Partida Rol por web

Tras la nueva pérdida de Mai, los chicos y chicas, agotados tras un más que terrorífico sprint, se adentraron en el edificio polivalente, una zona base en la que se suponía que podrían descansar, alimentarse y ordenar sus ideas.

Bobby les condujo hasta la zona de la cocina y la cámara frigorífica. Una habitación bastante amplia, limpia, con mesas, sillas  e incluso televisión. En la habitación contigua se encontraba la zona de las duchas y los servicios. Resultaba una buena zona de descanso. ¿Pero sería adecuado para montar un "cuartel general"? ¿O deberían seguir pensando en cómo salir de allí? Cualquier cosa podía ocurrir aquella noche, tanto fuera como en el interior.

la zona de la cocina

Jenny agarra un cuchillo grande y lo echa al bolsillo lateral se su bolsa disimudamente

Medio minuto despues mirara aterrada las posibles ventanas y entradas del edificio.

-¿No deberiamos tapiar las ventanas con tablones? en las pelis lo hacen siempre- Sonrie amargamente.

- Muy bien chico, así se hace joder... sí, así se hace. Respira, ¡te lo has ganado!- Jhon, sin resuello y rojo como un tomate por la carrera que acaba de pegarse se apoya contra la pared y se deja caer hasta sentarse en el suelo. Mientras limpia nerviosamente sus gafas, trata de poner en orden sus pensamientos. ¿De verdad acababa de oír los gritos agonizantes de  la  monitora?¿Se la estaba comiendo los murciélagos?.

Haciendo un esfuerzo por no decir que el no había querido salir de la enfermería desde el principio, Jhon se dirige a los monitores (los que quedan vivos. ¿de verdad está pasando todos esto? Es una locura, no, es imposible...) -Je...Je...Jenny tiene razón... errr. me refiero... errr... Habría que tapiar las ventanas, o al menos asegurarse de que están cerradas... y no estaría de más que trajéramos alimentos y bebidas a la sala principal para no tener que andar saliendo a buscarlos en mitad de la noche... errr... sí... errr-

- No te van a hacer caso chico, no te van a hacer caso como no te lo hicieron antes. ¿Que te dije? Van a ir palmando uno a uno... Tranquilo chico, estoy contigo..-

- Errr, esto... errr, no deberíamos buscar algo con lo que defendernos o algo, no sé, cuchillos, palos de escoba.. errr, lo que sea... esto.. ¿No prometían tiro con arco en el folleto del campamento?-

Jhon busca apoyo con la mirada en Dylan, seguro que al muchacho le parece buena idea organizar una defensa. Sí, seguro, el sabe que tiene razón...

Con la frente perlada de sudor, pálida y temblorosa, Alex se apoyó de espaldas contra la fría pared del comedor, dejó caer la bolsa de deporte a su lado y se deslizó hasta el suelo con la mirada perdida en ninguna parte. En realidad, sus ojos bailaban entre los rostros de los supervivientes, deteniéndose en Hugo durante un instante para segundos después clavarse en la puerta cerrada del edificio polivalente.

¿Por qué? La pregunta reverberaba una y otra vez en su cabeza, mientras repasaba uno por uno los pasos que habían dado desde que se encontraron a Jake y a las chicas en medio de la campa. Si hubiese sido un poco más rápida, sólo un poco, quizá hubiese podido ayudar también a Mai. O tal vez si hubiera lanzado la bolsa de deporte contra los murciélagos habría podido distraerlos lo suficiente para que la monitora huyera. Puede que si hubiese utilizado la linterna para cegarlos igual que Hugo había intentado utilizar su cámara... Cállate.

Cállate, cállate, cállate. La muchacha hundió el rostro entre las rodillas, enredando los dedos en su melena pelirroja. La monitora había muerto por su culpa. Los gritos la perseguían como un eco insistente desde que la dejaron ahí tirada, en medio de la hierba.

Porque había sido una idiota. Podía haber reaccionado de mil maneras, y lo único que se le ocurrió fue lanzar su bolsa de deporte a modo de soga. Para colmo, el estirón del otro chaval había roto una de las correas. Tendría suerte si la otra aguantaba lo suficiente.

