Partida Rol por web

Azael baja del vehículo encontrándose con un clima muy similar al que notó antes de subir, quizá algo menos cargado al encontrarse en una zona periférica. El conductor del coche arranca en cuanto Azael sale del mismo, marchándose por el mismo camino que tomó la piloto del aerodeslizador.

Junto a la carretera se encuentra Cynthia, observando el primer plano de Azael y el vehículo marchándose. La mujer arreglada se mantiene en la puerta esperando pacientemente.

Se produce un primer contacto visual.

El chico sale del automovil irguiéndose en toda su significativa altura. Desde detrás de sus gafas examina el panorama... ¿Y esta? Es lo primero que le viene a la cabeza al ver a Cynthia. Va bastante destapada y no es una visión precisamente... desagradable. Azael se sonríe.  Se acerca a la otra mujer uniformada y extiende su identificación junto con algún otro papelajo.

- Oi. Vengo a la inciativa lo que sea. Es aquí, ¿no? - acto seguido se gira a la otra chica - ¿Tu también vienes a esto guapa?

Azael viste ropa deportiva. Unos pantalones de chandal negros acompañados de deportivas del mismo color. Su pecho lo cubre una camiseta azul sobre la que lleva una sudadera negra decorada con llamas amarillas y blancas.

La situación era rara. No obstante respondió demasiado tarde, para cuando se fue a acercar corriendo el coche se había ido muy rápidamente. Frunció el ceño gritando. ¡No! ¡No te vayas! ¡Espera! Gritó frustrada, de repente estaba temblando y mucho, apunto de romper a llorar. Se giró rápidamente hacia el chico nuevo, con un gesto serio y algo frío, con los ojos entrecerrados.

 ¿De qué conoces a ese hombre? Preguntó directamente, ignorando sus otras preguntas. Su traje, aunque poco tapado, parecía una especie de uniforme. Ya me apunté, si. ¿Puede responderme por favor?

Alza una ceja al verla tan vehemente. ¿Qué tripa se le ha roto?

-¿El viejo? Trabajo para él... o algo así. ¿Por qué muñeca, que tienes con el viejo? - dice con una sonrisa confiada. No empieza mal la tontería esta de Horizon o como se llame. Mientras Azael habla se coloca bastante cerca de ella, inclinando la cabeza hacia abajo para hablarle, tapando la escasa luz del sol que se cuela entre las nubes. No es pequeñito precisamente.

-¿Trabajas para el? ¿Qué sabes de él? ¿Dónde se ha ido? ¡Cu-Cuéntamelo por favor!- A medida que preguntaba parecía más nerviosa, con ese gesto que intentaba aparentar algo de seriedad. Ella por su parte para mirarle necesitaba levantar bastante el cuello hacia arriba, sin importarle otra cosa. Total, ella ya había hecho su papeleo días antes. -¡Mis amigos se fueron a buscarlo!-

Esperaba ansiosa su respuesta mientras mantenía el ceño fruncido, muy agitada. Era increíble que algo así le hubiese pasado por la cara de un momento a otro, y encima lo había perdido. "Maldita sea mi suerte" Pensó.

La mujer al ver que Azael se acerca desvía la mirada a su agenda y revisa algunos datos. Parece que reconoce a esa gran estantería de roble por el gesto que cruza su rostro. No es que sea una persona difícil de distinguir precisamente.

-Muy bien. Azael, ¿cierto es? Supongo que esta ha de ser la documentación.- De hecho revisa el papel que le tiende, doblándolo de nuevo tras comprobar que todo está en orden para guardarlo en una carpeta. -Sea bienvenido a las instalaciones de Horizon. Aún es temprano, por lo que las holopantallas registradoras aún no han sido activadas. No obstante, puede pasar al hall en caso de requerir de descanso o cobijo.- La mujer esboza una sonrisa cordial, volviendo a su puesto en la puerta. De vez en cuando mira al cielo, preocupada probablemente por la lluvia que pueda caer.

Ignora completamente a la funcionaria después de darle los papeles. La chica tiene toda su atención.

