Partida Rol por web

BK se echó a reír escandalosamente por la ocurrencia de Mai.

-¡Qué graciosa eres, Mai! ¡Me encanta! ¡Tienes que apuntarte al club de literatura y escribir alguna historia! ¡Tienes muchas ideas así que seguro que saldría algo bueno!

Por un momento, pareció que Momomi había tenido la mente en otra parte, si bien la peliblanco no supo muy bien en qué en particular, ya que no tardó mucho en responder a su pregunta. Bueno, la guitarrista no se  preocupó demasiado, principalmente porque estaba segura que alguien como ella, quien parecía que solía ser bastante responsable, debía de estar pensando en muchas cosas, por lo general, por lo que, el hecho de que al menos la escuchara, ya le era suficiente a la joven rebelde. Además, tenía que admitir que la chica era bastante compatible con ella en cuanto a actitud, ya que tenía su parte traviesa y divertida como la peliblanco, incluso si se encargaba de mantenerla oculta.

- Mm, voleibol... - Murmuró para sí misma, mientras reflexionaba sobre la posibilidad de unirse a tal club. Seguía siendo un club de deporte, y uno competitivo, sin lugar a duda, por lo que a la peliblanco no le desagradaba la idea. Más aún si eso significaba que podría estar en el mismo club  que el de alguien que era de su agrado y que encima era una de las pocas compañeras de curso con la cual se llevaba bastante bien. Era posible que no tendría tiempo para el club de tiro con arco pero... Era más divertido si disfrutaba de la compañía de Momomi. Además, deseaba ver la habilidad de la chica mientras jugaba. - Sí, creo que voy a apuntarme a ese club, Momomi. No se me dan mal los deportes, así que conmigo seguro que ganan siempre. - Afirmó con una mezcla entre clara confianza en sí misma, así como un tono bromista, ya que estaba segura que habría más de una jugadora excelente en el club, teniendo en cuenta la fama de Spica.

Tras ello, comenzó una conversación bastante animada entre todas las presentes, respecto a los clubes a los cuales querían apuntarse. Entre los clubes deseados, parecía que había varias que querían practicar natación, aunque la peliblanco estaba casi segura de que no era necesario apuntarse a un club para poder utilizar la piscina, ni mucho menos ser parte de Spica. En efecto, fue Noriko la que confirmó lo que la guitarrista ya había imaginado, despertando una sonrisa en Fran, ya que ella planeaba usar la piscina en el futuro, incluso si no se apuntaba a ningún club de natación o algo parecido. Le gustaba nada cuando tenía tiempo libre, y disfrutar aquella hermosa sensación al estar en el agua. - No puedo esperar a poder usar la piscina... - Incluso era posible que la usaría cuando se escapara de clases, si bien evitó decir eso, ya que no quería que alguna de sus amigas se enojara con ella por lo irresponsable que podía ser algunas veces.

- Por cierto, Momomi... ayer, luego de escucharme tocar mi guitarra, dijiste que querías hablarme sobre algo. ¿Vas a decirme a qué te referías o... prefieres que hablemos en privado? - Le preguntó tranquila a la castaña, esperando que ésta le respondiera, ya que no podía negar que sentía un poco de curiosidad por lo que la chica podría querer, de ella y su habilidad para tocar la guitarra. Le dedicó una sonrisa amable, dejando en claro que no tendría problema en conversar con ella luego a solas, por si prefería que no la escuchara el resto de las chicas allí reunidas. Suponía que tenía algo que ver con el colegio, y la posibilidad de ganarle a los otros dos en algo, para remarcar aún más el prestigio de Spica, o al menos eso suponía. De cualquier manera, si eso significaba que podría ayudar a la chica, la peliblanco no tendría problema en ello.

Hina sacudió la cabeza de lado a lado, esbozando una sonrisa triunfante ante la peliblanco. - No-uh, ¡ninguno! Gracias a tí hehe. - rió divertida mientras juntaba las manitas, luego recordó su conversación y ladeó la cabeza intrigada por la respuesta tan vaga que había dado Fran... ¿Habría llegado bien ella a sus clases? Desde luego Fran tenía suerte de lo ingenua que podía llegar a ser Hina a veces, por lo que la pelirrosa no notó el tono de duda de esta. Como además mencionó los deberes supuso que todo había ido bien. - Oh, menos mal. ¡Si necesitas ayuda me dices! - le dijo, aunque no sabía si sus deberes serían similares al menos estaban en mismo curso y quizás tenían temas comunes.