Habían llegado al edificio aparentemente a salvo, pero un grito a sus espaldas mientras corría por su vida, cada vez más rápido, le avisó de que algo no estaba bien. Apenas se giró un poco, pero alcanzó a ver lo vital de la escena: la monitora que tocaba la guitarra frente a la hoguera había sido alcanzada. 

Notaba un sudor, pero un sudor frío. Estaba acostumbrada al deporte y al calor, por lo que no se trataba sudor del cansancio, era más bien de miedo... "¿miedo? Seguro que a lo desconocido... sí, eso tiene que ser", demasiado orgullosa era la chiquilla para siquiera admitir que tenía miedo. 

Suspira para sus adentros, intentando reordenar sus pensamientos mientras su miraba bailaba de tanto en tanto de Lenny a Dylan y a Hugo. Seguía siendo demasiado... surrealista... extraño... el miedo y el desconcierto podían adivinarse todavía reflejados en sus ojos -¿quién...quién estaba entonces en el otro bungalow? 

Tras hacer la pregunta, más bien un pensamiento expresado en voz alta, mira hacia el suelo, donde se encontraba encogida sobre sí misma una de las pelirrojas, la que había salvado con un valiente gesto a Hugo "pero si ya estaba muerto...¿a quién a salvado?". Miles de ideas raras seguían surcando su cabeza de tanto en tanto. 

Se tapa la cara por unos momentos mientras escucha las palabras del chico debilucho y con gafas, el cual parecía esconder alguna fuerza interior, porque para seguir con vida... -mmmhh... los arcos...- se aparta las manos de la cara para hablar -supongo que deben de estar por la zona de actividades preparados... ¿o no? Nunca he sido monitora y no sé dónde se suelen guardar las cosas... 

Lo de asegurar puertas y ventanas...- lanza una mirada irónica a la rubia que había conocido...¿esa mañana? Qué raro estaba pasando el tiempo...-En las pelis sabes cómo suelen acabar, ¿verdad?- recuerda por un momento la criatura arañando la ventana de su bungalow y los cuerpos que encontraron en el siguiente, y reprimiendo un escalofrío esboza una sonrisa algo forzada y carente de emoción -quizás ya haya alguna criatura aquí dentro y lo único que hagamos sea ponerle las cosas más fáciles... Pero la idea de armarnos la veo bien- da una mirada a su alrededor intentando buscar alguna tubería rota, barra de metal, escoba, rastrillo, hacha... lo que sea que les pueda servir. 

¿Cuándo había soltado a Alex? No podía parar de formularse aquella pregunta una y una otra vez, con los ojos muy abiertos y el rostro cubierto por silenciosas lágrimas. Ella tiraba de la chica pero si no la hubiera dejado marchar probablemente entre ambas hubieran salvado a los dos.

Y sin embargo, la había soltado. ¿Cuándo? Era incapaz de recordarlo, cuando se había dado cuenta ya se hallaba casi en la puerta del edificio y al darse la vuelta vio a Alex y a Hugo correr en su dirección... y a Mai. Se había quedado mirando como la atacaban los murciélagos, cómo la mataban. 

No había sido por su culpa que la chica estuviera muerta pero se daba cuenta de que la posibilidad de salvarla había estado a su alcance y había fallado. Sorbió ruidosamente por la nariz antes de hacer un pobre intento de secarse las lágrimas, que seguían bañando su rostro.

- ¿Y ahora qué? - preguntó con la voz tomada en dirección a los tres monitores supervivientes, que todavía no se había pronunciado.

Lo del campamento había sido en global una pésima idea. Desde el primer momento en el que puso sus pies ahí descubrió que era imposible para ella hacer "amigos", tal y como había deseado su padre. Era simple desavenencia de caracteres. Era cierta que había algún chico bastante aprovechable pero posiblemente no lo suficiente para tentarla y ni mucho menos lo bastante bueno como para compensar su estancia en aquel lugar.

