Partida Rol por web

— soy sintoísta, de hecho, soy sacerdotisa del templo Hakugyokurou — le responde inclinando su cabeza — supongo que en el invernadero encontraré un lugar en calma que necesito, muchas gracias por tu ayuda, Tamao-san — volvió a inclinar la cabeza ante la chica, ahora si con el corazón destruido por el lugar a donde había sido enviada. 

En ese caso, Yoshinobu-chan, te recomiendo que vayas al bosque que hay cerca del lago. Es muy hermoso y casi nadie va allí. El invernadero es un lugar al que solo las alumnas de sexto curso en adelante, o cualquier otra bajo invitación de nuestras Etoile, pueden ir. También creo que debes venir con nosotras -le dijo Tamao, acercándose a ella y agarrándola del brazo -. En Ichigo te enseñaré cuál es tu dormitorio para que puedas descansar.

El desánimo de BK cuando Fran y Ami confirman sus sospechas es solo comparable a la felicidad cuando ve volver a Yuki, uniforme en mano, acompañada por las senpais; ante su "pregunta" niega, pues realmente no se tardó, más luego casi se lanza de nuevo encima de la azabache cuando ve a detalle su uniforme.

— Te lo digo, te sentará genial — le susurra a su amiga asegurándose de que solo ella escuche, pero si cualquiera las mira seguro podrá sospechar sus palabras, tampoco es que Rebecca sea experta siendo discreta.

Aún así, inevitablemente llega el momento anunciado, pues las ya uniformadas pretenden guiar a las nuevas chicas, tal como Chikaru intentara antes con BK. La pelirrosa comprende que no debería seguirlas, especialmente con la seriedad que parece haber ya dentro de aquella división, empero está segura de que la separación no será definitiva incluso si no comparten habitación.

Escuchando la nueva pregunta de la azabache, BK ríe un poco pensativa. — Creo que... — recuerda a la pelirroja, más también el hecho de que al separarse para ir con su amiga de Spica no llegó a anunciársele oficialmente — Sospecho, pero no estoy segura — responde, sincera, a su interlocutora. — Yuki-chan, creo que debemos separarnos — observa — pero será por poco — agrega guiñándole el ojo, con una sonrisa de complicidad, pues a pesar de todo está consciente de que debe seguir un proceso similar en Le Rim...

— Oh, Yoshinobu-san. Eso es muy interesante. ¿Te importaría que algún día te acompañase en tus rezos?

Cuando Suzumi se acercó a Tomoyo, trato de liberarse de su brazo para poder caminar tranquilamente, observando aquel lugar mientras las chicas conversaban. No quería interrumpir a las demás mientras le preguntaban cosas así que optó por permanecer en un segundo plano hasta que requiriesen su atención.

Me sonroje cuando mi amiga me dijo que me quedaría bien el uniforme que traía entre mis manos -Gra-gracias...- le agradecí tímidamente, mientras junto con ella seguíamos a la alumna de confianza de la representante, quien hizo un comentario guiñando un ojo que no entendí del todo -¿Y porque se ven en secreto?- pense con inocencia sin entender del todo a que se refería. Si quería quedar con mis amigas (si es que hago alguna más aparte de BK)... ¿Tengo que reunirme en secreto para verla en vez de sólo quedar con ella en algún lugar? Que raro.

Nos salimos del camino y Momomi nos mostró un edificio muy bonito cerca del lago, por lo que hice encantada unas pocas fotos del edificio que al parecer era una biblioteca. Si todo el mundo va allí, sería un buen punto de encuentro... Y entonces escuché a mi amiga y su "Creo que..." -Ahh... ¿a-aún no l-lo sabes? Bu-bueno... e-espero que se-sea u-una bu-buena compañera- le dije, esperando que tuviera una buena compañera de cuarto. Pero entonces me dijo que se iría... Y no pude evitar que mi rostro mostrase cierta decepción cuando lo dijo, sin poder disimularlo -E-entiendo...- le dije mientras intentaba recuperar la sonrisa -Ti-tienes... ti-tienes m-mi nu-número en l-la fo-foto... cu-cuando qui-quieras quedar... s-si quieres... pu-pues eso... lla-llama- le termine diciendo con una leve sonrisa agridulce por no querer quedarme sola. Bueno... se que tengo a Fran y Ayami... pero no se si será lo mismo. Con BK me había llevado muy bien... no se si me llevaré tan bien con ellas -A... adiós....

Tamao-chan decide ir desde la iglesia hasta Ichigo, pasando cerca del invernadero, para enseñarle a Yoshinobu-chan en dónde está. Una vez hecho, continúa por el camino hasta llegar a la residencia.

-Bueno, ya estamos de regreso en Ichigo -les dice Tamao.

-Ahora os enseñaré cómo es por dentro y os diré algunas cosas más.

