Partida Rol por web

Viendo que la mayoría parecían dispuestas a beber té y comer algunas pastas, la peliblanco supuso que al final no jugarían ningún juego, al menos no por el momento, por lo que decidió dejar su pregunta para más tarde, una vez que hubiera comido. Por su parte, la guitarrista no tenía mucho deseo de comer ni beber té, por lo que tendría que pasar de aquello, si bien no rechazaba la buena compañía y poder conversar a gusto con las chicas. Sería bueno conocerlas un poco mejor, y aprender lo que a éstas les gustaban o las cosas que pudieran desagradarles.

- Ah, ¿ya se van? Bueno, espero que duerman bien. Nos vemos luego. Cuídate, Yuki. Espero que te mejores. - No tardó en despedirse de las que comenzaban a marcharse de la habitación, y esperando que la chica tímida se tranquilizara un poco en su habitación. Parecía que tenía mucha dificultad para tratar con muchas personas a la vez en un lugar tan pequeño, algo que a Fran le costaba comprender, ya que ella era bastante extrovertida en ese sentido, y debido a la confianza que tenía de sí misma, no se le hacía difícil tratar con otros. Bueno, excepto cuando se llevaba bien con una persona... si alguien no le agradaba, no dudaría en decirlo, lo cual era muy problemático a la hora de hacer amistades. Aún así, parecía que nadie de las presentes resultaba desagradable para la joven guitarrista.

No obstante, la "sugerencia" por parte de Mitsuki, no hizo más que llamar la atención de la joven rebelde, quien no le gustó que aquello sonara como una especie de orden. Estaba claro que la peliblanco tenía una sola cosa que era más fuerte que ella, y eso era el hecho de ir en contra de toda norma u orden. No le gustaba que la limitaran de una manera, cuando creía que su libertad era una de las cosas más importantes para ella. Por ende, si bien podía aceptarlo cuando se trataba de una petición amable, intentando llamar a su razón, aquello era completamente diferente cuando se lo pedían de manera autoritaria. - Mm, creo que prefiero relajarme en ésta cama... - Expresó en un tono divertido a la rubia, antes de echarse sobre la cama de Mai, al lado de Tamao, ignorando por completo la "sugerencia" de la chica.

- ¿Te nos unes, Ami-chan? - Preguntó divertida a su compañera de cuarto, antes de volver a mirar a Mitsuki y dedicarle una sonrisa picara, atrevida, como si la estuviera provocando. Si había algo que la peliblanco disfrutaba mucho, eso era molestar a las personas altaneras o que intentaban decirle qué era lo que debía de hacer. Esa era una razón por la que sus padres intentaban no forzarla a hacer cosas que no quería, y preferían acudir a su lado sensible para convencerla, en vez de simplemente forzarla con una orden. Habían aprendido hace tiempo que esa no era la manera correcta de tratar con la guitarrista.

Hina se despidió con la manita mientras BK y Yaya se marchaban con Yuki de vuelta a sus habitaciones. En eso una de las chicas pidió que si podía tomar un poco de té, a lo que Mai se puso manos a la obra. En tanto, Mitsuki les pidió que se sentasen a la mesa y a Ami-chan que se vistiera, poner la manta bajo el resquicio de la puerta era mejor idea, así no estaría incómoda a la hora de beber el té. No estaba segura de si Mitsuki parecía un poco molesta pero no dudó en hacerle caso, después de todo la idea de la invitación era precisamente para eso. - ¡H-hai! - sin perder tiempo se sentó alrededor de la mesa poniendo sus manos sobre su regazo. - ¿Puedo ayudar con algo? - se atrevió a preguntar a la rubia, aunque Mai y Rubí habían ido por el agua caliente, pero que menos que asegurarse de que no se necesitaba nada más. Al menos a modo de agradecimiento por estar allí.

Sin embargo Fran optó por quedarse en la cama, y por su tono parecía que estaba bromeando con Mitsuki. Hina tenía casi seguro que no era buena idea intentar mediar entre ambas, por lo que permaneció calladita pero con una ligera sonrisa que estaba cargada de preocupación. 

De acuerdo, Mai~chan -comentó con una sonrisa.

¡E-ESCRIBE!

Entonces, sus ojos centellearon llenos de ilusión y sorpresa. 

¿La reina de las hadas? Yo pensaba que era el refugio del gran dragón rojo.

