Partida Rol por web

-Aquí hay algo, parece ser que se han cargado a unos pocos​. Dijo Clavo por la radio. -Sea lo que sea que pasa aquí, no es nada ordinario, ya van bastantes cuerpos. Dicho esto, Clavo entró pistola en mano buscando cualquier pista por la sala.

Y no parecen muertes agradables, añadió al mensaje de Clavo por radio. Con cuidado comenzó a verificar que ninguno de los cuerpos mostraba signos vitales, observando la respuesta de los mismos ante el frío tacto de su escopeta, al tiempo que intentaba reconocer alguno de sus rostros en un primer vistazo. No le agradaba la idea de tener que rebuscar en sus pertenencias para ir identificándolos, menos aún a oscuras. Por mucho que le pesara ese escenario, entretenerse era mala idea, restablecer la energía era prioritario siempre que no cambiarán las órdenes. No obstante, mientras los escuadrones reconocían el lugar, ojeó por encima la sala, en busca de algo que esclareciera tal fatídico desenlace.

Serghey entra en la sala y se acerca a los hombres inmóbiles. Todos ellos parecen estar haciendo algún tipo de tarea, mirando un mapa sobre la mesa, con un bolígrafo en la mano y un cuadreno frente a ellos o incluso comiendo.

Te acercas al individuo que mantiene un bolígrafo en la mano, una mujer, sentada erguida frente a un cuaderno lleno de anotaciones. Miras su cara para tratar de reconocerla y sientes como la biis te sube por la garganta. El rostro de la mujer está cubierto de sangre seca, sus ojos han sido arrancados dejando en su lugar solo un vacío ,cubierto en parte por algunos nervios oculares que emergen ensangrentados del interior del cráneo. Su mandíbula está desencajada, varios de sus dientes estan partidos y la lengua ha sido arrancada de forma irregular dejando en el interior de la boca una parte insignificante de este músculo.
La sangre de las cuencas oculares y de la boca han ido cayendo poco a poco, manchando con hilos de sangre la camiseta blanca de la mujer, la silla en la que está sentada y el suelo bajo sus pies.
Lo último que descubres son unas ataduras que mantienen a la asesinada en la posición erguida, simulando que trabaja, en la que se encuentra.

La escena allí dentro era de los más extraña y inquietante. -Eh tíos ¿Qué coño ha pasado aquí?. La misión comenzó prometiendo poco o nada, pero ahora quizá prometía demasiado.

-Creo que deberíamos revisar los cuerpos. Yo me ocupo del que esta en el fondo. Me acerque al cuerpo del fondo sin bajar la guardia, mirando cada rincón, atento a cualquier movimiento. Una vez junto al cuerpo me acuclille junto a el para examinarlo.
 

La visión del interior de la habitación era sobrecogedora, y el sargento sintió como se le erizaban los pelos de la nuca ante la escena. Pero eran soldados de Atlas, estaban preparados para esto y mucho más. Con el fusil semiautomático por delante y su sistema de visión nocturna activo, McKenzy se centró en observar a nivel general los cuerpos, buscando en ellos el uniforme distintivo de la tripulación del barco, intentando discernir si se encontraban ante pasajeros o tripulantes del Oceánide.

- Procedan a identificar los cuerpos. - dijo a los hombres que le acompañaban mientras echaba un vistazo al que estaba tendido frente a un mapa - Con cuidado.

Te acercas al individuo que parece estar mirando un mapa, sentado erguido frente a este. Te percatas de que el mapa está lleno de gotas de sangre, muchas, demasiadas.

Miras su cara para tratar de saber sobre sus heridas y sientes como la biis te sube por la garganta. El rostro del hombre, un anciano, está cubierto de sangre seca, sus ojos han sido arrancados dejando en su lugar solo un vacío ,cubierto en parte por algunos nervios oculares que emergen ensangrentados del interior del cráneo. Su mandíbula está desencajada, sus dientes estan partidos y la lengua ha sido arrancada de forma irregular dejando en el interior de la boca una parte insignificante de este músculo.
La sangre de las cuencas oculares y de la boca han ido cayendo poco a poco, manchando con hilos de sangre el mapa, la silla en la que está sentada y el suelo bajo sus pies.
Lo último que descubres son unas ataduras que mantienen al asesinado en la posición erguida, haciendo de esta manera que parezca que está mirando el mapa.

