Partida Rol por web

Sabes que estás tocando fondo. hoy quiciste ver a tus hijos pero tu ex mujer te ha dicho que mientres no le pagues la manutención con ellos no podrás verlos. El dinero que te queda apenas te alcanza para pagar un hotol de mala muerte, por lo que no te queda más que dirigirte a uno de esos comedores públicos para indigentes.

Alli te encuentras con todo tipo de gente y de todas las procedencias, pero los mensajes racistas con los que se ha bombardeado a la sociedad inglesa por parte del candidato nacionalista a primer ministro a hecho eco. Los ingleses no se sientan en la misma mesa que hindúes o latinos y nadie se sienta con un nova de esos que tienen un extraño color de piel o alguna malformación. Gracias a Dios a ti no se te notaba nada.

Luego de la magra comida sales al frío invernal de la calle. La cercanía de la navidad hace que este frío no solo cale a los huesos, sino al corazón.

Estás inmerso en tus pensamientos cuando no te das cuenta y te ves rodeado por cuatro honbres jovenes con pinta de latinos. Uno de ellos, rapado y con tatuajes de lágrimass en la cara te dice en un muy mal inglés:

- Entreganos toda la plata si no quieres que te dejemos un lindo recuerdo.

Se acerca la navidad, y no solo no tengo dinero para comprar un regalo a mis hijos, sino que ni tan siquiera puedo verlos. Comiendo en un comedor, como un vagabundo, me doy cuenta de que en realidad no estoy tan lejos. Ya soy un “sin hogar”, solo que de momento vivo bajo un techo.

Alguien se detiene frente a mí. Levanto la vista y hay esta, cuatro chicos rodeándome, cortándome el paso y pidiéndome el dinero. ¿Qué dinero? Niego con la cabeza.

- No tengo dinero. Lo siento. Digo mirando al que me ha preguntado, con un tono apesadumbrado. Tras un instante añado con el mismo tono De todas formas no… no esta bien asaltar a la gente. Aun sois jóvenes… podríais buscar trabajo.

No busco pelea, no quiero pelea, ni siquiera se pelear. Pero tampoco puedo dejar que estos cuatro sigan asaltando a gente. A la pequeña Mely no le gustaría. Miro hacia los lados, y hacia el suelo, fijándome en todo lo que me rodea.

Tus palabras no son muy bien recibidas por esos pandilleros. Has visto antes a tipos como ellos por las esquina y los callejones, vendiendo esas nuevas drogas que se supone que te hacen tener poderes como los de los novas o simplemente atacando a algún descuidado transeunte, el cual eres tú en este momento.

El tipo de las lágrimas tatuadas saca un cuchillo y lo mueve cerca de tu cara y dice:

- No me vengas con esa pendejadas. Has de tener algo que darnos, o con este amigo te voy a sacar el corazón.

La vocecilla de mi cabeza comienza a hablarme, y noto que esta asustada. 

Dales el reloj, y el anillo, quiza asi te dejen en paz

Casi me convence. Casi. Bajo la mirada y puedo imaginarme a Melissa, mi pequeña. Delante de mi, con sus trenzas y aquel vestidito rosa que llevaba con 10 años. Sus ojos color almendra me miran, y su voz me pregunta una y otra vez.

Papa, ¿eres un héroe?. Papa ¿eres un héroe?

Recuerdo la desilusion en sus ojos al descubrir que su papa solo era un contable mas en un cubiculo de una empresa cualquiera. Papa no era un heroe.

Me agacho, y apoyo mis manos en el asfalto.

Papa no es un heroe. ¿No lo soy? ¿Podria serlo?. Podria serlo. Si, claro que podria serlo.

Siento un nudo en el estomago. Siento el cemento bajo mis dedos. Siento los ojos del pandillero en mi nuca. Pero sobretodo siento la energía fluyendo por mi cuerpo. 

La verdad es que el poder que Eduard posee no le es del todo cómodo. Jamás lo ha usado en público, pues teme ser reconocido como una raresa, en especial en esos días. No obstante, en ese momento es salvar el pellejo o sufrir a manos de esos matones, asi que no es que tuviera otra opción.

Comienza a pensar a toda velocidad. Está el pavimento, un grifo contra incendios e incluso la hoja que blanden en su contra. Solo necesita un poco para hacer magia.

