Partida Rol por web

De los dos tipos que había cerca del distrito 11, fue el alienígena el que te contestó. Su compañero humano simplemente se quedó callado llevándose las manos tras la nuca.

- Mmmm, haber una cereana por aquí, pero nosotros no conocerla, ¿ser alguien importante? - el humano que estaba a su lado no parecía mostrarte demasiada atención, estaba más distraído con el paisaje.

Lock sabía cómo funcionaba aquello. El ser intentaba averiguar como de importante era esa información para él, y si era importante, tendría que pagar.

No estaba por la labor de tirar el dinero, así que dio rienda suelta a su lengua primero.

Sí, bueno, no. No sé.

Que no lo tuviera claro, podría a la defensiva a peatón, pero ayudaría a desequilibrar el juego.

Me han pedido que la busque. Un novio, bueno, ex novio.

Empezar a contar la clásica historia de amor y celos hacia que la gente perdiera mucho interés de golpe. Pues la mayoría no veía en estas historias, donde podía estar el filón para sacar una buena pasta.

Tengo que darle un recado. El tipo se casa esta misma tarde, a última hora, supongo que quiere, ya sabes…

Dejar las frases sin acabar, ayudaba a que la gente las rellenara con lo que consideraran más probable. Era una manera sutil de mentir, y además, hacia que todo lo que uno dijera por la boca fuera mucho más creíble. Porque en realidad, parte de lo que se suponía habías dicho, había sido sacado de la mente del interlocutor.

Con todo aquello, era el momento de volver a lanzar la pregunta. Si tenía suerte, me diría menos de lo que sabía, por falta de interés, pero sería gratis. Y era algo de agradecer en estos tiempos.

El alienigena escuchó con atención toda la historia que comentaste. Fue entonces cuando dedicó una mirada a su compañero humano. Éste carcajeó durante unos segundos y después le asintió, fue entonces cuando el tipo con el que hablabas te dio una respuesta.

- Menuda historia, esa mujer vivir por aquí, pero no conocer lugar concreto, pero ser nueva, debe ser fácil - después le dirigió de nuevo otra mirada a su compañero humano, éste asintió de nuevo.

Vale, por aquí era la clase de respuesta que confirmaba que se había ganado la confianza de aquellos, lo suficiente para que no intentaran sablarlo.

Pero seguía siendo bastante inconcreto. Necesitaba orientarse un poco.

Oye, no soy de aquí, por aquí, donde es, para la izquierda o para la derecha. Venga tío, echadme un cable.

Lock al menos sabía que no debía de ser muy fácil, porque si no, la información habrían tardado más en darla.

Si al menos separaba la zona entre A y B la búsqueda seria un poco más fácil de hacer. Aunque tenía claro que si aquellos paisanos no tenían nada mejor que decir, no insistiría, daría las gracias y se pondría en movimiento.

De repente, sin esperarlo compruebas como el humano que acompañaba al tipo frunció el ceño

- Eh, deja de atosigar a mi compañero, que eres un pesado, ¿no te das cuenta que no sabe mucho más? no nos hagas perder más el tiempo, escoria - dijo en un tono bastante despectivo mientras su compañero se callaba y bajaba la cabeza

Con los brazos en alto en señal de paz, y caminando hacia atrás, sin dejar de mirar al humano sospechoso, y alterado, Lock se separo de estas gentes.

Estaba claro que el humano estaba en medio de algún tipo de negocio, y que no quería ser molestado, y aunque a Cathar no le hubiera costado mucho sesgarle la garganta, no tenía sentido dejarse molestar por un comentario desafortunado.

Que los demás te subestimaran, era algo que Lock siempre agradecía. Ser menos listo, o menos hábil, según en qué situación, era una ventaja táctica más que buena.

Así que, cuando, ya ha una considerable cantidad de metros, les dio la espalda a la pareja, el felino volvió a repujarse dentro de aquella capa fea y sucia que había robado. Era el momento de dar un buen vistazo al sector 11. A ver qué cosas escondía dentro.

Pero cuando llego al primer recodo de la calle, volvió la vista atrás, en busca del humano. Alguien le había dicho una vez, que era de tontos dejar un cazador tras de sí, porque nunca sabias lo que podría hacer cuando tu no estabas mirando.

