Partida Rol por web

-Salimos a dar un paseo - Para explicaciones era mejor la habitación de alguna, no fuera a ser que la hermana no estuviera tan lejos como creíamos. -Si no despierta, necesitaremos ayuda para subirla a su cuarto - Admití mirando las escaleras y luego a Yuki, aún entre las tres iba a ser un largo camino si teníamos que llevar su peso muerto, además me preocupaba que no despertara. Pero casí de inmediato escuche su voz y respiré con alivio, alejandome de ella e indicandole a las demás con un gesto que se apartaran también. -Pues que no despertabas, y empezaba a considerar llevarte a la enfermería

Si te sirve de consuelo, la hermana al final nos dejó marchar, así que no sucedió nada. Ahora lo mejor que podemos hacer es irnos a nuestros cuartos -le explicó Amane, mirando a las recién llegadas.

-Tu eres Akagi Ran, ¿no? ¿A qué querías invitarnos? -le preguntó.

Mitsuki asintió con la cabeza, aunque no estaba muy convencida. Le daba la impresión de que Momomi intentaba aparentar fortaleza, pero una vez había visto su fragilidad real, tenía miedo de herirla. Sí que quería acudir a la pequeña fiesta, más que nada para ver cómo reaccionaba Mai con ella en ese momento (bueno, en el fondo también era porque no quería herir los sentimientos de Ran, pero muy en el fondo), pero también tenía claro que, si veía que las cosas se torcían, saldría de allí y acudiría a refugiarse a los brazos de Momomi. 

Aprovechando que la muchacha tenía las manos de Mitsuki entre las suyas, se levantó de la cama y tiró de ella hacia la puerta, evitando que viera sus mejillas sonrosadas. Suponía que algún día se acostumbraría a que Momomi dijera esas cosas tan tiernas como si no fueran gran cosa, pero de momento seguía sintiendo mariposas en el estómago. -Bueno, pues vámonos a que nos de un poco el aire. 

Momomi sonrió, cogió la mano de Mitsuki y ambas salieron de la habitación en dirección al vestíbulo. Habían pasado una buena tarde, después de todo y cada día que transcurría, Momomi estaba más y más convencida de que Mitsuki le gustaba mucho más de lo que había pensado en un principio.

No se atrevía a pensarlo, pero en su interior estaba bastante segura de lo que sentía.

Muy segura.

Descendisteis las escaleras cogidas de la mano y cuando llegasteis abajo, os encontrasteis con Ran, Harumi, Yaya, Amane, y Rebecca rodeando a Yuki, todas con cara de preocupación.

Ran dejó la pierna de Yuki viendo que está se despertaba.

No comprendió nada con lo de la hermana, y sobre todo por qué Yuki se había desmayado, pero para no parecer tan curiosa como en realidad era, no preguntó. Las chicas como se deben destacan por su discreción, se avisó a sí misma.

“Sazumi-san ofrecerá une fiesta de té. Y nosotros nos hemos hecho sus más fieles propagadores. Os invitamos calurosamente. Sabéis como es Tamao: le encanta preparar fiestas por las noches y ya tiene pensado hasta las galletas que nos va a ofrecer.” Al menos así lo había dicho Harumi… ah Harumi! No quería dejar lo de invitar a ella? Por qué no puedo callarme por una vez? Al instante un poco más insegura, siguió: "Será genial, pero con vosotros... será hasta grandioso."

Parecía que, a pesar de haber alargado su mano para ayudar a la siguiente que pasara por el hueco, Hina había ignorado su intento de ayuda, tal vez porque no había visto la mano de la guitarrista. Sea lo que fuese, la pelirrosa no había tardado en pasar por la entrada alternativa, con cierta dificultad. - No es tan malo. Es cuestión de acostumbrarse y es mejor esto antes que meternos en problemas con la directora y las hermanas. - Admitió con tranquilidad mientras veía cómo su amiga se arreglaba, tras haber cruzado el muro arrastrándose. No era muy cómodo pero era mejor que nada, la verdad, además de una buena forma de entrar y salir cuando ellas así lo desearan, sin el permiso del resto.