El pavimento es lo mas cercano, asi que cuando mis manos desnudas sienten el frio cemento la energía se desata. Mi piel se endurece rápidamente y siento como mis brazos y todo mi cuerpo se vuelve pesado y duro. Cuando me levanto confio en que esto sea suficiente para que me dejen en paz.

¡Marchaos!

Cariño, papi es un heroe.

El cambio fue automático, tanto en tu cuerpo como en la actitud de eses pandilleros, quienes dieron un pasos atras, siciendo algunas cosas en castellano que supones eran maldiciones.

A pesar de no tener poderes novas, esos tipos corrian mucho más rápido de lo jamás habías vistos. Era un verdad que los pies son más veloces cuando el miedo les persigue.

Dejas tu forma petrea y te dispones a reemprender el camino de regreso cuando en la boca del callejón, pero en esta ocación se trata de un sujeto con trajen, abrigo, sombrero de ala y un cigarro en la boca. Toma una calada de tabaco y la lumbrie ailumina de color rojo sus facciones. Entonces te dice:

- Lo que acaba de hacer es algo muy impresionante, señor Wilson... realmente muy impresionante.

Ese sujeto sabía tu nombre, pero no le habías visto en toda tu vida.

Avanzo con las manos en los bolsillos, pateando piedras invisibles.

Se han ido. No, han huido, yo les hice huir. Que pena que Melissa no me hubiese visto. Y solo he tenido que concentrarme un poco, ni siquiera he tenido que hacer nada mas que concentrarme.

Envuelto en mis propios pensamientos no veo al tipo que se me acerca hasta que se enciende el cigarro. Sorprendido, y algo asustado pensando que son de nuevo los pandilleros, doy un paso atrás antes de ver que se trata de un hombre bien vestido, que no parece una amenaza. Cuando habla deja claro que me ha visto, y peor aun, me conoce. Tardo un poco en contestar, el tiempo necesario para darle un largo vistazo de arriba abajo.

- No..no...no ha sido nada de particular. Esos chicos querían... querían dinero, pero les dije que no tenia ni una libra, asi que se fueron corriendo. I...i...imagino que llegaban tarde,,, a algun sitio.

El hombre hace un gesto con la mano, como para que te tranquilices, y luego saca algo de su chaqueta y te muestra una credencial.

- Soy el agente Kennedy del MI5, señor Willson. No tiene por qué ponerse nervioso. Ha asustado a unos matones de poca monta, lo cual es algo que podría considerarse como una ayuda a la comunidad. Sela pensarán dos veces antes de intentar asaltar nuevamente a alguien de apariencia desvalida.

El cigarrillo que consumía pronto se consume y de inmediato saca otro y prosigue:

- Tampoco es necesario que niegue lo que acaba de hacer. Le he seguido desde hace un tiempo, sé de sus problemas y de sus extraordinarios dones. Lo que quiero saber en esto momento es si le interesaría dar un uso útil a su potencial, o seguir siendo un don nadie golpeado por la vida y añorando el respeto de quienes ama.

La verdad es que la diplomacia no era una de las habilidades de este agente.

No se muestra diplomático, ni si quiera demasiado amable. Esta claro que sabe que no lo necesita. Bajo la mirada y frunzo los labios levemente, un tic que ni mi madre ni mi mujer consiguieron corregir.

- Yo... bueno... ¿Que clase de trabajo?

No finjas Eduard, no tienes donde caerte muerto. Acepta antes de que se arrepienta.

- Es decir... me interesa... si... un trabajo. Solo me preguntaba... que.... ¿que quiere que haga?

El agente Kennedy parece agradado por tu interés y te dice:

- El gobierno ha estado investigando durante los últimos años las habilidades de los novas y que tanto pueden transformarse en una amenaza para la humanidad. Como resulta obvio, a parte del miedo irracional que provocan en los humanos, todo depende de la moralidad del nova. Por ello, resguardándonos de posibles novas con malas intenciones, hemos decido crear una unidad de novas. Por ello es que me he comunicado con usted, señor Wilson.

- Entonces... ¿seria como.... lo pensé dos veces antes de añadir James Bond, y decidí cambiarlo por agentes secretos?

