Partida Rol por web

Fran acompañó a Shion a la puerta, mostrando que verdaderamente estaba comprometida. Quizás solo tuviese mala fama, porque por lo que ella había visto, se merecía mucho más de lo que habitualmente conseguía. Cuando había preguntado por ella a sus compañeras, nadie supo decirle exactamente cómo era, salvo que no parecía querer hablar con casi nadie. Eso solo le decía a Shion que era una persona incomprendida.

Pero ella la comprendía.

Entonces, quedamos dentro de dos días. Aunque, si quieres hacer algo, no dudes en decírmelo.

Al ver que sacaba su móvil, ella sacó el suyo y el dio el número. Después fijaría el móvil de Fran cuando la llamara.

-Si tienes alguna duda... o te preocupa algo, no dudes en llamarme. No solo soy tu representante, también soy... una amiga.

- Cuídate. Si alguien se mete contigo me lo dices y se las verá conmigo. 

Shion sonrió ante las palabras de Fran... y se marchó. En dos días verían si ambas podían con todo aquello.

Mitsuki miró a Momomi con sorpresa. No sabía si la joven era buena leyendo las expresiones de los demás, o si era demasiado evidente que no se encontraba bien. En un primer momento, hizo lo que había estado haciendo hasta ahora cuando alguien le preguntaba algo demasiado personal: alzar una coraza de hielo. 

-No, estoy bien. Es solo que me agobia cuando hay mucha gente junta llamando demasiado la atención. Ya sabes, Rebeca dando saltos y gritando, Yuki sangrando por la nariz... 

Trató de ser convincente. Y creía que lo había conseguido... hasta que los finos y suaves dedos de Momomi se entrelazaron con los de ella. En ese momento, notó el escudo que se había puesto resquebrajarse un poco. 

-Y... y bueno... -¿por qué no decirle la verdad? ¿Qué podría haber de malo en ello? -Mai lleva desde esta mañana portándose muy rara conmigo, como tratando de evitarme. El caso es que llevo una mañana un poco desagradable -concluyó, tratando de restarle importancia. También evitó mencionar que Ayami puso una cara extraña cuando la vio llegar a la mesa. No había que ser muy inteligente para saber que la reacción de la pequeña y animada rubia se debía a su relación con Fran, y Mitsuki quería evitar el "tema F" por todos los medios posibles. -¿Qué tal tú?

La peliblanco sonrió complacida tras ver a Shion sacar también su móvil para mostrarle su número. Sin pensárselo dos veces, la llamó en ese mismo momento para que la registrara en su lista de contactos, ya que la rubia le había caído lo suficientemente bien como para quererla entre su pequeño círculo de amistad. Después de todo, no cualquiera sacrificaba parte de su tiempo para ayudarla a estudiar, incluso si debía de ser parte de su responsabilidad como representante. Además, la chica había demostrado que tenía fe en ella, por más que Fran no pensara lo mismo respecto a su propia capacidad para estudiar. Eso no quería decir que no fuera a dar lo mejor de ella misma si alguien quería ayudarla.

Al escuchar cómo Shion le aseguraba que era también una amiga, además de la representante de Spica, no pudo evitar sonreír demasiado contenta. Incluso si la guitarrista ya la había considerado una amiga, era bueno oír aquellas palabras de la persona en cuestión, ya que significaba que ésta la veía de esa manera, igual que Fran a ella. - No te preocupes, Shion... yo soy bastante dura. - Aseguró divertida, como si intentara explicarle que rara vez tenía algún problema. En realidad, solía tener varios, pero usualmente acostumbraba a enfrentarlos por sí misma ya que no deseaba que sus amigas se preocuparan por ella. - Sí. Eres una buena amiga. Lo más probable es que te llame para hablar de tonterías. Cuídate, nos vemos luego. - Se despidió divertida, al final, mientras veía cómo la representante salía de su habitación, dedicándole una sonrisa amable y esperando que el resto de las alumnas no la hicieran enojar demasiado.

Una vez que Shion se marchó, la peliblanco cerró la puerta para ponerse unos pantalones... unos jeans ajustados que parecían estar rasgados a la altura de las rodillas, a propósito, sin duda. La razón por la cual había decidido vestirse, era más que clara, en un rato tendría que reunirse con Kaname, con quien había quedado para cocinar algo juntas, ni hablar de que tendría que salir de su habitación para ello y no sería normal el salir tan sólo vestida con una camiseta. De cualquier modo, tras vestirse, no tardó mucho en escribir algo en su móvil, antes de enviar el mensaje a la persona en cuestión. La presidenta del club de esgrima. Después de todo, era mejor decirle que ya había terminado de estudiar y que podrían juntarse cuando quisiera. También recordaba que debería de acompañar a Ayami al club de costura, pero era más que probable que ya hubiesen pasado por allí hacía cierto tiempo.