No obstante, parecía que Ayami no había cruzado, todavía, por lo que Hina le había dicho que la ayudaría a pasar, si es que no quería ensuciarse demasiado. Por su parte, la joven rebelde seguía pensando que deberían de moverse de allí lo más pronto posible, para evitar ser descubiertas. Sin embargo, no pensaba apresurar al resto de sus amigas, por lo que tendría que mantenerse atenta a que no apareciera nadie en los alrededores. Por desgracia, o tal vez no tanto, teniendo en cuenta lo mucho que estaba disfrutando aquel momento, la presencia de Kaname no hacía otra cosa más que distraerla de su intención de mantenerse alerta. - Gracias por mostrarnos el hueco, Kaname. - Le agradeció a la bella joven, a la vez que le dedicaba una mirada dulce, mientras acariciaba su mano con clara ternura. 

Me dejé guiar por ella, en su papel del guapo príncipe, sin dejar de sonreírle, y tras sus palabras sólo pude contestar.

-Acepto la propuesta mi príncipe, muéstrame esos lugares en los que podemos estar en la intimidad de nuestro amor-

Después me dejé llevar por ella de la mano, corriendo por los pasillos a esos lugares donde estaremos tranquilas. 

Aún qué había olvidado el té en la mesa, ya no importaba, me siento más feliz y libre que nunca. 

Harumi miró a Yuki y ciertamente le pareció que no se encontraba demasiado bien.

-Jo, Hana-chan. Tienes mala cara. Rebeca, creo que deberíamos llevarla a la enfermería como pensaste. 

Mai y Ruby se mueven con gracilidad por los pasillos, sin poder dejar de sonreír... ni de perder ese sonrojo que les invadió dentro del cuarto. Saben que desde ese momento todo será diferente, y que ambas estarán juntas de otra manera.

No deja de resultar increíble que después de tan pocos días, os hayáis encontrado y estéis tan seguras de lo que sentís la una por la otra.

A-aaah... me-menos ma-mal...- dije aún nerviosa al saber que la hermana no nos había dicho nada y nos había dejado salir sin más represalias ni nada. Esperaba que no se hubiera tomado mal que me hubiese desmayado... pero los momentos de tensión no los llevo nada bien... ¿en verdad hay algo que lleve bien y que no me haga desmayarme?

En fin, me levanté del suelo con lentitud para no marearme junto con mis bártulos, mientras fui escuchando lo que hablaban las chicas sobre algo de ir a una habitación, la de Sazumi-chan, a tomar el té esta noche... idea que, recordando la última vez que me junté con muchas chicas en la misma habitación, me hizo sonrojarme de nuevo y hacerme ver más nerviosa.

Al final, entre eso y los desmayos, seguro no tendría demasiada buena cara, y Atashi me lo hizo saber, sugiriendo que fuera a la enfermería -N-no... n-no cre-creo que ha-haga fa-falta... gra-gracias...- dije a la chica, negando con la cabeza. No quiero molestar más a las chicas con mi salud débil ni con mi facilidad para ponerme nerviosa -Co-con i-irme a-a mi cu-cuarto a-a de-descansar cre-creo que y-ya m-me se-sentiré me-mejor... pe-pero n-no cre-creo que va-vaya a e-esa fi-fiesta, pe-perdonad- terminé diciendo. Creo que por hoy ya había vivido demasiadas emociones fuertes... creo que debía ir a mi cuarto y dormirme ya, a ver si mañana era un día más tranquilo.

-Sí, será lo mejor. Vámonos, Hana-chan -le dijo Yaya, ayudándola a sostenerse y empezando a dirigirse hacia las escaleras. 

Fue entonces cuando se cruzaron con Mitsuki y Momomi.

-Hola, chicas. Me llevo a Hana-chan al cuarto para que descanse. Luego nos vemos.

Una vez en el vestíbulo del edificio, Mitsuki vislumbró un corrillo de chicas, lo cual era habitual en la escuela. Todo normal, hasta que se dio cuenta de que el corrillo estaba conformado por Harumi, Yaya, Rebecca y Ran (estas dos últimas fueron las que más llamaron la atención de Mitsuki por lo colorido de sus cabellos), y que rodeaban a Yuki, la cual no tenía muy buen aspecto. 

La muchacha soltó la mano de Momomi y le dirigió una mirada de disculpa antes de dirigirse hacia ellas. La preocupada Yaya había cogido a Yuki para llevársela. Mitsuki las miró con preocupación. -Nanto-san, ¿qué ha pasado? ¿Necesitáis ayuda? 