Pero de algún modo aquello no fue tan malo en comparación con los sucesos posteriores. A su grupo le había tocado hacer un juego nocturno. Ir hasta el árbol muerto y encontrar entre sus raíces el objeto que los guiaría durante toda la estadía en el campamento, o al menos eso era lo que habían hecho tras descifrar el galimatías que les habían escrito los monitores.

Ja, ja, sí, muy divertido. Suerte que siempre había gente dispuesta para entusiasmarse con aquel tipo de actividades. Y los esfuerzos de uno de sus compañeros por ligar con ella era entrañable. Ineficaz del todo, cierto, pero entrañable. Así que con todo en cuestión de un rato se habían plantado a los pies del árbol muerto y discutido por quién se iba a ensuciar las manos removiendo la tierra evidentemente ya revuelta.

Pero cuando lo hicieron no encontraron la tontería que fuera que les habían preparado los monitores. Había cuatro pares de ojos iguales a los de los monitores. Obviamente el primer pensamiento, tras alguna expresión de asco y desagrado por parte del grupo, había sido que aquello era un montaje. Hasta que el agujero se había empezado a llenar de sangre a través de un chorro de sangre que empapó a Leah y que, como no tardaron en descubrir, surgía de los cuatro cuerpos que pendían de las ramas del árbol y que sin lugar a dudas no estaban ahí un momento antes.

A partir de ahí todo se desmadró. Empezaron a correr con el fin de encontrar al otro grupo de monitores y chicos pero en su loca carrera todo se torció. Jack iba delante cuando un ser enorme lo arrolló y francamente, ninguno de ellos sintió ganas de pararse para ver si el chico estaba bien. Evelyn y la otra chica cuyo nombre no recordaba simplemente habían desaparecido sin más. Susi murió cuando intentó hacerse con el control del grupo, frenándolos un momento, instante que aprovechó para ensartarla con unas largas uñas un ser de apariencia humana pero con la piel negra y llena de pliegues, sin párpados y sonriente. Aquella había sido la señal que necesitaban para saber que si se paraban, morían, era así de sencillo. Por desgracia más de la mitad del grupo había pagado la imprudencia de Susi. Cuatro más perecieron en manos de aquel ser mientras Leah, Christie y George seguían corriendo como alma que llevaba al diablo, avistando por fin el campamento.

Ni siquiera supieron que le pasó a Christie, simplemente antes de cruzar la linde del bosque sus piernas decidieron independizarse y su cuerpo quedó separado por la mitad. Para George aquello fue demasiado. O tal vez había sucedido algo más que a ella se le había escapado el caso es que empezó a gritar, reír y llorar, todo a la vez en una mezcla de sonidos de lo más alarmante, dando vueltas en círculo mientras se arañaba los brazos y se dejaba grandes regueros de sangre.

No se podía decir que hubiera intentando con demasiado ahínco llevarse al chico con ella pero lo cierto era que cuando lo había intentado George simplemente se había soltado con brusquedad en medio de un espasmo de risa incontrolada y ella, viendo una sombra tras él, sólo había podido que correr.

¿Por qué hasta el edificio polivalente? Hubiera sido mucho más seguro entrar en un bungalow, buscar a los otros monitores. Pero no había podido. Simplemente había entrado en aquel grandioso edificio, asustada y cubierta de sangre de la cabeza a los pies, tiritando de frío y de miedo, y se había escondido en un armario de la cocina. Probablemente, lo mejor hubiera sido salir de allí pero, ¿acaso era seguro? Aquel sitio no era mejor pero al menos controlaba su entorno inmediato.

Sin embargo un ruido en el exterior y las voces que la siguieron la alertaron. Alguien se acercaba.

O algo.

Había corrido con todas sus esfuerzas, sin mirar atrás, e intentando dejar de oír los chillidos de aquellos animales y los gritos de terror y dolor de alguien. No sabía quién los había lanzado y, sólo cuando llegaron al edificio y se sintieron a salvo, observó una a una las caras de los presentes. Faltaban dos... el chico de color y la monitora que había estado tocando la guitarra. No podía ser verdad, aquello no podía estar pasando.