Después el "ataque" sorpresa de Rubí le pilló completamente desprevenida, con esa velocidad no sería raro ver saltar alguna chispa de entre las mejillas de ambas. Hina tan sólo pudo mover los brazitos de manera cómica mientras intentaba sobrevivir a aquella efusiva muestra de afecto de su compañera. - ¡H-hai! ¡M-me fue bien Rubi-chan..! - atinó a decir con dificultad mientras era estrujada, no parecía molesta simplemente bastante sorprendida, ya no sabía si tenía las mejillas encendidas por vergüenza o por tal fricción.

 - Puees... Aún no lo sé, espero ver el tablón luego... ¿Oh hípica? ¿Tenéis caballos? - respondió ya más tranquila después de que Rubi le soltase y se fuese con Mai, que supo como tranquilizar aquel derroche de energía con elegancia.

Pero ahora eran los ojos de Hina los que brillaban ilusionados, no sabía mucho sobre como montar a caballo, pero la simple idea de poder tener contacto con un animal le emocionaba sobremanera. Aunque seguramente acabaría cayéndose de la silla de montar a todas horas, pero si al menos podía ir a acariciar a alguno se daba por satisfecha. La piscina quedaba descartado si es que quería mantener en secreto que tan sólo sabía nadar en "modo perrito". 

Momomi miró a Fran. Sus palabras le habían cogido algo por sorpresa, pero finalmente recordó a qué se refería.

-Ah, ¿te refieres a lo que te dije sobre las posibilidades que ofrecía que supieras tocar la guitarra? Bueno, hay varios grupos en Astraea y también se organiza todos los años un concurso de música. Podrías actuar en él, sola... o formando grupo con alguien.

Después añadió, como si no fuese importante.

En  Spica mismo hay varias interesadas, aunque claro, como muchas están en el coro, no todas lo valoran igual. Pero al final todas animamos y asistimos a las sesiones.

Seguí a Fran algo aliviada al ver que realmente no le había dado mayor importancia al encontronazo de ayer con Mitsuki -hola chicas- saludé priorizando la comida que la conversación, definitivamente estaba hambrienta después de todo. Sin embargo eso no me impedía estar atenta a lo que ocurría a mi alrededor, comenzaron a hablar de clubs, lo cierto es que algunos sonaban interesantes -yo me apuntaré a algo relacionado con la costura- expuse por si alguien más se mostraba interesada antes de seguir comiendo ya con la energía y tranquilidad suficientes como para que sin darme cuenta comenzase a balancear mis piernas por debajo de la mesa. Entonces Rubí se abalanzó sobre Hina y solo pude observarlo sintiendo algo de envidia llevando mis brazos hacia ella en señal de que yo también quería si se animaba a ello... hasta que escuché algo que me hizo pararme en seco -¿dra-dragón?- pregunté mostrar unos ojos iluminados por la emoción -¡yo también quiero probar la caricia del dragón desorientado!- rogué.

La peliblanco se alegró un poco ante el hecho de que Hina no le hubiera preguntado si se había saltado las clases o no, aunque no pudo evitar sentirse un poco mal, principalmente porque, en teoría, se lo estaba ocultando. Probablemente la culpa se la comería por dentro, más cuando la pelirrosa le respondió de esa manera tan alegre, como si ignorara por completo lo que había hecho. Era aún más difícil cuando la chica resultaba tan adorable e inocente en su forma de ser. Bien hecho, Francesca, le ocultas la verdad a una amiga, vergüenza debería darte. Le recriminó la voz de la razón, haciendo que sintiera más mal de lo que ya estaba. Tal vez, luego... podría confesar lo que había hecho, aunque cuando no hubiera tantas personas.

