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Supernova: Horizon

[Ambientación a leer] La Supernova y la Operación Savior. Aquaterra hoy.

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15/12/2015, 12:52
Director

Apenas sabemos nada de qué ocurrió hace casi doscientos años. Tampoco creo que nuestros padres o incluso nuestros abuelos vivieran aquel suceso, aunque ambos colectivos vivieran con esa pesada carga durante toda su vida.

A fin de cuentas... ¿cómo vivió la gente de aquel entonces sus días tras ver por diversos medios de comunicación que la posibilidad del apocalipsis se hacía cierta? La NASA expuso frente a un comité internacional el hecho de que el Sol, astro adorado y reverenciado por tantas culturas a lo largo de la historia, tenía ya sus años contados. Su esperanza de vida había cambiado drásticamente, y con la suya, la nuestra.

Eso sucedió en el 2026. Se dice que en aquel entonces cundió el pánico durante los primeros meses, como es de suponer ante una catastrófica noticia de ese calibre. ¿Qué importaba lo que una persona hiciera con su existencia si cien años más tarde no quedaría rastro de vida humana?

No obstante, tarde o temprano, esa generación se mentalizó. Ellos no vivirían para huir de la Supernova, pero quizás sus esfuerzos podrían salvar a sus descendientes y dirigirlos hacia un nuevo lugar. Así nació la Operación Savior.

En los primeros años, doce naves fueron enviadas al espacio con todo lo necesario para intentar subsistir en un nuevo medio, además de un almacenamiento de datos de conocimiento humano. Se buscaba que sirvieran de balizas señalizadoras para un futuro proyecto de éxodo en caso de supervivencia y para que el progreso de la humanidad no se perdiera en caso de completa aniquilación.

Los cien años siguientes se sucedieron en completa preparación. Las generaciones posteriores dedicaron toda su vida y esfuerzo en coordinar el éxodo; el desarrollo de las naves-arca, la asignación de la población a estas, la organización y extracción de recursos a transportar... Los problemas de la humanidad habían pasado a un plano secundario y por una vez podía hablarse de una Tierra unida. Aunque bueno, ciertas culturas se negaron a creer en el fin del mundo.

Cien años fueron estimados como suficientes para la preparación del éxodo. Dicen que lo único que preocupaba a la humanidad en aquellos años era la supervivencia de las naves-baliza enviadas. Solo una dio señales de existencia; la nave Célica.

La inseguridad era clara. Nuestros padres y abuelos probablemente pasaron sus años de vida inmersos en la preocupación. No solo estaban en juego sus vidas y las de sus hijos al hablar de una extinción completa. 

Aquellos que subieron a las naves-arca, sin embargo, lo recuerdan como una experiencia tranquila. Como una visita al dentista con una sorpresa final. La población fue criogenizada y enviada al espacio durante casi cien años, se estipula, siguiendo el rumbo que tomó la nave-baliza Célica. 

La sorpresa sin embargo no fue agradable. Al aterrizar, las naves-arca se pusieron en contacto. Cinco de ellas se perdieron en el fondo del océano del nuevo planeta inexplorado y no dieron señales de respuestas. Otras tantas habían sufrido innumerables bajas, en su mayoría de ancianos y niños que no habían soportado el proceso de manera adecuada. Se cree que otras tantas aún vagan por el espacio.

La humanidad había sido diezmada, pero no destruida.

Los primeros meses fueron arduos pero intensos. Lo que quedaba de la humanidad se unió en pos de establecerse en un nuevo planeta al que llamaron Aquaterra, al estar formado en su gran mayoría por inmensos océanos y lagos del tamaño de mares. El nuevo planeta resultó ser pefecto para nosotros. El clima no era extremo, la atmósfera parecía muy similar a la de nuestra Tierra, y una luna de color azul iluminaba nuestras noches. El agua poco profunda de Aquaterra era escasamente salina y podía ser depurada con facilidad, lo cual nos aseguró la vida.

Desmantelaron las naves y usaron los recursos almacenados para empezar la construcción de nuevos hogares y lugares donde vivir. Gente de toda raza, edad y sexo trabajó para asegurar un futuro brillante. No hubo ningún tipo de pelea por el gobierno de los supervivientes ni por los recursos en una colaboración cargada de sinergia y deseos de vivir.

La primera gran ciudad fue denominada como New Washington City, situada en la gran isla de Goldyard. Rápidamente se convirtió en un gran centro demográfico en el que aportar cada grano de arena. Otras ciudades fueron construídas en diferentes islas, e incluso los restos de una nave colonial aterrizada en aguas poco profundas sirvieron para la construcción de un asentamiento humano conocido como Arcadia.