Así que dedico un último vistazo, destinado a comprobar que el tipo, no lo seguía, y que no era tan estúpido como para buscarlo después del espantón que le había metido para que se fuera.

Cuando te giraste para comprobar lo que estaba haciendo el humano, viste que se encontraba caminando en dirección contraria a ti mientras tenía una mano sobre la espalda del tipo que intentó arrojarte algo de luz sobre la cereana. En cuestión de segundos ya habían desaparecido de tu vista.

Ante ti y a pocos metros se encontraba la plenitud del distrito 11, todo repleto de pequeños apartamentos de una y dos plantas, todo demasiado envejecido, feo y bastante poco glamuroso.

El complejo de apartamentos más cercano estaría a penas unos 20 metros, había tres hogares de los cuales tan solo uno destacaba por ser más humilde que el resto.

El felino había empezado su última parte de la búsqueda de la mujer. Había acotado todo lo posible la zona de búsqueda, ahora lo importante era moverse con discreción y no llamar la atención hasta que localizara a su víctima.

No sabía muy bien que pretendía obtener de ella, dado que había demostrado ser bastante peligrosa. Pero suponía que al menos unas cuantas respuestas, tomadas en el acecho de la noche, o si fuera necesario, a base de fuerza bruta.

Fuera como fuera. Si no obtenía nada de valor, si no conseguía información de calidad. Sus opciones se reducían hasta el asesinato. No le hacía especialmente ilusión tener que sesgar la vida de nadie. No era esa clase de persona. Pero estaba claro que su supervivencia era demasiado importante para prestar atención a ese detalle.

Así pues, de manera pormenorizada, recorrió las calles con calma, usando los edificios más representativos para orientarse, haciéndose poco a poco un mapa general de la zona. Usando su instinto y su experiencia para evitar las zonas conflictivas, y los grupos, que sin duda operaban en aquella parte de la urbe, sacando provecho de las buenas y pobres gente que por allí anduvieran.

Y mientras tanto, puso un poco de oído y vista, por si cierta cabeza de cubo aparecía en el radar.

Recorriste las calles con suma cautela y eficacia, eras capaz de percibir casi la totalidad de lo que había a tu alrededor, veías a pocas personas haciendo acto de presencia por aquel distrito, sin embargo eras capaz de pasar totalmente desapercibido. Examinabas los apartamentos, a primera instancia no parecían aportarte nada especial, sin embargo hubo algo que captó tu atención de una manera muy significativa.

En el momento que dirigiste tu mirada hacia una de las viviendas notaste como su puerta se cerraba bruscamente. Pudiste percibir nerviosismo, aquel portazo fue demasiado precipitado y coincidía muy sospechosamente con el momento en el que clavaste tu mirada en aquella dirección...

Isseriol alza los hombros y menea la cabeza.

Por aquí no ha aparecido, puede quelas prubas que le han hecho sean reveladoras o que los exámenes clínicos se demoren. No tengo ni idea y la verdad, tampoco me apetece buscar por toda la nave al felino humanoide...

Vuelve su atención a las placas de datos y piensa sobre la reflexión de Renko.

En cualquier caso no creo que los tripulantes de esta nave quieran aislarse deurante 500 años y dejar a un lado su guerra...

Alertado por la rápida reacción de quien estuviera detrás de aquella puerta, Rock se puso en movimiento.

Una reacción como aquella, donde una puerta se cerraba, podía deberse a dos cosas. Una, que quien estuviera dentro huyera de él. O dos, que quien estuviera allí, quisiera vigilarlo.

Aunque ambas podían ser probables, lo mejor era ir a comprobarlo, pero con cierta seguridad. El sabia cual era el edificio, pero no lo que había dentro. El de dentro, sabía que él estaba unos metros más allá, y que estaba solo.

Sin pensárselo más allá de medio segundo, el felino se puso en línea con el resto de los edificios que estaban en el mismo margen que el edificio sospechoso.

Camino hacia aquella puerta, reduciendo silueta contra los edificios, porque si alguien lo vigilaba, tendría que asomarse para verlo llegar, y eso le daría alguna pista.

