Las Facciones del Feywild
Existen tres grandes facciones en las Tierras de las Hadas, si bien estas no aglutinan a todos los seres que cohabitan estas tierras de peligroso ensueño.
La Corte del Estío
Regida por el Rey Oberón, es la Corte que domina el mayor territorio del Feywild desde su aplastante victoria sobre la Corte de la Primavera en la Guerra de las Tierras Baldías. Su fortaleza militar es manifiesta y abrumadora, gozando de dos poderosas alianzas con el Reino del Oso y los Bosques de las Dríades. Además, más de la mitad de los Doce Errantes son fieles a esta Corte.
Se vanaglorian de haber sido los causantes directos de la muerte del último Soberano Oscuro. No en vano, el mismísimo Oberón fue el que atravesó el corazón del Sexto Príncipe Oscuro en combate singular.
Los seres fieles a esta Corte acostumbran a tener un temperamento alegre y vital, siendo optimistas y heroicos por naturaleza. Esto no quiere decir que carezcan de orgullo y ambición, pues el Estío presume altanero de contar con los mejores guerreros de todo el Feywild.
La Corte del Invierno:
La Alta Hechicera Titania es la Matriarca Nívea, una mujer tan enigmática como hermosa, de una probada inteligencia y un poder mágico rivalizado únicamente por El Aquelarre del Reloj de Cristal. Su única y bellísima hija, la Princesa Lucrecia, está recientemente desposada con el Príncipe Otoñal, Derrick Hojarasca. Una sutil forma de anexionar las tierras del Otoño al Matriarcado.
La Corte del Invierno, también conocida entre sus rivales como la Corte del Ocaso, ocupa una porción de terreno muy inferior a la de su antagonista natural. La proximidad de sus fronteras con el territorio de la Corte Sombría les sume en un permanente estado de guerra encubierta, habiendo hecho de sus seguidores seres fríos y pragmáticos, calculadores y dispuestos al último sacrificio personal.
Aunque su poderío militar no es comparable con los ejércitos de Oberón, muchos seres feéricos comparten la misma e inquietante observación: Nadie hace la guerra como la Corte del Invierno.
La Corte de las Sombras:
La Corte Caída.
La voraz amenaza natural que pesa sobre la Tierra de las Hadas.
Está regida por el Príncipe de las Sombras, un tiránico ser feérico que se reencarna en cada nueva Era, siempre más poderoso, siempre más hambriento de conquista.
Hasta ahora, seis príncipes han declarado la guerra al Feywild y seis veces han caído derrotados en su avance ante las férreas defensas de las Cortes del Estío y el Invierno.
Existe, no obstante, una Maldición… ¿Quizás una profecía?
La Maldición del Séptimo Descendiente Sombrío.
Ambas Cortes han prohibido hablar de este asunto bajo pena de muerte.
Otras facciones
Los Doce
Existen doce, y solo doce, Caballeros Errantes en el Feywild. Los Doce siguen un arcaico pero romántico Código de Caballería que les caracteriza en toda la Tierra de las Hadas. Los Doce, sin excepción, son guerreros sin parangón. Héroes de Antaño.
Cada uno de los Doce emplea un arma diferente y son maestros de un estilo de lucha en particular.
Todos los años se baten entre ellos en La Justa, un evento multitudinario que aglutina a seres feéricos de toda condición con el objeto de dirimir… El Ranking Caballeresco.
La competición entre los Doce es legendaria. Las Cortes del Estío y del Invierno emplean numerosos recursos y ardides para lograr el favor de estos consagrados paladines. Por el momento, la Corte del Estío, más belicosa y afable a los valores del Honor y la Justicia, atrae a la mayoría de los Doce.
Solo cuatro de los Doce están alineados con la Corte del Invierno.
Actualmente, el caballero con mejor Ranking Caballeresco es Ser Amadís de Lauda, el Caballero del Crepúsculo de Plata.
Está soltero.
Solo hay una forma de ingresar en los Doce: Vencer en combate singular a uno de ellos respetando escrupulosamente el Código de la Caballería.
La única forma de abandonar los Doce es la muerte. El Caído pasa entonces a integrar el Salón de la Gloria y se le esculpe una estatua conmemorativa por el mejor artista de la Era.
