Partida Rol por web

Una hastiada disciplina asomaba mientras atendía al discurso del superior, inmediatamente después sus ojos regresaron a sus manos reflexionanado en la embergadura del navío y la gran cantidad de tripulantes de los que no se sabía nada, pinta a que pronto serán 200 al menos los desaparecidos.

Levantó una vez más la mirada, acentuando la repulsión con la que observaba a los comentarios de algunos soldados. Alzó su mano con brusquedad al tiempo que silbaba con fuerza para señalar su oído indicando así que también estaba provisto de radio. A continuación rebuscó en sus bolsillos para recoger un chicle que comenzó a mascar de forma exagerada.

Dejad de intentar ligar y centraos -gruñe otro soldado equipado de pies a cabeza con una armadura media -Annabelle y yo hemos sido elegidos como subalternos del sargento McKenzy. Él ya nos dirá como organizarnos-prosigue mirando a Adam -y para ello nos sería muy útil ver la foto esa que ha hecho el helicóptero. Así al menos conoceremos la estructura del barco porque yo jamás he pisado uno en mi vida.

Michael Suspiró hastiado¨El bocazas...siempre hay uno¨.-La primera baja...-Comenta nuevamente para si mismo, aquellos parecían ser jóvenes inquietos, pobres almas descarriadas, maquinas de matar...pero ningún ser Humano decente en la zona¨Tal vez el sargento...y las mujeres¨Pensó para si mismo mientras se lamentaba de la posible perdida de alguno de esos integrantes, puesto que ellos no tenían la culpa de lo que ocurría en el barco...o tal vez si¨En este trabajo...nadie sabe¨.-Yo tengo radio, que venga quien quiera.-Comenta alzando la cabeza para mirar a los demás con una sonrisa de Tiburón mientras sus manos rebuscan entre los diversos bolsillos de su mochila táctica de asalto, finalmente el premio salió a la luz en forma de barrita de chocolate negro que masticó lenta y pausadamente.

El nombre del barco sembró la duda en la cabeza de Jeremy. No sabía si lo había escuchado bien o si era su memoria la que estaba algo atascada, pero sus pensamientos se vieron interrumpidos por toda la mierda de conversación que mantenían el resto de soldados, gilipollas la mayoría. Se alegró cuando la mujer dejó con un palmo de narices al tipo de las gafas de sol, que más parecía un desfasado cantante de mierda heavy que una soldado, pero ¿quién cojones era él para juzgar a una panda de locos armados?

Jeremy no llevaba radio, pero no era algo que le importara demasiado, sin embargo eran órdenes directas ir con alguien que si la tuviese.

- No tengo radio, así que me uniré a alguno de estos radioaficionados - dijo en un tono bastante sarcástico

Puedes venir conmigo guapo -comentó Hidi, la mujer de piel oscura mirando a Jeremy -tengo una radio y otras cosas interesantes para ti.

La mujer comenzó a alisarse la chaqueta con las manos, dejando ver todas sus curvas y, a continuación, se desabrochó poco a poco la chaqueta, dejando a la vista su cuello, su pecho, su estómago y el par de pistolas que guardaba en un cinturón, junto a la radio.

Stone hace un gesto de aprobación con la mano mientras sigue caminando - ooook, nada de ligues entendido...-hasta que escucha el comentario jocoso de la soldado Thobi, se gira y la mira... y acto seguido vuelve a bajarse un poco las gafas mirando en general a los presentes y después dirigiendo la mirada a sus superiores - Después os quejaréis de mi... - dice mientras en su rostro se dibuja una gran sonrisa y hace un gesto con la cabeza señalando de una manera cómica a su compañera

Jeremy echó un vistazo a la joven mientras estaba se desabrochaba la chaqueta. Para ser realistas, no perdió detalle de lo que veía. Cuando terminó comentó señalando a las pistolas.

- Un buen par de razones para que seas mi compañera - sentenció. Una leve sonrisa se dibujó en su rostro, casi a la par que el tipo de las gafas se la borraba ¿No se cansa de intentar ser gracioso?

