Partida Rol por web

Me alivió comprobar que Diana estaba de acuerdo conmigo en que no era buena idea acudir a la policía, tanto por no tener gran cosa que ofrecerles como por el riesgo que suponía. Sin embargo, al hablar de Mel y compartir que Darryl me había "pedido" que nos mantuviéramos al margen de todo aquello, Diana debió darse cuenta de cómo me vencía el nerviosismo, queriendo saber cómo me lo había pedido con exactitud.

Bueno... la próxima vez me llevaré una grabadora. -Bromeé con nerviosismo, tratando de quitarle hierro al asunto. Sin embargo, mi sonrisa se desvaneció casi al momento- Digamos que... fue bastante gráfico respecto al peligro que supone. Fue cuando me enseñó... b-bueno, lo que es, y lo fácil que le resultaría... y-ya sabes. Pero no me estaba amenazando, me advirtió de que había otros, otros como él pero... mala gente. Por eso debemos tener cuidado, porque si llamamos la atención de esa gente...

No necesitaba terminar la frase, porque ya estaba claro del todo. Si llamábamos la atención, nos arriesgamos a ser objetivos de ese o esos hombres lobo. ¿Y qué posibilidades tendríamos? No es como si los hombres lobo tuvieran su criptonita o algo así... ¿no?

Tampoco estaba tan seguro de que Mel no fuera a contarle nada a Darryl si así se lo pedía Diana. Con la relación tan estrecha que mantenían aquellos dos, me costaba mucho creerlo. Además, ¿qué podíamos decirle? Por el momento no teníamos nada...

¿Batcueva? Jajaja. -Aquella forma de hablar me arrancó una risotada, negando con la cabeza mientras me frotaba los ojos con una mano- No tenemos que ponernos capa ni cosas de esas, ¿no? Podemos ir a mi casa, si quieres. Tengo un ordenador que, según me dijeron, es bastante bueno, y prácticamente no lo uso. Regalo de mi padre, seguro que era lo mejor que había en la tienda cuando gastó unos minutos de su tiempo en encargarlo para que me lo trajeran. O su secretaria. -Expliqué encogiéndome de hombros. Aquella vez, ni siquiera lo trajo él, sino que un mensajero apareció en mi puerta para dejar la caja y una hora después llamó un técnico para instalarlo. No hubo ni tarjeta- Lo que no podremos es acudir a la biblioteca en busca de información, por motivos obvios. A la de Hill Valley, al menos. Algún día podríamos acercarnos a la de Beacon Hills...

Jayden negó que Revok le hubiera amenazado, afirmando que el bibliotecario tan sólo había querido advertirle de lo que otros como él podrían hacernos. No sé en qué momento le pareció a ese hombre una buena idea el advertirnos que tuviéramos cuidado dejando claro lo fácil que le resultaría matarnos, pero ciertamente, eso encajaba con la falta de habilidades sociales que parecía tener.

- Tendremos cuidado. - le dije a Jay forzando un pequeña sonrisa, esperando que aquello le ayudara a calmarse.

Fue cuando le hablé sobre buscar información y dónde establecernos cuando le escuché reír de nuevo a propósito de mi mención a la batcueva. Su alegría y forma de responder a ello me sacaron una sonrisa, pero en seguida me torné pensativa cuando continuó hablando.

Lo que dijo sobre su padre me apenó, pero decidí no decirle nada al respecto para que no se sintiera mal. Tenía que ser increíblemente difícil tener una relación de ese tipo con tu padre, aunque más bien parecía no haber relación. No pude evitar pensar en el mío, siendo todo lo contrario al padre de Jay.

Le echo tanto de menos...

- Seguro que el ordenador era el mejor de la tienda, pero tampoco te fíes mucho de los que te venden ya montados, comprarlo por piezas te sale mucho mejor. Aun así seguro que es un buen pc, pero realmente tampoco necesitamos mucha potencia, al menos por el momento; va a influir más la velocidad de tu conexión, y seguro que es la mejor que se puede tener en Hill Valley. - expuse de forma analítica, pensando después en el tema de la biblioteca. - Aunque pudiéramos entrar en la biblioteca de Hill Valley sin que Revok se enterara, dudo mucho que haya dejado documentos de ese tipo al alcance de cualquiera, se habrá cuidado mucho de ocultar todo lo que pudiera dar una pista sobre... “ellos”. - lo de llamarles hombres lobo seguía pareciéndome raro, aunque debían ser eso. - Lo de ir a Beacon Hills es una buena opción. - señalé pensativa.

