Partida Rol por web

Bienvenido a Fortaleza Mercenario.

Fortaleza Mercenario es el refugio de los desterrados, de los que no quieren ser encontrados o de los que buscan nuevas aventuras. Un grupo de mercenarios recuperó este castillo, a orillas de la desembocadura del Río Azul, para convertirlo en una nueva residencia para ellos.

Ahora llegas tu. Pisas la sucia calzada y echas un vistazo. Un buen castillo. Una mala ciudad.

Apenas hay comercio y gente, aunque ves alguna familia que parece que acaba de mudarse a la ciudad. No obstante, hay potencial. Las casas semiderruidas e invadidas por la madre naturaleza son testigos de la antigua ciudad que aquí brillaba; oistes rumores hace mucho de una gran tragedia que la asoló...Pero no sabes mucho más.

Bueno, hasta aquí has llegado. ¿Estarás de paso o acabarás llamándolo hogar? El tiempo lo dirá. Por el momento sería buena idea encontrar a alguien en el castillo que pueda ayudarte en tus primeros días...

Y comer. Que el hambre es mal compañero de viaje.

Avanzo por las calles de una ciudad bastante miserable hacia el lugar del que ya me han hablado en mas de una ocasión.
Camino pausadamente por una de las calles principales de la urbe con el brazo izquierdo apoyado en la empuñadura de Hayate.
Mas de una vez, mi acero despierta alguna que otra mirada codiciosa. Pero nadie se atreve a asumir el riesgo de provocarme.
Y finalmente, la calle acaba desembocando frente a la entrada de un castillo de solida construccion y de imponente aspecto.
Me detengo por unos minutos examinando la vista.
De toda la ciudad, el castillo parece lo mejor conservado.
Sus muros son recios y sin grietas, las almenas están en perfectas condiciones y veo a algún guardia patrullar por ellas. Las torres y los chapiteles, se alzan docenas de metros por encima de la ciudad
Y, ante mi, las puertas del castillo aparecen abiertas. Son de recia madera reforzada por contrafuertes de acero.
Vuelvo a caminar pues me percato, de que mi presencia ha sido advertida por los guardias de la puerta.
Uno de ellos se adelanta y empuñando su lanza con cierto nerviosismo, me dice.
¿Que quieres y que es lo que buscas aqui?.
Y yo, tras mirar de arriba a abajo al guardia, respondo.
Soy un guerrero como tu. Y creo que he venido al lugar adecuado. Pues si esta es la gran fortaleza del mercenario, sera conveniente que me dejes pasar. Pues quisiera presentarme al oficial al mando.

El guardia tiembla un poco debido a su inexperiencia. Sin duda la seguridad no es el punto fuerte de este lugar, en lo que a soldados se refiere claro. Con su dedo esquelético te indica el camino a seguir dentro del castillo.

Dentro de la fortaleza no cambia el panorama respecto a lo visto en la ciudad que lo rodea. Grandes estancias vacías, adornadas con polvo y telarañas. Seguro que sería un buen castillo si no estuviese tan abandonado.

Al pasar a una especie de entrada, ves a un hombre sentado frente a una simple mesa de madera. Varios metros detrás de él un grupo de personas charlan entre sí.

- ¡Ah! Hola, encantado.- Te saluda el hombre, tras tu presentación.- Bienvenido Joe, mi nombre es Sanchez...¿Asi que eres luchador y marino? ¿buscas algún trabajo?

Sus ojos brillas, sin duda espera con ansia una respuesta afirmativa.

Suciedad. Hedor. Gritos y relinchos. Humanidad.

Otra vez en casa.

Camino con cuidado de no manchar la ropa no excesivamente limpia del viaje, pero aun presentable, buscando entre los recuerdos que llenan mi memoria el camino hacia la última posada en la que me aloje aquí. Discreta, de clase media, la clase de posada en la cual uno no espera encontrar nada extraño.

Tal vez sea hora de enterarse de las últimas noticias.

El sol no esta excesivamente alto en el horizonte, el mercado seguirá atestado hasta casi la hora del cierre, tal vez peda empezar por ahí.

Si bien en el caso de la posada podía dudar en cuanto al mercado esta no existe, el bullicio y el río de gente se dirige en una misma dirección.

Suspirando, me uno a los viandantes cuidando mi bolsa. Buscando signos.

Recibistes un mensaje del Gremio hace unos días, por medio del método habitual, las fieles y seguras palomas mensajeras. Tras aplicar mentalmente la clave y los códigos de cifrado conseguistes leer la misión: Infiltrarte y recopilar información de los nuevos inquilinos de la antigua ciudad de Northwater, ahora llamada Fortaleza Mercenario. Estructura, líderes, personas importantes, actuaciones, ideología y otros asuntos relevantes.

Cruzo el umbral del castillo siguiendo las indicaciones del guardia.
Avanzo por el gran patio interior de la fortaleza y voy examinando el lugar.
Hay muchas puertas que dan al patio. Y a través de ellas, puedo distinguir las estancias vacías.
Parece que este lugar, todavía no este demasiado habitado.
Finalmente, llego hasta un individuo sentado ante una mesa de madera. Tras el, hay un grupo de gente.
Y cuando este individuo me dirige la palabra, yo respondo.
No solo busco trabajo. También busco la oportunidad de probarme a mi mismo. Espero haber llegado al lugar adecuado.

