Partida Rol por web

Observo como Pash y Sasha consiguen escapar por el callejón al tiempo que siento como un punzante dolor recorre mi cuerpo. Ese maldito soldado imperial había conseguido alcanzarme con su disparo. ¿Fruto de la suerte, o un adversario bien entrenado?. Eso, ahora, era lo menos importante.

Con movimientos precisos, igual que he hecho infinidad de veces en el pasado, agarro la carabina que cuelga a mi espalda, a la vez que obligo a mi mente a desechar cualquier cosa que no sean los tres soldados que tengo frente a mí, y, sin brusquedades, aprieto el gatillo. Si no podía acabar con ellos, por lo menos le daría tiempo a mis compañeros.

Mientras sus compañeros huyen, Oskara saca su carabina y dispara con la frialdad y precisión propia de su oficio. El disparo blaster impacta en la cabeza del oficial imperial, que cae inerte hacia atrás. Los dos soldados imperiales se paran y se quedan sorprendidos mirando a su oficial morir de un único disparo. Momento en el que Oskara aprovecha para echarse al suelo y cubrirse.

Por suerte la twi'lek no parece herida de gravedad.

¡Caramba! No lo está,  porque acaba de asestar un tiro al oficial que lo ha dejado frito.

Haciendo gestos a Mathus para que les siga, Sasha tira de Pash esta vez, y tuerce por un callejón lateral. Si corren lo suficiente ahora que los Imperiales están aturdidos y no les miran, podrán dar un rodeo y acercarse al espaciopuerto desde otro lado.

A Pash llegó el hecho de que su compañera Oskara estaba bajo fuego imperial, sin embargo sus habilidades marciales volvieron a surgir, asestando un tiro perfecto a la cabeza del oficial, desmoralizando a los dos soldados. Sasha tirá de él esta vez para escabullirse entre los pasillos del lugar, con el único objetivo de desaparecer ante la vista del Imperio.

-¡Aprovechemos para ir al espaciopuerto y salir de aquí ya!

Me giro hacia Oskara y la digo:- Vamos, por aqui, Rapido!. y echo a correr detras de Sasha y Pash por el callejon esperando no encontrarme a nadie de repente que pueda acorralarnos entre dos fuegos.

Los soldados imperiales reaccionan tarde cuando ven a Mathus girar la esquina y unirse a sus compañeros en la huida. Uno de los soldados hace una seña hacia donde se ha parapetado Oskara. Ambos disparan mientras retroceden su posición lentamente, pero los blasters impactan a los lados de la cazarrecompensas sin dañarla. La twi´lek tiene experiencia en escaramuzas y se ha cubierto bien.

Pese a escuchar las indicaciones de Mathus, permanezco tumbada, apuntando cuidadosamente a los soldados imperiales que tengo frente a mí. No puedo permitirme el lujo de salir corriendo tras mis compañeros. Si lo hiciese, nuestros adversarios podrían comenzar a perseguirnos, y, finalmente, capturarnos, o, peor aún, dar la voz de alarma, y hacer que nuestra misión se fuese al traste. No, tenía que deternerlos completamente, o, por lo menos, entretenerlos el máximo tiempo posible.

Con esta idea en mente, fijo mi objetivo, y, cuidadosamente, vuelvo a disparar.

Oskara, cuerpo a tierra, busca un hueco y dispara, pero el blaster pasa rozando la armadura blindada blanca de uno de los soldados. La cazarrecompensas mejora su cobertura y espera. Un escalofrío le recorre la nuca, sin razón aparente.

Los dos soldados imperiales siguen reculando despacio mientras abren fuego de nuevo, pero siguen sin alcanzar a la twi´lek, por muy poco esta vez.

La calle se ha quedado desierta. Todos los comerciantes y transeúntes se han refugiado en los edificios. Los compañeros de Oskara han huido. El silencio contrasta con el sonido de los blasters rasgando el aire.