Toda aquella situación era muy inquietante, pero centrarnos en un objetivo me ayudaba a sobrellevarlo, cosa que esperaba que también le sucediera a Jay.

- Vamos a tu casa entonces, y no te preocupes por las capas y esas cosas... No son obligatorias si no te va ese rollo. - bromeé fingiendo seriedad, escapándoseme una sonrisa poco después y sacándole la lengua.

-Vale, gracias-dije con un ligero tono de fastidio, la verdad es que tras aquellos días de mierda era la primera vez que em sentía verdaderamente alejado de todas aquellas desgracias y la compañía de Amber había sido la culpable de aquello, apenas la conocía, pero definitivamente me caía bien, iba a su rollo y en parte me sentía como ella, así que teníamos que irnos del parque sin dar de comer a los patos.

Me levanté y caminaba a su lado con las manos metidas en los bolsillos también con carácter pensativo y taciturno, pero el nuevo comentario de Amber me hizo sonreir de nuevo y la miré fíjamente-El vencido invita ¿trato?-dije extendiendo la mano como si estuviésemos cerrando un negocio-Pero vamos, ya puedes ir sacando la pasta que te va a tocar a tí-dije con mirada desafiante y sacándole la lengua divertido. Miré la entrada del hospital y em descubrí pensando en que lo último que me apetecía era entrar allí de nuevo, pero es lo que había-Acabemos pronto, tengo ganas de dejar éste hospital de una vez-murmuré mirando el enorme edificio blanco.

- Supongo que sí... quizás debería mirar más a mi alrededor... puede que vea más si lo hago. - Te respondió ante tus palabras. - Pues... ni idea, ¿por qué...? - No completó la pregunta al ver a Mel conduciendo de aquella manera tan desastrosa. En el asiento del copiloto estaba Revok, con el brazo en cabestrillo y rebufando por dentro seguro. - ... seguro que es de marchas... si fuese automático no tendría problemas. - Indicó al ver aquellos acelerones y frenazos.

- No lo sé. Nunca me han disparado. - Dijo encogiéndose de hombros ante tu pregunta. Luego se quedó mirando a la vieja cuando esta pasó y dijo aquellas palabras. Te miró asombrado ante tu afirmación. - ¿Seguirles? - Te preguntó como si estuvieses bromeando. Luego miró al jeep y te volvió a mirar, justamente cuando habías comenzado a caminar hacia tu moto. - Espera! - Te dijo, mientras corría para alcanzarte.

Una vez junto a tu moto cogió el casco y se lo puso. - A parte de agarrarme a tí, ¿algo más que deba saber? - Te preguntó tratando de ocultar su miedo tras aquellas palabras. - Es mi primera vez en una de estas...

- No lo entiendes... - Te dijo  mirándote a los ojos, para luego bajar la voz. - Es un altar de rituales, donde se realizan sacrificios de sangre... - Te miró a los ojos tras decirte aquellas palabras. - Quienes lo usan, suelen usar animales para tal fin... es obvio que hace años que no se hacen sacrificios humanos... o eso pensabámos todos. - Murmuró, aunque no estabas segura de si era a tí a quien se lo decía o si hablaba para él mismo en aquel momento. - Quien esté ofreciendo algo tan grande como la vida de una mujer o está pidiendo algo realmente poderoso o está muy desesperado.

Llegados a este punto, Carlos te miró nuevamente a los ojos. - Quizás le invocaron a él... a quien te asustó en el bosque. Una vez finalizado el ritual, no se regresa al altar al menos en una semana o dos... puede que "eso" fuese lo que le mordiese en el costado. - No dejaba de susurrar, visiblemente nervioso. Entonces caminó deprisa hacia su hermano y destapó su herida. Por su rostro, te diste cuenta de que realmente no había visto la herida hasta entonces. Sus ojos se abrieron como platos y su rostro se oscureció de golpe. De pronto aparentó tener diez años más de los que tenía y tras dejar caer la sábanas de nuevo sobre su hermano, se sentó completamente abatido.

En ese momento, Héctor abrió los ojos.

