Partida Rol por web

De momento solo me quedaba observar. La cara de la mujer que habia llegado junto con la estudiante eran de preocupacion pero nada podia hacer, solo estudiar que para eso estaba alli. 

Mi nariz siguio pegada al libro que debia leer en la pagina en donde debia estar pero mi mente estaba en Leonard y su recuerdo de la noche anterior. 

Nisiquiera volteaba a mirarme pero no importaba, su espalda era muy bonita tambien y sentado le miraba el trasero con un poco mas de descaro. Nadie tenia porque notarlo.

-Por favor que alguien me pegue un tiro por favor-rezaba a todos los dioses existentes e inventados ¿aunque acaso existía alguno? En los momentos de aburrimiento extremo me daba por cuestiones de profundo existencialismo.

Miraba a la pizarra como si intentase taladrar la pared y alternativamente miraba a mi tío y luego al libro, siguiendo religiosamente el orden, aún veía la cara de mi madre y la mirada de enfado que le lancé. Una buena bronca me esperaba en casa, pero después de lo de ayer, sinceramente me daba completamente igual.

La voz de mi tío sonaba como un ruido monocorde en el fondo de mi cabeza, un zumbido cojonero que no se callaba, como la típica mosca que te sobrevuela el oído una y otra vez y a la que le deseas la muerte inmediata, pero para mi sorpresa se hizo el silencio.

Extrañamente Miller se puso en pié y fue hasta Shyl susurrándole algo, fruncí el ceño con curiosidad, mientras mi tío volvía a su mesa en silencio, para reiniciar su letanía, la cual se detuvo de repente cuando alguien llamó a la puerta.

Eran el director y la enfermera con cara compungida-¿qué coño hacen aquí?- pensé mientras salían.

Miré con disimulo a Amber y Leonard-No creo que vaya Leonard, la noche de ayer fue jodida, ésta mañana también, no tengo cuerpo para mucha juerga la verdad...-dije apagando el tono para luego recuperarlo y mirar al director y mi tío-¿qué habrá pasado ahora?
La cara de Reynolds es todo un poema- pregunté a los dos.

Cuando Jayden respondió a mi intento de animarle, me puse blanca, para después ponerme roja. Dejó ver que aún no estábamos saliendo, haciendo que mi cabeza viajara de inmediato a la noche anterior. A decir verdad… No habíamos dicho claramente que estuviéramos saliendo juntos, pero ambos habíamos dicho querer hacerlo, ¿No era lo mismo?

Si te hubieras dedicado menos al ordenador, los videojuegos, los lápices y los cómics… Sabrías más de estas cosas, Diana.

Pero entonces Jayden dijo que pensaba pedírmelo, poniéndome completamente colorada mientras él me guiñaba un ojo y se cruzaba de brazos sin dejar de mirarme. Fruncí el ceño, dándome cuenta de que estaba bromeando, pero en seguida relajé mi rostro y bajé la cabeza.

- A-aún puedes hacerlo… - susurré, alzando mi mirada despacio y mirándole por encima de mis gafas, antes de volver mi rostro hacia el libro.

La clase no empezaba, cosa que nos extrañó a todos, y terminamos presenciando cómo el profesor se acercaba a Shyl y le dedicaba unas palabras en voz baja.

- Creo que deberías hablar con ella después. – sugerí a Jayden, mientras la clase comenzaba.

Pero la clase se vio pronto interrumpida, cuando el director Drake y la enfermera Reynolds aparecieron junto a Trish. Estas dos no tenían buena cara, pero sobre todo resultada inquietando el gesto de la enfermera. Algo malo había pasado, no cabía la menos duda, y con varios de nuestros compañeros en el hospital… Trish se sentó y el profesor Miller salió a hablar con el director, mientras la señora Reynolds se quedaba vigilándonos. A pesar de ello, no pude evitar buscar la mano de Jayden por debajo de la mesa, apretándola suavemente y esperando estar equivocada respecto a lo que podía haber pasado.

La reacción de Diana fue ponerse totalmente colorada, un gesto que me resultó entrañable y encantador, y me daba ganas de abrazarla. Sin embargo, estábamos en clase, así que aparte de sonreírla no creí adecuado hacer nada más. A pesar de ello, no tardó en responderme, afirmando que aún podía hacer la petición.