- Bueno, bueno... eso son muchas preguntas, ¿no? ¿Qué gano yo contándote nada encanto? - Aquí había beneficio potencial y Azael se percata de ello. Quien algo quiere... algo le cuesta, le viene a la cabeza el dicho que le ha soltado alguna vez el Doctor.

Los nervios de la chica le resultan divertidos. El dulce sabor de la desesperación... Seguro que ni es tan importante.

- Es de mala educación asediar a alguien así con preguntas nada más conocerlo, ¿sabes? A lo mejor eres alguien que le quiere algún mal al doc, no se si es prudente contarte nada... - dice con un más que evidentemente falso tono de preocupación.

La chica mira su cara cuando le dice algo así. Que tampoco es tan chica, tiene sus años, aunque de estatura sí que lo es. Entrecierra los ojos aún más, desconfiada cuando no le responde nada. -No quiero hacerle nada malo, ¡Nos llevábamos bien! -Cuando escucha lo de qué le puede dar se mira los bolsillos y encima.

-Hmm. Puedo darte una guía por Horizon y explicarte las cosas si quieres. - Es lo primero que se le viene a la cabeza por la situación. Tampoco es que tenga nada mejor que ofrecerle.

- Oh claro, claro, eso suena bien. - le pasa un brazo por los hombros. Brazo que pesa como un leño, dicho sea de paso - Venga, tu mandas encanto, ¿por donde vamos? Tú ve enseñandome y yo te voy contando...

El tipo se toma todas las confianzas del mundo. Y por su tono parece que está tela de cómodo con ello, incluso que quizás implica algo más. Es obvio que para Azael la conversación no tiene ni remotamente la misma importancia que para la chica.

- Por cierto ¿que se supone que tenemos que hacer aquí, eh? - le pregunta a la funcionaria antes de pasar al interior. - No nos harán ninga fiestacita de bienvenida ni mierdas de ese palo, ¿verdad?

La chica durante unos instantes se queda mirando el brazo que se le ha echado encima, no le molesta realmente el hecho de las confianzas, sino que pesa bastante. No obstante, lo importante es más importante.-Pues vayamos entrando, pero empieza a contar, ¿Bien? Venga, respóndeme.- 

Y se adelanta hacia la puerta de las instalaciones, con el objetivo de llevarlo primero hacia la sala de la holopantalla, pasando por el patio o algún sitio así de camino.

La mujer observa sin importunarse por lo extraño de la conversación. Simplemente hace su trabajo y el asunto no va realmente con ella. Al escuchar la pregunta de Azael parpadea levemente y se ajusta el nudo de la corbata, carraspeando antes de hablar. -Precisamente, una vez sean activadas las holopantallas, usted podrá registrarse en la Iniciativa Horizon de manera oficial así como elegir un escuadrón. No existirá ningún tipo de celebración de bienvenida, pero tanto el comandante como los instructores realizaran una presentación sobre las disciplinas que van a impartir.- Suelta todo de retahíla, como si lo hubiera memorizado. -Le servirá como un componente informativo importante-. Esboza una leve sonrisa manteniendo esa apariencia servicial. Saca un paño y se limpia una gota de sudor que le cae por la frente. Parece una mujer muy estresada sin duda.

El interior sin duda daba una sensación de cuidado y limpieza. Es probable que el gobierno central hubiera invertido una gran cantidad de fondos en esto. Cynthia y Azael caminan por un pasillo por el que se observa un gran patio interior por una de las ventanas. Un par de chicos parecen estar corriendo como entrenamiento, y uno de ellos parece que se va a caer a trozos. A simple vista se sabe cuál de los dos.

Finalmente acaban en una sala amplia con varios asientos y zonas para descansar. Azael reconoce una máquina apagada en una zona cercana a la pared. Posiblemente se trate de la holopantalla de la que estaba hablando la funcionaria. En este hall hay una puerta con una indicación. "Secretaría".

Azael se va dejando guiar.

