Partida Rol por web

Whiteface negó con la cabeza a Guerrero, dando la razón a Evans en ese caso.

- Me encantaría recuperar el equipo, apresar a esos jaffa y tomar el edificio, nave o lo que sea... Pero no estamos armados. La prioridad ahora es llegar al Stargate y avisar a casa. Si lo conseguimos quizá puedan enviar un equipo armado más numeroso y podamos hacernos con todo. Pero lo primero es nuestra seguridad y que la información llegue a casa. -

Señaló en dirección al Stargate. - Volvemos a casa. Sargento, abra la marcha. - Dijo mientras no apartaba sus ojos de la entrada a la pirámida. No quería encontrarse de golpe con que los jaffas salían y les divisaban. En ese caso tocaría una alocada carrera bajo el fuego enemigo para llegar de regreso al Stargate. Eso suponiendo que no estuviera vigilado cuando llegaran.

Pasos atronadores pese al cuidado que tenían para moverse sigilosamente, la vegetación del planeta no estaba aliada con el equipo, por suerte lograron alejarse lo suficiente para tomar un respiro en el que expusieron sus opciones.

Andrews estaba aliviado al saber que tratarían de volver al portal, dos militares desarmados contra varios jaffas, los científicos apenas eran un bulto para recibir algún golpe, sopesó los puntos a favor y en contra.

-Puede ser que se hayan ido o que no quede nadie en el interior, pero si volvemos con un grupo más numeroso estaremos en mejores condiciones para hacer frente a lo que nos encontremos, aunque si tenemos que pasar por la misma depresión angosta lo tenemos complicado para llegar al portal, tendríamos que buscar otra ruta viable y no sabemos si tenemos muchas opciones para la supervivencia. Un vistazo al interior igual no está tan mal.

El SG-4 emprendió el penoso camino de vuelta al stargate. La pirámide quedaba a su espalda mientras los tau'ri se internaban en la cañada. A pesar de los reparos que pudieran tener, no hubo una nueva emboscada en lo alto, allí donde el estrecho paso entre rocas emergía a lo alto de la estribación. Desde allí, tenían una vista del tranquilo valle, en apariencia, en el que parecía no haber actividad alguna, ni siquiera de jaffas.

El sendero serpenteaba entre rocas y maleza por lo alto de la estribación, lo que hacía que gran parte del camino estuviera expuesto. Cuando llegaron, aquello no era motivo de mucha preocupación; ahora, con presencia hostil en la zona, podía ser peligroso. Por suerte, no hubo ataques a lo largo de la senda y ésta no tardó en iniciar el descenso hacia el prado donde se instalara el stargate. Un bosquecillo cubría la parte baja de la ladera y el sendero lo atravesaba de forma oblicua, por lo que la aproximación al portal alienígena no podía ser vista desde el prado. Tal vez eso supuso la única ventaja de los tau'ri: Guerrero divisó a tiempo a un jaffa, quien montaba guardia sobre la plataforma de piedra que soportaba al stargate, cerca del dispositivo de llamada. Estaba armado con un ma'tok y de su cinto colgaba un cuerno, su yelmo asemejaba la cabeza de un pájaro, quizás un cuervo, con los ojos brillantes sobre el pico recto.

Aldo bajó la voz tras ver al jaffa.

- Un cuervo como casco, ¿podrían ser jaffas de Morrigan? Os acordáis, cuando viajamos a P4A-282, el planeta de los celtas, adoraban a Morrigan y el general Hammond nos advirtió sobre los Guardias Cuervo de Morrigan y que Teal'c había informado de lo leales que le eran a su señor - dijo -, pero solo es uno, aunque vaya armado, si alguien logra acercarse a hurtadillas por detrás podríamos desarmarle y evitar que de la alarma - añadió señalándose el punto del cuerpo en el que el jaffa tenía aquel cuerno.

- Estos jaffas seguían a un nuevo señor. Y parece que eran jaffas desertores de otros Señores del Sistema que conocemos, o algo así... Estaría muy bien si podemos apresarlo vivo. Pero no me la jugaría a que dé la alarma. - Comentó Whiteface.

Señaló a los científicos. - Vosotros esperad a mi señal y luego dejad que el jaffa os vea. Mostrad las manos abiertas para que vea que no portáis armas y no sois una amenaza. - Miró luego a Guerrero. - En ese momento le atacaremos tú y yo por la espalda. Uno por cada flanco. La idea es sorprenderle primero, y atacarle antes de que use su arma y dé la alarma. - Explicó.