En esta época todos éramos unos niños o ni siquiera habíamos nacido. El año 2221 estuvo caracterizado por un conocido "baby boom". Surgiría de este momento la primera generación de nacidos en Aquaterra, nosotros.

Recibiríamos poco después el apoyo  de una colosal nave que orbitaba cerca de nuestro planeta. Fue una sorpresa saber que la nave Célica llegó a su destino y que tomó contacto con otra especie al parecer inteligente, los hydeos. Juntos construyeron una estación espacial de investigación que tomó el mismo nombre que la nave baliza.

Su apoyo fue esencial para nuestra supervivencia. No obstante, la población se llenó de temores; no estábamos solos en este sistema solar al que llamamos Noah. Otras especies inteligentes habitaban antes que nosotros, y podrían destruirnos en cualquier momento.

El temor a lo desconocido surgió. Una vez asentada, la humanidad escogió a varios representantes por sectores de población. Estos formarían un consejo que, a su vez, elegirían a un líder presidencial. Abraham Thompson fue elegido como representante del consejo, y por ende, de toda la humanidad.

Thompson resultó ser un líder carismático embargado por el espíritu de 2221. La humanidad empezó a abandonar las ciudades y a crear asentamientos que poco a poco se convertirían en periferia. Los recursos de Aquaterra empezaron a crear su propio flujo monetario, convirtiéndose el Crédito Terrestre en la única moneda en curso.

Las políticas de Thompson impulsaron la expansión de la humanidad. Los criminales que surgieron no fueron ejecutados ni encerrados, pues eso sería contraproducente. Fueron obligados a servir en las filas militares bajo el sobrenombre de hounds o mastines.

En el año 2226 el Gobierno presentó un proyecto conjunto con la Estación Célica. Un grupo de especialistas de ambas instituciones se adentrarían en las profundidades del océano en busca de las naves coloniales perdidas. Toda la humanidad recuerda ese día como un apagón en su alma. Jamás se volvió a saber del grupo de expedicionarios.

El temor se incrementó de forma exponencial. El miedo a las profundidades se hizo viral tras lo ocurrido. El espíritu de 2221 murió en aquellos días. Poco a poco se empezó a producir un éxodo rural, pues la gente se encontraba más a salvo en las grandes ciudades donde la vida era más pacífica. ¿Para qué seguir explorando el nuevo planeta? La población buscaba la tranquilidad; vivir de forma sencilla como en la Tierra.

 

Nos encontramos en el año 2237.

La demografía aquaterránea está totalmente centralizada. La periferia de las grandes ciudades está formada principalmente de pequeñas poblaciones formadas por varias familias que en general sacan algún tipo de provecho de los recursos disponibles en sus zonas. Los jóvenes emigran a las grandes ciudades en busca de estudios, trabajo o empleo. Dieciséis años de estadía en el planeta apenas han servido para explorarlo, y mucho menos colonizarlo.

La gente ha perdido la ilusión. Muchos interesados en saber más de lo que les rodea han emigrado a la Estación Célica en busca de conocimiento y preparación.

 

¡Pero otros no creemos que todo esté perdido!

Somos la generación de Aquaterra. Algunos nacimos en nuestro antiguo planeta y no lo recordamos, otros nacimos aquí. Pero todos tenemos una cosa en común. ¡Todos vimos a la humanidad unida! ¡Todos crecimos viendo cómo los adultos se esforzaban por darnos un futuro! ¿En serio vamos a dejar esto así? ¿Qué hay de esas grandes historias de una humanidad poderosa y capaz? ¿Qué dirían nuestros antepasados, que se sacrificaron en hacer posible nuestro viaje?

Aún hay gente que desea sentir un cambio. Gente que ansía que el espíritu del 2221 resucite cual ave fénix. ¡Gente que viva sin miedo de un planeta que ahora es nuestro hogar! ¿Vivir tranquilos? ¡Es una mentira si viven encerrados!

Un grupo de gente así ha presentado una proposición al Gobierno central y han sido aceptados. Se hacen llamar Iniciativa Horizon, y reclutan a cualquier joven capacitado para formarse como colonizador en diversas áreas de trabajo.

Su sede se halla periferia de New Washington, en un gran complejo seudomilitar. Aún quedan personas que luchen por nuestro futuro. ¡Y yo quiero ser una de ellas!