- Pues... El viejo se llama Krumm. Hans Krumm. Bonita cuadra por cierto. Todo muy brillante - dice refiriéndose al buen estado de las instalaciones. Aunque quizás cuadra suena algo despectivo. No es como si le importase en cualquier caso. -Es investigador para el gobierno... de los pocos que merecen la pena, quizás. - resopla por la nariz como si no le diera mucha credibilidad a esa afirmación.

Cuando pasan por la zona de entrenamiento Azael ni se molesta en mirar a los reclutas que hay allí. Su brazo se asegura de mantener a Cythia bien pegada a él mientras camina, a la cual disfruta con la mirada de cuando en cuando.

- Trabaja con los hounds entre otras cosas... - sigue contándole - Y yo estaba en ese proyecto también... Me estaba entrenando por así decir. Salta a la vista que ha hecho un buen trabajo... ¿no?

Tras una larga caminata de horas aún no se lo cree; Alphonse ha llegado a la base Horizon. Parecería que fue ayer cuando estaba atajeando por la periferia como un turista perdido -que lo era-. El complejo seudomilitar es bastante imponente, cosa que podría resultar impresionante para Alphonse tras haber vivido en un pequeño pueblo casi toda su vida.

En la puerta puede ver a una tercera mujer en su día, sujetando una agenda electrónica. Al contrario que las otras dos, parece una funcionaria de información del sitio, vestida de forma recatada y llevando un casto peinado recogido.

Parece fijarse en Alphonse en cuanto llega al lugar, esperando a que se acerque para atenderle.

¡OH SI, FINALMENTE HE LLEGADO! Y miren este lugar, ¡Madre mia, solo miren este lugar, wow! He vivido en Angora Town toda mi vida y de repente ver este lugar tan grande e interesante... No se si deberia llorar de la emocion o simplemente entrar, quizas dejemos por un momento los dramas, tengo que apresurarme... Aunque estoy cansado y dudo que al entrar vaya a descansar, sigo diciendo que nadie me dio transporte y eso que pasaron un par de aero-naves... Tsk, ¡Gente sin educacion!

Vaya, parezco ser un iman de mujeres, aunque al menos ella parece normal, Jo-jo-jo, ¡Finalmente una señorita en toda la palabra! Tiene su mirada puesta en mi, asi que no hare esperar a una dama, por lo cual me acerco con una gran sonrisa en mi rostro.

-¡Fiiinalmente he llegado! Saludos hermosa señorita -Hice una reverencia algo extravagante, como si bromeara con ella- Me llamo Alphonse Pendrand, quiero ser un recluta de Horizon.

-¿Qué son los Hounds esos? Para el gobierno. Hmm. - Asiente un poco, llevándose una mano a la barbilla mientras va asimilando un poco la información que le da a cuentagotas. -¿Qué te hizo?- Parpadea mirándole, a ella le parece un tipo grande bastante normal. No llama su atención demasiado. Quizás es demasiado rara ella misma.

-A todo esto, esta es la zona principal con la secretaría y la holopantalla que tendrás que usar para registrarte. No creo que tarden mucho en encenderla. Luego tendrás que elegir un escuadrón donde meterte- Dice mientras señala la máquina del fondo. Se sienta mientras en uno de los asientos laterales.

Azael chasquea la lengua rápida y repetidamente, como un padre al que un niño le pregunta por qué no flotan las piedras.

- Los Hounds encanto, ¿de verdad no los conoces? Son la carnaza que usa el gobierno cuando necesita mano de obra barata para trabajos jodidos. Presos sin derecho a decir que no. Bonito, ¿eh? - su tono es agrio de pelotas. A continuación responde a la pregunta referente a su persona. - A mi... jé. - flexiona el biceps que ha pasado sobre su hombro, acercándola mucho a él - Bueno, ya te lo enseñaré de forma práctica, no nos pongamos tan personales... que apenas nos conocemos, ¿no? - guiña un ojo con chulería tras sus gafas.

A las pantallas y demás útiles de la sala no parece prestarles la más mínima atención.