Ya terminé de estudiar. Podemos juntarnos cuando prefieras, Kaname.

El mensaje había sido enviado, ahora sólo debía de esperar la respuesta. Por el momento, optó por salir de su habitación, con la intención de caminar por los dormitorios. Quién sabe, tal vez se encontraba a su senpai en el camino. No tenía mucho que hacer en ese momento, por lo que no le parecía una mala idea caminar mientras disfrutaba de su tiempo de descanso. Ya había terminado con los estudios, libre de deberes, por lo que no había preocupación alguna en su mente. Una sonrisa se dibujó en su rostro, olvidándose de todo lo malo que había sucedido a la mañana. Era mejor vivir el presente que pensar y quedarse en el pasado, algo que no tenía mucha importancia para ella. Al menos ya sabía la clase de chica que era Momomi. No necesitaba a alguien así en su vida.

Al oir que Mitsuki estaba teniendo una mala mañana y que las cosas no iban tan bien como ella pensaba, Momomi se sintió mal. Le parecía que sin querer había contribuido a que todo el ambiente entre el grupo se enrareciese. Claro que no era responsabilidad suya de que su corazón le empujase en una dirección muy clara.

-Lo siento muchísimo, Mitsuki. A veces llevarse bien con la gente es complicado. A lo mejor no tiene nada que ver contigo y si con otras cosas, como por ejemplo con Ruby. Intenta no pensar mucho en ello.

-¿Qué tal tú?

-Ahora que estás conmigo, muy bien. Llevo todo el día pensando en ti y en cuando podremos estar juntas. 

Para entonces, ambas habían llegado ya al vestíbulo y estaban delante del tablón de anuncios.

Al ver que Yuki se ponía en pie para marcharse, Hina decidió hacer lo mismo. Ella ya había terminado de comer y estaba en la mesa únicamente por hablar, pero tras la marcha de Mai y de Mitsuki, estaba claro que era el momento de moverse.

-Espera, Yuki-chan, voy contigo. Quiero ver los horarios y así ver si me apunto a algo más.

Hina fue corriendo a dejar la bandeja y después se unió a Yuki.

Estaba ya más tranquila hablando con mis amigas del club de teatro cuando Rubí apareció anunciando que quería entrar en el club, así tal cual y tan de repente había cambiado su parecer que pensé de inmediato que era una treta para que no me enfadase por las “Rubí galletas” de Tamao, que cada vez estaba ganando más puntos negativos conmigo.

-¿quieres encarnar las personalidades de los personajes? Bueno, podríamos darte el papel mas difícil….el de la doncella que se transforma en príncipe-comento mirando a Harumi esperando su aprobación ya que es la presidenta del club y añado –lo mejor sería que propusiéramos la obra como la principal de este año y organizásemos audiciones porque si se apuntan cuando se anuncie se nos va a echar el tiempo encima-

¿Has actuado antes alguna vez, Ruby-chan? -le preguntó Harumi, a quien no le parecía demasiada buena idea darle el papel más difícil a ella.

Hay que tener en cuenta que para que salga bien, cada una tendremos que hacer muchas cosas, pero creo que ese deberías hacerlo tú, Mai-chan. Eres la que más sabe. 

A lo mejor no tiene nada que ver contigo y si con otras cosas, como por ejemplo con Ruby. Intenta no pensar mucho en ello.

Al escuchar aquellas palabras, Mitsuki se dio cuenta de que Momomi tenía razón. Ni siquiera se había planteado que el por qué Mai podría estar actuando así; simplemente, se había enrabietado y la había ignorado. Aunque parte de su orgullo seguía dañado, otra parte de ella se sentía mal por no haber tratado de arreglar las cosas; y, aunque no dejaba de estar enfadada, sí que estaba viendo la situación de otra manera.  

-Ahora que estás conmigo, muy bien. Llevo todo el día pensando en ti y en cuando podremos estar juntas. 

-Q-qué tonta -respondió, tartamudeando un poco. -Yo también tenía ganas de verte.  

Tomadas de la mano, ambas llegaron al tablón de anuncios. Ah, claro, que veníamos a esto. Cuando Momomi le brindó la oportunidad de escabullirse de la mesa, había aceptado tan rápido que no había prestado atención a dónde iban. Ver los papeles colgando del corcho le recordó que le había prometido a Mai que se apuntaría al club de teatro con ella, y ahora no sabía qué hacer. Quizá lo mejor sea que actúe como si no pasara nada. Aunque lo primero era lo primero, y lo primero era ver los horarios de los clubs, no fueran a coincidir los dos.  

