Partida Rol por web

Ser enlace tiene sus ventajas y sus inconvenientes. En caso de emergencia, todo el mundo acude a ti. No a tu madre, si no a ti, directamente. Todos están demasiado acojonados, o son demasiado dignos como para tratar con los vagabundos cara a cara. Yo no. A fin de cuentas, la mayoría son gente normal. De acuerdo que muchos fuesen criminales antes del Evento, o que les pasasen cosas muy jodidas entonces, pero ese mundo ya no existe. Mi madre dice "hay que combatir el fuego con fuego" refiriéndose a las bandas de vagabundos que se dedican al pillaje, y tiene razón. Esa es una de las ventajas, ganarme el sustento con algo tan sencillo como transmitir las órdenes de mi madre a los vagabundos del campamento. El gran inconveniente son los tipos como Bradley, el último vagabundo que se incorporó a nuestras filas.

Christina dejó a los Kensington en la capilla. Carmen lloraba desconsolada en el regazo de su marido mientras el reverendo trataba de consolarlos con su típica retahíla de chorradas. "Sólo los paganos han caído frente a la llamada. Su hijo vive la fe". aseveraba solemne cuando ella salió en busca de Bradley y Andrea, que estaban practicando con el arco en la parte trasera de la mansión. A Christina le costaba entender cómo una persona con síndrome de Down podía "vivir la fe". En una ocasión había escuchado a la señora Kensington prometerle moras a su hijo a condición de que se portase bien durante el sermón.
Lo que realmente hubiese servido de algo habría sido cerrar las puertas del campamento por dentro. Pero el Reverendo insistía en que la mansión era "una comunidad cristiana, no una prisión." Era consciente de que iba a pedir a dos personas adultas que arriesgasen su vida por ese estúpido idealismo. 
Apretó el paso deseando que Bradley estuviese de buen humor ese día.

Otro aburrido día más en el Campamento
Pasaba por mi cabeza nuevamente mientras salía de casa para hacer la rutina normal. Salir de la casa... no era más que salir de nuestra zona de la mansión en que nos hospedabamos mi familia y yo, pero por suerte nos respetabamos los espacios entre todos.
Ya había ayudado a mi madre a que se lavase y arreglase, mientras ella, por quinta vez en lo que va de semana me decía:
Andrea, ¿porqué no quedas un día con Kirk Evanson? Es un hombre fantástico y muy atento, es el tipo de hombre que necesitas. Haríais muy buena pareja.
Y todo ello porque el otro día invitamos a él y a su padre a cenar, y mi madre vió como se encargaba con los cuidados de Andrew y le pareció muy emotivo. Mi madre quería lo mejor para mí, ya lo se pero..

Mi cabeza daba vueltas mientras avanzaba
¿Con Kirk? Era un hombre bueno, o eso parecía. Pero yo prefería estar ahora sola. No me importaba cuidar de mi madre, pero si le pasaba algo a Kirk, ¿tener que asumir cuidar de otra persona más, como su padre? ¡Antes me voy al Bosque!

Bueno, a ver quien nos encontramos hoy primero y nos propone la estupidez del día. ¿Será a madre Jefferson, la cual propondrá la trigésimoquinta avanzadilla del año para comprobar el avance del bosque? Deberá tener en una libreta apuntada diariamente hasta el número de hojas que tiene el árbol de la piscina. Pero no, si quiere algo vendrá su hija, Christina. Al menos ella es sincera y directa. Es clara. Me cae bien. Aunque no tiene ni puta idea de la vida y a veces cree saberlo todo. Ya aprenderá.
Peor aún sería encontrarse con los Hillstone y ver que tremenda tontería se les ha ocurrido hoy sobre que necesitamos, y que deberíamos buscar. ¿Plumas para hacer una fiesta india? ¿Buscar aguacates para que los Sanchez nos brinden un tremendo guacamole?

Vaya, el primer saludo del día va para... ¡Bradley! Si es que me saluda claro.
Podría ignorarlo y esquivarle y tampoco le importaría, sin embargo, me acerqué a él.
Vaya tipo extraño, mi hermano dice que no es buen trigo. Pero mi hermano es que últimamente no soporta a nadie, y al fin y al cabo les veo bastante parecido.
Y no se que tiene... que algo me atrae. Parece autosificiente y bastante individualista, pero al fin y al cabo, aquí está con todos nosotros, así que se siente solo. Ay... esos sentimientos los conozco. A ver si tiene algo que contarme y pudieramos salir a hacer algo interesante que me saque de esta maldita rutina. Aunque sea con Bradley, "el galán" jaja

- Buenos días Bradley. ¿Alguna novedad en el Bosque? ¿Te ha salido un árbol del retrete esta mañana? Digo a modo de broma pero con un tono totalmente serio

- No uso el retrete, salgo al Bosque a cagar.  Contestó Bradley con la misma seriedad, antes de estallar en carcajadas.