A pesar de estar sudando por el esfuerzo, Lizzy sintió mucho frío, el miedo, las imágenes que aún tenía grabadas en la retina de lo ocurrido en los dos bungalows y la poca ropa que llevaba encima la hacían temblar visiblemente. Le dio un apretón a la mano de Lenny antes de soltarse para caer sentada en el suelo. Intentaba controlar tanto su respiración como sus nervios, tapándose los oídos para evitar seguir escuchando en su cabeza los sonidos que se mezclaban en ella, los sonidos del pánico. Cerró los ojos pero fue peor, veía las uñas contra el cristal, los cuerpos de sus compañeros descuartizados y llenos de sangre, escuchaba los murciélagos y las voces de la joven.

No podía dejar llevarse por el pánico, su vida y la del resto estaban en peligro y no podía quedarse de brazos cruzados. Se levantó con determinación y dispuesta a hacer lo que hiciera falta para salir de aquella, a poder ser con vida.

- Tu padre te habrá enseñado tácticas militares o algo así ¿no? -Se dirigió directamente a Dylan el cual ya había demostrado que sabía mantenerse con la cabeza fría.

Se acercó después a Lenny para hacerle una pregunta que hacia ya un tiempo le estaba rondando la cabeza.

- ¿Donde está Carl?

No podía creerlo aún. La chica le había salvado de una muerte segura. A él, pudiendo socorrer a la monitora y abandonarlo. Era algo que le resultaba insólito y en su interior Hugo se sintió realmente agradecido.

Entró en el edificio dolorido, jadeante, sin gafas y con varias quemaduras en el cuerpo a causa de la caída. Por suerte había logrado mantener intacta la cámara - y por ello había sufrido tanto daño en la cara-.

Vio a Alex derrumbarse, escondiendo la cara entre las piernas y pensó que no era justo. Aquella chica acababa de pasar un mal trago por salvarle. Era una especie de heroína.

Se agachó, con delicadeza hizo que la chica le mirara y entonces la abrazó. La abrazó fuerte.

- Muchas gracias. Realmente pensé que me dejarías ahí. Eres una buena tía.

No se lo podía creer. Había corrido más rápido que en toda su vida y en aquel momento había buscado la compañía de Jake aunque sin tocarle a pesar de que lo único que tenía ganas era de que la abrazara. Pero no. No así, no en aquel momento, no cuando Mai acababa de morir. Su mente acababa de crear una amistad inexistente con la chica y en aquel momento estaba demasiado aturdida para procesar la magnitud de tamaña pérdida.

Vio como Jane, llorando, se acercaba hasta ellos con una pregunta cuya respuesta no conocía, que aún no habían sido capaces de decir palabra ante la realidad de lo que acababa de pasar y miró a Bobby, al que en su cabeza suponía enamorado profundamente de Mai, llena de pena por aquella historia de amor sin acabar y, por lo que ella sabía, sin empezar.

- Todas estas cosas que han sucedido no son normales... la muerte de Carl bueno, pero los... - no terminó la frase, con una nueva mirada sobre Bobby -. ¿Creéis que pudiera ser algo... - bajó la voz de modo que sólo la escucharon los que estaba cerca -...paranormal?

Dylan agradeció estar dentro ya del edificio. Le conferio una aparente sensación de seguridad, aunque sabia de sobras que la palabra "aparente" era la parte importante su pensamiento. Quedaba mucha noche aún. Además habían perdido a una de sus lideres, Mai. Aquello aún le era difícil de entender. Por que esa chica no escogió a la monitora? Sin duda tenía mucho más que ofrecer que el tío de la sombra rara.

Se giró a Alex. -Si quieres salir de esta, superalo.

Habló con los que le preguntaron. -Tenemos que fijar puertas y ventanas. También revisar a fondo esta estructura. Quizás dividirnos en dos grupos para las dos tareas sería lo más conveniente. Se encogió de hombros. La verdad es que si estaba con el grupo era porque era más seguro para el, pero le importaban más bien poco.

Ignoró completamente los comentarios de sucesos sobrenaturales y los llantos. Empezó a buscar lo más parecido a un arma que pudiera encontrar. No pensaba dejar que los otros se llevaran lo mejor.