Llegabais de vuelta al hospital, no os quedaba más que cruzar la calle. En ese momento os llamó la atención que un coche, en concreto un jeep color rojo, se acercase por la vía avanzando a tirones y con violentos rugidos de motor. Al pasar a vuesto lado, os dísteis cuenta de que Mel era quien conducía dicho vehículo. A su lado el bibliotecario, con el brazo en cabestrillo, parecía darla instrucciones de como cambiar de marchas sin calar el coche.

Pensando que ya estaba todo visto, os llamó la atención que una moto pasase tan despacio por aquella misma vía. Era Leo, que parecía seguir al jeep, llevando de paquete a David. El primero estaba demasiado centrado en no volcar llevando a un aterrado David detrás y el segundo iba con los ojos cerrados y agarrado con fuerza a la cintura de Leo. Quedaba claro que no os habían visto al pasar.

- No hay problema. - Contesto amigable. Realmente no me importa, pues dejo pasar las cosas rápidamente, al menos la primera vez. 

Aprieto la mano de Jason, aceptando su trato, pero en desacuerdo con su predicción. - Eso ya lo veremos, listo. - Doy un toque de cabeza alzando las cejas, desafiante y con una creída sonrisa. El chaval dice ir a lo suyo y ser reservado, pero es arrogante en su campo, me gusta. De momento es la persona más normal que he conocido en Hill Valley, es decir, friki, en plan guay, pero no continua con ese mismo plan cuando piensa en volver con los demás. La verdad es que las partes del día en grupo no nos han ido muy bien. - No te rayes, a unas malas siempre estamos a tiempo de escaquearnos otra vez. - Levanto los hombros, quitándole importancia al asunto. 

Sin embargo abro los ojos, sorprendida, cuando estando a punto de llegar vemos a las dos parejas siguiéndose en distintos vehículos. Me resulta un poco confuso, verlos detrás del bibliotecario yendo a saber dónde después de habernos dicho de volver a quedar en el hospital. ¿Supongo que ahora vendrán, como decía en el mensaje...? - Vaya. - Digo pasmada. - Ahora faltan Jayden y Diana en un quad, o algo así. - Comento buscando un lado cómico a la situación, buscando incluso con la mirada algún otro vehículo tras ellos mientras me enciendo un cigarro. 

Escuché lo que tenía que decir Carlos pero claramente no lo entendí. Rituales, sacrificios de humanos, invocaciones… Todo sonaba ultra chungo de película de miedo. Una de las que no me gustaría ver, porque podía hacerme la dura pero esas mierdas me hacían mearme en la cama como a la que más.

¿Invocar a quién? Está como una cabra. Carlos ha perdido la chaveta, seguro que por su hermano…

Mi cara debía ser un poema mientras me contaba todo mirándome a los ojos en voz baja, pero no podía ser de otra forma. Era increíble y difícil de creer. Cuando Carlos fue a mirar la herida traté de mirar hacia otro lado. Yo sí había visto aquella cantidad de sangre salir de aquel lugar, en primera persona por desgracia.

-Fue un animal…- susurré, reafirmando para él pero sobre todo para mí aquella información. No podía ser ninguna “invocación” pues había sido un animal salvaje seguro. Cuando Héctor abrió los ojos di un paso para atrás con cierto temor.

Deberías haber huido, ahora le tienes que explicar sobre sus plantas… Violet, idiota.

-Ho…Ho…Hola- me temblaban los labios y no me salían las palabras. Aunque para la estupidez que dije, mejor hubiera sido no decir nada.

-Te tomo la palabra, yo malos rollos los justos, así que como me toquen mucho la moral, me doy el piro Amber, mucha caña he recibido éstos días para aguantar más chorradas-contesté encogiéndome de hombros al igual que ella-Si no nos desahogamos dándonos unas palizas mutuamente-dije con una pequeña sonrisa mientras llegábamos al cruce de la calle con el hospital ante nosotros, pero la imagen que vieron nuestros ojos era casi surrealista, soltando un pequeño bufido como gesto divertido ante el comentario de Amber.

-¡Ehhh Mel, que te vas a cargar la caja de cambios paraaa, yo puedo llevarlo si hace falta!-exclamé intentando llamar su atención, con esos acelerones y rascando las marchas de esa menera, el bibliotecario podía ir pensando en llevarlo al taller. -Y además esos dos en moto, madre mía si no se caen y no se rompen algo será un puto milagro-miré de reojo a Amber y luego a Leo y David agitando los brazos.

