Partida Rol por web

Tengo sed

2.-La posada de Tergrar

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17/02/2017, 18:12
San Dámasor el Ilmaterino

Arriba parece que las cosas se están volviendo muy animadas a juzgar por los ruidos que proceden de las plantas superiores. No consigo distinguir qué dicen las voces pero tampoco tengo prisa por abandonar el sótano ni a Ely, mi presencia parece tener un efecto sedante en la joven y en estos momentos se siente demasiado vulnerable como para dejarla sola con sus tormentosos pensamientos.

Lo que sí alcanzo a escuchar con claridad es el asustado grito procedente de las escaleras que conducen aquí abajo. Y la joven también parece escucharlo a juzgar por el modo en que sus delicados rasgos se deforman por la angustia. Intento tranquilizarla prometiéndole que, pase lo que pase, no estará sola. Ilmater estará a su lado y la protegerá de todo mal.

Notas de juego

Activo mi aura protectora en forma de halo luminoso para proporcionarnos "círculo de protección contra el mal" y "globo menor de invulnerabilidad".

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18/02/2017, 10:18
La Gran Jess

Sí que estaba torpe, sobretodo porque estaba herida. Si estuviera al cien por cien de sus reflejos, habría entretenido a Isabella evitando que bajase al sótano. Como con el alguacil, que evitó que bajase, aunque no como lo hubiese hecho Jess. Desacato a la autoridad, agresión a un alguacil. Ahora pensarían que Jess era de los malos, ¡hasta el Gran Fornund sospechaba de ella, y se había puesto a detectar el mal!

No... yo, lo siento... No entiendo qué ha pasado. Sigo estando del lado del Bien y la Justicia, de verdad... ¡Es culpa de los guanteletes!-se quitó los guanteletes de Yazlik y los dejó en la mesa, para luego tratar de ayudar al alguacil a levantarse-Los cogimos de un enano muy malo, y seguro que están malditos. Los guanteletes tiraron la caja. Por favor, no me mire así... soy inocente... En serio.

Joooo... ¿Por qué me tienen que pasar estas cosas siempre a mí?

No sé porqué habrá gritado Isabella. Habrá visto un ratoncillo en el sótano. A mi me parecen supermonos con esa naricilla y los bigotes, pero hay gente con miedos muy raros. ¿Se encuentra bien, señor alguacil? Por favor, ¿puede alguno de los peregrinos ir a buscar un cuenco a la cocina y traerle algo de guiso al señor alguacil?

Jess se había puesto supernerviosa. Se agachó a recoger las cosas y devolverlas al cajón, aunque se detuvo cuando vió la muñeca de trapo. Se llamaba Daisy Sue. Jo, qué de recuerdos. Lo guardó en la mochila para enseñársela a Ely cuando el alguacil se hubiese ido. La caja la dejó a ras de suelo, lejos de los guanteletes malditos, para que no volviese a tirarlo todo.

El Gran Tergrar murió en las montañas, en el Santuario de Pelor. Se lo comieron los lobos. Fue supertriste. Pero también superheroico. Salvó a los hijos de los peregrinos-Jess miró a su alrededor para ver si todos los niños habían llegado a la posada.

¿Las montañas también están en su jurisdit... juris... jurisicci...? ¿También investiga lo que ocurre en las montañas, señor alguacil? ¿O solo el bosque y el pueblo? No se preocupe por los vampiros. Les sorprendió el amanecer. Una chica mala llamada Morrigan fue mordiendo a todos los paladines y sacerdotes del Santuario de Pelor, convirtiéndolos en vampis. Pero ahora ya está. Murieron todos. Un poco de luz solar, ¡fossssh!, y prenden como si nada.

Ahora el único problema son los lobos. Muchos lobos. Grandes como caballos. Como caballos lobo. Y hacen así como grrrrr... grrrrr... auuh, auuuh...-trató de describir con toda la buena intención del mundo, para que el alguacil pudiese reconocerlos si veía uno, y no confundiese los lobos terribles malvados con un lobo legendario de los buenos que no tiene la culpa de nada.

- Tiradas (1)

Motivo: Engañar (no solo hay que tirarlo cuando cuentas una mentira, sino también cuando cuentas una verdad difícil de creer)

Tirada: 1d20

Resultado: 7(+6)=13

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18/02/2017, 11:34
Naja Naja

Naja Naja ya llevaba unos cuantos tragos de un licor fuerte, hecho por él mismo y, aunque se tambaleaba un poco y entrecerraba los ojos, pocos son los que hubiera podido atravesar el espacio que él protegía. El grito de Isabella removió sus adentros a pesar de estar acostumbrado a las reacciones de la gente. El alcohol bajaba sus defensas, lo que le obligaba a volver a levantarlas a fuerza de voluntad extrema. Agarró a la mujer de los brazos.