Miró a todos. - ¿Os parece bien? - El Mayor pretendía rodear al jaffa siendo sigiloso, y que él y Guerrero pudieran reducirlo con cierta velocidad.

Finalmente, iniciamos el regreso al Stargate. El camino más directo siempre era el más peligroso, aún representando la ventaja de que quizás podíamos llegar antes.

Pero lo dudaba.

Abrí la marcha con determinación, siguiendo las órdenes, y dejando la pirámide que nos había tenido aprisionados a nuestra espalda. Cuando finalmente llegamos al lo alto de las rocas, el valle podía verse casi en su totalidad, completamente silencioso y pacífico.

El camino parecía estar libre.

Seguimos el camino con precaución, pero estaba segura de que en el fondo, todos conteníamos las esperanzas de que el Stargate estuviese sin protección y pudiéramos volver a casa sin contratiempos. Pocas veces las cosas salían a la perfección, pero si nos dirigíamos hacia el anillo era precisamente porque así lo esperábamos y necesitábamos.

Todo marchaba bien hasta que llegamos al final de la zona boscosa. En ese momento vi a un jaffá montando guardia en el Stargate. Elevé el puño para indicar que se detuvieran y rápidamente bajé el brazo varias veces, señalando que se agacharan, haciéndolo yo también.

Habíamos tardado en encontrar a nuestro enemigo pero allí estaba, justo en donde menos lo queríamos.

El Mayor ideó entonces una estrategia de distracción para conseguir acercarse. Asentí a la idea y miré también a los demás.

-Necesitaremos cinco o diez minutos para dar un rodeo con seguridad suficiente como para que no nos vean, señor. Podemos hacer una señal cuando estemos dispuestos y una vez Andrews y Evans centren su atención, correr como si nos persiguiese el mismísimo infierno o no llegaremos a tiempo, antes de que se percate de nuestra presencia. Señor, recuerde correr en zig-zag. Evans, Andrews; ante cualquier problema, ocultaros. 

Con mil precauciones y el corazón en un puño avanzaron de regreso al portal y a casa, conforme más se acercaban más subía la moral hasta que en las cercanías del anillo Guerrero avisó al resto del grupo para detener su marcha. Un jaffa montaba guardia en la salida. Este descubrimiento cayó como un jarro de agua bien fría en cada uno de ellos.
Tocaba decidir el siguiente paso. Los militares abogaban por el combate así que tocaba dar otra perspectiva.

- Creo que el combate es poco recomendable señor, posiblemente lo primero que haga es dar la alarma, y un intento es casi suicida al estar él armado y ser posiblemente más fuerte que nosotros. Si saben dónde estamos tenemos poco que hacer. Deberíamos volver al edificio y conseguir algo de equipo, el nuestro o de ellos y entonces en superioridad acabar con él y salir pitando. Las posibilidades de acabar mal son muy altas. Todavía no nos buscan, no delatemos nuestra presencia.

El científico no estaba seguro de poder hacer cambiar de opinión a su superior, pero no estaban en una película y había muchas probabilidades que saliese mal. Si los veía avisaría para que fuesen a por ellos y él no abandonar su puesto, era lo más probable y acercarse a la carrera para evitar los disparos era una locura, aunque Evans y Andrews lo distrajesen. El equiparse era la opción más lógica que pasaba por la cabeza de Fern

- El terreno es malo para nosotros, y para él. - Indicó Whiteface tras examinar el lugar donde se encontraban. - Y retroceder no me parece que nos dé mejores opciones. Solo ganamos tiempo y evitamos el enfrentamiento. Si nos topamos con alguien regresando al edificio puede ser fácilmente en peores condiciones que ahora. - 

Miró al frente. - Un enemigo armado. Nosotros somos cuatro desarmados. Evans, haga de cebo. Guerrero a la izquierda, escóndase. Yo a la derecha. Atacaremos cuando esté lo suficientemente cerca. Andrews, ocúltese y no haga ruido. - Tras dar las indicaciones, el Mayor buscó algún punto desde el que pudiera pasar más o menos desapercibido hasta que el jaffa se acercara.

Finalmente, iba a tocar intentar desarmar al jaffa. No era una mala estrategia, salvo que llamase a más de sus amigos y nos encontrásemos rodeados, así que esperaba que no fuese el caso y todo saliese bien.

Asentí con la cabeza y me volví unos momentos hacia Evans.

-Tenga cuidado, Evans. Si ve que se mueve para dispararle, no lo dude y agáchese, no vaya a hacerse el héroe -le dije, antes de retirarme para buscar un lugar en el que ocultarme, que no estuviese demasiado lejos y desde el cual pudiese saltar con relativa facilidad.