Si hubiese tenido un espejo, me abría dado cuenta de mi estúpida sonrisa, y hubiese hecho algo para remediarlo. Desgraciadamente no habia espejo. Asenti con la cabeza tres veces mas de las necesarias para decir si.

Papi es un agente secreto cariño. Protege a todos de los hombres malos.

- Me... me interesa claro... pero no tengo... no soy... no he hecho nada asi...

De nuevo mi pesimismo me recordó que en realidad yo no sabia pelear, no sabia disparar, y dudaba mucho que nadie fuese a confesar sus crímenes por hablar conmigo. Es cierto que desde que habia empezado a cambiar me sentía mas fuerte. Hacia meses que no estaba enfermo, ni siquiera un resfriado. Pero de ahí a ser un agente secreto... me costaba creerme que reclutasen a alguien tan... normal.

El agente parece satisfecho de tu respuesta y te dice:

- Es muy importante que mantenga en secreto todo lo que hemos hablado, señor Wilson. Nadie, ni siquiera su familia puede saber que usted trabaja para el MI5, por que esto podría ponerles en peligro.

Luego saca una tarjeta, escribe algo al reverso y le dice:

- Mañana, preséntese con esta tarjeta en los cuarteles del MI5 y pregunte por mí. Si no me encuentro, muestre esto a los guardias y digales que le pasen con Stein.

Lo que te entrega es una tarjeta de presentación de una empresa de fontaneros llamada Clean Pipes y tras de ella ha escrito una dirección.

Observo la tarjeta un rato antes de guardarla.

¿Fontaneros? Sera una de esas... tapaderas.

De nuevo asiento ante las instrucciones, pero esta vez manteniendo la mirada en mi interlocutor en lugar de en sus zapatos.

Alli estare. ¿A que hora deberia ir?

El agente Kennedy te dice que debes de estar a las 9:00 y luego se despide, dejándote como en una nuve, sin saber si en realidad deberías creer lo que te acaba de ocurrir.

Así es que llegas al hotel y de pronto ya no te parece un lugar tan miserable. Simplemente algo había cambniado y te sientes como un pequeño el día antes de la navidad o de su compleaños.

Te cuesta dormir esa noche, imaginando todo lo que podías vivir si es que tomabas el camino que te ofrecía Kennedy. Por eso, en la mañana casi te quedas dormido.

Cuando te presentas en la dirección que te indica la tarjeta te das cuenta de que es un edificio que habías visto un montón de veces y no tenías ni idea de que se tratara de los cuarteles del MI5. Ahí te encuentras con los agentes de la guardia, quienes ven la tarjeta que traes y te indican el segundo piso y la oficina N° 232.

Ahi te encuentras a Kennedy leyendo el periódico sentado en su escritorio. En los titulares que puedes ver hay uno con letras rojas que dice:

"NIÑOS ENVENENADOS POR RADIACION. SE CULPA A UN NOVA QUE TRABAJA DE CONCERJE EN LA GUARDERIA".

Cuando me levanto lo primero que hago es ir al aseo, y tras orinar me miro en el espejo. Menudo aspecto, pero tengo poco tiempo para llegar. Me peino lo mejor que puedo, y confió en que nadie se de cuenta de que no he tenido tiempo de afeitarme. Una ducha demasiado rápida para usar jabón y me encuentro frente al armario.

Rápidamente elijo mi mejor traje, uno de tela marrón. Lo estrene el día que me despidieron así que no le he dado prácticamente uso. Camisa blanca, corbata marrón a juego con el traje. Nunca he sabido combinarme, pero creo que no esta mal. Al menos no parezco un vagabundo.

Llego al edificio, y cuando veo a los guardias mi primer pensamiento es que no me dejaran entrar, pero la tarjeta del agente hace su papel y de pronto estoy dentro, subiendo hasta el despacho del señor Kennedy.

Al ver al agente leyendo el periódico me quedo quieto, esperando. No quiero interrumpirle, es alguien importante y cuando termine me atenderá. Como nadie me ha ofrecido que me siente en ningún sitio me quedo de pie, meto las manos en los bolsillos del pantalón, y trato de leer la noticia bajo el titular. Por suerte mi vista sigue siendo muy buena pese a mi edad, mejor incluso desde que empecé a cambiar.