- Ishabella...- Musitó con su desagradable voz. Notaba que el rubor comenzaba a enrojecer sus mejillas pero respiró hondo para controlarlo. Podía entender el miedo de la mujer de Tergrar pues él además era silencioso como una culebra, pero siempre se le encogía el corazón un poco ante la reacción de la gente.- ... Shoy Naja Naja.- Zarandeó un poco a la muejr para que reaccionara.- Un viejo amigo de Tergra.¡Hic!- ¡Qué inoportuno era el irreflenable hipo! Tragó con dificultad aguantando la respiración. Cuando ya empezaba a ponerse cianótico tomó aire y continuó.- Eshtuve en vueshtra boda, aunque...bueno, con otro ashpecto.- Como Isabella venía de arriba Naja Naja supuso que Formund o Shanshar ya le habrían dado las malas noticias.- Ely eshtá abajo. Pasha. Shan Damashor eshtá cuidando de ella. No dejaré que nadie másh pashe, tranquila.- Pero antes de dejarla pasar la tomó de la muñeca.- ¿Has preparado tú eshe guisho?

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22/02/2017, 21:34
Shanshar

Por suerte la atención de Isabella y Fornund se había desviado rápidamente, lo que dejó al joven mago solo y con tiempo para pensar. Sentía su mente normalmente afilada, abotargada y tensa como una cuerda a punto de romperse.

Pero eso no era motivo para no hacer lo que debía, ya pagaría otro día el precio, por lo que volvió rápidamente a su libro de conjuros, confiante en que Yrlinand fuese su vínculo con los demás si ocurría algo digno de mención.

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22/02/2017, 21:36
Yrlinand

Esperaba una mayor reacción, pero parecía que ese día todos estaban demasiado preocupados por la muerta-viva-Ely por lo que volvió a volar a una de las vigas, en el mismo sitio donde un día atrás había presenciado el primer ataque a la posada. Sus negros ojitos fijos en todo lo que ocurría y esta vez sin cantar.

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23/02/2017, 08:32
Nerisnath

Nerisnath se retiró del lado de Ely y se refugió al rincón más discreto que pudo encontrar. Podía sólo intuir el dolor por el que iba a pasar Isabella. Se consideraba completamente incapaz de consolar a una -casi- completa desconocida. Y aunque lo fuera, tampoco era la persona más idónea. Cuando terminara toda esta tormenta emocional, salvaje e impredecible, empezaría su trabajo: racional, ordenado, sesudo y calmoso.

Hasta Talitha, la increíble calavera parlante que colgaba de su cinturón, estaba callada.

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23/02/2017, 14:08
Director

 Posada del Jabalí Verrugoso.

Valle del Sarda

Anochecer

- Poderoso Moradin, permíteme discernir el Mal del Bien-.

Alguien en el plano divino bajó la vista hacia los extraños acontecimientos que rodeaban al grupo. El paladín sintió una fuerte conexión con el plano divino y la mirada de Fornund atravesó piedra y carne para escrutar las almas de cuantos había en la humilde posada.

Los guanteletes de Yazlik poseían un aura como todos los objetos mágicos, pero el conjuro no mostraba nada sospechoso. No podían estar malditos. La silueta de Jess era casi invisible. No había un ápice de maldad en la joven. Pudo sentir la codicia de Sandor, la desidia de la oronda orco escondida tras la encimera de la cocina, el orgullo de Shanshar y el sentimiento de culpa de muchos de los presentes. El enano se concentró en el sótano. Allí reposaban los restos de Lady Morrigan Lustmord. Su aura maligna eclipsaba a todas las de la posada. Pero al mismo tiempo se mostraba vaga y traslúcida. A punto de desaparecer de este mundo.

 Ely parecía tranquila, pero en su interior se libraba un terrible combate que estaba perdiendo.

Fornund volvió a examinar la planta baja una vez más, pero su conjuro no mostró ningún ente malvado que pudiera haber hecho crujir la lámpara o dejar caer la caja.

Los cogimos de un enano muy malo, y seguro que están malditos. Los guanteletes tiraron la caja. Por favor, no me mire así... soy inocente... En serio.

El alguacil se incorporó y se recolocó la armadura con cara de pocos amigos. Miró a Jess a los ojos y sacó un cuchillo de su cinturón...

-¿Maditos dice, joven?- Arnaul volteó los guanteletes que Jess había dejado sobre la mesa usando el filo del cuchillo con cuidado de no tocarlos directamente. Su ceño fruncido mostraba más temor que enfado.

-¿Y por qué los usaba?¿Se ha vuelto loca?- El soldado guardó el cuchillo y retrocedió un paso como si la locura o la maldición pudieran saltar sobre él.

¿Puede alguno de los peregrinos ir a buscar un cuenco a la cocina y traerle algo de guiso al señor alguacil?