Cansada del tira y afloja que estoy teniendo con ambos soldados de asalto, vuelvo a apuntar y disparar, mientras suspiro aliviada al ver que sus blasters no han conseguido alcanzarme.

El disparo frío y preciso de la cazarrecompensas impacta en el pecho de uno de los soldados, empujándolo hacía atrás mientras cae al suelo sin vida.

Solo queda un enemigo, sin compañeros, refuerzos y oficial al mando. El soldado mira hacia atrás, hacia el muelle Aurek, y sale corriendo sin pensárselo dos veces. Se resbala en el camino de arena y casi pierde el equilibrio. No cae al suelo, pero no logra alejarse mucho cuando mira hacia Oskara, consciente de que le ha dejado un ángulo de tiro perfecto para acabar con él.

Pash, Mathus y Sasha deceleran el ritmo cuando ven que nadie les sigue. ¿Y Oskara?

A unos pocos metros delante suyo ven el enorme edificio del muelle Aurek. La estrecha calle apenas está transitada, solo algunos chicos cargan cajas de un edificio a otro, mientras que algún hombre con ropas de nómada descansa sentado con la espalda apoyada en los típicos edificios bajos de Tatooine, refugiado en la sombra. Pero todos levantan la cabeza con un gesto de temor cuando se oye un nuevo sonido de blaster en la distancia.

Pash corrió como si le fuese la vida en ello... mejor dicho, le iba la vida en ello. Pero cuando se topó con el edificio del astropuerto y Oskara no estaba presente, comenzó a preocuparse. Más aun cuando se escuchó de nuevo los blasteres en la lejanía. 

Con rapidez sacó su comunicador y habló por él con la esperanza de que su compañera Oskara respondiese. 

-¿Oskara? ¿Estás ahí?

Mathus corría detrás de ellos sin mirar hacia atrás deseoso de que no aparecieran por detrás y le dispararan en la espalda, pero cuando se pararon y miraron en esa dirección la que no estaba era Oskara, se quedo petrificado en primera instancia al ver que no aparecía y sus primeros pensamientos fueron lúgubres. y cuando Pash pregunto por ella a traves del comunicador su mente se congelo esperando la respuesta. mientras murmuraba:- que este, que este, que este...

Los tres corrían como posesos, pero Oskara había quedado atrás. Escuchó a Pash llamarla, y contuvo el aliento. Como Mathus, hizo un ruego silencioso. ¡Responde compañera!

Observo, a través de la mirilla de mi arma, como el soldado de asalto tropieza, y está a punto de caer al suelo, al intentar escapar. Aprovechando la oportunidad que tengo ante mí, vuelvo a apretar el gatillo, esperando terminar, de una vez por todas, con mi enemigo.

Justo en el instante en el que veo caer al soldado de asalto, escucho como Pash me llama a través del intercomunicador.

- Aquí estoy - respondo, mientras me pongo en pie - ¿Me has echado de menos? - no puedo evitar sonreir al imaginarme la cara del joven contrabandista al saber que tanto Sasha como Mathus nos están escuchando - Ya he dado buena cuenta de esos cascos huecos. ¡Nos vemos en el muelle! - Al finalizar la frase, salgo corriendo en dirección al edificio.

Pash se agachó apoyándose en sus piernas cuando escuchó la respuesta de Oskara. -Serás... no vuelvas a darme esos sustos. Nos vemos en el muelle, nosotros lo tenemos en frente, nos esperaremos hasta que llegues.

Acto seguido se escondió tras unas cajas desde donde pudiese tener una clara visión del astropuerto. Lugar donde pensaba esperar a que su compañera Oskara regresase.

-Vamos a esperarla. Acabó con los soldados imperiales, pero podrían haber más. No bajeis la guardia.

-De acuerdo. Bien por ella! Se lo ha montado muy bien, es valiente.

Sasha preparó el rifle, por si acaso. Y se dispuso junto a Pash, cubriéndose tras las cajas, a la espera de que Oskara apareciera. O a que lo hicieran los imperiales, en cuyo caso el recibimiento sería entonces bien distinto.