"Bueno, lo cierto es que no. Pero teniendo en cuenta que me no me importa en absoluto nada de tu teorias sectarias, y aun asi me he tenido que pasar media hora viendo como te enrollabas con las chicas en plan jesucristo superstar, pues no veo que tiene de malo que puebre a dar el coñazo yo tambien." Thomas bufo amargado y volvio a sus asuntos, el chaval era irritante al extremo, mas que nada por su continua insistencia a gritar a los cuatro vientos que cualquier cosa que no hiciera el, iba contra la palabra de Dios o el Unico. Sin embargo, por muy molesto que fuera, discutir con el solo aumentaria el estres ya acumulado, y tampoco le caia tan mal para darle una hostia, asi que era mejor callarse e ignorarle.
-Thomas Reznor, ese es mi nombre.- Dije mostrando una sonrisa amable a mi nuevo "jefe",Liam, aunque guardando las distancias y sin ofrecerle la mano.- Gracias por ayudarme, te debo una.
Era extraño ver actuar asi a Thomas, durante los ultimos años, la idea de relacionarse a la ligera con desconocidos en lugares sospechosos le parecia horriblemente mala. Pero aunque no podia asegurar si el hombre que se encontraba delante estaba loco o era uno de "ellos", sabia por lo menos dos cosas, la primera es que se habia fijado en las monedas antes que nadie y descubierto la variable fuera del patron logico de esta sala, y la segunda es que tal, pro primera vez en su vida, habia descubierto a alguien con tanto odio a este corrupto y siniestro mundo, como el que el tenia desde que marcaron aquellas cicatrices en su cuerpo.
Será mejor que nos movamos todos. Empiezo a tener la sensación de que esta habitación cada vez es más pequeña.
Lene se acerca algo temerosa a la tétrica mano que espera su tributo.
La moneda es el pago para entrar al infierno, pero...qué habrá que hacer para salir, qué horrores me esperan, qué...
Perdida en sus pensamientos, Lene da un paso hacia atrás y espera a ver si se abre la puerta o si la voz a la que pertenece la mano se manifiesta para requerir el tributo de todos antes de abrir.
Mirando a todos lados, con la vana esperanza de que en breve desaparezcan todos esos "fantasmas" que yacen ante sí, Millie, vuelve a ignorar lo que se dice allí...
Se lleva las manos a la cabeza, y comienza, en un susurro, a recitar:
-Entre palabras y fragmentos despedazados... Entre la angustia y la mente agotada... Fantasmas, de mí alejaos... Fantasmas, De mí alejaos! Sólo quiero recuerdos sutiles y tiernos de primavera... Sin silencios compungidos en un abuso mental... Los ojos abre... Los... Ojos... Abre... Y vuelve a mi mundo, tan práctico y tan banal... Fantasmas, de mí alejaos!...-Sus manos se aferran con fuerza a sus rubios cabellos...
Parece haber perdido por completo el norte... Ya nada de lo que hay ahí parece existir...
-Fantasmas... De... Mí... alejaos... Fantasmas... Por mí... Por mí... Por... mí... Yo... yo...-Su voz se convierte en un quejido ahogado, repleto de desesperación e infinito desaliento...
Ni las monedas, ni las palabras, ni Sebastian, ni el "carcelero"...
Ya nada es real... Y con una sonrisa histérica en los labios, se lanza a la pared...
-Adrien!!!! Adrieeeeeen!!!-Sus quejidos en un llanto apasionado se transforman...-Adrieeeen... Yo... Yo no quiero que... NO!!! Alejaos de mí!!!! ALEJAOS DE MÍ!!!!
De repente, parece que la enfermera lucha con algún "ser invisible", una especie de telaraña que intenta atraparla...
El espectáculo es patético... Pero eso a ella no le importa...
Sólo desea aplacar "a esa fuerza no vista que la oprime", golpeando su delgado cuerpo contra la pared...
-ALEJAOS DE MÍ!!! ALEJAOS DE MÍ!!!!
Su mente perdida en una fantasía absurda, no cesa... Así como tampoco su cuerpo...
Pronto, su espalda se tiñe de un leve color carmesí...
Pero eso no logra pararla... Ni mucho menos...
"El dolor es inexistente... Sólo una pequeña muerte del cerebro... Los nervios producen dolor... Si me esfuerzo, no sentiré dolor... No sentiré dolor... Adrien... Adrien... Nunca más... Nunca más... Adrien... Más..."
Tan sólo un incentivo más para continuar en su afán inexplicable...
Bueno... he escrito una especie "de post final"...xD
Si quieres lo publicas, si no.. Es igual... :)
Lo pongo sólo para ti, y tú ya juzgarás :P
Un placer haber jugado aquí, aunque por poco tiempo... >.<
Nada más acercarse Lene con la moneda, la mano se la arrebata y se cierra, al igual que había hecho con la de Candice. La puerta se abre, una extraña fuerza empuja fuera a aquellos que han pagado su tributo, como si varias cuerdas tiraran de sus cuellos y extremidades...
Os posteo en el pasillo...