Partida Rol por web

Te despiertas en tu cama (7 y 8 vertical 5 horizontal) al escuchar el ruido de voces en el complejo. Te das cuenta de que es demasiado ruido y hay demasiadas voces, teniendo en cuenta que en el edificio solo quedan 5 nativos, tus dos compañeros, tu hermano y tu.

Con una mirada preocupante, me giro hacia Atho, lo observo unos segundos,   -Atho, que dices si rondamos por el lugar un poco, y buscar un lugar donde tomar un respiro, creo que no resistiría una emoción fuerte de nuevo-  suspiro hondo, mientras pongo mis manos sobre la cintura.

Tras comprobar que está cargado, me cuelgo el rifle del hombro y salgo de la habitación con el machete en la mano, acercándome sigilosamente a la puerta de la casilla 5,4 para echar un vistazo a través de ella.

Con gran sigilo te acercas a la puerta de dicha estancia. A tu alrededor escuchas a mucha gente moviéndose y ves al fondo del pasillo a un par de personas encapuchadas.

Dentro de la habitación logras advertir a uno de los nativos vigilando las escaleras pero este no se ha percatado de tu presencia.

Entro en la habitación para que los encapuchados no puedan verme desde el pasillo y trato de llamar la atención del nativo sin levantar la voz.

-¡Psst, eh! -susurro- ¿Qué es todo este jaleo? Hay un par de tipos de lo más sospechosos en el pasillo.

Paso de los urinarios y voy a la puerta 25/12, la más cercana. Aparto la cortina y miro dentro.

Deberiamos ver si podemos ayudar en algo a esta gente - te dice Atho algo sonrojado mientras te coloca una mano en el hombro -debemos ver cuanta gente hay en este lugar, de cuanta comida disponen, cuanto tiempo de energía les queda, cuant... -comienza a enumerarte tu compañero hasta que vuelve a sonrojarse y se calla por unos instantes.

Bueno, será mejor que investiguemos un poco, ¿por donde empezamos? -te pregunta sonriendo timidamente.

Hola André -te contesta el hombre con su habitual voz triste y hundida, voz que comparte con el resto de sus compañeros y a la que ya te has acostumbrado -parece que han encontrado a un buen número de personas en las afueras de la base. Por lo visto los mutantes y demás monstruos los atacaron pero lograron correr hacia aquí y refugiarse - te explica el nativo -solo murieron dos o tres de ellos, creo.

Lo más sorprendente es que parece que ninguno de ellos presenta mutaciones -dice el hombre con un susurro -es como... como si no fueran de Arimor.

Apartas la cortina de la habitación, de la cual salen numerosas voces, y logras ver una gran habitación con numerosas sillas, unas veinte o treinta, unas cinco o seis mesas y unas cuantas cajas. No hay ningún tipo de decoración en las paredes lo que le da un toque tétrico al lugar.

En la habitación se encuentran un gran número de supervivientes.

Los niños que han encontrado una caja llena de juguetes y disfrutan con ellos.

Sus padres que hablan entre sí y con un par de científicos (con Cosmo y Althea).

También ves hablando entretenidamente a un par de mercenarios y aventureros (Layla, Fergal), a Carol y a Chata.

Puedes ver como, aunque sus caras parezcan tranquilas, todos se encuentran nerviosos y estupefactos y solo logran disimularlo en parte debido al cansancio que los domina.

-¿Que no tienen mutaciones? -respondió André sorprendido- ¿Dónde están?

Me encamino hacia la 24, 5 y repito el procedimiento.

Llevas casi todo un día caminando. Desde que el monstruo hundió la barca con la que pretendias llegar a tierra y devoró a tus compañeros. Tus ropas ya se han secado aunque tu cuerpo parece haber absorvido el frio y tiritas continuamente. Tu mente está nublada por la falta de comida y bebida. Tan nublada que no llegas a advertir que estás completamente rodeado por seis tipos encapuchados que forman un pequño círculo a tu alrededor.

Sus ropas están sucias, su postura es, cuanto menos, inusual y deforme. Su olor es penetrante y asqueroso, tanto que hace que te den unas breves arcadas. Te miran inmóviles, esperando a que hagas algo.

Se encuentran por todo el primer piso, en diversas habitaciones- te responde el soldado -algunos de ellos son ese par de encapuchados, aunque ellos parecen los más raritos, por lo visto adoran a un extraño dios. Como los pillen los fanáticos de los Narmerianos se les acabará la tontería de rezar a dioses - comenta el nativo entonando con evidente desprecio las palabras "dios" y "Narmerianos".

Abres la cortina de dicha habitación y te encuentras una sala bien iluminada y, al igual que la anterior, sin ningún tipo de decoración. En ella hay unas escaleras que bajan y uno de los nativos del edificio, armado con un rifle y que te mira fijamente.

Le miro un instante, luego hago un un saludo moviendo ampliamente la mano y enseñandole la palma de ésta en todo momento mientras digo:
¡Hao! Supongo que no puedo bajar ahí ¿Verdad?

Enfundo el machete y me dirijo hacia los dos encapuchados, pero deteniéndome por el camino para escudriñar a través de la puerta de las casillas 10-11, 5.

 Mike se paró en seco y miró a su alrededor.-Mierda.- dijo en voz baja mientras miraba a su alrededor en busca de una salida,alzó el arma levemente y llevo el dedo al gatillo con lentitud.-!Eh,tranquilos¡ yo me voy a ir y aqui no va a pasar nada a nadie....¿estamos?.-Flexionó lentamente las piernas,para prepararse a correr o disparar si hacia falta....

Esto es una mierda......