Perfecto. Estoy en el aula que usa el club de cocina en Miatre. Aquí te espero.

Yaya había permanecido muy entretenida hablando un poco con todas, pero cuando vio que Yuki se ponía en pie, y que Hina la seguía, decidió unirse a ellas.

-¡Esperad, chicas! ¡Qué yo también quiero ver el horario de los clubs!

Dejó la bandeja en su lugar y corrió a unirse a Hina y a Yuki.

Se quedó mirando a Harumi, que en cierta forma tenía razón, por que le daría el papel más difícil si no sabe cómo llevarlo. 

-A amm, ciertamente... Nunca eh acusado...-

Miró un poco preocupada a Mai, esperando apoyo de su parte y que le quite un poco de peso, no quería ser una carga para ella, pero parece, que daba esa impresión. 

-Yo... No sabría por dónde empezar, pero si es el papel que me va a tocar, cuenten conmigo-

El cambio de actitud repentino de Rubí la volvió a llenar de motivación, ahora sonreía nuevamente, por que había recordado de nuevo el cómo la ella la animó más temprano, y quería corresponder su afecto ayudando en todo lo que le fuera posible. 

Reí ligeramente cuando hablaron sobre darle nombre a las galletas y asentí cuando le ofrecieron a Yuki hacer las fotos, después de lo que me había explicado Yaya sobre su afición definitivamente tenía que ser así y de pronto me sentí una mera espectadora que solo podía contemplar como una a una las chicas las chicas comenzaban a  levantarse y marchase, tardé un poco en reaccionar, definitivamente hoy estaba algo espesa y tras unos segundos finalmente lo hice -¿eh? ¡Ah! yo también voy, dejo la bandeja- avisé levantándome de golpe y señalando antes de salir corriendo para no quedarme muy atrás, reagrupandome con Yaya, Hina y Yuki cumpliendo con lo dicho.

Tras recibir el mensaje de su senpai, la peliblanco sonrió contenta por el hecho de que la presidenta del club ya estuviera esperándola en el aula del club de cocina. Sin embargo, no pudo evitar fruncir el ceño, un tanto preocupada por la posibilidad de que ésta hubiese estado esperando allí por un buen tiempo. Después de todo, no le gustaba mucho la idea de que perdiera el tiempo por su culpa. Tendría que darse prisa para no hacerla esperar más de lo que ya había estado esperando. No tardó demasiado en responder el mensaje.

Estoy en camino :3

Luego de una dura sesión de estudio, tendría tiempo para divertirse un poco con Kaname, lo cual era más que una buena recompensa para la guitarrista, luego de todo lo malo que había tenido que soportar durante la mañana. Fran estaba segura de que las mañanas en clases serían más agradables si Kaname fuera su compañera de clases. Lamentablemente, la presidenta era un año superior a ella, por lo que aquello era más que imposible, y la peliblanco no era lo suficientemente inteligente como para poder saltarse un curso, apelando que el material de estudio de cuarto no era apropiado para ella, si es que algo así era posible de por sí. Si al menos tuviera a una de sus amigas en su curso pero... sólo tenía a Momomi, y no quería saber nada con ella, no luego de lo que le había dicho luego de clases.

De cualquier modo, no se demoró en caminar en dirección al aula del club de cocina, no tardando demasiado en llegar allí, con una sonrisa de oreja a oreja, entusiasmada en demasía ante la posibilidad de cocinar algo junto a su senpai. - ¡Kaname! - Exclamó contenta al entrar al aula, buscando a la presidenta con la mirada. No iba a desaprovechar su momento de descanso, se divertiría mucho con la bella joven e intentaría olvidarse de todo lo malo que había tenido que soportar durante el día. Por suerte, Shion se había encargado de eliminar un poco aquel malestar de su mente, de lo contrario habría continuado cabreada hasta encontrarse con Kaname. - ¿Esperaste mucho? Perdón... tenía que estudiar, no quería que Shion se enojara conmigo. - Se disculpó, esperando que no hubiese estado allí por mucho tiempo. De seguro la presidenta tenía otras cosas que hacer. - ¿Qué quieres cocinar? Podemos preparar lo que más te guste. - Aseguró divertida, alzando su brazo derecho como si estuviera flexionando los músculos del mismo, en un claro gesto de confianza en su habilidad.