Por muchas voces y señas, Mel no estaba para andar pendiente de su entorno y no os hizo caso alguno. Al menos visteis que al final lograba hacerse con el jeep, al menos mientras mantenía su velocidad estable y no tenía que cambiar las marchas. Era lo que tenía que os enseñasen a conducir los coches automáticos en el instituto. Cuando cogíais uno de verdad, se os hacía un mundo.

Los moteros pasaron de igual manera. Leo centrado en el jeep rojo y David demasiado cagado de miedo como para mirar a nadie. Si queríais verles o hablar con ellos, os tocaría usar el móvil para hacerlo.

- Hey, ¡hermano! - Saludó en su idioma natal Carlos a Héctor cuando este despertó. - Ya era hora de que te despertases. - Continuó hablando, esta vez en ingés, con una sonrisa en su rostro. - ¿Cómo te encuentras? Supongo que cansado y dolido... - Se autorrespondió el mismo a su propia pregunta, mientras que Héctor peleaba por mantener los ojos abiertos. - Escucha, tengo que salir ha hacer unas llamadas, ¿vale? Pero no te preocupes, pues te dejo en buena compañía.

Te hizo señas con la mano para que te acercaras. - Vino tu chica a verte. - Le dijo con una sonrisa, para luego acercarse a tí y susurrarte al oído. - No le hables de lo que viste en el bosque ni lo de la poli y su plantación. Yo me encargaré de eso. - Te pidió antes de salir, móvil en mano y con un claro gesto de preocupación tras ver la herida de Héctor.

Héctor se había acomodado, poniendo su mano sobre su cabeza y cerrando los ojos, aprovechando aquel momento en el cual su hermano no le bombardeaba con palabras para tratar de relajarse. Al escuchar la puerta de la habitación cerrarse, Héctor te miró.

- ¿Qué pasó? - Te preguntó visiblemente cansado. - Recuerdo poco... algo me atacó, fuí a tu casa y... no recuedo más. - Quiso moverse y la herida de su cuerpo le impedió realizar gesto alguno. No se quejó, pero el gesto de dolor se reflejó en su cara.

- Tú... ¿estás bien? - Te preguntó volviendo a cerrar los ojos. - Perdona que no te mire, pero me molesta la luz y me pesan demasidado los párpados. Supongo que estamos en el hospital...

Diana volvió a demostrar cuánto sabía al explicarme cómo era posible conseguir un mejor ordenador comprando las piezas por separado. Era verdaderamente inteligente, algo que no hacía sino acrecentar mi admiración por ella. También se mostró de acuerdo en buscar información en la biblioteca de Beacon Hills, añadiendo un detalle en el que yo no había caído, y es que Revok se habría asegurado de que en SU biblioteca no hubiera nada útil.

Vale, pues vamos. -Accedí al ver que estaba de acuerdo en ir a mi casa a poner en orden lo que sabíamos- Luego enviaré un mensaje a éstos para quedar a comer.

-Meh...han pasado de nosotros totalmente, entre que Mel intenta no atropellar a una viejecita y Leo tiene a David abrazado a su cintura no me extraña que no nos vean ni oigan-dije con una pequeña sonrisa-¿dónde coño iran?-pregunté al aire mirando a Amber-Escribiré a Diana a ver si sabe algo..-

Me sabía bastante mal escribirle algo a Diana, primero por lo que había hecho en la cafetería y segundo por lo que yo el había dicho, pero tocaba tragarse el orgullo y saber dónde iba aquel cuarteto de chiste..

Estábamos decididos a partir hacia casa de Jayden, determinando este que después escribiría a los demás para quedar para comer, cuando escuché mi teléfono. Lo saqué, preguntándome de quién se trataría, cuando vi que era un mensaje de audio de Mel.

- Es una nota de voz de Melissa, no sé que querrá... - le dije a Jay con extrañeza, y es que me resultaba raro que mi amiga se pusiera en contacto conmigo tan pronto. - Ha escrito Jason. - le dije al ver que en ese momento entraba otro mensaje.

Lo leí, enarcando una ceja. No entendía qué quería decir, ni entendía por qué me preguntaba dónde estaba después de lo de antes.

- Mira a ver si tu le entiendes... - le dije a Jayden con desgana, bajando la voz del teléfono y acercándolo a mi oído antes de escuchar la nota de audio de Melissa, por si se trataba de algo privado.