Detrás de una roca vendría bien, pero también enterrada y cubierta por la vegetación, así que eso fue lo que hice. Busqué un sitio que estuviese a pocos pasos de Evans, removí la tierra y las plantas e intenté cubrirme con ellas para ver si conseguía hacer que pareciese lo suficientemente natural como para pasar desapercibida. 

- Que va, me mantendré agazapado e intentaré atraerle en su idioma, espero que antes de que sepa que soy yo, ya esté bien noqueado - dijo Aldo guiñándole un ojo a los militares.

Ya estaban decididos en la acción a tomar. Bien, ahora todos trabajarían en llevar a buen término el plan. Una idea simple que esperaban que funcionase.

- Bien Evans, coge unas piedras y si falla el habla dale duro hasta que le podamos atizar entre todos, estaré un poco detrás tuyo, ayudaré con las piedras que pueda, ánimo a todos.

Andrews también tomó unas cuantas piedras para poder arrojar a la carrera mientras trataban de alcanzar al jaffa y por lo menos distraerlo para que no se fijase en los militares que eran los que realmente podían hacerle daño, se hizo con algunas ramas para improvisar un pequeño camuflaje a unos cuantos metros de la posición de su compañero científico.

Aldo esperó a que el resto del equipo se ocultase y quedase solo para iniciar su interpretación en lengua Jaffa de lo que debería ser alguien en peligro y necesidad de ayuda.

- ¡VEN VEN, NECESITO AYUDA, AQUÍ! - dijo meneando algo de su entorno para darle más credibilidad al asunto.

A pesar de que lo intentaba con todas sus fuerzas, no podía evitar que algunos fonemas no sonasen del todo limpio, pero para el momento y en la distancia, esperaba que el jaffa no pudiera distinguir bien los matices.

Cuando la voz y el sonido de hojarasca producido por el lingüista quebraron la relativa tranquilidad del lugar, el jaffa se puso tenso. Su yelmo se abrió, las placas que lo conformaban se superponían unas a otras y se retiraban hasta desaparecer. Sostuvo con fuerza el ma'tok y lo levantó; el escudo antiradiación frontal del arma se abrió con un chasquido y unas pequeñas descargas brillantes anunciaron que el arma estaba lista para ser disparada. Entonces, el antiguo guardia cuervo (si las suposiciones de Aldo eran correctas) gritó algo en su lengua.

- ¿Quién va?¿Qué haces cerca del chappa'ai?

Aldo continuó la conversación cambiando un poco las palabras, probablemente, el resto se perdiera ya en aquellos detalles. Las hojas seguían siendo movidas por el lingüista que parecía estar interpretando la escena para seguir llamando la atención de aquel guardia cuervo.

- VEN, me han enviado de patrulla y me he tropezado - dijo sin dar muchos más detalles -. Me he quedado enredado.

Alan se tensó al comprobar que el jaffa respondía a la llamada. De momento no se estaba moviendo del sitio y apuntaba con su arma en esa dirección. El Mayor trató de calcular cuánto tiempo podría Evans mantener la charada. Se lo iban a jugar todo a una carta... Tenía que confiar en que les saldría bien. O de lo contrario todo su equipo perecería ahí. No regresarían nunca a casa.

Eran su responsabilidad y no pensaba permitir que les pasara nada malo, así que agarró un puñado de tierra y esperó en su posición tratando de seguir oculto. Cuando el jaffa se acercara, si lo hacía, trataría de cegarle lo primero con la tierra. El SG-4 al completo haría el resto del trabajo.

- Que te ayude tu compañero sí estás de patrulla. Astak no me ha avisado y no puedo abandonar mi puesto.

El jaffa respondió algo al lingüista, pero no se apartó del dispositivo de llamada. Fruncía el entrecejo mientras intentaba discernir el lugar del que procedía el ruido de hojas y su arma se movía de un lado a otro mientras lo hacía.

Maldición, casi. Andrews no pudo dejar de pensar en que casi lo consiguen, el jaffa estaba enrocado enfrente al portal, el engaño no había funcionado al menos de momento. Los gritos no eran suficientes para que rompiese sus órdenes. En un intento algo más desesperado por causar una reacción en el guardia, el científico arrojó una piedra a unos pocos metros de Evans en un lugar que pudiera hacer que se moviese la vegetación.

Cruzaba los dedos para que tuviese más curiosidad o la sensación de ayudar a un compañero herido.