De cualquier manera, cuando su amiga propuso ayudarla con sus deberes, la guitarrista sonrió complacida, al saber que Hina estaba dispuesta a prestarle su ayuda, incluso cuando era necesario que lo hiciera, ya que era probable que Fran no habría hecho los deberes, o al menos no todos. Aún así, si la pelirrosa quería ayudarla, entonces tendría que hacerlos. - ¿En serio? ¡Gracias, Hina! Contigo seguro que hago mis deberes sin problemas, que debes ser más inteligente que yo. - Bueno, en realidad, la mayoría eran más inteligentes que ella cuando se trataba de estudiar y esas cosas. - Más tarde podemos juntarnos y hacer la tarea juntas, si quieres... - Le propuso, un tanto avergonzada ante el hecho de tener que reconocer que esas cosas la aburrían y que por ende no se le daban muy bien. No quería ser una molestia para la pelirrosa, pero tampoco le molestaba divertirse con ella mientras hacían algo tan aburrido como lo eran los deberes.

Sin embargo, al escuchar la respuesta de Momomi, la guitarrista no tardó mucho en concentrarse en ella, mostrándose interesada en la explicación sobre el concurso de música. Una de las cosas que Fran disfrutaba más, era la posibilidad de fascinar al resto de las personas con su habilidad con la guitarra, con su querida Revy, por lo que no podía rechazar la idea de participar en un concurso así. Aún así, no sería tan divertido tocar por su cuenta, cuando era mejor complementar su guitarra con una banda, con otras chicas dispuestas a tocar con ella y realizar algo memorable. - Mm primero quiero apuntarme a tu club, que quiero jugar contigo, Momomi... eeeh quiero decir... ¡Jugar voleibol, eso! - Expresó al final, un tanto nerviosa, al tener en cuenta que lo que había dicho antes podía malinterpretarse un poco. Bueno, no era como si la castaña no le pareciera atractiva, ni nada de eso, pero la peliblanco no había querido decir aquellas palabras en ese sentido. Al menos no habría dicho algo como eso en frente de tantas compañeras, incluso si tenía toda la confianza del mundo. - Si puedes, me gustaría que me ayudaras a hablar con esas chicas para... proponerles la idea de formar una banda para el concurso, ya que tú las conoces mejor. - Le explicó a su amiga, esperando que ésta aceptara ayudarla con aquella tarea.

Ayami no se demoró mucho en declarar a qué club se apuntaría en lo posible, si es que había uno de costura, algo que desilusionó un poco a la peliblanco, principalmente porque la costura no era algo que se le diera muy bien... bueno, en realidad, nunca lo había intentado, tal vez tenía algún talento innato y no lo sabía. De cualquier modo, no era algo que le interesara mucho, pero quería compartir un club con sus amigas. Con Momomi ya lo tenía asegurado con el club de voleibol, pero también quería estar en uno en el que estuvieran Ayami y Hina. Sin embargo, sabía que esa clase de cosas no siempre eran posibles. - ¿Piensas anotarte a otro club, Ami-chan? - Preguntó con cierta curiosidad, esperando que la rubia quisiera apuntarse a otro además del que ya había decidido. Ahora que había oído a Hina mostrarse interesada con los caballos, era posible que pudiera apuntarse al club de equitación, ya que sabía que había caballos en los terrenos de Astraea Hill. - ¿Les gustan los caballos? Podríamos apuntarnos juntas a un club de esos... - Se expresó amable, esperando que su compañera de cuarto y la pelirrosa se mostraran interesadas en la propuesta. No obstante, la reacción de la rubia la tomó por sorpresa, provocando que Fran la mirara divertida ante el hecho de que pidiera uno de los abrazos de Rubí. ¿Acaso le gustaba esa chica o simplemente quería un abrazo sin importar de quién se tratara? - Si quieres, Ami-chan, puedo darte uno de mis abrazos, aunque no creo que sea lo mismo que el de un dragón... ¡aunque son con mucho cariño! - Comentó con entusiasmo, mientras afirmaba aquellas palabras, dispuesta a abrazar a la rubia si quería un abrazo. Tampoco quería meterse en el medio si Ayami en realidad quería uno de Rubí.

A Fran le había encantado la idea de jugar al voleibol, así que Momomi se sentía feliz. Le agradabe tener a una amiga con quien compartir gustos y actividades. Estaba segura de que se lo pasarían muy bien juntas. 