Mas que soldados pareciamos mercenarios, ¿Como que algunos andaban sin radios?, andar sin equipo adecuado y perjudicar el equipo era malo, pues mas a mi no me importaba y no podia quejarme, yo no llevaba armas de fuego porque no era mi estilo.
-Yo tengo radio, si alguien quiere ir conmigo no tengo problemas.

El sargento contestó uno a uno a los soldados que le formulaban preguntas, primero al soldado Rasali, enarcando una ceja viendo su jocosa actitud:

- El comunicado de emergencia relata cómo los miembros de la tripulación se volvían unos contra otros y se asesinaban. Aun así, los hechos expuestos por el capitán son irreverentes y absurdos, así que vamos al Oceánide sin saber exactamente a qué nos enfrentamos, es por eso por lo que quiero que estén atentos y no perdamos el contacto por radio.

Después McKenzy centró su atención en Hathaway.

- Disponemos de una lista de pasajeros, aunque por ahora es poco más que nombres y fotos. Conforme pase el tiempo iremos recibiendo actualizaciones al respecto. Ante todo, procederemos a identificar supervivientes, si es que los hay. Seguramente haya también empleados de Atlas entre los viajeros, aunque no sé con qué nos podemos encontrar de momento.

Mientras echaba un vistazo al plano del barco la situación comenzó a enervar al sargento. Algunos de los soldados comenzaron a hablar entre ellos como si de adolescentes sobrehormonados se trataran. No es que a Adam le molestara que sus hombres mantuvieran una charla distendida, pero esto era demasiado. Skar respondió inmediatamente exigiendo seriedad y marcialidad.

- ¿Qué tal si dejan de comportarse como monos en celo y comienzan a hacerlo como soldados de Atlas? - dijo el sargento con severidad, fijando su vista en aquellos miembros de la escuadra que habían protagonizado algún comentario salido de tono, para finalmente asentir con aprobación al subalterno Gregor Skar. - Aquí está la foto que se realizó desde el helicóptero de exploración. Pasenla y échenle un vistazo. Cuando estemos más cerca nuestro piloto nos buscará la mejor ruta de abordaje. Nuestro primer objetivo será lógicamente asegurarnos de que la cubierta es segura. Después nos adentraremos en las entrañas del barco. - finalizó el sargento mientras pasaba la foto al soldado más cercano. - Por último, no me importa cómo lo hacen porque en un principio avanzaremos todos juntos, pero quiero saber antes del barco quién no tiene radio, y que se asegure de estar siempre cerca de alguien que sí la tenga.

Esperaremos resistencia señor?.-Preguntó el callado soldado Michael.-Tenemos permiso de abrir fuego ante objetivos no identificados?.-Preguntó realmente interesado.

- El celibato no es sienta bien, chicos.- dijo Marco en tono mordaz, tras haber sido testigo de los infructuosos intentos de sus compañeros más masculinos por llamar la atención de la soldado Hellway; una de las escasas mujeres que conformaban aquel tropel tan variopinto. Él, por su parte, era afortunado en ese aspecto. Su compañera de piso ya se encargaba de cubrir esas necesidades. Y de que manera... - Yo también cuento con una, sargento.- respondió, ya más severo, mientras señalaba con el índice el pequeño intercomunicador que descansaba en su oreja izquierda.- ¿Sabemos algo más del registro de civiles? ¿Qué número de pasajeros, divididos por edades, permanecían en la embarcación como pasajeros? 

Derrick se acercó para tomar la fotografía del barco, la observo en silencio... más serio de lo que parecía querer demostrar ser durante varios segundos mientras sus compañeros hacían sus afirmaciones y expresaban sus dudas -buenos sitios para apostarse de primeras... muchas entradas al interior... van a separarnos, por eso necesitaban a tantos...-pensó para si mientras pasaba la fotografía al siguiente soldado.

Una sonrisa volvió a dibujarse en su cara al poco rato... se acerco un poco al soldado Nevebianca y posando una de sus manos en su hombro - y a quien le sienta bien ¿? 

Se encamino ahora hacia la posición del sargento, no sin antes mirar con cierto desprecio por su aparente "gatillo fácil" al soldado Shaft - Supongo que la respuesta armada será la última solución, ¿no?