En seguida me imagino a mi exmujer riñéndome.

Eduard, no metas las manos en los bolsillos. Estas deformando el traje. Y no te quedes ahí como un idiota. Ten algo de iniciativa por dios. No se porque me case contigo.

Yo tampoco lo se, pero tiene razón. Cuando hablo mi voz suena suave, asustada, temo estar molestando al agente.

- ¿Señor…? Ya… ya estoy aquí.

Kennedy te sonríe y parece estar de buen humor. Te ofrece un cafe y ves de pasada un cenicero lleno de cigarrillos. Luego se sienta, enciende otro y te dice:

-Me alegra que haya tomado el ofrecimiento que le hice. Empezará a recibir el sueldo de agente y se le entregará una credencial. le entregaremos un arma si es que pasa el entrenamiento básico. Espero que esté conforme.

Luego se pone de pie y te dice que lo acompañes, pues el mejor entrenamiento es en terreno.

Kennedy es una de esas personas que no dan muchas razones para lo que hace, así que durante el viaje que hacen en vehículo es en su mayoría silencioso. Si embargo, llegan a un barrio de clase media en el que hay un montón de gente protestando, algunos a favor y otros en contra de los novas. En ese momento Keneddy te explica:

- Esa es la guardería donde unos pequeños sufrieron envenenamiento por radiación. El concerje es un nova con ciertas deformidades y se le ha echado la culpa, pero creemos que hay algo más. Posiblemente los chicos hayan sido envenenados pos uranio.

Se bajan y entran a la guardería. Adentro hay un montón de agentes tomando muestras y con contadores Geiger.

Me siento cuando lo hace. ¿Sueldo de agente? Eso suena muy bien. Asiento con fuerza cuando dice lo del arma, aunque en realidad sigo pensando en el sueldo.

Si puedo pagar la pensión, mi exmujer me deje ver a mi pequeña.

Cuando veo que se levanta me precipito a hacer lo mismo, y le sigo atento a lo que me diga. ¿Entrenamiento en el terreno? Antes de que tenga tiempo de preguntar a que se refiere estamos en un coche, y la entrevista se convierte en el primer día de trabajo.

Hombres uniformados con maquinas que miden la radiación. Mientras tanto Kennedy me explica que lo que quiere de mi es que investigue. Eso me gusta, yo me fijo mucho en las cosas. Eso puedo hacerlo. Respiro aliviado al descubrir que no tengo que transformarme, o pelearme con nadie.

¿Por donde empiezo?

Las palabras resuenan en mi mente un instante antes de llegar a mis labios. Pero un instante es suficiente.

Eduard, ahora eres un agente del gobierno. No puedes preguntarlo todo. Se espera de ti que muestres iniciativa.

En silencio observo a mí alrededor, tratando de apreciar los detalles del lugar. Los agentes lo están registrando todo, pero quizás vea algo que se les haya pasado, quizá convenza al agente Kennedy de que a acertado dándome esta oportunidad, porque lo voy a dar todo por mantener este trabajo.

Comienzas a curiosear por ahí en busca de algo, por pqequño que parezca, que se encuentre fuera de lugar y que ellos no hayan visto. Así, te asomas a una de las salas y ves por la ventana el patio de juegos. Juesto del patio de juegos de la guardería se encuentra una antigua fábrica de utensilios de cocina que por lo visto está abandonada. En ese momento escuchas a los agentes decir que hay radiación en el lugar, pero no la necesaria como para envenenar a los chicos, por lo que es posible que la fuente no se encuentre en la guardería. entonces la imagen de esa fabrica te sigue rondando la cabeza.

Baja radiación. Entonces ¿como se ha producido el envenenamiento?

Miro en silencio al agente Kennedy preguntándome si va a darme ahora alguna instrucción, pero no lo hace así que con el pulso desbocado por la emoción y el miedo a fastidiarlo busco una salida hacia el patio.

Vamos a ver Eduard. Envenenamiento radioactivo… no se nada de medicina, pero si hubiese sido ingiriendo algo se habrían dado cuenta en el hospital ¿no? Y si es radiación en el entorno... puede que haya algo en esa fabrica.

Una vez en el patio me dirijo hacia la fabrica, quizá pueda dar un vistazo rápido al interior desde alguna ventana.