Si puedes, me gustaría que me ayudaras a hablar con esas chicas para... proponerles la idea de formar una banda para el concurso, ya que tú las conoces mejor. -

Claro, no hay problema. Seguro que están encantadas de tenerte. Además, tocas muy bien -comentó Momomi, sonriendo juguetonamente.

Según advirtió Noriko, la piscina era de Spica pero se permitía el acceso a las demás escuelas de Astraea Hill, eso me alegro bastante ya que podríamos juntarnos todas allí.

Entonces escuche la voz de otra chica de pelo rosa, recordando que se llamaba Rebeca y su mote era Bk.

-Muchas gracias, BK. Si que estoy interesada en el club de Literatura y posiblemente escriba algo, por aquí fluye la inspiración por si sola-comente a la enérgica muchacha.

Fran hablaba con Kiyashiki-san sobre algunas cosas variadas como bandas de música y concursos.

-seria genial poder ir todas juntas a jugar a la piscina-afirme al comentario de Fran.

La castaña de Spica empezó a explicar a Fran que había bandas que buscaban miembros:

-¿tocas algún instrumento, Fran? Yo aprendí un poco de piano cuando era pequeña-dije y añadí-la música es divertida y componer canciones también es bonito, al igual que los poemas, las palabras fluyen de algún rincón de tu interior y viajan al papel por el trazo de la mano para acabar saliendo en forma de canción- solté sin pensar mientras escuchaba a Ayami también pidiendo un abrazo del dragón desorientado, yo también quería un abrazo de Rubi pero claramente no lo iba a pedir, esperaría a que me lo diera ella tal como hizo con Hina.

Fran propuso hacer la tarea todas juntas a lo que se me ocurrió una idea:

-podríamos hacer una merienda junto al lago, hace un día precioso- comente mientras Ayami recibía una propuesta de abrazo de Fran, a lo cual solté una risita, parecían tan monas.

Rubí esbozó una sonrisa ,aunque antes infló los mofletes antes la orden de Mai sobre que se calmase -más o menos-.

Aaaah, no me puedo parar de moverme, Mai~chan -movió su dedo índice en forma de negación , ladeando la cabeza de un lado hacia otro- estoy nerviosa...

Pero en aquel momento, escuchó las varias opciones de las demás sobre los grupos y lo primero es que:

1. Le había sorprendido el club de hípica.

2. Había uno de natación.

¡YO QUIERO APUNTARME AL DE NATACIÓN TAMBIÉN! -Y se puso de pie con demasiado ímpetu. Al parecer, el zumo de naranjas tenía demasiada azúcar...

Pero el caso estaba en que no se podía quedar quieta, por lo que se encogió en su sitio -como si fuese a coger impulso-, y saltó al lado de Ayami extendiendo los brazos. Pero, en aquel caso, atrajo a la peliblanco hacia ella, agarrándole del brazo.

La reina de la lencería de gatitos ha pedido un abrazo.

Primero abrazó a Ayami:

Y ,luego, realizó lo mismo con la peliblanco :

Tras soltar a la peliblanco de entre sus brazos , Rubí se marchó hacia su asiento:

Maaai~chan, ¿quieres un abrazo?

Vi como Rubi seguía con su hiperactividad como si fuera un tractor sin control que arrasaba con todo lo que veía y lo que encontraba como las pobres Ayami y Fran que fueron victimas de su abrazo enérgico.

La cafetería entera miraba la escena de tanto ruido que hacia el tractor pelirrojo manifestando su descontrol, empezó por apuntarse al club de natación, si que necesitaba un chapuzón para calmarse.

Pero no se me ocurrió otra cosa que abrazarla por detrás antes de que intentara buscarme para profesar su amor con uno de sus abrazos.

La abrace reteniendo sus largos brazos e intentar calmarla.

-relájate o te tirare al lago, dragón desorientado-dije en tono mas calmado y añadí -Rubi vamos a cantar una canción lenta...dulce gatito, parece una bola de piel-empece a cantar y añadí-venga Rubi, esta canción seguro que te la sabes y si no inventatela ...no te voy a soltar hasta que la cantes-

Mitsuki había estado toda la comida con la cabeza gacha, centrada nada más que en los alimentos de su plato. No entendía por qué Momomi no solo no paraba aquel juego extraño de Fran, sino que además lo seguía. Además, no compartía el entusiasmo del resto de sus compañeras respecto a los clubs, por lo que no tenía nada que aportar a la conversación.