- No, si es normal. No pasa nada. - Contesto respecto a que nos marchemos. Ha sido mi idea al fin y al cabo, pero no era eso lo que quería decir, si no que entiendo su punto de vista. Todo el mundo tiene sus movidas, y aunque los últimos acontecimientos no han golpeado a todo el mundo por igual, él también ha recibido lo suyo, hasta de rebote. - Yo soy muy casera. Una tarde de juegos me parece un buen plan frente a... No saber cual es el plan. - Contesto, atraída por su alternativa y sin grandes expectativas para esta tarde. 

- No creo que te escuchen. - Digo tranquilamente después de que intente llamar la atención de los chicos, dando entonces una calada de mi cigarro. - Déjalo. Es mejor que no se distraigan al volante viendo como van. - Opino divertida, después de que él vea como no le hacen caso y pregunte por su dirección. - Ni idea, la verdad. Es raro... - Digo mientras reviso de nuevo el último mensaje de Leonard en el móvil. - Dice que viene en un rato, que van a por 'comida para los patos'. What the fuck... - Digo extrañada. - ... Los juegos, ya sabes. - Excuso mi lenguaje, sabiendo que él lo entendería. - A ver si Diana sabe algo, o al menos cuanto va a tardar Leonard. - 

Miré a Carlos con cara de situación, cuando me dice que no hable y que soy SU chica. Claramente había un gran malentendido que debía haber solucionado antes, no podía preguntarle a su hermano si era su chica y estábamos ya en un mal lugar para empezar a aclarar nada. Me acerqué y le vi salir, sin decir más a sus llamadas o a lo que había entendido que pasaba entre su hermano y yo.

-Eh… Pues llegaste a mi casa y había mucha sangre…- comencé a decir y puse una mano rápido en su brazo tratando que no se moviera. –No te muevas mejor…

Debí haber pensado antes qué decir si esto llegaba…

-Verás… Yo estoy bien, no pasó nada- fui rápido a ver si podía bajar la persiana o hacer algo por la luz que le molestaba. –Estás ingresado, llevas aquí un par de días. ¿Cómo te sientes?

Héctor se quedó quieto en cuanto le tocaste, relajando su rostro de inmediato. - Recuerdo... unos ojos azules... brillantes... como si no fuesen de este mundo. - Te dijo a continuación, mientras trataba de hacer memoria.

Al bajar la persiana, la luz dejó de molestar a Héctor y se relajó aún más. - Y el dolor... - Añadió poniendo su mano sobre la herida de su costado. - Me alegro de que estés bien... no pensé más que en mí y no me di cuenta de que podría haber llevado a lo que fuese a tu casa... - Te dijo aún con los ojos cerrados. - Mi hermano tiene razón, no soy más que un insensato. La que me va a caer cuando nos quedemos solos... - Abrió los ojos y te miró, dibujando una sonrisa en el rostro. - Como si me hubiese pasado un autobús por encima. - Bromeó con tu pregunta, respondiéndola a la vez con aquella comparación.

- Esto es peor que una resaca. - Te volvió a sonreir, ocultando el dolor bajo su perlada boca. - Escucha, no debes ir al bosque... ni sola ni acompañada. Creo que es evidente que es peligroso ir... - Suspiró y negó con la cabeza. - No debí ir yo tampoco... pero estaba impaciente por ver mi pequeña plantación.

Parecía que nos íbamos a marchar ya, cuando Diana me sorprendió comprobando su móvil y comentando que Mel le había enviado un mensaje de voz. Me dispuse a esperar a que lo oyera, sin plantearme siquiera la posibilidad de que lo fuera a poner en voz alta, pero entonces dijo que Jason también había enviado otro, aunque de texto. Entonces comprobé mi propio móvil, descubriendo que efectivamente lo había enviado al grupo. Y Diana no parecía entenderlo, lo que me pareció comprensible.

