Partida Rol por web

Donde los jugadores aventuran sus acciones

Cyrus, con aire resuelto, se aproximó a la mesa y torpe y aparatosamente manipula las bolas del billar hasta dejarlas arrinconadas en una de las esquinas de la mesa.

- Es ocioso e inútil que nos demoremos más-, dijo, levantando la mirada para barrer la habitación y a sus habitantes-. Si no les parece mal, caballeros... y señorita... podemos ponernos manos a la obra y comparar notas.

Después tomó descuidadamente el dossier que le había dejado Callahan y dejó caer su contenido con despreocupación, un buen montón de hojas repletas de anotaciones, unos chips de datos y algunas fotografías y diagramas. Observó todo el material y resopló, como queriendo apartarse algún mechón de pelo imaginario de la nariz: un gesto estudiado para hacerle más encantador, que a fuerza de repetición formaba parte de su repertorio de poses automáticas.

- ¿Por dónde empezamos?

Entre tanto, un hombre se debatía en la penumbra de la iluminación de emergencia contra las abrazaderas de goma y algodón que lo retenían en el camastro. Las muñecas estaban protegidas por la tela, pero el plástico, al estirarse con el forcejeo se estriaba levemente, agarrando y pellizcando piel y pelos. Sin embargo, aquella molestia no era su principal preocupación: la espalda se le arqueaba agónicamente, los dedos se le trenzaban partiendo huesos y levantando uñas sanguinolentas, y los dientes se cerraban sobre el protector bucal de caucho manchado de sangre de encías, las mandíbulas contraídas como prensas de metal.

Carla observaba su evolución a través del visor de la portón metálico de la celda. La el gesto ausente y la caligrafía esmerada aunque rápida con la que iba rellenando su informe no traicionaban la ansiedad y la expectación con que sus ojos observaban al sujeto.

- Parece que responde cada vez mejor a los sugestores post-hipnóticos-, le informó uno de los asistentes de la enfermería, señalando con la cabeza al interior de la unidad de observación-. Las pruebas señalan que tiene más reflejos adquiridos tras cada sesión de sueño. Aunque todavía padece episodios de rechazo con estertores y agonía durante la exposición.

- ¿Y las autolesiones? ¿Sigue manteniendo esas pautas?-, preguntó Carla con tono clínico.

- Sí, parece que trata de diferenciar recuerdos reales y falsos buscando estimulación externa.

- Van a tener que colocarle los grilletes-esfera hasta que lo trate el grupo psiquiátrico.

- En cuanto le hagan efecto los narcóticos se los colocaremos, doctora McTavitt. Vaya-, añadió con un tibio, moderado asombro-, parece que ya se ha desvanecido.

El asistente pasó su tarjeta por el cierre de la puerta y la puerta se deslizó con un sonido hidráulico. La luz del pasillo exterior se derramó sobre el camastro, revelando la delgadez extrema del sujeto y su piel velluda, pálida y recubierta de cicatrices que trazaban diseños en fractales. Reposaba lánguido, y se dejó colocar las esferas de metacrilato al final de las muñecas que mantenían los puños tan cerrados e inútiles como los de una antigua marioneta de madera y trapo. Sin embrago, la sombra que proyectaba el marco de la puerta caía también sobre el rostro del sujeto. Por eso Carla no pudo ser consciente de la terrible mirada que le dirigían sus ojos dementes, inyectados y rebosantes de dolor y determinación.

Miya se sorprendió un poco al ver a los recien llegados -¿Estos de que circo han salido?- se preguntó a si misma al ver su forma de vestir, hablar y actuar, en especial el tal Heliogábalo, que cuando la saludo hizo que le dieran escalofríos. La joven esperó unos segundos a la espera de que alguién comenzara con el dichoso plan, pero nadie lo hacía, así que decidida habló desde su posición, apoyada con el trasero en la mesa y los brazos cruzados, en actitud pasota...

-Tengo entendido que llegar a la cientifica no será facil, la zona en la que se encuentran esas instalaciones está fuertemente vigilada, con varios controles perimetrales mucho antes del complejo, en la zona segura ... un grupo tan variopinto como el nuestro no los pasará si no utilizamos algún plan alternativo...- la muchacha hablaba con seguridad, o lo hacía muy bien o lo había hecho muchas veces - me refiero a algo como falsificar una documentación, sobornar a alguién ...  creo que puedo encargarme de ello...-

- No me mire así, señorita, prometo no volver a hacer lo del brazo.- dice Wade socarronamente, mirando extrañado a Miya, como si esperara menos prejuicios de una joven semidesnuda de aspecto rebelde. Abandona el tono al empezar a discutir el plan.

