Partida Rol por web

Parpadeas un par de veces para acostumbrarte al mundo real, con las pupilas aún dilatadas observando un castillo que se desvanece de golpe. Odias las desconexiones bruscas, porque suelen ser síntoma de que algo no ha ido bien, y eso te pone de mal humor.

Lo pagas con Mr. L antes de darte cuenta de que a Chispi no le va a hacer mucha gracia que insultes a su dios de ébano. Mientras hablas con el fixer recuerdas que también dejaste colgado a Daanel mientras investigabas el sistema de BlueSun.

Nuestra pequeña ranita no contesta y en cuanto me salta el ocupada, cuelgo, dando por finalizada la llamada. Suspiro resignado. Realmente me habría ido bien contactar con ella y ver a donde cojones se han llevado a Daanel, pero todo no puede ser en esta vida. Me tocará tirar de viejos contactos. El taxi para delante de Big Mama´s. Encargo una suculenta comida para nuestra chica, y me la llevo al taxi. Aunque me parece que al final se lo acabará comiendo uno de los guardias de Bluesun, lo veo venir... Vuelvo a entrar en el vehículo y me quedó observando las calles oscuras y las luces de neón que invaden la noche. La avenida donde está la oficina es amplia, decorada con plantas artificiales y edificios de cristal, metal y cemento. Sólo las megacorps pueden hacer que semejante aberración parezca tan elegante.

-Y pensar que yo trabajaba aquí hace apenas un par de años...- murmuro para mí mismo, tras haber pagado y haberme apeado del taxi. El  ruido del motor del conductor queda atrás, formando parte del fondo siempre activo de las noches de la ciudad. "Nunca para, como un enorme monstruo durmiente" pienso para mis adentros. Miro hacia arriba, hacia el enorme edificio de oficinas, laboratorios y despachos que conforman las tripas de la sucursal de Bluesun. Los cristales de espejo exterior devuelven el reflejo del otro lado de la calle. La entrada, escalonada y flanqueada con macetas artificiales, siempre en plena y perfecta floración, me espera, vacía y silenciosa. Camino hacia los primeros escalones cuando suena mi móvil de nuevo. Me paro a los pies de la amplia escalinata y cojo mi móvil. Casi me quedo sordo con la voz de pito de RDX renegando como una mala cosa.

-Buenas noches a tí también, ranita- respondo amablemente, respirando hondo. No me gusta que me griten y menos al oído, pero tal como está todo, soy el último que debe perder la paciencia y los nervios. Ya lo harán los demás por mí.

-Siento mucho haberte interrumpido y haberte ocasionado tantos problemas, pequeño duende. Espero que estés bien. ¿Has comido algo? Te iba a traer unas delicias, ¿quieres que te recoja y te lleve a un sitio más seguro?- le ofrezco, sin perder la calma ni los nervios, aunque me esté cagando en los muertos de todo el mundo. ¿He dicho ya que ODIO que me griten?

-Lo cierto es que sí te llamaba para algo urgente, pero en vistas de que estás tan en riesgo, encontraré otro modo. No te preocupes- continuo con mi tono de voz dulce y encantador, tratando de relajar a nuestra hacker histérica.

Mr. L contesta a la llamada con su voz perfectamente controlada, como siempre.

- Buenas noches a tí también, ranita. Siento mucho haberte interrumpido y haberte ocasionado tantos problemas, pequeño duende. Espero que estés bien. ¿Has comido algo? Te iba a traer unas delicias, ¿quieres que te recoja y te lleve a un sitio más seguro? Lo cierto es que sí te llamaba para algo urgente, pero en vistas de que estás tan en riesgo, encontraré otro modo. No te preocupes.

Un suspiro escapó de la boca de R-D-X al escuchar las palabras de L y se sintió como una niña pequeña cuando la hacen ver y comprender que acaba de cometer una soberana tontería.

Pero ella tenía razón.

-No estoy tan en peligro; pero podría haberlo estado -dijo con una voz mucho más tranquila, casi como si pidiera perdón con el tono- si quieres, pásate por aquí y hablamos en persona de lo que hemos obtenido, datos y demás, ¿de acuerdo? Además, también tengo que hablar con Daanel que también decidió un momento genial para mandarme mensajes.

Suspiro resignado al oír la plática de RDX. Y yo pensaba que era el Rey de la Paranoia, madre mía. Aunque he de decir que algo de razón tiene... no me huele nada bien todo esto. Primero pillan a Daanel, sin más. Ahora casi pillan a RDX en su propio terreno. O nos están siguiendo o nos tienen "pinchados". La Srta. Katie me va a oír la próxima vez que nos veamos, desde luego.