Estaba retocando las poleas del arco de caza que solía utilizar. Se había levantado pronto para ejercitarse y una fina capa de sudor le cubría el torso desnudo. Pese a la falta de alimentos en el campamento, Bradley conservaba una constitución robusta. Probablemente antes del Evento hubiese sido un fanático de los gimnasio, o quizá un convicto. 
Por si el prejuicio contra los Vagabundos no fuese suficiente, en el caso de Bradley se sumaba el prejuicio contra el hombre negro. El reverendo no lo aguantaba, él lo sabía y hacía todo lo posible por ser ruidoso y molesto en su presencia. 

- ¿Qué hay? Me ha dicho un pajarito que el otro día cenasteis con los Evanson - sonrió maliciosamente - ¿Se cagó el respetable señor Evanson en la mesa? 

Tras las escatológicas palabras de Bradley, Andrea medio sonrió. Si la culpa es mía por preguntar
Era un humor demasiado bruto para ella, pero sin embargo le resultaba divertido que alguien se comportase de manera distinta.

Sin embargo, no le pareció gracioso el comentario posterior sobre el señor Evanson, primero, porque ella a diferencia de Bradley, había recibido una educación decente y segundo, porque ese hombre le transmitía compasión. Aunque eso no quiere decir que aceptase hacerse cargo de sus cuidados.

Miró a Bradley con cara de suspicacia en señal de desaprobación de su comentario.

Vaya vaya, dile a tu pajarito que no revolotee tanto por nuestro hogar o tendré que sacar el arco. Y yo a diferencia de tí, no solo le saco brillo al arco sino que sé darle bastante buen uso. Mientras lanza una mirada fugaz al torso de Bradley.

Bradley soltó una sonora carcajada y se incorporó.

- Deberías guardar ese piquito de oro para castigar a los que te tratan como a una apestada. ¿No crees? Estamos en el mismo equipo a fin de cuentas.

Dejó el arco en el suelo y estiró los brazos, luego volvió a recogerlo. El papel de las dianas llevaba tanto tiempo sin cambiarse que casi había sido cortado en dos por los agujeros de las flechas. 

- Mira, entiendo que lo del padre de Kirk es una putada, pero también lo es que en este campamento haya una persona cuyo único cometido sea hablar con nosotros para que el resto no tenga que hacerlo. No sé si me entiendes.

Extendió el brazo y recogió una de las flechas que había clavado en el suelo. Apuntó llevando la cuerda del arco hasta detrás de la mejilla derecha. Nadie le había enseñado a tirar, así que tuvo que aprender por su cuenta. La flecha zumbó por el aire e impactó en la diana, unos cinco centímetros lejos del centro.

- Mierda. - Maldijo. -Deberíamos hacer una expedición a la ciudad y ver si podemos encontrar munición para las armas de fuego. Odio este trasto.
 

Sin responder a Bradley, esperó a que disparase con el arco. No está nada mal compañero. Le dijo con gesto de aprobación mientras mantenía los brazos cruzados.
Lo hacía francamente bien, para, cómo según decía, haber aprendido por su cuenta. Ella había dado clases de pequeña y no conseguía tan buenos resultados.

Esperemos solo un poco Bradley. Seguro que en breves nos mandarán al Bosque a por cualquier tontería, así podremos aprovechar y buscar lo que necesitemos nosotros también. Y mataremos "dos pajaritos de un tiro" Mientras hace una mueca sonriente. Y ahora déjame el arco, a ver como estoy yo de puntería.

Los encontró practicando con el arco, tal como el reverendo había sugerido. Tenía las mejillas encendidas por la carrera.

Levantó una mano para hacerles señas mientras llegaba. Cuando tuvo su atención tragó saliva y evitando mirar a Bradley directamente a los ojos les informó de la situación.

- El hijo de los Kensington se ha escapado al bosque. 

- ¿Cuándo?- gruñó Bradley mientras recogía las flechas clavadas en el suelo y las comenzaba a meter en el carcaj.

- No hace más de media hora.

- ¿Cómo ha escapado?

Christina tragó saliva.

- La puerta está abierta por dentro. Lo sabes.

- Y vosotros sabéis mi opinión sobre eso. ¿Por qué tendría que jugarme la vida ahora? Ese crío es una carga.

Christina miró a Andrea con ojos suplicantes.