Sin embargo se quedó con una oreja puesta para ver que decidían hacer todos ellos.

Llegué al edificio y, tras asegurarme de que Eva también había conseguido llegar, me apoyé en el suelo y me dejé caer, llevándome las manos a la cabeza durante unos segundos. Los gritos desesperados de Mai, aunque habían de oírse hace rato, seguían persiguiéndome. La habíamos abandonado a su suerte y había muerto atacada por aquella banda de murciélagos. Nunca más. Si nos hubiéramos dado la vuelta seguramente seguiría viva.

Dejé que los demás hablasen, estaba demasiado en mis pensamientos como para actuar. El pánico parecía empezar a adueñarse de todos y no era para menos. Habían muerto al menos dos personas... Por no hablar de los tres cuerpos que habíamos encontrado. Estaba pasando algo raro, eso estaba claro. Cuando escuché la palabra paranormal de la boca de Ashley no pude evitar pensar que tenía razón.

Me levanté, consciente de que tenía que dar la cara. Era uno de los monitores y los chavales esperarían que hiciese algo. ¿Pero qué? Había que pedir ayuda. Voy a intentar pedir ayuda. Tenemos que llamar por teléfono y que venga la policía cuanto antes. Paseé la mirada por el grupo. No quería poner a nadie en peligro, pero tampoco quería ir solo. Bobby me parecía la mejor opción, pero después de lo de Mai... No me atrevía. Ashley habría sido mi segunda opción, pero quería que se quedase junto a Bobby.

Mi mirada se posó entonces en Dylan. Dylan, acompáñame. Eva, tú también. Me parecían los más estables en aquel momento. Posiblemente más que yo incluso, que no podía dejar de pensar en Mai. Los demás intentad atrancar puertas y ventanas. Permaneced siempre juntos, no vayáis solos. Dediqué una mirada a Ashley, indicándole que la dejaba a cargo e intentando transmitirle ánimos. Ahora volvemos.

El repentino abrazo de Hugo la dejó completamente descolocada. ¿De verdad pensaba que lo había hecho a propósito? Si la monitora hubiese sido un poco más rápida, habría sido él el que se quedó tirado en la hierba a la espera de una muerte segura. Ella no había tenido nada que ver.

Ni siquiera estaba segura de alegrarse, para ser sinceros. Mai era monitora, estaban a su cargo. Y ahora estaba muerta, y ellos con un monitor menos sobre el que apoyarse. Aunque a nadie parecía importarle demasiado.

Sin embargo, lo que terminó de hacerla explotar no fue el aspirante a fotógrafo. Las palabras de Dylan le taladraron los oídos como metralla, con un comentario tan absurdo como innecesario.

- ¡Y a ti quien coño te ha pedido opinión, niñato de mierda!- Gritó la pelirroja con mucha más agresividad de la necesaria.- Quizá, si hubieses mirado algo más que tu propio culo no tendríamos una monitora muerta.

Rabiosa, apartó de un vioplento empujón a Hugo, que aún se encontraba a su lado, se levantó del suelo y comenzó a caminar en dirección a Bobby y Ashley sin dirigir una sola mirada más a cualquiera de los muchachos.

- Gilipollas.- Murmuró entre dientes mientras andaba.

Necesitaba pensar en otra cosa, mantenerse ocupada. Y ayudar a los monitores a organizarlo todo le parecía tan buena excusa como cualquier otra.

Permaneced siempre juntos, no vayáis solos. Dediqué una mirada a Ashley, indicándole que la dejaba a cargo e intentando transmitirle ánimos. Ahora volvemos.

¿Me da tiempo a echar un vistazo rápido al futuro, para poder decirles algo enigmático que no sea entendible a priori pero que cuando lleguen a lo del teléfono lo entiendan? Tipo "llama cuanto quieras pero no descuelguen si están llamando" o "a la derecha".

O "voy con vosotros" si veo mi muerte en edificio polivalente.