-De acuerdo, pasaré de aquí a un rato. He de hacer un pequeño encargo antes. Nos hablamos en breve, vía T-Comm- le digo escuetamente, haciendo referencia a mi implante comunicador. Cuelgo rápidamente. Mando un mensaje rápido a mi marido, Angelo:

"Me han robado el móvil, te llamo por T-Comm. Besos".

Tras eso, apago el móvil, dejo la bolsa de comida apoyada en el suelo, desmonto la carcasa, saco la tarjeta, que me guardo en el bolsillo de la chaqueta, rompo el móvil en varias partes y las tiro discretamente en una de las macetas falsas de la entrada de la sucursal. No me fío, demasiadas "coincidencias". Tras librarme de un posible "seguimiento", recojo la bolsa de comida y retomo el camino hacia la entrada del edificio de Bluesun. En su interior había dos personas con las que podía hablar, una de ellas posiblemente estuviera todavía "trabajando" (o haciendo más planes de conquista bio-médica mundial), mi "querida" Viuda. No mucha gente sabía su verdadera "posición" en la empresa. Yo lo sabía por ciertas "actividades" erótico-festivas en las que me ví envuelto muy en mi pasado...

Asciendo por las escaleras, de escalones bajos y de zancada larga, hasta las puertas de cristal blindado de la verdadera entrada del edificio. Dos estatuas de corte greco-romano custodian los costados del acceso. Una pantalla, encastada en el cristal de la hoja derecha de la puerta, anuncia, con una presentación elegante, que estás a punto de acceder a una de las muchas sucursales de Bluesun. Empujo la otra puerta de cristal y accedo a la recepción, donde tras un mostrador de diseño, un vigilante uniformado con los colores corporativos, mira aburrido una serie de pantallas de vigilancia. Me acerco a él, con andar elegante y el semblante lo más relajado posible. Con una sonrisa saludo a éste.

-Buenas noches.

Aún en frente del guardia, te llega un mensaje de móvil de L: "Me han robado el móvil, te llamo por T-Comm. Besos".

-Está bien, no se enoje -dice Angelo entre compungido y divertido, al tiempo que levanta las manos mostrando las palmas en clara declaración de paz-. Solo quería curiosear un poco, que tenga una buena noche oficial!

Se aleja despreocupadamente una decena de metros, intentando no llamar la atención de los uniformados y cuando se siente seguro de que ya se han olvidado de él, se oculta entre las sombras de los dinteles y busca aproximarse nuevamente, para ver qué puede escuchar sobre lo que está pasando. En ese momento, un mensaje de L lo saca de foco.

Mierda! Esto se está poniendo cada vez más feo. Tal vez debería largarme de aquí en vez de arriesgar el cuello...

Sin embargo no lo hace y aguarda a ver qué puede averiguar antes de volver con su esposo.

Con esfuerzo, recuperas el control de tus músculos antes de que el guardia se aproxime a ti. Echas a correr y escuchas el impacto de un nuevo disparo en la carrocería del vehículo junto al que has girado. Oyes las maldiciones del tipo de seguridad mientras giras una y otra vez hasta conseguir escabuyirte por un callejón próximo.

Sigues corriendo durante un rato hasta asegurarte de que no te están siguiendo y te paras entonces para recuperar el aliento. Has conseguido escapar con sólo unos rasguños de tu enfrentamiento con el primer guardia, pero no has llegado a inspeccionar el lugar desde el que el asesino realizó su disparo. Con suerte Ángelo podrá hacerlo, si Mr. L te ha hecho caso.

Empiezas a caminar hacia la dirección de Nguyen, en medio de un barrio residencial. No debería haber guardias allí, pero durante un momento te planteas que tal vez sería mejor no seguir solo y esperar a tus compañeros.

El metro casi vació me recuerda las horas que son y considero seriamente volver a casa y simplemente dejarlo correr hasta que pueda reunirme con el resto del grupo. Sin embargo cuando vuelvo a ser consciente de donde estoy apenas me separa una calle del edificio de apartamentos de Nguyen.

Con el firme propósito de no acabar en otra trampa para lemmings me tomo mi tiempo para inspeccionar la manzana y elegir el mejor punto de entrada. Por fortuna la ligera llovizna que no ha dejado de caer, y lo avanzado de la noche, mantiene las calles de un barrio tan respetable como este despejadas.

La escueta respuesta de Mr. L parece dar a entender que él también está ocupado ahora mismo: "De acuerdo, pasaré de aquí a un rato. He de hacer un pequeño encargo antes. Nos hablamos en breve, vía T-Comm." Corta la comunicación casi al terminar la frase.

-¿Ahora todos están haciendo cosas? Pues se van a enterar -entonces, sacando la lengua mientras pensaba, empezó a escribir un mensaje dramático para Daanel.