En ese momento, a Rubí se le apretó el tornillo que le faltaba de la cabeza, y se puso a derrochar gritos, abrazos, y amor a partes iguales, como si se tratara de un huracán. Podía sentir las miradas de toda la cafetería sobre el grupo. Y aquello fue demasiado para ella. La rubia se levantó educadamente y dedicó de nuevo una reverencia a las chicas.- Lo siento mucho. No me encuentro demasiado bien -llevó una mano a la barriga, como queriendo evidenciar que era allí donde estaba el problema. -Si me disculpáis -recogió su bandeja y echó a andar hacia la salida. 

- ¿En serio...? Bueno... si te gusta cómo toco, podría tocar de nuevo para ti, si quieres, Momomi. - Le propuso con cierto entusiasmo, contenta al oír a la chica decir que le gustaba cómo tocaba, algo que hizo que se le ruborizaran las mejillas un poco, principalmente porque le encantaba que le ofrecieran esa clase de cumplidos. Además, tenía que admitir que la sonrisa juguetona de la castaña, la había tomado por sorpresa. ¿Estaba flirteando con ella? Si era así... Fran tenía que reconocer que no le desagradaba la idea, aunque... Momomi había dicho que antes que se había escapado por la noche en ciertos momentos, por lo que... ¿no significaba eso que ya tenía a alguien especial? Antes, cuando le había hecho esa pregunta, no había querido darle una respuesta. - Por cierto... ¿Estás en otro club, además del de voleibol? - Preguntó mientras intentaba despejar su mente, ya que había quedado un poco atontada con aquella sonrisa.

No obstante, mientras conversaba con Momomi, Mai llamó la atención de la peliblanco con una pregunta. - ¿Eh? Ah, sí. Supongo que se me da bien tocar la guitarra. - Afirmó contenta, mientras escuchaba la opinión de la chica sobre la música, así como el hecho de que había aprendido a tocar, un poco, el piano de niña. La guitarrista siempre había preferido la guitarra, antes que el piano, principalmente por su preferencia por cierto estilo musical. Sin embargo, no podía negar que aquel instrumento tenía su atractivo. - Bueno... me gusta la música porque es perfecta para expresar todo tipo de emociones... Además, me permite ser libre, expresar lo que soy. - Por un momento, permaneció callada tras decir aquellas palabras, ya que pensaba que tal vez había sido un poco cursi, si bien, lo que había dicho, era la verdad. No había mayor libertad para ella que cuando tocaba su querida Revy, ni mucho menos mejor método para expresar lo que sentía en ciertos momentos. Si había magia en el mundo, la música era la esencia de la misma.

- Pues a la mañana, pude disfrutar de una buena... Ah... quiero decir, sí, sería genial hacer una merienda junto al lago, sí... jeje. Luego de apuntarnos a los clubes, podríamos hacerlo. - También tenía que recordar hacer los deberes, aunque suponía que Hina y Momomi podrían ayudarla con ello, en especial Momomi que parecía bastante inteligente, además de responsable, a diferencia de la peliblanco que esa clase de cosas se perdían en lo más profundo de su mente, como algo totalmente innecesario para el sueño que deseaba alcanzar en el futuro. No obstante, justo cuando terminaba de afirmar la posibilidad de hacer algo en el lago, Rubí parecía que había terminado de abrazar a Ayami, para luego asaltar a la guitarrista en un abrazo bastante intenso que sorprendió por completo a Fran, a quien no le quedó otra opción que serle recíproca en el abrazo, mientras sonreía gentil ante el afecto demostrado por la pelirroja. Era un poco rara, pero estaba claro que era una buena persona. Una vez que Rubí la soltó, la peliblanco observó cómo se acercaba a Mai a por otro. No pudo evitar pensar que hacían buena pareja, algo que le hizo sentir un poco de envidia, ya que ella también quería encontrar a alguien especial en su vida.