- De todos modos tiene usted razón, no creo que podamos hacernos pasar por Girl-scouts vendiendo cajas de galletas. No todo el grupo, al menos. Pero un disfraz o una coartada no será suficiente, estos cercos de seguridad suelen tener sistemas de seguridad electrónicos muy complicados, y me imagino que no habrán recortado presupuestos si esta cáscara protege a la Señora McTavitt. No es muy difícil engañar a un antiguo detector de metales, pero si usan algún sistema de escáner moderno, podrán saber la composición exacta de la tela de nuestra ropa interior. Así que además de camuflar nuestras identidades, demeríamos esconder nuestro equipo. - Wade lleva su mano protésica a su barbilla en un gesto teatral de reflexión - No se me ocurre cómo hacerlo, pero podríamos colarlo de alguna forma en el interior antes de acceder a él o tratar de encontrar y manipular esos escáners. O entrar sin armas ni equipo.-

-Tal y como yo lo veo el principal problema es la propia McTavitt.
Mas alla de sus obligaciones profesionales. Su comportamiento es... Imprevisible.
En un mismo día la he acompañado a un salvaje maratón de compras en L5 y a una carrera ilegal en el distrito del muelle. Sin su colaboración cualquier plan tendrá que pasar por intervenir durante sus horarios vigilados.

Supongo que por eso la corporación tiene un equipo de reacción. Siempre hay al menos seis operadores privados para reaccionar ante cualquier emergencia. Y si hacemos el mas mínimo ruido dentro o fuera de la ciudad podemos contar con que se nos echaran encima.

Cyrus carraspeó incómodo.

- Señores, me parece que hay una cosa que no están tomando en cuenta. La oferta que Sunrise Biolabs nos propone tiene un plazo, pasado el cual no se harán cargo ni de nosotros ni de la señorita McTavitt. Se trata de una estrecha ventana de tiempo para conseguir que el resto de sus equipos de operadores por todo el globo se coordinen para diponer cientos de señuelos que confundan la verdadera ruta que tomará el nuevo fichaje. No disponemos más que de día y medio, por lo que les propongo que señalen ya mismo el lugar y el modo, agresivo o sutil, con el que planean emprender la extracción.

El rubio se mesó el cabello sin ocultar ya el nerviosismo que lo embargaba. Hizo un leve gesto y el criado dispuso bebidas estimulantes para todos.

- Sí, es precipitado, pero creo poder asegurarles que el dinero lo compensará con creces.

—Tengo algo que os encantará —anunció Callahan al tiempo que se inclinaba sobre la mesa para recoger una fotografía.

La imagen mostraba a la Dra McTavitt de espaldas, en medio de una multitud reunida en un enorme anfiteatro. Estaba de puntas de pie, como si quisiera observar mejor lo que estaba ocurriendo en la pista circular que se distinguía al fondo de la imagen. Sus brazos se alzaban por sobre su cabeza en lo que parecía un gesto de triunfo o aliento. A su lado podía distinguirse un cuarto del perfil de Daanael.

Callahan dio un golpecito con la punta del dedo sobre la cabeza de la doctora y la imagen se amplió. Dio dos golpecitos más y, cada vez, la cabeza de la doctora se agrandó hasta que casi ocupó toda la superficie de la hoja. Luego señaló con el dedo a un extraño montículo de piel sobre la nuca de McTavitt, que presentaba una coloración ligeramente más rojiza que la del resto de su piel.

—Esto es un chip de localización GPS intradérmico. La policía, y los servicios de seguridad de la empresa para la que trabaja la doctora, pueden utilizarlo para saber donde se encuentra en todo momento. —arrojó la foto sobre la mesa y se reclinó en el sillón—. Pero hay buenas noticias —introdujo una mano en el bolsillo de su gastada gabardina, extrajo un artefacto del tamaño de un teléfono móvil y sonrió con satisfacción a los presentes—. Esta hermosura es el sueño de todo detective. Tuve que partir algunos pares de piernas para conseguirlo. Puede meterse en la frecuencia de transmisión del localizador. Sabremos donde está la doctora con la misma precisión que la policía y los seguratas de la compañía. —torció la boca en un gesto de duda—. Claro… no todo es color de rosa. No podemos bloquear las señales que ellos reciban. Así que, cuando demos el “aventón” a Carla, ellos podrán seguirnos sin problemas. —señaló con la cabeza a Garroway—. A menos que el científico aquí presente esté dispuesto a llevar a cabo una extracción de urgencia, mientras escapamos.

