Partida Rol por web

[Strigoi]Una extraña alianza

Prólogo: El despertar.

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02/05/2016, 01:26
Eudoxia

En el momento glorioso y definitivo en el que Carlein finalmente se entregaba a ella, Eudoxia emitió un profundo y ronco jadeo, que resonó al unísono con aquél primitivo y lleno de alivio que brotaba de la boca del cazador. 

Sintió cada ápice de su anatomía enterrarse en la propia, palpitando y expandiendo sus adentros, que hacía,  literalmente, siglos, que no recibían la cálida visita del sexo opuesto, y se contraían, recibiendolo en un cálido y apretado abrazo que se amoldaba a sus formas. Eudoxia por su parte, procedía a aferrarse de nuevo a su espalda, y a cruzar las piernas, apretandolo contra ella, provocando esta vez que se introdujera aún más en sus adentros. 

Lo apretó,  con firmeza, y momentáneamente lo inmovilizó, a sabiendas de que querría follarla, impidiendo momentáneamente que lo hiciera, al tiempo que lamía sus labios y lo miraba fijamente, sonriendo,  mientras su mano derecha se deslizaba hasta su cuello, y era ella ahora quien apretaba,  sintiendo el delicioso pulso de su carótida, jadeando otra vez al percibirlo, y soltando, poco a poco, su agarre para, tras haberle mostrado un  pequeño matiz de su situación real, cederle, progresivamente, libertad de movimiento.

 

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03/05/2016, 01:46
Carlein Van Herden

La repentina parada causada por la vampiresa fue recibida por Carlein con un gruñido, inmerso en el deseo de follarsela los mensajes subliminales de la vampiresa eran prácticamente ignorados mientras su miembro palpitaba dentro de ella ansioso por seguir. Puso las manos sobre sus generosos senos y los apretó, deformó a merced mientras recuperaba el ritmo. El vibrar de su cuerpo, su armonía con los movimientos que dispensaba sobre la mujer se hacían cada vez más violentos. Carlein pellizcó sus pezones coronando ese deseo que renacía con redoblada intensidad.

Sentía su pene adentrarse en las profundidades de Eudoxia, arrebujarse del calor que le dispensaba el cuerpo, dejó que el suyo finalmente se acoplara sobre ella aprovechando que era más grande que ella y mordió, dentelleó cada rincón de la piel de la vampiresa que le llegó a los labios. La violencia con la que la tomaba iba aumentando, el dolor agudo por los golpes de cadera contra la de Eudoxia desgarraban sus músculos y su cordura. Deseaba tanto dejar escapar su simiente, que no quería que esa sensación desapareciera y con otro arrebato animal salió de su interior para darle la vuelta.

Azotó las nalgas que ahora se ofrecían a él, las mordió dejando sus dientes impresos en los glúteos, y abriendo los cachetes le encajó el pene en el ano sin preocuparse del dolor que pudiera sentir, si es que iba a sentir algo. Se adentró como elefante en cacharrería mientras azotaba el culo de la vampiresa una y otra vez, solo para volver a coger ritmo.. salvaje ritmo.. mientras la cogía de las muñecas tirando de sus brazos para que hiciera de muelle para cada embestida.

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03/05/2016, 02:16
Eudoxia

Eudoxia emitió un alarido de dolor repentino, al sentir cómo Carlein visitaba aquellos terrenos inhóspitos con tan poca delicadeza y procedía a embestirla sin ningún cuidado, agarrandola de los brazos.

Tardó unos instantes en reaccionar. Unos en los que la sorpresa y la incredulidad la mantuvieron inmóvil,  antes de que sus manos se soltaran de su agarre y lo empujasen con fuerza, haciéndolo retroceder, para girarse sobre si misma, y en lo que duraba un parpadeo,  situarse a su lado, para abofetearlo con fuerza, acompañando el acto de un gruñido casi animal, y volviendo a empujarlo para que cayese pesadamente al suelo.

Lo observó, erguida,  uno, dos segundos. Y antes de que pudiera levantarse se abalanzó sobre él, apretando su cuello para mantener su cabeza apoyada contra la superficie, y posando una rodilla sobre su pecho, antes de agazaparse para mirarlo muy de cerca, y mostrarle los dientes, en una clara amenaza- Perro estúpido...-dijo, mientras, aun manteniendo su agarre sobre el cuello recomponia su posición,  irguiendo su espalda y dejándose caer a continuación sobre su pelvis, sin ningún cuidado, para comenzar a cabalgarlo a horcajadas en violentas embestidas mientras su mano libre volvía a abofetearlo.

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07/05/2016, 04:16
Carlein Van Herden

El alarido casi cogió por sorpresa a Carlein, aunque la violencia con la que la tomó nacía de esas briznas de desdén por ella no esperaba que fuera a hacerle daño físico, eso le causó una satisfacción incluso mayor que la de estar jodiendo con ella. Pero la reacción de Eudoxia fue la de un huracán, el cazador no pudo ofrecer resistencia y terminó en el suelo, abofeteado por la vampiresa que recibía la mirada desafiante y de deseo del mortal.