Clavo observaba, con una sonrisa en la cara el patético patio de recreo en el que se había convertido aquello, cielos, parecía que tuvieran quince años. Era la hora, ya estaban allí, iban a entrar en territorio desconocido, pero no había nervios en él. -Haced un favor al resto, y dejad vuestras hormonas a un lado, creo que no es prioritario ahora mismo, hay gente en peligro. Yo no dispongo de una radio operativa, pero de todas formas supongo que el plan no es ir completamente solos, a no ser que el sargento diga lo contrario, opino que siempre hay que llevar un apoyo, grupos de dos.-

- ¿Puedo ver esa lista de pasajeros sargento? - preguntó mientras estiraba la mano para que cogerla. Quería comprobar algo que le había estado rondando la cabeza desde que escuchó el nombre del barco, sólo era asegurarse.

Michael se acercó a Jeremy para ojear dicha lista en busca del nombre de una persona.-Viene también el personal?.-Preguntó mirando el papel.-Nos preparamos para una amenaza química tal vez?.-Preguntó de nuevo de forma aleatoria, muchas eran las posibilidades y mejor preguntar que morir cagando tus entrañas.

Aquellos 5 minutos se estaban haciendo eternos. Intentaba mantener mi mente ocupada memorizando los datos de la operación, la foto del barco, el personal a bordo. Procuraba no prestar demasiada atención a las conversaciones banales de ciertos soldados, no iban conmigo y no entendía como soldados así tenían cabida en las fuerzas de elite de Atlas.
¿Porque me trasladarían aquí? Bueno quizá sea para darle algo de nivel a este grupo. Si, seguro fue algo de eso, me necesitan. Una sonrisa aparece en mi cara y no puedo evitar asentir con la cabeza dando la razón a mis pensamientos.

Señores, aquí tenemos al Oceánide -grita el piloto desde la cabina de la nave.

Desde las pequeñas ventanas de la embarcación podéis asomaros para ver lo dicho por el piloto. Cuando miráis los primeros segundos no veis nada, solo la oscuridad de la noche cerrada. Al cabo de unos instantes vuestros ojos comienzan a adaptarse y empezáis a divisar una figura colosal que se mueve lentamente con las olas. Habéis tardado en verla puesto que ninguna luz sale del gran navío.

Fergal os acerca hasta dejar la nave casi rozando con el Oceánide, un gigante en comparación vuestra con varios pisos de altura.

Ale, ya podéis usar alguna cuerda y subir. Yo os esperaré aquí con la radio encendida -os apremia el piloto.

Su concentración se vio interrumpida cuando le acercaron el mapa del barco que observó con poco interés, iban a meterse en un sitio muy grande, pero estrecho a la vez, lo que hacía que fuera muy peligroso. Hizo lo propio pasando la información al siguiente soldado y antes de comenzar a preparar los grupos la gran figura de la embarcación se hacia silenciosamente presente, imponiéndose frente a un desorganizado grupo de soldados. Señor, cómo vamos a dividirnos, me gustaría contar con algunos tiradores, seré su escudo. Comentó con los ojos puestos en la elevada cubierta esperó hasta que comenzara su ascenso.

Estoy de acuerdo con el soldado -añade uno de los subalternos mirando a Adam -creo que deberíamos dividirnos de la forma más adecuada antes de entrar. Yo lideraré un grupo si no existen pegas para ello.

Allí en la cubierta de la lata que nos había traído la intranquilidad me invade. El enorme cascaron que flotaba junto a nosotros era el Oceánide, habíamos llegado, pero no era eso lo que me intranquilizaba, era la visión de aquellas aguas oscuras rodeándonos, ocultando lo que moraba en ellas. Que mal rollo.

El grupo seguía organizándose mientras ambos barcos eran mecidos por la marea. No parecía haber nadie asomado a la barandilla de la cubierta. Habíamos tenido suerte, en aquel descontrol habríamos sido facilmente masacrados por un par de tipos armados.

Deslizo la mochila hacia adelante y la apoyo en el suelo, en la cubierta. Busco una cuerda y un garfio. -Señor cuando usted diga. Digo dirigiéndome al Sargento mientras vuelvo a colgarme la mochila en la espalda y comienzo a anudar un extremo de la cuerda al garfio.