-¿Entonces tu eres un Hound también? - Alza levemente una ceja, son su gesto serio cuando saca bíceps y todo. No parece impresionarla por alguna razón. Niega levemente con la cabeza.- Como quieras, tienes razón, no nos conocemos de nada. Aunque te he de dar las gracias por contarme eso. ¿No puedes decirme nada más del doctor entonces?-

Se cruza de piernas, algo extrañada de que no se interese por nada de la sala. Vale que ella sea rara, pero si has venido aquí es por algo. Tras pensar en eso cae en algo. -¿Por qué has venido? Me llamo Cynthia a todo esto.-

La mujer asiente con la cabeza y observa su agenda, toqueteándola con los dedos de forma algo nerviosa. Parece que no es el mejor de sus días, pues tener que esperar a los reclutas en la puerta con el cielo augurando una llovizna no debe de ser nada alentador.

-Muy bien. Déjeme consultar si usted está inscrito en el registro. Alphonse Pendrand...- Suelta un resoplido de sorpresa, alzando ambas cejas. -Hmm... usted no realizó la preinscripción. Déjeme apuntarle...- Parece registrar el nombre de Alphonse, para luego apuntarle directamente con la agenda. ¡Es una foto! Y probablemente ni se ha molestado en esperar a que sonría o salga bien.

-Otros reclutas se han dirigido hacia el hall. Siga las indicaciones y llegará hasta él. En media hora aproximadamente encenderé el sistema de registro vía holopantalla. Mientras tanto, espere pacientemente allí, ya sea descansando o realizando vínculos sociales. Si es usted menor de edad necesitaré un consentimiento de su padre o tutor.- La mujer se lleva de nuevo la agenda bajo el brazo y sonríe de forma cordial, intentando aparentar tranquilidad.

-Bueno, eso no sera problema, solo haz un bip bip y apreta esos botones que hacen bap bip bup y creo que ya estare regirstrado, ¿No? -Dije sonriendo, aunque parece que no esta de humor, ¿Tan dificil es su trabajo estar esperando a los reclutas? No lo creo, de seguro hay peores trabajos, ¡Deberia de estar feliz! Por suerte no soy menor de edad, si no mi padre no me hubiera dejado venir y eso, ¡ESO!  hubiera sido definitivamente, un dolor de trasero para mi, que suerte que no tuve que sufrirlo, observe fijamente a la señorita, para decirle con una sonrisa mientras le guiñe un ojo:

-¡Soy un adulto hecho y derecho, bwajaja! Pareces muy... Estresada, deberias sonreir mas, arruinas tu lindo rostro, nos vemos, señorita de la agenda.

Y me fui hacia el hall, ¿Los que estan alli seran mis compañeros? Me pregunto que clase de personas seran... De seguro locos aventureros como yo, ¡Esa es la unica explicacion!

La mujer saca un paño y se limpia algo de sudor de la frente. Asiente levemente con la cabeza ante sus palabras, dándole la razón. -Ciertamente el estrés es un problema muy severo. Lamento dar esa impresión, pero cierto es que he de coordinar la mayor parte de las actividades del día de hoy.- Guarda el pañuelo y sonrie algo más ampliamente, entrecerrando los ojos. -Cuídese y disfrute de su primer día.- Se despide algo más relajada al ver que el chico no le da muchos problemas.

El interior sin duda daba una sensación de cuidado y limpieza. Es probable que el gobierno central hubiera invertido una gran cantidad de fondos en esto. Alphonse camina por un pasillo por el que se observa un gran patio interior por una de las ventanas. Un recluta parece estar corriendo como entrenamiento, y otro parece que ha caído totalmente derrengado y está tomándose una siesta en el suelo. A simple vista se sabe cuál de los dos.

Finalmente acaba en una sala amplia con varios asientos y zonas para descansar. Alphonse reconoce una máquina apagada en una zona cercana a la pared. Posiblemente se trate de la holopantalla de la que estaba hablando la funcionaria. En este hall hay una puerta con una indicación. "Secretaría", además de encontrar allí charlando a dos reclutas más: un hombre y una mujer, concretamente Cynthia y Azael.