Asenti a mi compañera de cuarto cuando dijo al final que nos fuéramos al cuarto, dejando que me ayudará a sostenerme... pese a que me ponía nerviosa la proximidad. Me despedí de las chicas con la mano, y nos fuimos yendo hacia las escaleras.

Entonces nos encontramos con Momomi y Mitsuki, quien pareció preocuparse mucho al verme siendo ayudada por Yaya -¿Tan mala cara tengo?- pensé poniéndome algo roja por preocupar a todo el mundo con mi rostro -E-estoy bi-bien Mi-Mitsuki-san... n-no te pre-preocupes...- le dije a la chica para dejarla tranquila -M-me he de-desmayado ha-hace u-un ra-rato po-por los ne-nervios... Yaya-chan m-me e-esta a-ayudando a i-ir a-a de-descansar... n-no ha-hace fa-falta m-más a-ayuda...- termine diciendo.

Tras explicarse, Yuki y Yaya siguieron su camino escaleras arriba.

Nada más entrar y sentir la seguridad de su cuarto, ambas se sintieron mucho mejor, aunque mientras que Yuki todavía estaba recuperándose del "trauma", Yaya parecía estar eufórica.

-Vaya, que tarde más emocionante, ¿verdad? -le dijo, sonriendo -. Hacía tiempo que no me divertía tanto. ¿Viste la cara de la hermana cuando intentamos explicarnos? Ay, no viste mucho porque te desmayaste. ¡¡¡Mira que hacer eso!!!

Mai y Ruby bajan por las escaleras y se encuentran con Momomi y Mitsuki, que están en la parte baja de las mismas, mirando hacia arriba como si se hubieran despedido de alguien. Al fondo, en el vestíbulo, cerca de la puerta, están Ran, Harumi, Amane y Rebecca.

Bueno, yo creo que me retiraré un rato a mi dormitorio. No creo que vaya esta noche, Ran-chan, pero gracias por la invitación. En otra ocasión quizás.

Tras decir esto, le echo una mirada fugaz a Rebeca, acompañada de una sonrisa, y comenzó a andar para dirigirse a su cuarto.

Finalmente, Ayami pasó con la ayuda de Hina, y las cuatro os dirigisteis hacia la entrada de Ichigo. Al final, no había sido tan difícil entrar y además habíais descubierto una forma de hacerlo a cualquier hora.

Eso siempre estaba bien.

Cuando llegasteis a la entrada, había bastante gente. Cerca de la puerta estaban Ran, Harumi y Rebeca. Amane parecía estar retirándose hacia las escaleras, y en ellas estaban Momomi, Mitsuki, Ruby y Mai.

Vamos, no faltaba casi nadie.

Al final nos fuimos al cuarto, donde lo primero que hice fue dirigirme a mi cama para tumbarme un poco... por una vez sobre algo blando. Además así podía relajarme mejor. Mientras me recuperaba, fui escuchando a mi amiga que, a diferencia que yo, parecía que toda esta situación le había encantado por estar llena de emociones... demasiadas para mi.

Con sus últimas palabras no pude evitar sentirme mal -Pe-perdón Yaya-chan... n-no que-quería de-desmayarme... pe-pero fu-fueron mu-muchas e-emociones para mi...- me disculpé con ella por haber actuado así -M-me pu-puso ne-nerviosa e-estar ante a-aquella mu-mujer... a-además... cre-creo que n-no h-he me-mentido e-en to-toda m-mi vi-vida... y que m-me pre-preguntases pa-para se-seguir l-la co-corriente, y e-empezar a me-mentir po-por u-una mo-monja... pu-pues se m-me a-apagó el ce-cerebro... pe-perdón...- le expliqué a la chica, esperando que pudiera aceptar mis disculpas.

Aunque luego me quedé en silencio unos segundos tumbada, pensando en una cosa -Ya-Yaya-chan...- la llamé, pensando si seguir hablando o no... pero tenía que preguntarlo -M-me... ¿m-me be-besaste a-antes e-en el ve-vestíbulo?- le terminé preguntando, mirándola algo roja -E-es que... n-no s-se si l-lo he so-soñado mi-mientras e-estaba in-inconsciente o... d-de ve-verdad m-me has...