Bueno, parece que por fin doy con un lugar en el que puede que esta noche no tenga que dormir a la intemperie. Pienso mientras miro a mi alrededor. La verdad es que ver esto me resultaba muy tosco, le falta algo de color verde para mi gusto, demasiadas piedras juntas y estaba casi segura también que demasiada gente. A pesar de que lo mío nunca había sido hablar con otra gente y por supuestísimo mucho menos, con gente que no fueran elfos, comencé a caminar buscando algún sitio en en el que alguien me pudiera vender alguna cosa para comer y si era algo caliente mejor, mis élficos huesos lo iban a agradecer.

Lo primero que hizo Lloyd al poner un pie en aquel lugar fue tomar una bocanada de aire.

- Vaya, aquí huele a tierra de oportunidades – se dijo con una sonrisa, mientras se rasca la cabeza. Hecho un ojo a la zona – Espero que no sea solo el olor...

 Fue en ese momento cuando su estomago rugió como un león. Ya era cosa normal, a veces le daba la sensación de estar viajando con una fiera.

- Argh… necesito un trago – se dijo. Volvió a mirar a ambos lados y se dirigió al lugareño mas cercano para preguntarle sobre la ubicación de alguna taberna… esas cosas siempre abundan en lugares así.

Te mueves por lo que deduces es la plaza central de la ciudad, donde ahora mismo hay mercado. Bueno, o debería, ya que sólo hay dos puestos de comida y un par de ancianas paseando. No parece un comienzo muy alentador, pero de repente te fijas en una figura.

Hay un joven adolescente de pie en una sombra, casi escondido. Podría pasar por simplemente un jovenzuelo, pero no para tus ojos. Tiene una cinta negra puesta como un brazalete, con el nudo colgando sobre su bíceps; es la señal.

Es un emisario del Grupo. Debe portar algún pergamino con información relevante sobre las Runas Verdaderas.

Te mueves por las calles practicamente desérticas, parecería un pueblo diminuto si no estuvieras en una gran ciudad, aunque deduces que la mayoría de las casas están sin habitar.
Llegas a lo que supones que es la plaza central, donde hay mercado. Bueno, o debería, ya que sólo hay dos puestos de comida y un par de ancianas paseando. Parece que al fondo también hay una posada.

Un hombre mayor te indica la dirección de la posada, el lugar que hace las veces de hotel, restaurante y taberna. Sin duda este no parece el sitio donde florecen los negocios, al menos por el momento.

Dentro tampoco está muy animado. Un posadero algo rechoncho y un par de viejos que miran fijamente...a sus jarras. Al menos parece tranquilo.

Mi desayuno no ha sido precisamente lo más variado del mundo, así que decido acercarme a observar qué alimentos se venden en esos puestos.

- ¡Oh! ¡Si, si!- Asegura.- Este es el lugar indicado. Necesitamos gente como tu en estos momentos.

Se gira hacia el grupo.

- Bueno, allí están Viktor, Apple, Flik, Odessa y Achilles. Supongo que ya les irás conociendo poco a poco.- La reunión de personas no parece haber oido las presentaciones debido a la distancia.- ¡Flik! ¿Puedes venir un momento?

El hombre vestido con ropas azules se acerca a ambos. Tiene aspecto de ser buen luchador, además de rasgos de líder; pero no quieres prejuzgar con demasiada anticipación.

Os presentáis.

- Encantado Joe. Mi nombre es Flik y es un placer tenerte a bordo.

Sanchez le comenta tus dotes como marino y tus conocimientos sobre las Naciones Insulares.

- Que bien. Nos vienes de perlas. Necesitamos a alguien que me lleve a Middleport...¿Aún tenemos el barco del viejo Choo?- Sanchez asiente afirmativamente.- Bueno, ¿qué me dices? ¿Te ves capaz de ayudarnos?

Levanta una ceja al ver el panorama en aquel lugar. Definitivamente esperaba algo mas animado.

Sin borrar su media sonrisa característica, entro al lugar a paso ligero y se sentó en una de las mesas más cercanas.

-¿Y bien, señor? – Dijo con un tono agradable al posadero, mientras lanzaba la pequeña bolsa con las pocas monedas que llevaba sobre su cabeza para tomarla en el aire y volver a guardarla - ¿Qué puede ofrecerme para beber? – en ese momento su estomago volvió a rugir – Argh… ¿y para comer?

Al ver al joven con la banda negra un suspiro de alivio comienza a surgir de mi garganta, pero es reprimido a tiempo.

 No es momento de perder la calma. No, por mucho tiempo que haya estado inactivo. Por mucho que me hayan tenido apartado. ¡Al margen!

Hay que seguir el procedimiento…

Cojo a uno de los crios que circulan por el mercado, y le entrego un trozo de papel de cierta textura y calidad, que entrega al joven. Uno de los preceptos es no enseñar nuestros rostros unos a otros dentro de la organización. Hoy me siento poco creativo para entretejer algo más complejo y espero por el bien de ambos que el joven no trate de sonsacar al niño sobre mí.

Una vez esta convenida la señal el joven comienza a andar de forma pausada, guiándome al lugar donde depositará las instrucciones para que yo las recoja.

¿Que comenzará?

Naturalmente que me veo capaz de llevarte hasta Puerto Medio.
Contesto al llamado Flick.
Aunque, tras mi contestacion, sonrio levemente y añado.
Aunque aún no he oído nada sobre lo que sacre yo en limpio. Al fin y al cabo, este lugar se debe llamar Fuerte Mercenario por algo.
Dicho esto, me giro para mirar a Sanchez.
Tan solo, he de hacer una puntualizacion. Mi único escrúpulo, será combatir contra mis antiguos compañeros de armas, los caballeros de Razgril. Por lo demás, debe quedar claro que estoy dispuesto a aceptar cualquier tipo de misión.