Es posible que lo haga, sí... -Susurré con picardía- Espero que tengas clara la resp...

No terminé de decirlo, puesto que en ese momento vi a Miller inclinándose junto a Shyl, diciéndole algo antes de seguir con la frase. Con todo lo que estaba pasando, no me había percatado de lo afectada que seguía. Diana me propuso que hablase con ella tras la clase, pero yo sólo sentía impotencia. Ya había tratado de hablar con ella antes, pero ya no sabía qué más decir. Dudaba que hubiera nada que yo pudiera hacer por mi amiga, y aquello me reventaba. Aún así, obviamente tendría que intentarlo.

Peor fue la interrupción posterior. La presencia de la enfermera me hizo fruncir el ceño y estirar el cuello, mientras Miller salía a hablar con el director. Mi pulso se fue acelerando, mientras mi imaginación hacía el resto. Sentí la mano de Diana sujetando la mía bajo la mesa, algo que me hacía sentir algo mejor, pero no dejaba de darle vueltas, recorriendo los rostros de mis amigos, uno a uno, hasta terminar por mirar fijamente al rostro de la hermana de Mandy.

C-Carol... -Llamé su atención, con el rostro ya descompuesto. Igual llamarla por su nombre de pila no era lo más adecuado en el instituto, pero había estado tantas veces en su casa que me salió sólo, sin pensar- N-no será por Tommy, ¿n-no...?

La enfermera Reynolds, como la conocían normalmente, o Carol, como prefería que se la llamase, siempre llevaba una sonrisa por delante para todos, acompañada de un "buenos días". Era de esas personas que, mirándolas, se sabía que algo malo ocurría.

Y ese día estaba seria, quizás hasta triste. Cuando entró junto a Drake y Trish, lo hizo en segundo plano, manteniéndose con un perfil bajo. Eso era algo que, para quienes conocían a la enfermera, sabían que no era algo normal en ella.

Hasta su hermana Mandy pareció revolverse en su asiento cuando la vió entrar en ese estado. Quiso hablar con su amiga Trish para ver que pasaba, pero estaba demasiado lejos de ella como para poder hablar.

Carol os miraba a todos con unos ojos apagados, se diría que miraba sin ver a nadie realmente. Cuando escuchó su nombre se giró con lentitud buscando al dueño de la voz que la reclamaba. - ¿Tommy? - preguntó extrañada mirando a Jay y entornó levemente los ojos.

- ¿Le ha pasado algo a Tommy? - preguntó a continuación, sin saber a que venía esa pregunta.

La llegada de la enfermera me desconcentro del libro y de mi vista de Leonard y aunque se veia preocupada la Señora, yo no sabia de que iba o como era ella naturalmente. 

Era mi primera vez que la veia de manera que solo la detalle sin darle mucha importancia hasta que pregunto por Tommy. 

Quien sera?

Me quedé boquiabierto ante la respuesta de Carol. Con ello dejaba bien claro que no se trataba de eso, puesto que ni siquiera sabía lo que le había pasado a mi amigo. Me sentí tremendamente avergonzado por haberle preguntado en voz alta, pero al mismo tiempo me recorrió un gran alivio, al disiparse mi primer temor.

Oh... S-sí, está en el hospital desde anoche, y... B-bueno, yo... Lo siento, perdona. -Dije torpemente, volviendo a encogerme en mi asiento. Saber que no era por Tommy me aliviaba, pero igualmente lo que sucedía debía ser serio, y me preguntaba a qué podía deberse. También estaban Ryan y Tala, de cuyo estado no sabíamos nada, y mi prima seguía sin dar señales de vida. Pero no seguí preguntando, aquello me parecía demasiado y de todos modos esperaba que Miller nos dijese algo cuando terminase de hablar con el director.

Apreté la mano de Diana, con preocupación, y cuando me miró le dediqué una breve sonrisa que no disimuló mi inquietud.