Dejó que se desquitara, solo para sentir de nuevo como su verga se introducía dentro de ella por deseo de la misma. Sintió la espoleta del placer volver a saltar, ansiando esa intensidad como el antídoto del veneno que le proporcionaba el cuerpo de la cainita. Movió su cadera con furia hacia arriba, penetrándola con la misma fuerza que ella imprimía hacia abajo hasta que le dolió la la pelvis por cada choque de sus cuerpos.

Recibió sus bofetadas con morboso deseo, él se las devolvió y fue un paso más allá. La cogió del pelo para acercarla a sus labios y besarla, besarla con la lujuria más abyecta y enfermiza que un hombre pudo evocar por una mujer. Si hubo una vez un paraíso terrenal para el cazador, ahora lo estaba disfrutando en primera línea mientras gemía y jadeaba ansioso por cada movimiento de la cainita.

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08/05/2016, 20:19
Eudoxia

Eudoxia lazó una dentellada, que a punto estuvo de alcanzar la mano de Carlein cuando éste le devolvió los golpes y la tomó del cabello, arrastrándola hacia sus labios, los cuales mordió esta vez con saña, hasta hacerlos sangrar, para proceder a devorar su boca con auténtica glotonería, gimiendo, ahora sí, al percibir de nuevo el sabor de la exquisita vitae mientras el cazador horadaba sus entrañas.

Dejó escapar un pequeño reguero carmesí, tan sólo para observar cómo se deslizaba, despacio, por su mejilla, procediendo a lamerlo a continuación, con avidez, mientras apretaba el agarre de su cuello, y deslizaba la mano libre por su espalda, impulsándolo, y reclinándose ella hacia atrás, con un hondo jadeo, hasta dejarlo sentado sobre el suelo, permaneciendo ella sobre su regazo, procediendo a aferrarse a él, cruzando las piernas a su espalda, para notarlo aún más adentro y constreñirlo, apretando sus carnes prietas y ahora cálidas contra las suyas, mortales y apetecibles. 

Sus uñas volvían a horadar en su espalda, pero esta vez se deslizaron, acompañando al siseo que escapó de sus labios al percibir el calor de la sangre mojar sus dedos, llevándoselos a la boca, para lamerlos uno a uno, con deleite, volviendo acto seguido a libar de la boca del cazador, entre violentas embestidas.

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11/05/2016, 03:44
Carlein Van Herden

Carlein sentía el cuerpo estremecerse, zarandeado con la amenaza de llegar al éxtasis final. Aullaba de dolor y placer, mientras Eudoxia lo desgarraba en cada embestida. El cazador como queriéndose cobrar venganza, agarró los senos de la vampiresa pellizcando con fuerza sus pezones a la par de un nuevo ataque que la hizo botar sobre su cuerpo. Le dolía la cadera a rabiar, pero no quería parar.. no deseaba parar.

Apretó los dientes tal como si jurara en arameo, pero sentía su cuerpo estremecerse y a pesar que sentía que con la vampiresa hubiera podido continuar hasta hartarse, su éxtasis tenía decidido cuando estallar. Carlein arrastró de nuevo a Eudoxia a sus labios, besándola con desenfreno mientras su cuerpo finalmente se estremeció como una tormenta dentro de ella esparciendo la semilla por su interior.

Jadeó como un animal mientras llegaba al orgasmo, con el cuerpo desgajado por las heridas proporcionadas por la cainita. Con ansiedad la volvió a besar, queriendo sacar más fuelle para continuar el acto, pero poco a poco el físico de Carlein iba frenándose habiendo llegado al clímax más intenso que jamás sintió en su vida.

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11/05/2016, 04:03
Eudoxia

Eudoxia se dejó arrastrar por la lujuria de Carlein. Se dejó besar, y lo acompañó en aquel fornicio primitivo y violento, hasta que lo notó revolverse, desafiando a su propio placer, que parecía a punto de derramarse.

La sacerdotisa dibujó una sonrisa sibilina entonces, mientras recibía sus desesperados besos, inundados en una sed de lujuria que le producía un profundo arrebato. Una sed que decidió calmar, aprovechando aquel último instante en el que el hombre fue dueño de sus actos antes de estallar, para rasgar sus propios labios, dejando que la oscura vitae rezumara de los mismos, para volver a sumergirse en su boca, gimiendo inevitablemente al saber que ahora, una parte de ella, se encontraría arraigada en lo más profundo de su ser. 

Una parte de ella que lo volvería más dócil y manejable, mientras su pequeña mente mortal se empecinado aún en aquellos juicios de valores que ya comenzaban a quebrarse. 