Pfff… A saber qué pretende decir. –Renegué con gesto de incomprensión- Yo es que intento escribir los mensajes para que se entiendan, pero hay gente que… -Me di cuenta de lo pedante que podía sonar aquello, pero mi madre me había educado en la idea de que había que escribir con respeto al interlocutor. Bueno, eso era sólo un ejemplo de las lecciones acerca del respeto que tanto se había empeñado en inculcarme, como si pretendiera que el día de mañana me dedicase a la diplomacia de alto nivel o algo así. Pero cuando aquel tipo de cosas salían a relucir no faltaba quien me miraba como a un bicho raro. Al fin y al cabo, sólo éramos críos, ¿no? ¿Quién le daba importancia a eso a mi edad?- Tal como está escrito, parece que vayan los cuatro en una moto, pero supongo que ha visto a dos por un lado y los otros dos por otro. Curioso que te pregunte por Leo, si es por él por quien pregunta, en el grupo donde está Leo… -Añadí encogiéndome de hombros, aunque había más cosas curiosas, como dirigirse específicamente a Diana en el grupo. ¿Igual pensaba mandarle un mensaje privado y lo había puesto en el grupo por error?- En fin, no se, respóndele lo que quieras, sólo habla contigo… -Le dije a Diana finalmente, sonriendo con humor mientras guardaba mi móvil y sacaba las llaves del coche.

Alcancé a escuchar lo que Jayden pensaba sobre el mensaje de Jason antes de activar el de Melissa. Al parecer le había pasado lo mismo que a mí, y es que tal y cómo estaba escrito aquel mensaje no quedaba claro lo que aquellas palabras significaban, teniendo nosotros que suponer qué querían decir. Aunque me resultaba aún más confuso el que Jason me hablara como si nada después de lo último que me había dicho.

- No me apetece hablar con él. - le dije a Jayden más seria de lo que pretendía mientras le daba al play al mensaje de Mel, pero así era, no me apetecía hablar con Jason haciendo como si nada hubiera pasado; y además tampoco sabía dónde iban ninguna de las personas que había mencionado.

Me quedé ojiplática al escuchar aquella nota de voz, sintiendo por un instante que se me cortaba la respiración. En seguida me acerqué a Jayden, subiendo el volumen del teléfono y situando este entre nuestras cabezas antes de volver a activar aquel audio.

- Diana, ven enseguida a la biblioteca, es Darryl... algo le atacó... tenía los ojos rojos... y ... no se que hacer... - La voz de Mel suena quebrada. Al fondo se escuchan quejidos y jadeos, como si alguien pelease por respirar.

- Cambio de planes. - le dije en cuanto el mensaje terminó. - Tenemos que darnos prisa. - añadí con evidente preocupación.

La seca respuesta de Diana me dejó sin habla durante un instante, recordándome aquel mensaje que había leído anteriormente. Parecía bastante claro que a Diana no le había sentado bien, algo lógico por otra parte, y de hecho… salvo que lo hubieran hablado después en privado tras la respuesta que Diana también había dado en el grupo, no parecía tener mucha lógica que el chaval le hablase de esa forma, como si nada.

Igual creía que el problema desaparecería por sí sólo únicamente ignorándolo. Ese era un error en el que me veía tristemente reflejado.

Iba a decirle algo a Diana acerca de ello, cuando terminase de escuchar el mensaje de Mel. No tenía muy claro el qué, pero al menos dejarle claro que estaba con ella, y restarle importancia al asunto. No por Jason, sino por ella, por que no se amargase por ello. Sin embargo, no me dio tiempo a decirle nada, pues en cuanto me acerqué más a ella pude ver su reacción dibujada en una expresión en su rostro que me asustó.

¿Q-qué? ¿Qué pasa? –Le pregunté, preocupado, justo antes de que pusiera en voz alta el mensaje de audio.

Me quedé anonadado. Mel afirmaba estar en ¿la biblioteca? ¿Ya? ¿Cuánto tiempo había pasado desde que dejamos aquella habitación? Pero eso no era lo preocupante, sino el temblor en su voz, el miedo. Algo pasaba, algo grave, y no tardé en saber qué era. Alguien… algo había atacado a Revok. Algo de ojos rojos.

Rojos…

No podía evitar recordar la conversación que había tenido con Darryl al respecto del color de los ojos. Aquel… lo que fuera, el de los ojos rojos, podía ser el responsable de la muerte de los padres de Mel, y ser también ese al que se refirió el bibliotecario al advertirme que había mala gente que era como él. ¿Había ido a por Mel, y Darryl la había protegido? ¿O había ido directamente a por él, aprovechando su estado de debilidad?

¡Vamos! –Concordé con Diana, cogiéndola de la mano y corriendo a su lado en dirección a mi coche, para acudir a la biblioteca cuanto antes.