Finalmente, Chikaru y Ruby llegaron a Ichigo. Por el camino habían dejado algunos edificios, pero ambas pensaron que lo mejor era llegar a los dormitorios y enseñarle el lugar en el cual iban a pasar más tiempo.

-Bueno, ya estamos de regreso -comentó Chikaru.

-Ahora te enseñaré cómo es por dentro y te diré algunas cosas más.

Rubí asintió en silencio,sigiendole. Aquellos eran demasiados km para recorrer ella sola. Seguro que se pediría...

Fran se había reído de lo que Ayami dijo al final, sino fuera por el hecho de que lo había dicho al parecer en serio. Por un momento, inclinó levemente la cabeza hacia un costado, antes de negar con la misma, como si no le gustara lo que había escuchado. - No, es sólo una mochila con unas cosas. No te preocupes. Me preocupa más que te sea pesada. - Le dijo con amabilidad, antes de dedicarle una sonrisa gentil, agradeciendo el gesto de su amiga, pero dejando en claro que no era necesario que se lo tomara tan en serio. Las cosas iban y venían, las amistades no, no se iba a enojar si algo le pasaba a su portátil o el resto de sus posesiones en la mochila. Siempre podía comprar otras. Es más, si al final terminaba pesándole demasiado, la relevaría de esa responsabilidad, ya que no quería molestar a su nueva amiga.

Mientras caminaban, escuchó la explicación de Momomi sobre cómo podían reunirse incluso si sólo eran dos por habitación. Estaba claro que eso iba en contra de las reglas, por lo que la joven les había dicho que podían hacer algo así, a pesar de que antes les hubiera hablado sobre mantener el código de conducta. Parecía que no era tan estructurada como lo era la representante... aunque tal vez incluso ella no se apegaba tanto a las reglas, y sólo mantenía una imagen. Quién sabe. De cualquier manera, cuando les señaló la biblioteca, la guitarrista permaneció mirando un poco el lugar, aunque realmente no le llamaba mucho la atención, principalmente porque el estudio no era algo que se le diera bien, por lo que no le interesaba demasiado visitar aquel sitio a menos que tuviera otro motivo más que simplemente estudiar. Sin embargo, tenía que reconocer que era bastante grande. - Las bibliotecas no son para mí... - Comentó un tanto por lo bajo, aunque la mayoría podrían haberla oído. No era que fuera estúpida sino que, más bien, no le interesaba, y como no tenía mucho interés en los estudios, se le hacía casi imposible concentrarse en esa clase de cosas. Ella era más de practicar deportes o tocar con su guitarra, allí era donde podía ver su futuro.

Había notado que las otras dos chicas, que parecían bastante inseparables, estaban despidiéndose, posiblemente porque la pelirrosa debía de ir a hablar con la representante de su escuela. Fran simplemente permaneció en silencio, observando la situación, no podía negar que las dos chicas parecían bastante unidas, aunque la más tímida parecía la más dependiente de la otra, algo normal, teniendo en cuenta su actitud tan... frágil. Se le hacía difícil, a la peliblanco, comprender esa clase de mentalidad, siendo lo directa que ella podía ser, aunque eso no quería decir que no hubiera conocido a otras personas como Yuki. Bueno, tarde o temprano se terminaría abriendo un poco al resto, no era como si ella o Ayami se hubieran mostrado hostiles con ella para que no lo hiciera.

La biblioteca señalada por la senpai de Spica, así como su revelación llena de complicidad, aseguran dentro de Rebecca la no muy lejana posibilidad de reencontrarse con la azabache, por lo que si bien odia tener que separarse, se irá esperanzada.

— Es un hasta luego, Yuki-chan — le responde a su amiga, misma que se nota apesadumbrada — Te enviaré un mensaje cuando esté en Le Rim — vuelve a guiñarle el ojo antes de tener que empezar a andar, y aun cuando lo hace sigue mirando hacia la chica y agitando su mano, despidiéndose temporalmente. Sin olvidarse de las otras ahí reunidas también dirige una inexperta reverencia a la senpai y otro gesto de despedida hacia Fran y Ami, las cuales le parecen chicas agradables a su forma, que sin duda podrían ser buenos contactos. — ¡Pronto me verán por aquí! — asegura sonriendo.

Tras eso BK parte hacia el camino ya andado un par de veces, algo seria por ir sola como al inicio, pero ahora cargando su uniforme y con una nueva amiga...

Finalmente, Momomi y las otras dos chicas se dirigen hacia Ichigo, mientras BK vuelve a Le Rim por donde habían venido.

Bueno, ya estamos de regreso -comentó Momomi.

-Ahora os enseñaré cómo es por dentro y os diré algunas cosas más.