-No he podido mirar nada porque me habéis interrumpido mientras buscaba información importante, y como habéis provocado un desliz y que saltaran unas alarmas, pues la verdad es que he tenido que huir de forma apresurada.

Que se fastidiara.

Y una vez mandado el mensaje, intentó ver de cuanta utilidad era los datos que había conseguido sacar de allí.

Te escondes detrás de una esquina y sigues escuchando a ver qué dicen los guardias. El médico deja al herido y se levanta para hablar con sus compañeros.

- Tenía el dedo roto, pero lo hemos colocado y soldado el hueso. No debería forzarlo mucho en un par de días, por si acaso...

- Joder, y el hijoputa que lo hizo se le escapó a Jimmy - dice uno de los guardias con evidente rencor.

- Sí, dijo que le disparó en el hombro, pero que no consiguió pararle. Debía llevar uno de esos abrigos reforzados contra tasers.

- Si hubiera sido yo le habría pegado un tiro con plomo de verdad, nada de esas gilipolleces de aturdidores.

El otro está a punto de contestar cuando se gira hacia ti. - Pero... - No sigue hablando, ni profiere ninguna amenaza. En vez de eso directamente saca un arma aturdidora y dispara, considerando que ya estabas avisado para despejar la zona.

Caminas por la zona y todo parece despejado. Mientras observas el lugar, recibes un mensaje de RDX respondiendo a tus peticiones anteriores: "No he podido mirar nada porque me habéis interrumpido mientras buscaba información importante, y como habéis provocado un desliz y que saltaran unas alarmas, pues la verdad es que he tenido que huir de forma apresurada."

El edificio en el que vivía Ray Nguyen es un típico bloque residencial de gente con un poder adquisitivo medio-alto. Seguramente los apartamentos tengan bastantes lujos, a pesar de que en las calles se mueve bastante gente en busca de las migajas (y las carteras) que les puedan sobrar a los más ricos (o que puedan coger mientras no se den cuenta).

Observas el recibidor del edificio y ves a un portero detrás de un mostrador. En otros lugares esas figuras se han sustituido por simples pantallas holográficas, pero el hecho de que siga habiendo una persona de carne y hueso aquí implica que el hombre realiza funciones de vigilante y no sólo se encarga de recibir a los residentes.

Buscas algún tipo de acceso lateral al edificio. La escalera de incendios se podría alcanzar con un poco de ayuda, pero ves varias cámaras de vigilancia que parecen cubrir la mayor parte de los ángulos, seguramente comunicadas con un sistema de seguridad próximo al recibidor.

Estudias durante un rato los datos que has recabado de tu incursión en el laboratorio de BlueSun. Desgraciadamente, cuando finalmente conseguiste acceder a la base de datos fue cuando más se torcieron las cosas y una copia al azar de información no suele dar buenos resultados para obtener información útil... Y menos cuando parte de esta se ha perdido al forzar el log-out del sistema.

Al final lo más interesante que encontraste fue el mapa del sitio, que si es necesario te permitirá acceder otra vez moviéndote más rápidamente y algún diagrama de flujo de datos hacia la base de datos central. Te paras un momento a pensar: sabes que Ray Nguyen estaba trabajando en un proyecto sobre el neo-alzheimer, así que buscas entradas sobre ese tema.

No tienes ni idea de la cantidad de información que puede generar un estudio de este tipo, pero al compararlo con otros proyectos que supones que serán similares, ves que durante las últimas semanas hay un pico de conexiones a la base de datos central, lo que implica que la cantidad de información que se estaba generando en este proyecto era bastante elevada, algo relativamente anormal para el estado de avance en el que se encuentra.

No te encuentras con el humor para pensar en qué puede significar todo esto, así que vuelves a conectarte para buscar el sistema del edificio que al que te dirigió antes Daanel. Lo que encuentras es completamente diferente al laboratorio de BlueSun: un circuito cerrado sin demasiada seguridad que no te debería llevar más de unos minutos reventar.

El guardia te acompaña hasta el despacho de la Viuda. Hace tiempo que no vienes por aquí y el lugar parece haber cambiado bastante desde la última vez que estuviste: las pocas reminescencias que pudiera haber en la oficina de una labor medianamente técnica como científica han desaparecido ahora por completo y te encuentras más en un lugar propio de un directivo que de una trabajadora normal.

La mujer se encuentra detrás de su escritorio y te recibe con una encantadora sonrisa.

- Señor Adisa Herivaux - dice con la mirada fija en ti. - ¿A qué debe esta visita?

Su rostro imperturbable no transmite la más mínima impresión sobre tu visita. Parece bastante evidente que esta mujer se mueve en las "grandes ligas", tratando constantemente con tiburones que no dudarían en despellejar a cualquiera al menor signo de debilidad o, sencillamente, si encuentran beneficio suficiente como para justificar el esfuerzo.