La chica le devolvió la sonrisa al profesor, había visto multitud de implantes de todo tipo, muchos gravisimas heridas incluso en combate, pero una cosa era llevarlos o necesitarlos algún día, y otra muy distinta la pinta que sacaban esos dos, ya no sólo por el tema de los implantes, si no por su actitud, sobre todo la del acompañante -A eso me refería profesor, hay que planear algún tipo de jugada para colarnos todos en el interior junto con el equipo... estaría muy bien enterarnos que tipo de seguridad tienen en los distintos controles antes de entrar, pero si el tiempo es tan limitado ... conozco a alguién que podría informarnos-

--Perfecto, perfecto, ya van saliendo cosas concretas-, susurró el anfitrión con la mirada clavada en los documentos y archivos dispuestos sobre el verde tapete del billar-. Tal vez deberíamos recopilar algo más de información antes de lanzarnos a fraguar una manera de entrar. Por ejemplo, ¿hay alguna razón por la que debiéramos hacerlo al aire libre o durante el día? ¿Sería mejor lanzarse contra las instalaciones de investigación, o tal vez contra el complejo residencial? ¿Podemos contar con alguna celebración o evento deportivo o científico al que ella vaya a acudir, o que pueda servir para ocultarnos? 

Conforme mencionaba las posibilidades arañaba con una pluma una hoja de papel rasgada, con una velocidad y caligafía que se acercaban inquietantemente a lo maníaco.

Estando sentado en su lugar escuchaba todo lo que se decia mientras se rascaba la barbilla; luego señala a Cyrus

Es cierto lo que dices Cyrus, tendría que investigar bien; pero escuche hablar de un congreso de genética a un par de ciudades de aqui; tal vez allí podamos contactar con ella... levanta un dedo ...Pero nos estaríamos ateniendo a la fecha del congreso, y como sabemos; estamos cortos de tiempo...Tal vez pueda conseguir algo de información sobre la seguridad, Cyrus, tienes una computadora por aqui?

Cyrus sacó a toda prisa un ordenador portatil de su escritorio, que pasó con presteza a Tony.

- A ver qué eres capaz de sacar de esto.

Veamos...

Me siento, y me pongo a meter mano al ordenador, luego de unos minutos apretando el teclado velozmente; sonrío levemente

...bueno, algo es algo; la seguridad no esta lejos de lo que dijimos, paredones, escanners en las zonas de tránsito, guardias. Pero hay un hueco en las defensas... si pudiéramos entrar por aire sería perfecto; pero muy visible, los paredones tienen bastante seguridad; excepto en un sector del paredón trasero donde...."casualmente" se pueden desactivar las medidas de seguridad jeje.....no entiendo como semejante empresa no tiene informáticos respetables

Heliogábalo, nervioso desde hacía un rato, tiró de la manga del Profesor, éste inclinó la cabeza y Heliogábalo empezó a susurrarle algo al oido.

Cuando termina, el Profesor le responde con una sonrisa y una palmada en la espalda y ambos vuelven a ponerse firmes.

- En efecto, Heli, tienes razón. - Wade replica a su ayudante antes de acercarse a la mesa y observar admirado la holografía de Jack. Wade la da un par de vuelta entre las manos y amplía un par de veces más la fotografía -. Un Larsonn. Uhm. Le felicito, detective, veo que no pierde el tiempo. Heli y yo podemos encargarnos del chip intradérmico, sobre todo sabiendo el modelo de antemano, retirándolo o incluso manipulándolo para que dé una señal falsa. Podemos mandarlos a buscar a la señorita a uno de esos lugares que tanto frecuenta mientras nosotros vamos en dirección opuesta. El único problema es que necesitaríamos de 5 a 15 minutos en un lugar tranquilo y sin sobresaltos, cosa un poco difícil si durante todo ese tiempo saben perfectamente dónde estamos. - Wade parece meditar en esto un momento y mira a Heliogábalo con aire preocupado sin decirle nada -. Podrían ser 10 minutos si nos damos prisa pero hacerlo dentro de un vehículo en movimiento podría hacerlo casi imposible. -

Wade rodea la mesa de billar con las manos en la espalda, para acabar mirando a la terminal portátil en el que Tony investiga. Vuelve a dirigir la misma mirada a Heli, quien le sigue a pequeña distancia mientras cavila. - Ese hueco en las defensas parece bueno - Deja la copa apoyada en la mesa para poder endenderse un nuevo cigarrillo en su boquilla. - Demasiado bueno. Me parece extraño que una corporación como la Coventry-Albenmeyer Labs cometa un error como ése. Podría ser una trampa, aunque no soy un experto en seguridad - Se encoge de hombros mientras da la primera calada y el olor mentolado vuelve a llenar la habitación.- De todos modos con el margen de tiempo que tenemos no podemos descartar algo así.