En ese momento, Mitsuki, la chica que se había mostrado bastante ofendida con ella, la noche anterior, se levantó de su asiento, excusándose por un dolor en su barriga. Por su parte, la peliblanco simplemente asintió, pensando que tal vez estaba muy mal. También era posible que no estuviera a gusto con la presencia de la guitarrista, luego de lo que había sucedido a la noche, algo que Fran también podía comprender, incluso si no estaba realmente enojada con ella. - Que te mejores. - Le dijo amable, esperando que se mejorara, demostrándole que no estaba enojada con ella por lo que había sucedido antes.  

¿Te encuentras bien, Saito-chan? -le preguntó Tamao, cuando vio que aquella se ponía en pie como si le doliese algo y se marchaba.

Preocupada, miró a Mai.

-¿Qué le ocurre a Saito-chan? -le preguntó.

Fran sugirió tocar solo para ella, lo cual le sonó... muy insinuante. 

-Mmmm... me lo pensaré -le dijo al final. 

Por cierto... ¿Estás en otro club, además del de voleibol? 

-No, no estoy en otro club, pero este año estoy pensando en apuntarme a alguno que sea muy diferente. Esperaré a ver qué hay -le dijo Momomi.

Fran le parecía una especie de alma libre, sobre todo cuando hablaba de su música y su guitarra, y eso le gustaba. Era raro encontrar a alguien así por allí.

Era... refrescante.

Fue entonces cuando vio a Mitsuki levantarse e irse de allí deprisa. Se preguntó si le dolía algo, o simplemente, se sentía incómoda, aunque no sabía por qué razón. La verdad es que no le había hecho demasiado caso durante la otra noche, o al menos, no tanto como hubiera querido, y sentía curiosidad por saber qué le sucedía. Tampoco le gustaba nada el hecho de que se fuese sola, cuando todas las demás estaban allí. Nadie debía estar sola.

-Perdona un momento -le dijo a Fran. 

Momomi se levantó con su bandeja y se fue a interceptar a Mitsuki.

-¿Te encuentras bien? ¿Te apetece... compañía?

Tamao vio a Ruby abrazando a Ayami, Mai y Fran... y un hilillo de envidia el corroyó por dentro. Se dio cuenta de repente de que aquella extravagante e impulsiva chica le resultaba interesante... y atractiva.

-Ruby-chan -empezó a  decirle -. ¿Tú a qué club vas a a apuntarte? Lo digo porque no me importaría... apuntarme contigo?

Tamao enrojeció de repente, pero no dejó de sonreír, aunque fuese consciente de que quizás todas la estuviesen mirando.

Rubí se giró y movió el dedo índice mientras sus suave voz decía:

R-U-B-Í, Tamao~chan -le sonrió tras corregirla y asintió con las manos hacia atrás, dejando a Mai libre de sus brazos-. ¿Nos apuntamos juntas a natación? 

Mitsuki paró en medio del pasillo cuando escuchó la voz de Momomi detrás de ella. Ahora sí que estaba perdida. ¿Por qué seguía dándole ilusiones? Oh, claro. Ahí está el problema. Era ella la que se había hecho ilusiones sola. Momomi solo había jugueteado con sus botones durante un segundo. ¿Por qué no haría lo mismo con Fran? 

Se giró para mirar a la chica a la cara. Aunque su cara mostraba una expresión seria, sus mejillas estaban sonrojadas. -Estoy bien. No necesito compañía -dijo, para fingir la fortaleza de la que tanto se enorgullecía. Después, bajó la mirada al suelo, y el rubor en su cara se acrecentó. -Aunque... no me importaría que vinieras conmigo. Si quieres. 

-¡De acuerdo! -exclamó eufórica Tamao, aunque rápidamente, se dio cuenta de algo -. Pero... no habrá natación hasta el verano, así que tendremos que apuntarnos a otro mientras tanto. Yo el curso pasado estuve en el de cocina.

Tamao se sentía feliz de poder estar con Ruby, más de lo que iba a reconocer.

Claro que quiero -le respondió Momomi, colocándose a su lado, mientras evitaba la tentación de cogerla de la mano. De alguna manera, aquella chica le había gustado desde el primer momento, no sabía por qué razón, y su salida de la mesa solo había conseguido que ella se decidiese a demostrárselo un poco mejor.

-¿Dónde quieres ir? -le preguntó.