Cuando llegan a la puerta, las chicas nuevas se dan cuenta de que... ¡¡¡están todas juntas de nuevo!!! Bueno, todas, lo que se dice todas, no, pero sí la mayoría.

Además, por supuesto, de sus tres encantadoras guías:

Las tres se saludan con sendas reverencias y después hacen lo mismo con las demás.

-Es muy curioso que hayamos acabado al mismo tiempo aquí -dice Tamao, riéndose.

-¿Parezco una chica débil?- comenté con cierta tristeza a Fran -y sí me preocupa, es tuyo, las cosas de otros se deben cuidar incluso mejor que las propias- le expliqué -además... esto es una muestra de confianza, debo dar lo mejor de mí- finalicé mirando a la mochila antes de sonreír de nuevo mientras avanzábamos.

-Woah ¡Que grande!- expresé al ver la biblioteca, aunque lo más interesante fue escuchar que allí las chicas solían reunirse a escondidas, pero pronto algo más captó mi atención -¿Te vas? vaya... ¡nos vemos!- me despedí de Rebecca con una gran sonrisa.

Cuando llegamos y vi más caras conocidas e incluso algunas que no tuve el impulso de correr hacia ellas para saludar, de hecho lo hice por un momento, pero pronto recordé que estaba transportando algo importante y recuperé un ritmo normal y seguro, aunque eso no me impidió dedicarles un saludo y gran sonrisa -¡Hola chicas!¿como va?¿ya sabéis quienes es vuestras compañera?¿habéis visto alguna habitación ya?¿que tal el uniforme y la escuela?- pregunté todo seguido por la emoción sin darles tiempo de responder entre pregunta y pregunta, y al darme cuenta de que casi lo olvido... me inclino como se me pidió y procedo a presentarme para las desconocidas -Soy Ayami Izumi, encantada-

- ¡¿Eh?! ¡No! Em... sólo no quiero molestarte con mis cosas. No tendrías que cargarla. - Le aseguró en un tono que demostraba que no quería hacerla pensar algo que no era. No quería que pensara que la veía como alguien débil cuando no era así, aunque estaba segura que Ayami no era de pelear mucho con otros, no con esa actitud tan amable y feliz, algo que le parecía bastante bueno a la peliblanco. La cuestión era, que no quería que se responsabilizara mucho por sus posesiones, sólo porque ella le había entregado su mochila. Tan sólo eran algunas cosas que podrían comprarse si se rompían o se perdían, no eran para tanto. - Está bien, cuídala bien. - Sin embargo, al ver la determinación en su nueva amiga, la guitarrista prefirió no decir nada más al respecto, simplemente sonriendo ante aquel aprecio que la rubia demostraba por el gesto de confianza de la joven rebelde. Si bien, no era como si Fran no confiara en ella, le parecía una chica muy simpática.

Al regresar a Ichigo, la peliblanco sonrió complacida, sabiendo que por fin podría dejar sus cosas en su cuarto, asintiendo al escuchar las palabras de Momomi, quien les prometía que las guiaría en el interior de aquel lugar, además de guiarlas a sus respectivos cuartos, algo que no Fran no podía esperar. - Gracias, Momomi, eres muy amable con nosotras. - Aseguró, antes de dedicarle una dulce sonrisa de agradecimiento, por el hecho de que su compañera de escuela hubiera decidido guiarlas, a pesar de que podría querer hacer otras cosas durante aquel día. Era correcto que la guitarrista se lo agradeciera como correspondía, y no por una cuestión de código de conducta. Por otro lado, el hecho de poder liberarse del peso de sus cosas, tanto de su guitarra eléctrica, como su amplificador, serían más que bienvenido, una vez llegaran a su cuarto y el de Ayami. Por suerte, su amiga se había encargado de cargar con una parte de su carga, llevando con ella su mochila.

Sin embargo, al llegar a la puerta de los dormitorios, la peliblanco se sorprendió al ver algunas caras conocidas, como Tamao, Ran o... Tomoyo. Ésta última, aún no sabía si continuaba enojada con ella por el hecho de que hubiera dicho que no creía en los fantasmas, si bien realmente esperaba que no continuara enojada, no había sido su intención ofenderla de ninguna manera, simplemente no creía en ellos. Aún así, luego de hablar con Ayami, había decidido que no mencionaría ese tema, ni volvería a expresar su opinión al respecto, para evitar que ésta se enojara aún más con ella, ya que Tomoyo le había caído bien, y no quería tener una mala relación con ella. - Hola de nuevo, Tamao, Ran, Tomo- Eh... Yoshinobu... - Se corrigió al final, recordando que la chica no había querido que la llamara por su nombre, ni mucho menos por un apodo amistoso. No tardó demasiado en hacer la reverencia que la representante les había indicado anteriormente, más por una cuestión de educación, ya que probablemente las otras harían lo mismo, que porque realmente deseara respetar aquella norma que le parecía ridícula. También saludó a las otras dos extrañas, las cuales desconocía por completo. - Un gusto conocerlas, mi nombre es Francesca Rokuma... pueden llamarme Fran, como todas. - Se presentó ante la rubia de apariencia y actitud un tanto altiva, y la otra chica que pertenecía a Le Rim. No pudo evitar sonreír divertida ante las preguntas cargadas de entusiasmo por parte de Ayami.