Pero no guardaba muchas esperanzas de que aquello fuera a pasar. No creía que alguien fuera a asomarse para ver donde estaba el misterioso hombre bajo la capucha.

Luego, al llegar hasta la esquina colindante del edificio, paro, y asomo la cabeza con cuidado. Primero buscando armas que le apuntaran. Luego movimientos en ventanas, y con los oídos puestos en cuanto pudiera indicarle que alguien se movía por fuera de edificio, tanto para emboscarlo, como para huir de él.

Dudaba que hubiera dado con Naiana, pero todo podía pasar, si no había nadie vigilando, se acercaría al edificio, e intentaría entrar por una “puerta” menos directa.

Mantuviste tu cautela para acercarte a la zona donde se había producido aquel suceso tan inesperado. Todo estaba tranquilo a tu alrededor, no había nadie vigilándote por los alrededores, ni siquiera comprobaste que hubiera ya más personas en 10-15 metros a la redonda, estabas en soledad junto con tus dudas e inquietudes.

Habías logrado alcanzar una posición muy cercana a la puerta, estarías a penas a unos 4 metros de ella, a resguardo en un pequeño lateral del edificio. La puerta desde tu posición se veía cerrada.

Lo mejor sería no tentar la suerte. Abrir una puerta, con quizás, alguien armado detrás no era precisamente una buena idea.

Así que, colarse por una ventana seria precisamente lo que haría en aquel preciso instante. Recorría los últimos pasos que lo separaban del edificio misterioso, y cuando toco su fachada, mantuvo su silueta pegada a la pared y al suelo.

Comprobé que la puerta estaba cerrada, y luego busco por el lateral del edificio una venta por la que poder mirar.

Me asomaría, y si no había nadie, entraría con cuidado. Ya desde dentro seria más fácil averiguar qué pasaba.

Comprobaste si la puerta se encontraba abierta y efectivamente la respuesta fue negativa, nadie en su sano juicio dejaría una puerta de entrada accesible ante acechadores y ladrones, sin embargo, en el momento que localizaste una ventana que por suerte estaba a baja altura, creíste descubrir una ruta de entrada al interior de aquel apartamento.

Echaste un rápido vistazo, todo estaba oscuro, pero pudiste distinguir algunos muebles. No parecía haber nadie en su interior, pero tu lógica apuntaba que debería haber alguien, viste como se escondía tras el portazo.

La ventana se podía abrir fácilmente, nadie creyó que se usaría para entrar y te lo pusieron demasiado fácil...

Aquello era sin duda un golpe de suerte. Dejar una ventana abierta, era tan absurdo como dejar una puerta. Pero sin duda, no iba a quejarse.

Lock, muy lentamente deslizo la ventana a un lado.

Ante un luchado experto, una entrada en la casa de esta manera, era una temeridad. La misma variación del aire al crearse una corriente. El incremento del ruido de la calle dentro del habitáculo, eran perfectos indicadores de que alguien había abierto una ventana.

No obstante, prefería pensar, que estarían vigilando la puerta, o el exterior desde un punto más alto. Sería lo más lógico, lo más prudente. Y precisamente por eso tomo mucho cuidado de deslizarse dentro.

Según puso los pies en el interior de la habitación, se agacho, y volvió a cerrar la ventana con mucho cuidado. Solo esperaba no haber puesto en sobre aviso al extraño inquilino de la casa.

Entre otras cosas, porque no conocía el terreno. Y un disparo de Blaster en una zona cerrada no era fácil de esquivar. Y no pretendía morir aquel día.

Dejo que pasara un minuto de prudencia tras cerrar la ventana. Por dos motivos. El primero, para escuchar con atención si había movimiento dentro de la casa. Algo de ruido, pisadas, golpes, puertas que se cierran, que le indicara por donde podía moverse su presa.

Y el segundo, para dejar que sus ojos se adaptaran a la luz del interior. Que era mucho menor que afuera. No ver bien, con todo lujo de detalles, era un problema sin duda grave.

Tras el breve tiempo de adaptación, empezó el movimiento hacia la puerta de la habitación. Era importante moverse, buscando la cobertura, o el sigilo. Porque moverse con libertad suponía un tiro en el pecho.