 Sonrío a los comentarios de Leonard sobre el profesor Miller, esperando que Jason no se moleste por ellos, al ser él su tío. No creo que sea así, después de ver la que le ha estado dando al pobre chaval, pero nunca se sabe. - Empiezas bien ¿Tienes el libro al menos? - Pregunto divertida, tras un comentario irónico. - Puedo poner el mío en medio si quieres. - 

 Jason tampoco se apunta a la visita al hospital, lo que parece decepcionar a Leonard. Sí que es cotilla el chico, oye. - Jayden y Diana fueron a visitarla ayer, pero... No por el salseo, si no por ella. - Le informo, pensando que tal vez pueda interesarle si volvieran al hospital, lo cual, tras lo de anoche, es bastante probable, aunque prefiero omitir esa parte, la que doy por supuesto que es el motivo, entre otras cosas, de que Jason se muestre más decaído durante un instante. - Si necesitas cualquier cosa podemos hablar luego, Jason. - Me ofrezco, preocupada por él y por lo de la fiesta y, la verdad, curiosa al mismo tiempo por saber lo que haya pasado durante el tiempo que pasó en el despacho. Antes quería pasar desapercibida, y no me encontraba con ánimo en absoluto para hablar con nadie. No es que ahora esté genial, si pienso en lo de anoche aun lo flipo, pero al menos estoy algo más entera.

 La repentina llegada de la enfermera parece preocupar a la clase en general, lo cual no acabo de entender. ¿Se me escapa algo? No sería raro. - Ni idea... - 

Con evidente temor en su mirada, Jayden preguntó a la enfermera si se trataba de Tommy, cosa que yo también temía. Los pocos segundos que esta tardó en responder se me hicieron eternos, pero afortunadamente terminó por dejar claro que no se trataba de él. Entonces ¿Qué estaba pasando? ¿Y si no se trataba de algo tan evidente? ¿Y si…?

Hubiera sacado el móvil para comprobar si todo iba bien si no fuera porque deduje que el profesor nos contaría qué pasaba en cuanto entrara. Cada vez me ponía más nerviosa, pero aun así me di perfecta cuenta de cómo Jayden apretaba mi mano tras dar las explicaciones pertinentes a la enfermera.

Le miré, viendo cómo se esforzaba en sonreír. Ninguno de los dos estaba precisamente tranquilo, pero tenía que intentar que él al menos lo estuviera.

- Ahora nos dirán lo que pasa… Y si no, tendremos que tratar de averiguarlo. – le susurré, mirando un instante de reojo hacia la puerta, antes de clavar mis ojos en los suyos. – Pase lo que pase, estoy contigo, ¿Vale? – quise recordarle, apretando su mano y dedicándole una tenue sonrisa.

Estaba intrigado y la única información que recibía era de mis compañeros de anoche y hablaban sobre el pobre Tommy ¿por eso estaba la enfermera con esa cara? No tenía la menor idea y Carol tampoco sabía nada al parecer, la pregunta de Jay la había sorprendido.

Como era costumbre una voz conocida me sacó de mi cabeza elucubrante, era Amber ofreciéndome a compartir su libro. Sonreí ante su comentario-Uf, hoy habría sido mejor que me hubiese quedado en la cama te lo juro-dije mirando al techo poniendo los ojos en blanco-joder me están haciendo pasar un calvario cuando yo sólo intentaba ayudar-tampoco iba a contarle mis penas a la chica que también tuvo lo suyo, pero no hacía más que lloverme mierda por todos lados.

-Te lo agradezco, todo esto me ha venido de nuevas, así que por lo menos hago el paripé con mi tío. La literatura creo que es lo último que nos interesa hoy- respondí con una tímida sonrisa acercándome un poco para mirar el libro.

A continuación asintió ante el comentario de la visita de Jay y Diana-Apenas les conozco pero se les ve buena gente sin segundas intenciones y además hacen buena pareja-dijo recordando lo embelesados y amorosos que estuvieron ayer.

Le sorprendió el ofrecimiento de Amber para hablar con ella-Si claro, espero que nos suelten pronto, lo de ayer fue horroroso como poco Amber-dije con gesto agradecido. Tenía un cuerpo horrible por lo de ayer y necesitaba desahogarme.

Permaneces durante toda la charla de los dos hombres allí plantada, sin hacer ni decir nada. Ellos ni se percatan de tu presencia y si en algún momento lo hicieron ni te miraron. Parecía más importante lo que hablaban que cualquier otra cosa que ocurriese a su alrededor.