Mitsuki recorrió el camino junto a sus compañeras de escuela casi en completo silencio. Por dentro, no dejaba de preguntarse cómo iba a ser su vida en el campus, las clases... y todas esas cosas que una se plantea cuando llega de nuevas a un lugar extraño. Cuando llegaron a Ichigo de nuevo, vio a otro grupo de chicas acercándose. Son las ruidosas que me encontré en el camino, acertó a pensar, antes de que una chica rubia y pequeñita se acercara y comenzara a disparar preguntas como una metralleta. Esta chica acaba de quitarle el puesto de caniche a Tamao.   

Tanto ella como otra de las chicas recien llegadas, una peliblanca con nombre de extranjera y pinta de pandillera, se presentaron. Junto con ellas se encontraba la estudiante de Spica que la había ayudado a llegar a su escuela. Desvió la mirada de ella rápidamente, frunciendo el ceño y tratando de evitar que la sangre le subiera a las mejillas, y dedicó una reverencia hacia Francesca y Ayami como saludo. 

-Yo soy Mitsuki Saito. Un placer -se presentó, sin mucha ilusión en la voz.

Por fin llegas a Le Rim dispuesta a conocer mejor tu escuela y conseguir tu uniforme, pero no encuentras a nadie. ¡¡¡Quizás estén en clase ya!!! Cuando exploras el vestíbulo te encuentras con un cartel.

Aquel encuentro justo cuando iban a entrar todas en la residencia fue sorprendente, pero agradable para Ran que se alejó un poco de su nueva compañera de habitación para acercarse a las chicas de Spica. Les dedicó una sonrisa suave y amable antes de hacer una leve inclinación a modo de saludo.

— Me alegro de que volvamos a encontrarnos, Rokuma-san... gomen, Fran e Izumi-san. 

Con el uniforme en la mano, cuando Ayami le preguntó si lo habían visto lo extendió para que pudiese contemplarlo. Aún no habían tenido tiempo de ponérselo así que simplemente era un bonito traje con los colores de la escuela.

— Tenemos el uniforme, y Suzumi-san va a ser mi nueva compañera. 

Señala con la cabeza a la chica de pelo azul que les ha guiado hasta allí y que parece haber empezado a hablar con las otras guías. 

— Hemos conocido a la presidenta del consejo estudiantil en nuestra visita a Miatre y ahora vamos a visitar las habitaciones. Empezaremos las clases mañana. ¿Vosotras también? ¿Que tal vuestra escuela? 

Una vez me despedí de BK, fui en silencio junto al grupo de Spica rumbo a la residencia Ichigo, simplemente con la cámara entre mis manos sacando fotos de cosas interesantes que iba viendo.

Al final llegamos a la residencia, mientras nuestra guía nos indicaba que iba a enseñarnos el lugar y nos dará informacion extra -Gra-gracias Momomi-chan...- le agradecí con cierta timidez, agradecida por toda la información.

Entonces al llegar a la puerta... ¡vimos a un montón de gente! De toda la gente creo que sólo reconocía a una persona, y al resto sólo de vista -Son... son mucha gente...- pensé con muchos nervios, mientras veía que poco a poco todas se presentaban... me presentaría de forma escueta y ya está. Cuanto menos me miren mejor para mis nervios -Ho-hola de nu-nuevo Tamao...- la salude. Luego les dedique a todos una reverencia keirei como nos enseñó nuestra representantes -Y-yo soy Yu-Yuki Hana... mu-mucho gusto...- una presentación breve para no llamar mucho la atención. Mientras pensaba que... si al final mucha gente de distintas escuelas nos hemos reunido... podría haber venido BK con nosotras.

BK suspira resignada, pues al fin y al cabo era obvio que la representante no solo debía de estar parada ahí, recibiendo alumnas nuevas, sino que seguramente tendría muchísimas cosas más qué hacer. 

Pero acompañar a Yuki hasta Spica lo valió.

Suponiendo que en Le Rim ya hayan iniciado clases para ese momento, se dispone a buscar a cualquier alumna rezagada que pueda encontrar para confirmarlo, o bien algún aula donde haya personas ocupadas o no. Buscando por el vestíbulo, un peculiar anuncio llama su atención.

— Esto...¿hola? — entra a la tienda lenta pero segura, mirando hacia todos lados y hablando con una voz audible...