Abrió los ojos al escucharla gritar y le atrapó la mano.

¡Cuidado, Mai~chan! -le miró el dedo y observó que la yema estaba roja- a-agua fría...

Cambió la dirección del grifo, para que saliese el chorro frío de agua y colocó su mano debajo. 

Esperaba que no le gustara que yo también escribiera, pensaba que me vería como si fuera una rival ya que había encontrado a otras chicas que escribían y no les había sentado bien que yo también lo hiciera.

Cuando Rubi cogió mi mano mi cara se volvió a poner atomatada por la sensación de calidez que recorrió mi cuerpo una vez mas.

-Sera que esta zona es donde viven varios seres fantásticos aunque yo solo vi a las hadas, ¿viste al gran dragón rojo? Me gustaría verlo algún día, seguro que es inmensamente grande….-dije después mire a Rubi a sus ojos rojos centelleantes y pregunte-tu pelo y tus ojos son del color del fuego, ¿eres la hija de un dragón o es que te alcanzaron las llamas de uno al intentar salvarlo? por que tu no los matas ¿verdad?-

Yaya, BK y Yuki salen al pasillo. Parece que no hay nadie y está todo bastante oscuro. Estáis en el pasillo de Miatre y tenéis que llegar al de Spica. Si vais por la izquierda, llegaréis directamente, pero escoged y según lo que hagáis, yo hago tirada....

Al final me levanté ayudándome con la mano de Yaya mientras escuchaba como las demás se despedían de mi, terminando saliendo sin despedirme más que con un muy tímido movimiento de mano pues me encontraba agobiada mientras era acompañada por Yaya y BK.

Cuando ya estuvimos fuera, respiré profundamente viendo que ya tenía espacio vital. Me relajaba un poco, pero por supuesto no se me iba a ir toda la tensión del cuerpo por respirar solo una vez... yo creo que hasta que no me vaya a dormir se me terminara de pasar -_{Gra-gracias chi-chicas po-por a-acompañarme... pe-perdón Yaya po-por que-querer i-irme t-tan pro-pronto...}- dije muy débilmente pues aún tenía las piernas temblando. Aún estamos en el pasillo de Miatre, por lo que aún podían pillarnos fuera de los cuartos y eso me intranquilizaba mucho. Así que no quise perder tiempo y dirigirme hacia mi pasillo, pues lo último que quería era ser pilladas y que BK y Yaya se metan en problemas por mi culpa.

Yaya decidió ir por la izquierda, la salida más directa hacia los dormitorios de Spica. 

-Por aquí -les dijo a BK y Yuki en voz muy baja. 

Afortunadamente, el pasillo estaba vacío, así que no tuvieron problemas en llegar al dormitorio número 12, el de Yaya y Yuki.

Momomi sonrió. Le gustaba Mitsuki adoptando una postura dura.

-Vaya, parece que se te da bien dar órdenes -le dijo, mientras se sentaba a la mesita junto a las demás -. Espero que no te importe tomar té con tus subordinadas.

Momomi le guiñó un ojo y golpeó con la palma de la mano el sitio vacío que había a su lado para que se sentara.

Sera que esta zona es donde viven varios seres fantásticos aunque yo solo vi a las hadas, ¿viste al gran dragón rojo? Me gustaría verlo algún día, seguro que es inmensamente grande…tu pelo y tus ojos son del color del fuego, ¿eres la hija de un dragón o es que te alcanzaron las llamas de uno al intentar salvarlo? por que tu no los matas ¿verdad?-

Dicen que soy la hija de los dragones chinos. -sonreía feliz, mientras cerraba el grifo y le secaba las manos con la camisa de su uniforme-. Algún día, mañana si quieres, después de clases, te los enseño. Pero debes estar en silencio o se despertarás y entrarán en cólera.

¿Y tú? ¿Estás relacionada con la naturaleza? Porque tus ojos... son todo lo contrario a los míos. Transmiten... calma. Parece que me invitan a adentrarme en un bosque... ¿Tienes algo que ver con el espíritu del Bosque? ¿Las ninfas? 