En cuanto Christina pronunció las palabras, Andrea sabía que tenían que salir de allí en cuanto antes y buscar a Robbie.

Andrea lo adoraba, puesto que era de los pocos en el campamento completamente noble. Además su familia no le caía mal del todo.
Incluso aunque no lo adorase, hubiese ido en su ayuda inmediatamente ya que era un chico indefenso en el bosque y Andrea asumía su responsabilidad.
Sin embargo, como siempre, tenía que intentar hacerse rogar para parecer menos accesible y más dura de lo normal.
¡Maldita sea! Comienza Andrea hablando en general en tono ligeramente alto para denotar su enfado y que sea escuchada en varios metros a la redonda. ¿Nadie en este campamento es capaz de hacerse cargo de los demás? En la próxima junta voy a exigir un sobresueldo para comprarme... no se. Para construirme una mansión ¡alejada de tanto incompetente!
Tras concluir su enfado, observa a Christina calmando la mirada.
Iré a buscarlo Christina, no te preocupes. Hay que salir cuanto antes Bradley. Mientras más tarde salgamos, más lejos podrá irse y más nos costará encontrarlo. Le comenta a Bradley como sin darle opción a discutir. Vamos a darnos prisa. En 20 minutos aquí ¿vale? Así podremos ir a buscar también un poco de munición como tanto querías, y encima acompañado de una mujer. Le dice mientras le guiña un ojo aunque de una forma más seria que sexy

(MEDIA HORA DESPUÉS. MÁS ALLÁ DE LAS LINDES DEL BOSQUE)
 

Una corriente de aire repentina movió las copas de los árboles. El Bosque parecía excitado por tenerlos ahí, tan adentro. No se oían aves, tampoco al desaparecido. Bradley seguía el rastro sin dificultad. El hijo de los Kensington había atravesado ese lugar como una bola de demolición, dejando un rastro perfectamente delineado de ramas rotas y arbustos pisados. 

Refunfuñó entre dientes 

¿Dónde está ese retrasado?

Andrea podía notar cómo se estaba poniendo nervioso. La miraba con desconfianza, de soslayo, cuando pensaba que no se daba cuenta. En el Bosque la LLamada puede hace presa de cualquiera en cualquier momento. La paranoia es el estado mental más seguro.

Nuevamente en la Selva. Un escalofrío recorría mi cuerpo. Ya era casi fobia. Al fin y al cabo era solo naturaleza, pero significaba volver a recordar a mi padre al que tanto amaba... y volver a recordar a mi madre haciendo deporte como tanto amaba...
Maldita sea, ¿porqué tuvo que pasar eso? Ahora sería tan feliz con ellos, tal vez fueran hasta nietos. Con todo lo que ellos habían amado la naturaleza, ¿porqué a ellos?
Rápidamente volvió a ella el flash de que eso fue hace mucho tiempo, y que la Selva ahora provocaba aún cosas peores, a veces se le olvidaba.
Intentó no pensar en ello, y centrarse en encontrar al chico. Miraba sin cesar, sin hablar con Bradley, quería abandonar aquello cuanto antes.
Sin embargo se dio cuenta que su compañero actuaba de manera extraña. E intentó darle conversación ya que hasta ella se estaba empezando a poner nerviosa.

Bradley, hablemos de algo antes de volvernos locos. Cuentame de nuevo. ¿De dónde venías? ¿Tuviste esposa o hijos? Le pregunta mientras no deja de observar de un sitio a otro. Hasta que observa una pequeña ladera que se podría escalar y observar el terreno desde una zona más elevada.

Bradley resopló y aplastó con la bota un matorral de espinos

- Puede que los tuviese o puede que no. ¿Podemos centrarnos en encontrar a ese retrasado lo antes posible y volver al campamento?

Apretó el paso rehuyendo la mirada de Andrea. Todo el mundo en el campamento sabía que tratar de sacarle información sobre su pasado era en balde. 

La respuesta tan brusca de Bradley era la esperada, pero igualmente Andrea no se iba a dar por vencido.
Pero cuando se disponía a rebatirle, observó desde la zona más alta de la ladera al valle que tenía ante sí y ahogó un grito.
Hizo gestos a Bradley para que subiera. Cuando éste estaba allí, observó la escena también.

Debajo de ellos, entre varios árboles enormes que les tapaban la visión completa, se encontraba un pequeño valle dónde descansaba una laguna. Una laguna de un color rojo intenso, tan intenso como la sangre, rodeada de un verde brillante.
El panorama era tan bello como espeluznante.