Estabas demasiado lejos para escuchar, pero lo suficientemente cerca como para ver los gestos de los dos hombres y como el del más joven cambiaba de serio a preocupado. Instantes después, ambos hombres entraron en la clase nuevamente. Justo la que te indicó Styles como la tuya.

Drake entró seguido de Miller en clase. No tuvo que decir nada para que todos guardaséis silencio y le observaséis con atención. El director del instituto estaba realmente serio, se subió al pequeño atril que había en la clase mientras que Miller susurraba algo a la enfermera Reynolds y ambos miraban hacia la zona donde estaban sentados Jay y Diana en ese momento.

- Buenos días de nuevo. - dijo Drake, se notaba que no sabía bien por donde empezar. Miró un instante a Miller, quien asintió con la cabeza mientras se cruzaba de lado junto con la enfermera Reynols, ofreciéndola a esta su asiento, la cual no aceptó y permaneció en pie, mirando a toda la clase atentamente. - Creo que todos nos hemos levantada hoy con las mismas desgraciadas y funestas noticias, sobre los incidentes y muertes de esta noche en el bosque.

» Muertes que han llegado a esta clase con la pérdida del joven Tristán Kirby Ross y a la que hay que añadir el terrible accidente de tráfico sufrido por dos jóvenes pertenecientes también a esta clase. Ambos fueron llevados al hospital y, como bien sabréis muchos de vosotros, allí fueron atendidos los dos jóvenes con todo lo necesario para su estabilización.

» El joven King, aún continúa en quirófano donde continúan tratando de salvarle la vida tras sufrir una parada cardiaca en medio de la cirugía. El pronóstico es reservado ahora mismo. - El director se giró hacia Miller y la enfermera. - Debéis saber que, tanto el profesorado del instituto, como la enfermera Reynolds y yo, tenéis la puerta abierta por si necesitáis hablar sobre algo de esto. - su voz era solemne y seria, os iba mirando a todos a los ojos según hablaba. Su mirada decía que había algo más.

- La joven Tala Edwards, quien acompañaba a King en el coche y en el brutal accidente, sufrió dos paradas cardiacas debidas a las lesiones del golpe mientras viajaban al hospital en la ambulancia. Lograron estabilizarla y la han mantenido con vida hasta hace una hora, cuando sus padres han decidido desconectarla de la máquina que la mantenía con vida. - hablaba lento y pausado, buscando con la mirada a los más afectados con la noticia. - El instituto hondea ya sus banderas a media asta por los jóvenes fallecidos.

- Si alguno de vosotros era amigo de ellos, mi más sentido pésame. Yo apenas logré ponerles cara a esos chicos. La enfermera Reynolds se quedará con vosotros por si alguien la necesita. Si alguno necesita irse a casa por esto, la puerta de mi despacho está abierta para avisar a vuestros padres... - se bajó del atril y miró a Miller y a la enfermera, despidiéndose con un gesto con la cabeza. Luego caminó hacia la puerta.

- Señorita Mandoshky, usted venga conmigo. Tenemos algo pendiente por discurtir aún.- dijo a la joven con tono serio y firme deteniéndose a su lado y esperó a que se levantase del asiento y saliese delante suya.

- Lo siento chicos. - Añadió a modo de despedida saliendo de la clase con la "futura periodista" de compañía.

Semejantes noticias arrugaron mi corazon. No los conocía pero yo era muy emotiva y tuve que contenerme de solo imaginar el horror de las familias. 

Algo me sobre salto porque no recordaba al muchacho de las botas como uno de los que mencionaba el Director pero si que debia de ser alguna victima porque estaba muerto, eso era seguro. 

Y apenas era el primer dia de clases. 

Esperaba que al dia siguiente todo fuese mas animado y menos lugubre.

Despues hablaria con la enfermera para preguntar donde seria el servicio. Era lo menos que podiamos hacer.

Sentí como si todo el aire de mis pulmones abandonase mi pecho de golpe. Mis ojos se abrieron de par en par, primero mirando fijamente al director Drake, para poco a poco perderse en ninguna parte. Quedé con la mirada perdida, no pudiendo creer o procesar las nuevas noticias.

Tala estaba muerta. A Tristán apenas si me había presentado, pero a aquella chica había llegado a tratarla un poco más. No mucho, en realidad. Habíamos compartido unas palabras la mañana anterior, luego por la tarde, y se había quedado en mi cabaña hasta ir a la maldita fiesta. Eso era todo, no sabía gran cosa de ella más allá de que parecía maja y que parecía estar empezando algo con Ryan...