Cuando Fran comenzó a devolverme las cosquillas no pude evitar llevarme las manos a la boca tratando de silenciarme, haciendo que la manta que me cubría no cumpliese del todo su función, mientras mis mejillas se volvían rojas y los ojos comenzaban a llenarse le lágrimas. Pero pronto alguien vino en mi rescate atacando también a Fran y saliendo victoriosa mientras yo me dejaba caer al suelo derrotada y las lágrimas se me escapaban finalmente. Había conseguido no hacer ruido pero las compañeras tenían razón quizá era muy arriesgado además de que estábamos causando bastante alboroto. No fue tratando de recuperarme mientras me secaba las lágrimas que me di cuenta del estado de Yuki -Adios- dije algo preocupada despidiéndome de ella y las chicas que le acompañaban esperando que no fuese nada grave. Me encontraba dubitativa tratando de responder a Fran cuando preguntó por jugar a otra cosa, tratando de dar esta vez una opción más acertada pero entonces Mitsuki nos ofreció sentarnos a comer pastas -oh- dije notando que era otra opción recogiendo mi vestido y poniéndomelo nuevamente como había dicho y colocando la manta en su lugar. Pero para cuando me incorporé de nuevo tras ello noté que se había generado una pequeña tensión -Yo... creo que me empieza a ganar el sueño- expuse bostezando sin unirme a ninguno de los bandos.

Mitsuki miró las acciones de Fran con una ceja levantada, casi sin poder creerse lo que estaba pasando. Pero, ¿y esta?

-Claro, Fran, -respondió con rintintín, por su voz se notaba que estaba claramente molesta- haz lo que quieras. Inicia una guerra de cosquillas para despertar a todo el mundo y que nos pillen. Túmbate en la cama de la persona que te ha invitado esta noche. Y con la ropa de la calle, por supuesto, tú mancha todo lo que quieras. ¿Para qué hacer caso de la petición de la dueña de la habitación?

Con cada palabra que pronunciaba, la chica estaba más molesta. Sin embargo, Hina ofreció su ayuda con su voz aguda y finita, Momomi la llamó a la mesa, y Ayami optó por una respuesta discreta y ambigua, lo que relajó a la chica. No esperaba más de ella, Fran era su compañera de habitación. Por lo menos una de las dos tiene cabeza. Al final, Mitsuki optó por hacer caso a Momomi y se sentó a la mesa. -N-no seas tonta -respondió a su comentario, más cohibida. -Gracias por tu ofrecimiento, Suzume-san, pero Mai y Fuyimaku deben de estar al caer -realmente, no estaba del todo convencida.- Creo que podemos simplemente esperar a que lleguen. 

- Bueno, en realidad yo no inicié la guerra de cosquillas, aunque tampoco me pareció mal. ¿Qué tiene de malo divertirnos un poco? ¿Tanto miedo le tienes a las hermanas? - Le preguntó divertida a la rubia, en el momento en el que ésta comenzó a criticarla, expresando cada una de las cosas que al parecer ésta consideraba que Fran había hecho mal. En vez de tomarse a mal lo que Mitsuki le decía, la peliblanco simplemente le dedicó una sonrisa picara desde la cama, como si disfrutara de que la chica se enojara cada vez más con ella. - Ey, tampoco estoy sucia... ni que me hubiera tirado sobre un charco de lodo. Me parece que exageras un poco, Mitsuki. Tendrías que aprender a relajarte. - Se expresó tranquila, fingiendo estar un poco ofendida con la acusación de que su ropa estaba sucia y podría manchar la cama de Mai. Estaba claro que quería provocarla, aunque no necesariamente para una pelea, sino más bien porque le parecía divertido cómo reaccionaba la rubia cuando no hacían lo que ésta quería.

- Co-dueña, querrás decir. Mai no dijo que estuviera en contra, o que la hubiera molestado la guerra de cosquillas. - Le aclaró divertida, mientras se levantaba de la cama, para luego encogerse de hombros, como si no le importara mucho estar sobre la cama o no, sino más bien ir en contra de la "sugerencia" de la rubia. Quería dejarle en claro a la chica que ella no podía decirle qué hacer, al menos no de esa manera. Si se lo hubiera pedido de buena manera, habría sido otro tema, pero el tono imperativo no le había gustado, y no tenía problema en molestarla como precio a pagar por esa actitud. - Puedes enojarte si quieres, tampoco te queda mal, muestra tu lado adorable. - Comentó con picardía, burlona, en el momento en el que le dedicaba una sonrisa que parecía demostrar que estaba disfrutando de esa situación de tensión.