La radio se enciende nuevamente y escuchais la voz de Gregor Skar.

Hemos encontrado más cadáveres, al menos siete, algunos descuartizados y otros atropellados por máquinas de cargo. Algo malo ha ocurrido aquí. Cambio -informa en tono serio.

Justo cuando la radio se apaga escucháis un ruido que viene del piso de arriba. Suenan golpes y un extraño llanto, un llanto propio de un niño.

El cadáver que tienes delante tiene una fea herida en la cabeza, propia de un arma con filo. Esta herida podría haber sido mortal por sí sola en la mayoría de los casos pero es la herida que presenta en el torso, una gran raja que le abre el pecho, la que ha debido acabar con su vida.

Además la posición del cadáver es bastante extraña puesto que está prácticamente tumbado pero tiene un brazo debajo de su cuerpo. Sus ojos están abiertos de par en par, como si la muerte le hubiera sorprendido, y su boca está desencajada por el terror. La escena es bastante desagradable.

Es obvio que el tipo está muerto puesto que casi puedes verle los órganos en la herida del pecho, cubierta con gran cantidad de sangre seca. Sin embargo sientes que algo extraño ocurre.

La dantesca imagen de aquella mutilada mujer provocó una reacción demasiado desagradable para compartirla, escapándose de su cuerpo una reacción poco común en el soldado. ¡Mierda! Sus ojos buscaron la oscuridad de la sala tras la convulsión que realizó su cuerpo. Estamos jodidos... esta no creo que se pueda identificar fácilmente. Comentó finalmente con la respiración algo agitada. Su mano intentó hacer amago de apartar al resto de soldado de aquella escena, pero los ruidos llamaron pronto su atención e involuntariamente encañonó su escopeta al techo. Al escuchar ese llanto su cuerpo se relajó, a pesar de mantenerse alerta, la preocupación comenzaba a inundar su cabeza. ¿Quién va? preguntó hacia el techo buscando y esperando una pronta respuesta.

Había llegado el momento de inspeccionar los cuerpos. Jefe, es priotirario que alguien compruebe los motores auxiliares, no debería ser dificil activarlos, y con eso ya tendríamos al menos las luces de emergencia. Comentó Junne a Clavo

-Tienes razón Junne, yo me ocupo de ello, creo que sabré como hacerlo, quién se viene? No es conveniente ir solo por Villacadáver. Había demasiados cuerpos, y a Clavo no le gustaba nada la situación, no se creía que no hubiera supervivientes  a bordo, lo que no sabia era el tipo de supervivientes que encontraría, si amistosos u hostiles. -Tampoco me gusta nada ese ruido, me gustaría que alguno fuera a comprobar que coño está pasando, si es posible, claro​. 

-Cojonudo, no tenía bastante con tanto cuerpo y resulta que lo único vivo que escuchamos es un niño, y espero que esté vivo y con mas gente, hay que averiguar que coño pasó aquí, y ya.

Pobre desgraciado... -Señor, este de aquí tiene una herida en la cabeza, parece que causada con un arma de filo. Deje a un lado la cabeza y me fije en la herida del torso. -El cabrón que lo hizo debió de pensar que no era suficiente y continuo. El torso esta destrozado, tiene una enorme raja en el pecho... mierda... creo eso es el corazón. La imagen era desagradable, pero había visto y hecho cosas peores. Esta mierda no me afectaría.

Me incorpore y eche un ultimo vistazo al cuerpo. ¿Como habrá acabado en esa postu... Un llanto, sonó en la habitación de arriba. El rápido movimiento de Serghey apuntado al techo me dejaba claro que no eran imaginaciones mías

Me moví despacio hacia la escalera por donde se subía a la habitación y me detuve al pie de la misma poniendo rodilla en tierra. Serghey había hecho una pregunta de la que todos esperábamos respuesta.

Hice señas al sargento para indicarle que tenia cubierta la escalera, si alguien bajada y era hostil, lo recibiría con plomo.