Vaucason
Bastión del Clan Pato y regido por el Sultán Cuackaroo, un regente considerado débil y muy fácil de manipular por su Consejo Real.
Vaucason está erigido sobre un enorme estanque y está considerada una de las fortalezas más difíciles de asediar de toda la Tierra de las Hadas. Es por esto que los patos son seres muy celosos de su intimidad y practican desde hace largos años una política de neutralidad en las intrigas entre Cortes que al Estío le resulta preocupante y al Invierno de lo más aburrida.
Vaucason tiene una férrea tradición militar y existe una profecía que advierte de la llegada de un héroe palmípedo que unificará a los clanes y comandará el Gran Cuack, una especie de movimiento belicista interplanar que dará más de un dolor de cabeza al Feywild.
Sin embargo, el orgullo guerrero de la nación pato está malherido desde largo tiempo, pues durante la última guerra contra La Corte de las Sombras sufrieron una terrible humillación en batalla, cayendo en el ardid preparado por una de las mejores y más sombrías mentes militares que se recuerdan en el Feywild: el aterrador Lord Sil.
Es por esto que, en la Tierra de las Hadas, es frecuente la expresión: Eres más tonto que un pato.
Jamás la pronuncies en Vaucason sin una hueste armada hasta los dientes a tus espaldas.
Okunawa, la Aldea Secreta
Ubicada al Norte del Feywild y rodeada por una incesante niebla mística, los enigmáticos y honorables lebregones, aliados tradicionalmente con la Corte del Estío, sirven en última instancia a su numerosísima familia: el Clan del Pie.
Los lebregones ejemplifican los valores de una sociedad familiar. Todos son descendientes del Gran Maestro, Nueve Orejotas. Para un lebregón, la palabra del Padre es Ley. Los abuelos entrenan a los padres en las secretas artes bélicas del Clan para que estos, a su vez, entrenen a los nietos y perpetúen el legado de Okunawa.
El Clan del Pie sufre una extraña maldición desde hace relativamente poco tiempo: Los machos nacen estériles. Cuando esto ocurre, el Gran Maestro Nueve Orejotas consagra la vida de estos ejemplares ineptos para multiplicar las filas del Clan a las Artes Oscuras de Okunawa, un peligrosísimo grupo de asesinos y espías de élite con una única misión vital: demostrar su valía al Clan.
Los lebregones son muy recelosos de compartir sus tradiciones y a menudo pecan de ser la hipérbole de la introspección. Sus grandes héroes suelen perecer en el anonimato, eclipsados por la narrativa grandilocuente de las Cortes. Sin embargo, Okunawa nunca olvida a los suyos. Es por esto que, antes de morir, un lebregón puede permitirse mirar fijamente al enemigo y decir con absoluta certeza: Seré vengado.
El Reino Oso
Si el Príncipe Oberón fue el que asesinó al Sexto Príncipe Oscuro, Urso, el Primero entre los Colosos, fue sin duda el que sembró la muerte y la destrucción entre las filas de la Corte de las Sombras en la última Gran Guerra.
El Rey de los Úrsidos es muy probablemente uno de los seres más poderosos de todo el Feywild. Tanto es así, que ni Oberón ni Titania pudieron evitar que hiciera suyas las tierras que regó con los cadáveres de sus enemigos. Aguantarle la mirada es una prueba de templanza para cualquiera de los Doce. Es uno de los Héroes de Antaño por antonomasia y un conquistador al que los años le han hecho más sabio, si bien su temperamento volcánico sigue siendo temido y motivo de no pocas baladas en las tabernas de su reino.
Urso es célebre por contravenir las convenciones de las Cortes en su Reino. Donde la Realeza acostumbra a desposarse una sola vez y mantener más o menos en secreto ciertas relaciones extramatrimoniales, el Rey de los Osos prefiere airear sus conquistas, siendo esposo de hasta tres hermosas princesas en la actualidad. Herir el orgullo o la sensibilidad de alguna de sus esposas es motivo más que suficiente para atraer la ira de Urso.
Quedan más cositas que iré añadiendo según avance la partida.
Ahí tenéis ganchitos de los que tirar.