Cita:

La frase da vueltas omniosamente en mi cabeza durante unos instantes mientras escucho las sugerencias del resto.

Me temo que si solo disponemos de ese tiempo sera mejor dejarlo ahora.
Mañana esta prevista la llegada de un auditor de la compañía. Con lo que es probable que en realidad lleven semanas controlando las instalaciones. Los protocolos cambiaran, la seguridad se reforzara, y traerá su propio equipo. Técnicos, burócratas, quizás hasta algo de musculo. Y podemos dar por sentado que no se ira sin entrevistar a la estrella local de la compañía.

Concluyo con casi imperceptible gesto de resignación al tiempo que hago ademan de prepararme para salir.

Creo que no entendieron lo que dije; en un sector de la seguridad; el sistema que controla todo se ve que no fue hecho por la misma persona que armo el resto; y esta bastante....obsoleto....creo que podría desactivarlo por un tiempo; pero no quiero hacer la prueba por que si se dan cuenta, cambiarían la seguridad de el lugar... digo mirando al grupo ...para los muchcachos de la compañía, todavía, todo anda perfectamente digo sonriendo despacio

Cyrus levantó una mano, levemente alterado:

- Señor Oliwaw, creo que se precipita, pues eso que nos dice es un problema, sí, pero también es una posibilidad de oro: creo que..., por favor deme unos minutos-, dijo el dandy, antes de levantarse y salir de la habitación. Al cabo de un tiempo regresó con alborozo pintado en la cara-. ¡Lo tenemos! Este caballero es el auditor, sir Bernard Wintherstuff... y yo creo que podría ser nuestra trajeta de entrada. ¿No creen?

Sir Bernard era un individuo rechoncho y con un poblado y aristocrático bigote cano, como el pelo que le restaba en la cabeza. En la fotografía que les mostraba en su teléfono se le podía ver sonriendo a cámara mientras apretaba con energía la mano de un enlace de Fujitsu-Palmolive, en un intercambio que se produjo meses atrás en la sede europea de Coventry-Albenmeyer Labs. Era como si alguien hubiera recortado la imagen típico del Watson de Doyle y la hubiera transplantado en plano siglo XIX.

- ¡Ja, ja! Este tipo que ven aquí es la cabeza de la mesa de accionistas principales de CA Labs: un hijo de puta capaz de condenar y vender una planta productiva en indonesia a las mafias locales antes de desayunar, para después volver a enterrarse entre los mullidos pechos de alguna "super-modelo por quince días". Yo no he visto a mucha gente capaz de darles a los japos con la puerta en las narices sin que sus pelotas volaran por los aires unos días más tarde...

Cyrus estaba francamente exultante: posiblemente aquel tipo fuera una de las super-estrellas corporativas de las que él era un consumado fanático.

- No se sulfure, Anthony, no pretendía desestimar su información, sólo digo que debemos andarnos con cuidado.- Wade responde sin dejar de mirar la fotografía del peculiar CEO. Su mirada se clava duramente en la fingida y ensayada sonrisa del casi afable personaje.

- No conozco al tipo - Wade habla de forma tosca, dejando ver que no comparte la admiración de Cyrus por la astronomía corporativa - Pero reconozco el apellido. Recuerdo que Sir Wintherstuff, probablemente su padre, firmaba alguno de mis cheques cuando empecé a trabajar en la DSTL*. Sólo lo vi un par de veces, en algún evento que requería de su imponente figura para alguna portada de una revista económica. Dinero viejo. Muchos contactos. Gente peligrosa. Los dos tienen la misma sonrisa para los posados y aunque puede que me traicione la memoria, diría que son casi idénticos a pesar de la edad. - De nuevo el movimiento en su poblada barba y las arrugas de su cara os hace creer que sonríe -Probablemente los genes paternos absorbieron a los de la madre mediante una OPA hostil.