Y ahora estaba muerta.

Muerta.

Tenía un nudo en la garganta. No hacía más que visualizar el momento en que nos despedimos. ¿Le dije a Ryan que tuviera cuidado en la carretera? No lo recordaba. Tampoco sabía si había sido culpa suya o de otro que se fuera a la fuga. Ya daba igual. Todo daba igual.

Tala y Tristán muertos...

Tommy y Ryan, como tantos otros, graves...

Ehm... -Alcé mi mano, casi sin pensar, mirando súbitamente al director Drake y al profesor Miller, esperando su permiso para hablar. Di un beso a Diana en el dorso de su mano, mirándola con gesto compungido. Ella parecía tener más relación con Tala que yo. Solté su mano y me puse en pie- B-Bueno, la mayoría ya me conocéis. Para los que no, me llamo Jayden Garlan. -Me presenté ante la clase, en la que había gente nueva. Tragué saliva, recorriendo los rostros que me observaban- Acostumbro a organizar fiestas, y eso. -Expuse encogiéndome de hombros, mostrando una breve y triste sonrisa- Por supuesto, no como la de anoche. Pero en esta ocasión, y con el permiso del director y de nuestro tutor, me gustaría organizar e invitaros a acudir a una vigilia esta noche, frente al hospital. Da igual si sois religiosos o no, yo no lo soy mucho, pero sería una muestra de respeto por los fallecidos, apoyo a sus familias y a los hospitalizados, y unión de la comunidad frente a esta desgracia. A eso de las nueve creo que estaría bien, para quien le interese. -Concluí agachando la mirada- Comentadlo por ahí. Gracias. -Terminé mirando nuevamente al profesor y al director, antes de sentarme.

¿E-estás bien? -Pregunté a Diana inmediatamente, girándome en mi asiento para tenerla de frente, buscando su mano con la mía.

Si la cara del director ya de por sí no era nada amigable, el gesto que mantenía se acercaba a dar auténtico miedo. Aunque ésta vez no era para echar una bronca sino para dar unas noticias horribles. Los ocupantes del coche accidentado que nos cruzamos anoche eran Tristan y Tala Edwars, no los conocía en persona pero si los había visto muchas veces en el instituto, ella había muerto y el chaval aún luchaba por su vida. Eso no hizo más que recordarme la terrible noche pasada y la experiencia de pesadilla que estaba acosándome toda la maldita mañana.

El discurso del director duró poco-joder, más muertes...-dije por lo bajo mirando un instante las letras del libro que me había acercado Amber, las miraba pero no las veía. En ese momento cuando el director se disponía a salir de la clase, Jay se puso de pié y alcé la vista mirándole.

Tenía la cara descompuesta, murmuró algo que no llegué a escuchar pero se veía que estaba muy afectado, debía de conocerlos muy bien. En ese momento le miré con cierta empatía, la mierda nos estaba salpicando a más de uno de una forma u otra. Su propuesta de presentarse en el hospital rindiendo respetos a las familias afectadas, era todo un detalle, el tío lo sentía profundamente, asentí a sus palabras confirmando mi presencia con el gesto y le seguí con la mirada hasta que se volvió a sentar.

Apenas le conocía pero era un tío legal, me caía cada vez mejor y se merecía nuestro apoyo. Giré la cabeza y miré a Amber-¿Imagino que irás no?-pregunté casi susurrando.

El director Drake regresó, comenzando a exponernos lo que sucedía, pero de un modo que provocó que mi corazón se fuera acelerando más y más. No iba al grano, y la incertidumbre me invadía a pasos agigantados. Habló de Trisán, del pronóstico de Ryan…

Entonces no se trata de él.

Aquello me alivió un poco, para volver a inquietarme casi de inmediato. Tala. Empezó a narrar lo que había pasado con ella. Dos paradas. Consiguieron mantenerla con vida, pero no por mucho tiempo, habían tenido que dejarla ir.

Tala.

No…

¿¡Por qué!?