Me arrepentí un poco de haberme quedado tanto rato y de irme tan lentamente. Yo quería esperar a que Yaya se viniera conmigo... y ahora éramos Yaya, Hina, Ayumi y yo. No tenía nada contra ellas pero... -Es... mucha atencion. Me acompañan tres personas... ¡y contando conmigo somos cuatro! La situación se me va de las manos...- pensé preocupada de tener un entorno social tan "amplio" a mi alrededor.

Pero ahora tenía muchos ojos mirándome... ¡¿y si se daban cuenta de que estoy pensando en esto?!. Sonrojada, aun recuperandome del abrazo y con mucha timidez mire a las chicas -_{Va-vale... va-vamos a los ho-horarios...}- termine diciendo con un hilito tembloroso de voz, mientras ya abandonabamos del todo el comedor... no sea que por quedarme más tiempo se una más gente a mi.

Bajasteis las escaleras desde la cafetería y os acercásteis al tablón de anuncios, alrededor del cual había ya bastantes alumnas consultando. Momomi y Mitsuki, cogidas de la mano, estaban también mirándolo. Cuando llegasteis, visteis como estaban distribuidos los distintos clubs en dos días a la semana, de lunes a viernes.

Me quedé un rato más en la mesa contando los pajaros que pasaban por el patio, para hacer tiempo en tanto las demás se alejaban. Me levanté después de un rato y limpie lo que quedaba de mi comida, saludando con la mano y con una sonrisa a quienes quedaban en la mesa, antes de alejarme de allí. Quería enterarme los horarios, después de todo, descargar energía con una espada en mano era lo que más me llamaba hacer en ese momento, solo esperaba que la primera clase fuera pronto.

"Los caballeros no necesitan a nadie"

En todas las series, la mayoría de los guerreros y caballeros iban solos por su cuenta, peleando contra el mal, y todos los querían por su valentía y fuerza. Con ese pensamiento en mente salí del comedor con la frente en alto, preparada para ver cuando sería mi primer día como caballero de Astraea.

Kaname Había encendido ya la cocina y sacado los ingredientes, por lo que solo faltaba que llegase Fran. Cuando le envió el mensaje, la respuesta fue tan rápida como se lo permitieron sus manos, y es que a pesar de lo que se dijera, Kname no era ni tan fría ni tan seria como la gente pensaba, y no sabía por qué razón, pero había conectado especialmente con aquella recién llegada.

- ¡Kaname! ¿Esperaste mucho? Perdón... tenía que estudiar, no quería que Shion se enojara conmigo.

Kaname sonrió, relajada.

-No te preocupes, no hay ninguna prisa. He estado sacando y ordenando todo lo que podíamos usar. 

Kaname se apartó y viste que había un poco de todo. Fideos finos y gruesos, arroz, pulpo, aceite de buena calidad, verduras, algas, especias, ternera y pescado. 

-He cogido un poco de todo. Lo que no usemos lo devolvemos a la despensa y ya está. 

¿Qué quieres cocinar? Podemos preparar lo que más te guste. 

-No tengo preferencias, aunque había pensado algo sencillo, como Takoyaki, pero escoge tú. De todas maneras, lo primero es lo primero.

Kaname se acercó a un cajón sacó un delantal y se colocó a Fran con delicadeza. En esos momentos estaban tan cerca, que Kaname empezó sin darse cuenta a respirar un poquito más fuerte de lo normal, pensando sobre todo en que tampoco estaba acostumbrada a estar tan cerca de alguien, y mucho menos, cuando esa persona le gustaba.

-Necesitas protegerte contra el aceite. No me gustaría que te saltara encima, manchándote o haciéndote daño en la piel -le dijo, moviéndose hacia su espalda y atándole el cordel para que no se moviera.

Al apreciar la hermosa sonrisa de su senpai, no dudó en dedicarle una igual, contenta por el hecho de que ésta se hubiese tomado la molestia de comenzar a prepararlo todo, si bien hubiera preferido ayudarla, ya que no deseaba que hiciera todo el trabajo por ella. Se suponía que era algo que harían juntas, de ese modo también se divertirían. La peliblanco tenía mucha confianza en su habilidad para la cocina, por lo que aquello no sería un problema para ella, incluso si Kaname había dicho que no era muy buena en esa clase de cosas. Le enseñaría todo lo que tuviera que aprender, así como la presidenta lo haría durante las prácticas de esgrima, aunque Fran no tendría mucho problema en ello, ya que tenía cierto entrenamiento sobre su cuerpo. Sólo debería de acostumbrarse a las reglas ciertamente diferentes de esgrima en comparación a kendo, además de las técnicas debidas, aunque suponía que no sería muy difícil con el tiempo y la práctica.