Andrea, tras varios segundos de incertidumbre, decidió bajar, aunque muy lentamente. No observó en ningún momento lo que hacía Bradley pues estaba anonadada. Conforme bajaba, observaba más y más cerca la escena, la laguna era relativamente grande, no era ningún charco. Aunque por suerte no era un grandioso lago.
Poco a poco notaba el olor, era un olor a sangre, pero de manera limpia. Allí no olía a cadáveres ni a putrefacto.
Nunca había olido eso, pero si olido la sangre de algúna herida propia o de algún animal recién cazado, y aquello era ese olor multiplicado por mil.

Cuando estaba junto al borde de la laguna, pudo comprobar que aquello no tenía el espesor del agua. Era sangre pura y dura, y no podía observar su rostro en la superficie.
Tras permanecer un segundo atenta, observó como en el centro de la laguna, había ciertos cuerpos flotando.
Si eran humanos o no, los desconocía. Un terrible escalofrío le recorrió el cuerpo.
¿Qué era eso?

- ¡O mierda!

Bradley reconoció la camiseta de baloncesto de Robbie entre los cuerpos. Flotaba boca abajo en ese líquido rojo y denso. Tenía que ser cieno, no podía ser sangre.

- ¡Creo que aún respira! - Volvió la mirada a Andrea. Sus ojos hablaban muy elocuentemente. ¿Merecía la pena entrar en esa laguna por el hijo de los Kensington?

¡Robbie! ¡¡Robbie!! Grito desesperadamente mientras casi sin que Bradley se lo espere me despojo del pantalón y de la blusa y en ropa interior y me acerco al borde del lago.
¿Tienes una cuerda Bradley?

¡¡ROBBIE!! ¡¡ROBBIE!! ¡¡ESTAMOS AQUÍ!! Mientras observo no solo a Robbie sino al lago en general por si viera algo de movimiento.

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Antes que Robbie me responda, caigo en la cuenta de que tengo una cuerda en la mochila.
La saco y me la ato rápidamente a la cintura mientras le digo a Bradley que ate la otra punta a un árbol cercano. Termino antes que él y le ayudo, en menos de un minuto está todo bajo control y me lanzo al lago notando la dura densidad de este líquido, sin embargo no me detengo y nado a braza para no perder nunca la referencia del chaval, mientras Bradley me grita y me orienta.
Llego a él y sin pensarlo, lo saco de allí prácticamente sin comprobar si está vivo o muerto. Tengo miedo y quiero salir de allí cuanto antes. Igualmente, si está muerto, su familia y él se merecen un entierro digno.
Cuando ya falta poco para llegar al borde, Bradley, que hasta entonces había estado tirando de la cuerda, me ayuda.
Sacamos al chico y caigo al suelo mientras todo aquel líquido rojo se escurre sobre la arena.
¿Estará vivo Bobbie?

Tras salir de la Laguna, caigo al suelo inmediatamente. La densidad de ese liquido era mucho mayor que la del agua y por tanto es como si hubiese hecho un esfuerzo doble o triple.
Bradley se hace cargo de Robbie y mientras intento reincorporarme, observo como le intenta hacer una reanimacion cardiopulmonar.
Cuando me incorporo completamente, ya escucho a Robbie toser y escupir sangre. La escena me da mucho panico, hasta que caigo en la cuenta que esa sangre no responde a ningun organo interior suyo herido, sino al propio liquido de la laguna.

El chico comienza a reaccionar y Bradley se aleja de la escena gritando improperios y arrepintiendose de la "asquerosidad que acaba de hacer" como él mismo reconoce. Sin embargo le conozco un poco y sé que está bastante contento y orgulloso.

Cuando Robbie recupera completamente la salud, me visto e intento limpiarle tanto a él como a mi de las impresionantes y exageradas manchas de sangre. Sin embargo es en balde ya que no tenemos agua para tremenda suciedad.

Le comento a Bradley que debemos cancelar nuestra busqueda de armamento, ya que es mejor llevar a Robbie a casa.
Por el camino le intentamos sonsacar al chico porqué se escapó, y que le llevó a meterse en esa Laguna y no nos qería responder. Aunque cuando le preguntabamos si había visto algo extraNo, solamente respondía con una cara de susto y lágrimas.

Finalmente llegamos al campamento y le dejamos con su familia descansar. Le explicamos a sus padres lo que vimos, y le pedimos que intentasen sacarle de la manera más dulce posible, toda la informacion que pudieran.

Concluida la escena, despedi a Bradley y me fui a duchar a mi casa y quitarme ese olor a carniceria.

Bien, veo que has atado todos los cabos :P

Fundimos a negro aquí.