Sin embargo, al ver la reacción de su compañera de cuarto, y escuchar las palabras de ésta, la guitarrista cambió su expresión, notando que tal vez se había excedido un poco con la provocación. Era posible que incluso había incomodado a su amiga, por lo que la guitarrista no tardó mucho en reconsiderar su actitud, y decidir que era mejor dejar pasar esa situación, incluso si le agradaba ver cómo Mitsuki se enojaba con ella por su actitud. - Ey, Ami-chan... si tienes sueño, podemos irnos, si quieres. Yo también estoy un poco cansada. - Se expresó gentil, demostrando que no tenía problemas con acompañarla de regreso a su habitación. De todos modos, parecía que la otra rubia no la quería allí, por lo que no tenía sentido continuar molestando. Mucho menos iba a dejar sola a su amiga. - ¿Vamos? - Le preguntó a su compañera de cuarto. Era posible que luego ésta le diría algo sobre su pequeño intento de provocar a Mitsuki, ya que la chica parecía muy amable con todos.

Es muy tarde pero ya que tenemos el té preparado, podríamos tomar un poco y después irnos a dormir. ¿Qué os parece?

Bueno, chicas, yo me marcho a mi dormitorio. Yuki, te veré mañana. Qué te vaya bien en tu primer día de clase. Hasta mañana, Yaya.

BK se fue casi trotando, siguiendo por el pasillo para llegar a Le Rim.

¡Lo sabia! Hija de dragones, no me extraña que tenga esos ojos escarlata tan bonitos pensé para mi.

Me ha secado la mano con su uniforme de forma delicada, el dedo ya no me duele.

-¿mañana? O si, me encantaría-dije entusiasmada, después ella me pregunto sobre mis ojos, sonreí y conteste:

-siempre me ha gustado mucho el bosque y sobretodo los pueblos cerca de ellos, me encantan las tradiciones mas antiguas, el bosque me atrae y creo que por eso veo a las hadas, alguna vez he visto a una ninfa y el viento me llama cada vez que paso cerca de algún bosque, como queriendo decirme algo-le explique.

Fuera había mas barullo del que habíamos dejado antes de ir a llenar la tetera, me encamine hacia la puerta aunque seguía cogiendo a Rubi de la mano:

-mejor salgamos, puede que nos echen de menos-comente con una sonrisa.

Abrí la puerta del baño y escuche a Kiyashiki-san diciendo algo sobre los subordinados de Mitsuki, no me sentó del todo bien por lo que le preguntaría después.

La compañera de Fran, que recuerdo que se presento como Ayami, se había vuelto a poner el vestido y había puesto la manta frente a la rendija de la puerta.

Fran intentaba defenderse de Mitsuki y claramente decía la verdad, yo no le había prohibido seguir con la guerra de cosquillas solo había pedido que bajaran el volumen, tampoco le había dicho nada sobre tumbarse en mi cama con la ropa de calle, que para mi no estaba sucia.

-bueno bueno, ya ha llegado el té calmaos un poco-dije para librar tensión en el ambiente mientras dejaba la tetera en la mesa.

¡Lo sabía! 

Entonces, yo te presento a mi padre y tu..., si quieres, a alguna hada... ¿Te parece? 

Rubí salió del baño agarrada de la suave mano de Mai, como si fuera un animal siguiendo a su madre. Entonces, tras el aboroto solucionado, la pelirroja se sentó en el suelo, observando como los vasos de rellenaban de aquel líquido verde.

Cuando escucho a Rubi mientras salíamos del baño me puse levemente colorada y pienso:

su-su padre...pero si acabamos de conocernos...espero ser lo bastante apropiada para tener amistad con su hija, amistad o bueno…demasiadas mariposas en el estomago, creo que Rubi me gusta, el caso es ¿yo le gustare a ella?

-si..claro, seguramente el príncipe de las hadas este por el jardín, ya que estamos en una parte de sus dominios podríamos presentarnos-

Me senté a su lado y pregunte:

-¿quien quiere té?-

Pues... yo quiero un poco, gracias -dijo Tamao, ofreciendo su taza rápidamente. A su lado, Noriko hizo lo mismo. Se veía que la compañera de Tamao era mucho más tímida y hablaba poco.

Yo también quiero un poco, muchas gracias, Mai-chan -le dijo Momomi, acercando igualmente su taza sin dejar de mirar de reojo a Mitsuki.

Nosotras deberíamos entrar, Hana. Antes de que venga una de las hermanas -le dijo en voz baja Yaya a Yuki