¿Si me llevo a Kin... que harán ustedes? ¿Se enfrentaran a los sith y morirán? ¡Yo puedo vencerlos Mowar!

Dejo de transmitir telepaticamente por unos momentos y una lagrima cae por mi mejilla.

-Pero aún así... si lo hago... me transformaría en una monstruo... ¿Que debo hacer? ¿Crees que sería mejor persona, si me llevo a Kin y los dejo a ustedes a su suerte? 

No...Escuchame...Tengo un plan...no te preocupes.-Mowar se esforzaba en convencerla, nunca había tenido sensaciones a aquel nivel y sentía que iba a explotar, pero debía seguir adelante- Le venceremos, pero debes proteger a Kin. Esta muy asustada...protegela al menos hasta que puedas calmarte. Además...si  morimos nos uniremos a la Fuerza, es para lo que nos entrenaron. No para pasarnos al lado oscuro.

Respirando profundamente, la gungan bajo el sable hasta una posición de defensa y añadió

¿Que es peor, Alia? ¿Qué nosotros muramos aquí o que te conviertas en alguien que pueda acabar matando indiscriminadamente inocentes? Valoralo Alia, porque si intentas pasarte al lado oscuro... tendrás que matarme...

Mowar intuía que no tenía muchas oportunidades contra Alia, si llegaba a darse una pelea pero la era indiferente. No permitiría que sucmbiese a ese terrible poder.

Un súbito rubor incendió las mejillas del joven padawan, que se estremeció presa de las terribles emociones y poderosos sentimientos encontrados que se le habían revelado. Buscando un poco de fuerza, cerró los ojos y apretó los dientes, mientras vaciaba su mente de estimulos exteriores, concentrandose en su propio combate...

Arion sintió miedo... Miedo al fracaso... Miedo a la perdida de control... Miedo a que esa oscuridad que le susurraba tuviese razón...

Arion sintió ira... La Ira apasionada de Alia... La Ira desapasionada de su rival, el joven Darth Pirhas... Ira... Al comprender que podía desequilibrar la balanza si recurría a esa nueva fuente de poder...

Arion sintió odio... Odio hacía su Maestro, que no le había preparado para esto... Odio hacía Darth Maleng y hacia su aprendiz... Odio hacia todos y cada uno de sus compañeros, que le habían mentido, engañado, chantajeado, provocado, envidiado...

El padawan susurraba sin parar el viejo mantra de la Academia Jedi, más consciente que nunca de su significado...

"Ella no es tuya ni esta contigo... Ha tropezado y ha caido... Sufrirá, eso es indudable... Pero existe una cosa que no puedes destruir... Esperanza y redención... Es mi amiga y mi camarada... Se ha adentrado en la Senda de la Oscuridad... pero ese camino puede desandarse...

Mi respuesta es NO... No recurrire a tú poder... Triunfaré ó fracasaré por mis propios meritos... Y, si para evitar tú tentación tengo que negar el Lado Luminoso, asi será... Ahora... ¡¡¡LARGO!!!"

Arion abrió los ojos y sonrió con fiereza, mirando fijamente a su oponente, el anciano y malevolo sith...

"¡¡Alia!! ¡¡Puedes vencerle!! ¡¡Pero no permitas que te arrastre en su caida!!"

Arion abrió los ojos y sonrió con fiereza, mirando fijamente a su oponente, el anciano y malevolo sith...

"¡¡Alia!! ¡¡Puedes vencerle!! ¡¡Pero no permitas que te arrastre en su caida!!"

Aquellas palabras no dejaban retumbar en su mente haciéndole recapacitar en sus accione y confundiéndolo. Sin embargo el enemigo había errado, Theen no ansiaba poder y esa expresión incorrecta lo hizo recapacitar.

Sentándose de nuevo de piernas cruzadas y con el rostro de frente a sus enemigos, el pequeño Anx colocó su sable láser sobre sus piernas sujetándolo con las manos al tiempo que se sumía en meditaciones.

El sabia que la ira y los deseos de violencia no eran el camino correcto; sin embargo contra las fuerzas del lado oscuro no había un camino del todo correcto. Ahora y mas que nunca en su vida debía ser cauto.

Le era claro que no tenían oportunidad alguna contra un Lord Sith y por ello consideraba que de enfrentar una batalla sin escape, junto con sus compañeros, debía intentar aniquilar la mayor cantidad de fuentes del lado oscuro. Y eso podría incluir a Alia si esta perdía la razón de si misma.

Pero si bien su voluntad era firme y su inteligencia navegaba en una correcta lógica, también le era claro que sus pensamientos debían estar limpios de impurezas y por ello pensar en dichas acciones era incorrecto, sobre todo ahora. Theen debía mantener por completo la calma y esperar, simplemente esperar.