Jenny intentó caer en una de sus visiones de futuro que, al menos por el momento, le habían permitido presenciar horribles acontecimientos, uno de los cuales había tenido la fortuna de no cumplirse a pesar de que no había terminado mejor de lo que ella viera.

Sin embargo, nada sucedió. No cayó inconsciente ni fue capaz de ver nada en absoluto. ¿Sería que el destino aún no estaba escrito?

Jake es super valiente, aunque no está segura de si los pobres Dylan y Eva tendran buena opinion de él. Los gritos de la pelirroja le ponen bastante nerviosa, pero comprende que esto podria convertirse en la cueva de los gritos y acusaciones con tanta tensión, no puede culparla. Contempla puertas y ventanas, pensando en asegurarlas y tapiarlas, pero aqui no hay tablones y clavos como en las peliculas, ¡vaya!

¿Qu habria que tirar para planificar un barricada y montarla? es decir dejarnos de decir "deberiamos hacer X" y ponerse a hacer X. Os dejo echa una tirada por si a Jenny se le ocurre algo que pueda hacer ella.

Dylan se encogió de hombros ante el arrebato de Alex y dejo ir un bufido. Realmente le daba igual lo que le pudiera decir una muchacha como ella. Y más en aquellas circunstancias.

-Descarga tu frustración y miedo como te de la gana. Y se giró para volver a estar pendiente de lo que pasaba por la casa. No quería que lo pillaran por sorpresa.

Escuchó la propuesta de ir a buscar los teléfonos/ayuda sin mucho interés. Por lo que el respectaba pensaba resguardarse hasta que saliera el sol. Sin embargo se tensó al escuchar como el monitor lo proponía como un candidato para seguirlo. no podía negarse. El era la autoridad en aquel sitio y los años de educación recibida le impedían oponerse. Así pues asintió con la cabeza ,lentamente, a Jake para dar a entender que estaba conforme.

Cogió un palo de escoba. No era lo mejor y era ridículo pero era mejor que nada. Comprobó que su indumentaria y botas estuvieran en orden y esperó a que Eva se resolviese. Era la segunda vez que le enviaban con ella. Si no la paraban de escoger debía ser por alguna razón.

El nuevo comentario de Dylan la cogió a medio camino en el comedor. Aquel imbécil se lo estaba buscando, y el sentimiento de culpa, unido al mal humor que en aquel momento gastaba la pelirroja, no terminaban de dar buen cariz al asunto.

De forma que las continuas intromisiones del soldadito en asuntos que no le importaban en absoluto, no hacían más que acrecentar la rabia de la muchacha en su dirección. Harta ya del idiota que parecía andar buscando pelea con todo el mundo, Alex se giró en redondo para encararse con él.

- As you wish.- Respondió en un marcado acento irlandés.

Casi sin pensarlo, y con la mirada cargada de desprecio, la muchacha se llenó la boca de saliva y, con toda la fuerza de la que fue capaz, le escupió directamente en la cara.

Iba a volver a dirigirse hacia los monitores cuando la razón volvió a tomar el control de su mente, y en aquel breve momento de claridad encontró el factor común que unía todo aquello. Giró la cabeza de nuevo hacia el militarcillo, su rostro más calmado, su respiración más tranquila.

- Fíjate que siempre pareces estar en el foco de todos los problemas. Si no hubieras discutido con Hugo, no habríamos salido de la enfermería y Mai seguiría viva. Así que antes de que muera nadie más por tu culpa, haznos un favor a todos y métete la lengua por el culo.

Y entonces si, Alex dio por terminada la conversación, y se alejó a grandes zancadas hasta que alcanzó la cocina.

- Si alguien me ayuda podemos colocar un par de mesas para atrancar la puerta.- Comentó seria, mientras buscaba a la rubia con la mirada.

Cuando por fin dio con Jenny, la pelirroja se acercó a ella haciéndole una señal para que la ayudara a empujar una de las mesas.

En realidad solo buscaba el momento, cuanto más privado mejor, de mantener una conversación con ella. 

- ¿Como lo sabías?.- Susurró Alex entre dientes.- ¿Como sabías lo de los murciélagos?