Me quedé en shock. Aquello tenía que ser una broma. Sí. Ojalá lo fuera. Hubiera preferido un millón de veces que todo fuera una broma de mal gusto, pero no lo era. Tristán había muerto, Tala también, Tommy y Ryan estaban heridos, Bella desaparecida…

No puedo pasar por esto otra vez, no tan pronto.

No conocía demasiado a Tala, aunque sí lo suficiente como para haberle cogido cierta estima. Habíamos compartido algunas palabras en el Simone’s, y el día anterior habíamos pasado parte de este juntas. Eso ya no se repetiría.

Continuaba paralizada. Mi rostro ni siquiera mostraba pena, tan solo estupefacción. Miré a Jayden al sentir que movía mi mano, tornándose entonces triste mi rostro, viendo lo que el suyo reflejaba. Besó el dorso de mi mano y la soltó, disponiéndose a hablar frente a todos.

Su proposición me tensó aún más. Era una iniciativa estupenda, y con ella daba cuenta de lo buena persona que era, pero… A punto estuve de hundir mi cabeza, apoyando esta sobre mí manos, pero ni tan siquiera de eso fui capaz.

Cuando Jayden volvió a sentarse y se giró hacia mí, buscó mi mano mientras me preguntaba qué tal estaba. Por un momento pensé que continuaría sin poder reaccionar, pero no fue así.

- N-no estoy bien, yo… - cerré mis ojos un instante, dejando escapar un suspiro antes de volver a abrirlos. – Hay algo que debo contarte. – añadí con rostro afligido, apretando su mano un momento antes de soltarla.

Levanté la mano, pidiendo permiso para dirigirme al profesor, dándome cuenta entonces que esta me temblaba; y la bajé rápidamente.

- P-profesor Miller, necesito salir. ¿P-puedo salir, por favor? – dije con voz temblorosa, aguantando las ganas de echarme a llorar.

El revuelo en clase fue inmediato. Pocos eran los que conocían a Tala Edwards, pero sin duda alguna,  la noticia había afectado a todos los presentes. Incluso Mandy retiró su cara de “odio a todos estos perdedores” a una de asombro.

El profesor Miller se despidió del director y se quedó junto a la enfermera, viendo a este salir con la “futura periodista” por delante suyo. Miller permaneció en silencio y expectante, dejando que todos hablaseis entre vosotros. Clavó su mirada en Jay cuando este se levantó para hablar.

- Bonito detalle, señor Garlan. Seguro que las familias de los afectados se lo agradecerán. - dijo Miller al chico y volvió a mirar a la clase entera, hasta que sus ojos se detuvieron en la mano alzada.

- Por supuesto que sí. - respondió Miller a Diana. - Enfermera Reynols, debería acompañar a la joven. - Carol no dijo nada, tan solo asintió con la cabeza y caminó al encuentro de Diana para acompañarla y ver si necesitaba algo.

 Lo flipo, ¿Han desconectado a Tala? No ha pasado ni un día, ¿Y ya la han desconectado? No lo entiendo, ni creo que vaya a hacerlo si no tengo más detalles, por muchas vueltas que le dé. Ayer ya vimos el coche de Ryan accidentado, así que algo así no era muy difícil de imaginar, y además apenas los conocía, y aun así, la noticia me golpea como una desagradable sorpresa, a mí, y a todos. Aunque no los conociera, una muerte siempre es algo macabro, pero es que encima no se trata de un hecho aislado. Da miedo, por mi seguridad y la del resto de mis compañeros.

 Diana tampoco lo encaja muy bien, y Jayden ofrece una vigilia. La intención de la propuesta es buena, pero el momento va a ser triste, oscuro, deprimente. No quiero ir, prefiero evadirme, y aunque algunos podrían creer que mi ausencia resulte irrespetuosa, no creo que muchos la vayan a notar... Bueno, Diana seguro que sí, y puede que Jayden también, siendo el anfitrión.

 Y Jason seguro.

 Ah...

 Ahora que me ha preguntado no me puedo escaquear. - Eh... Sí, claro. - Ya me buscaré alguna excusa para marcharme pronto, si eso.

 Miro con preocupación a Diana cuando pide salir, y alterno la mirada un instante entre ella y Shyl, preocupada por las dos. Espero que Ryan consiga salir de esta, no sólo por él, si no por no tener que oír más malas noticias. - Esto... Es muy deprimente. - Comento desanimada.