Eudoxia le dio de beber de su propia esencia, y a su vez bebió con ansia su orgasmo, apretandolo contra su pecho, y notando cómo regaba sus interiores de cálida semilla en violentas sacudidas que finalmente lo hicieron sucumbir. Lo sintió ansioso, desaforado, queriendo proseguir por encima de sus posibilidades, y lo apretó un poco más fuerte, acariciando a la vez su pelo como quien trata de amansar a una bestia salvaje - Shhhhhh...-le susurró, fervorosa y tremendamente satisfecha, animandolo a abandonarse a la contemplación del placer en plena quietud, conminandolo a detenerse y quizá observarla, con aquellos nuevos ojos que le daba la sangre. 

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13/05/2016, 01:39
Carlein Van Herden

Mientras el éxtasis gobernaba su cuerpo con los estertores del orgasmo, Carlein cometió el fatal error de bajar la guardia. Algo que, por otra cosa, se había buscando jugando con fuego. El instinto lo arrastró a beber esas gotas de sangre que le ofreció a traición la cainita, sintió una sensación de euforia parecida al orgasmo que acababa de disfrutar y sus se dilataron por unos segundos.

Obedeció al requerimiento de silencio de Eudoxia, mirándola a los ojos como si descubriera matices inesperados en ella y la agresividad del cazador se atenuó. Se sentía extraño, mareado como si estuviera bajo los efectos de una droga que lo desestabilizada. Murmuró algo ininteligible mientras caía en el sopor posterior al coito, sentía el cuerpo tan pesado como vigoroso, hundido en una mezcla tan exótica como desconocida para él.

¿Qué..? ¿Qué has..? aquello era casi una pregunta retórica, Carlein no era consciente que el vitae vampírico ahora fluía por sus venas y algo en él había empezado a cambiar, algo oscuro y retorcido como las maquinaciones de la propia setita.

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15/05/2016, 23:13
Eudoxia

Eudoxia símplemente sonrió, sin entender las palabras del cazador pero intuyendo sus sensaciones, y su confusión. Acarició una vez más su espalda, y comenzó a desembarazarse de él, despacio, soltándolo para levantarse, lentamente, notando cómo se vaciaban sus adentros, y cómo el cálido esperma resbalaba, espeso, por la cara interna de sus muslos. 

Posó una mano sobre su hombro, rodeándolo, hasta situarse a su espalda, acuclillándose entonces tras él, posando ambas manos ahora sobre su piel, para proceder a lamer los profundos arañazos que le había propiciado, cerrándolos, en el acto, mientras degustaba los resquicios de vitae que aún rezumaban de los mismos. 

Finalmente, se levantó, y se situó frente a él, desnuda, con una mano sobre la cadera, ladeando la cabeza, mientras lo observaba- No ha estado mal, para un mortal- comentó, en su cabeza, con la misma sonrisa de antes- Si estás cansado puedes dormir. Me encargaré de vigilar este sitio hasta que amanezca. 

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17/05/2016, 01:43
Carlein Van Herden

El cazador tenía la mente embotada por el orgasmo y la intrusión de la sangre de Eudoxia en el cuerpo, y tal cosa parecía haberle vigorizado para continuar, pero su mente empezaba a calmarse. Carlein sintió nuevos escalofríos al notar la lengua de la vampiresa en su espalda, dejando que aquella sensación lo gobernara un poco más. Cuando se plantó delante de él valorando su actuación, no pudo evitar entrecerrar los ojos ante su comentario.

¿No he estado mal..? se abstuvo de soltar una obscenidad, para variar, y simplemente la miró con un poco de hostilidad. Ante la propuesta, el cazador frunció el ceño y la recibió con.. aceptación. Supongo que tendré que vigilar que no te pongas morena... siseó rabiando consigo mismo por no poder ser.. ¿más soez? ¿agresivo? ¿hostil? No sabía adivinar qué había ocurrido, ni que un polvo hace que te cambie la perspectiva con la que tratas a la gente.

No hagas nada raro.. mañana.. tengo que hacer de profesor. respondió con frustración recordando la tarea que le había encomendado el viejo y, esa noche, se la había pasado por el forro de los cojones. Literalmente hablando.

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23/05/2016, 19:38
Director

Y al primer encuentro movido entre ambos, llegó la calma. Carlein se reposó y el amanecer no tardó para que Eudoxia también lo hiciera. Fue a la noche siguiente que Setrakian decidió separarse de ambos, dándole una destinación hasta que Eudoxia estuviera adaptada: el norte. Ambos deberían atravesar toda la Europa oriental hasta llegar a tierras más frías. Era ahí donde los strigoi aun eran combatidos abiertamente por humanos, el único lugar que podría contarse libre de aquellas bestias. Aunque la victoria fuera momentánea solo, estaban muy lejos de reconquistar todo el mundo por mucho que mantuvieran una frontera de conquista.

Así Setrakian y la doctora se separaron de ambos y volvieron a su base de operaciones, al parecer querían saber si el otro grupo que había sido enviado a buscar vampiros había vuelvo exitoso. Era mejor que viajaran por parejas y Carlein y Eudoxia solo podrían hacerlo por la noche.