Ahora, que ya estaba dentro, era cuestión de cazar con cuidado al ratón dentro de su madriguera.

El sudor frío recorrió tu cuerpo demasiado tarde. Te diste cuenta de todo, pero no a tiempo, quizás no por que tus reflejos o tus sentidos estuvieran atrofiados, si no porque estabas contra alguien que se alejaba de tus posibilidades.

- Has tardado mucho más de lo que esperaba, y por cierto, me ha sorprendido la eficacia de tus movimientos y tu capacidad para razonar y localizarme, no hizo falta poner demasiadas pistas - notaste la voz de la cereana tras tu espalda ¿de donde venía?¿cómo pudo ocultarse de ti? hubieras apostado tu vida a que aquel lugar era seguro.

- Esta vez no me andaré con rodeos, sé una persona inteligente y dedícame la atención que merezco, no te he traído aquí para luchar, ni si quiera para que seamos enemigos - apenas había luz, una suave penumbra gracias a la luz del exterior, sin embargo aquel edificio a conciencia estaba sumida en la oscuridad.

Lock se giro despacio, sin hacer movimientos bruscos, le gustaba ver a quien le hablaba. La mujer, nuevamente había aparecido, quizás demasiado deprisa.

Una trampa, como podía estar pasando aquello. Fuera como fuera, ella le tendía una mano al dialogo, un mano que no desaprovecharía, al menos hasta estar seguro de cuál era su situación.

Bien, antes de tener esa charla que tanto buscas te informo. De que cualquier persona que conozca cosas sobre mí, es un peligro potencial para mi pescuezo, lo que significa, que entra en el catalogo de enemigos.

Y ahora mismo, con lo que sabes, o dices saber, eres sin duda un peligro para mí. No me gusta la violencia, pero me gusta más tener mi trasero a salvo.

Así, que te ruego, que aunque creas saber quién soy, no te la juegues a darlo por hecho. Porque es un error que puede volver esta charla en una trifulca mas en un barrio de tercera.

Me llamo Lock. Y soy un fugitivo, del imperio, de mi pueblo. No tengo amigos, ni aliados, ni me interesa el resto de la galaxia. Solo me intereso por mí.

Ahora que lo sabes. Explícame, que sabes de mi, sin royos misteriosos, sin tirarte el royo de sé mucho. Y luego, cuéntame porque crees que sabes quién soy.

Y, de nuevo, te pido que no te pongas misteriosa, soy un tío con la cabeza bien amueblada, puedo hacerme cargo de lo que vayas a decir si no te montas una película.

Tomo aire, para decir lo último antes de apoyarse en una pared y esperar a que le contaran la historia de su vida.

Adelante.

Naiana deslizó uno de sus dedos sobre la comisura de los labios. Después esbozó una sonrisa, estaba plenamente satisfecha.

- Te has cansado de huir, te has rendido, y para mi fortuna te has decidido por la opción correcta, yo tampoco suelo tener demasiada paciencia para estos juegos, pero he de reconocer que me lo he pasado bastante bien - después se acercó a ti, a esa distancia pudiste comprobar que estaba totalmente desarmada, sin embargo en tu primer encuentro también lo demostró y no resultó ser "inofensiva".

- Que te persiga el imperio no es una novedad, que seas un exiliado de tu planeta natal es algo que no me preocupa y que quieras convertirte en mi enemigo sería todo un error por tu parte - hizo una leve pausa

- Tu nombre es lo que menos me interesa, ni tu pasado, lo que vale actualmente es lo que eres ahora, ¿sabes de que hablo?¿no? se trata de que eres una amenaza en persona para el imperio - se alejó unos pasos de ti y te dio la espalda mientras seguía hablando.

- ¿Crees que te capturaron solo por ser un Cathar?¿o para que fueses un espía? no, es por algo mucho más grande, en algún momento fueron capaces de inocularte una potente droga, eso les facilitó la tarea de llevarte a la prisión y que no pudieras recordar cómo llegaste hasta allí, hasta que ocurrió algo inesperado, un grupo de rebeldes al imperio decidieron "hacerse los heroes" y salvaros ¿no es patético? yo vengo a proponerte algo mejor ¿quieres saber porqué eres una amenaza para el imperio, querido? -