- Mm... no deberías haberlo hecho. Quería ayudarte con eso, no me gustaría que hagas todo. - Le dijo con cierta pena por su senpai, principalmente porque pensaba que habría sido una molestia para ella. Sin embargo, se notaba que estaba agradecida por aquella ayuda, ya que significaba que Kaname estaba comprometida con la idea de que cocinaran juntas. - Gracias... aunque ahora lo haremos todo juntas, ¿está bien? - Se expresó gentil, a medida que se acercaba a la chica con la intención de ayudarla en lo que fuera necesario, sonriendo de buen humor ante la oportunidad de tener un momento de descanso de todos los problemas que la habían acechado durante la mañana. No quería pensar en otra cosa, no cuando había un mal momento bastante insoportable, sin nadie en quien apoyarse durante las clases. Realmente necesitaba una amiga en el curso, si bien no había nadie que hubiese deseado acercarse a ella en el mismo, tal vez por lo irresponsable que era durante las clases.

La guitarrista observó con detalle lo que había dejado su senpai a la vista, una vez que ésta se apartó para mostrarle. Como bien había dicho, había de todo, aunque algunas cosas no las usarían, dependiendo de la clase de platos que fueran a preparar para festejar en inicio del club. Al oír la propuesta de lo que podrían hacer en la cocina, sonrió complacida, antes de asentir, mostrándose a favor de la idea. Los takoyaki no eran tan simples de hacer, a pesar de la apariencia de estos, pero Fran no la iba a corregir, ya que le gustaba mucho que Kaname se mostrara entusiasmada ante la idea de preparar algo juntas. La alegraba, sin duda, haciendo sentir que su compañía era deseada, algo que no era malo cuando se trataba de su bella senpai. - Mm, pues sí, hay varias cosas. - Afirmó divertida, mientras observaba los ingredientes y se aseguraba de que estuviera todo lo necesario para preparar takoyaki. - ¡Bien! ¡Son muy ricos! Si vamos a prepararlos... necesitamos también repollo, cebolla, tenkasu, benishouga y... - No se demoró en buscar el molde para los takoyaki, junto con las aonori, las algas verdes, y los katsuobushi. No había duda de que aquel plato requería de varios ingredientes, además de la mayonesa japonesa, específica para cubrirlos.

No obstante, mientras acomodaba los ingredientes, dejando al resto a un lado, hasta que optaran por hacer algún complemento como tempura de mariscos u onigiri, la hermosa joven volvió a expresarse, llamando la atención de la rebelde, quien la observó con cierta curiosidad a medida que Kaname buscaba un delantal, antes de acercarse a ella. - ¿Primero? - Preguntó con cierta curiosidad, aunque haciéndose una idea de a qué se refería, tras ver el delantal, no pudiendo evitar sonreír un tanto nerviosa ante la cercanía de su senpai. Después de todo, la respiración un poco más acelerada de la chica parecía demostrar que ella también estaba nerviosa. ¿Nerviosa por Fran? A la peliblanco le costaba pensar por qué Kaname se pondría así, aunque tal vez era algún otro problema en su mente, alguna preocupación durante el día o algo parecido. No obstante, eso no quería decir que Fran no se estuviera muriendo de los nervios, su rostro adquiriendo una ligera tonalidad roja ante la vergüenza. - Oh... um... gracias, Kaname. Tienes razón, tengo que cuidarme del... aceite. - Le agradeció con cierta timidez en su voz, en el momento en el que llevaba sus propias manos hacia atrás, en una acción automática para ajustarse el delantal, sin darse cuenta de que aquello haría que tocara las manos de la bella chica. 

Nerviosa al sentir aquel contacto entre sus manos, no tardó mucho en girarse hacia la presidenta, con la mirada baja y las mejillas enrojecidas. - Tú también deberías protegerte... - Aseguró, evitando mirarla a los ojos ya que la vergüenza la carcomía por dentro, en el momento en el que buscaba un delantal para la presidenta del club, antes de posicionarse tras ésta para hacer lo mismo que ésta había hecho con ella. Por un instante, sintió la fuerte necesidad de apoyar su rostro sobre la espalda de la hermosa joven, para luego abrazarla por la cintura, pero combatió contra aquella tentación ya que no deseaba incomodar demasiado a Kaname, no cuando aquello podría significar acelerar las cosas un poco... aunque tenía que admitir que se había visto demasiado tentada a hacerlo. Después de todo, la presidenta era preciosa, y muy buena con ella. - ¿Quieres cortar el pulpo en trocitos mientras preparo la mezcla? - Preguntó de buen humor, mientras ajustaba el cordel del delantal, no había duda de que había cierto afecto en aquel gesto de su parte, tomándose su tiempo en hacerlo.