Jess comprobó que todos los niños habían llegado a la posada. Uno de los más mayores la hizo caso y se acercó a la cocina. Miró alternativamente a Sîglü y al alguacil hasta que la orco, sin levantarse, sirvió dos cuencos de guiso y los dejó sobre la mesa. Después puso su índice delante de los labios con cara de súplica y obsequió al chaval con una enorme sonrisa plagada de dientes descolocados.

¿Las montañas también están en su jurisdit... juris... jurisicci...? ¿También investiga lo que ocurre en las montañas, señor alguacil? ¿O solo el bosque y el pueblo?

Las preguntas de Jess habían cogido por sorpresa al alguacil:

-Esto...Er...Bueno, Las montañas técnicamente pertenecen al priorato; pero se trata de un vecino. ¡No puedo cruzarme de brazos!- Protestó.

¿Has preparado tú eshe guisho?

Isabella se detuvo unos instantes tratando de comprender a qué se refería el extraño monje.

-¿Qué Gss...dlisd?- Las palabras se apelotonaron de forma ilegible en su boca y optó por apartar Naja Naja de su camino para ver a su hija.

-¡ELY!¡ELY!-

    Elyzabeth volvió la cabeza para mirar a su madre pero sus enormes ojos estaban en otro lugar.

Al bajar las escaleras Isabella se detuvo en seco. Miró a Lady Morrigan tendida en el suelo con dos saetas clavadas en el pecho y luego a su hija pálida como la muerte mirándola con aquellos ojos inhumanos y cayó desmayada al suelo.

 

 

 

 El alguacil volvió a preocuparse por los ruidos del sótano. Arnaul rodeó a Jess sin quitar ojo a los guanteletes que había sobre la mesa:

 -Isabella, ¿estáis bien?¿Puedo ayudaros?- Preguntó desde la planta baja.

En ese momento los perros que el aguacil había dejado atados fuera de la posada empezaron a ladrar.

La pesada lámpara del salón volvió a crujir con más fuerza. Los peregrinos, asustados, se levantaron de un salto y se quitaron de debajo.

 Nero. El gato de Tergrar, que hasta el momento solo tenía ojos para el petirrojo, se levantó de su rincón en poyete de una ventana y miró con ojos desorbitados.

Se escuchó un tercer chasquido y la lámpara del salón cayó al suelo estrellándose sobre las dos últimas mesas que quedaban en la posada.

Los peregrinos chillaron y huyeron asustados.

-¡Dios santo!- Gritó Arnaul girando sobre sí mismo.

El gato salió despedido por los aíres como si algo lo hubiera lanzado para aterrizar en la cara del alguacil. El felino, aún mas asustado que el soldado, se aferró con las uñas a Arnaul como si fuera el tronco de un árbol; hasta que el hombre salió por la puerta maldiciendo y jurando que aquel lugar estaba tan maldito como su difunto dueño.

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23/02/2017, 20:56
La Gran Jess

¡De verdad! ¡Lo juro por mi tío Duncan! ¡No sabía que estaban malditos cuando me los puse! ¡Eran normales hasta hace nada, y no tiraban cajas al suelo ni hacían ladrar a los perros ni fastidiaban lámparas!

Preocupada, desenvainó sus cimitarras y coló cada filo por una muñequera de guantelete distinto. Ambos quedaron tintineando en las puntas de las armas, y Jess se alejó hasta la puerta para llevar los objetos malditos fuera. Al ver que no le quedaban manos libres para girar el picaporte, optó por ir hasta una de las ventanas. Movió las cimitarras para que los guanteletes rompiesen los cristales y asomó las espadas al exterior, inclinándolas hacia abajo para que las posesiones de Yazlik resbalasen hasta caer al suelo.

Desde la ventana, Jess también pudo ver a los perros del Alguacil. ¿Eran imaginaciones suyas, o no estaban ladrando a nada que se acercase del exterior, sino que le ladraban a la posada?

Ay, dios... ¡AY, DIOS!

Jess envainó las cimitarras y cogió una amanita del valle, de esas alucinógenas, de su mochila. La sostuvo en una temblorosa mano. ¿O las alucinógenas eran las spira pulgosa? ¿Si se la comía, podría ver cosas que normalmente no vería, como un fantasma en los límites de la realidad? ¿O solo le daría diarrea? Y si Jess veía algo especial en las alucinaciones, ¿cómo podría saber si era real? ¿Cómo podría saber si el Gran Tergrar estaba allí?

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24/02/2017, 01:08
San Dámasor el Ilmaterino

Los tablones de las escaleras que conducen al sótano crujen ruidosamente con el paso de alguien que se dirige precipitadamente aquí abajo. Oigo la voz sibilante de Naja Naja que habla con alguien pero no presto atención a la conversación puesto que todo mi interés se centra en el bienestar de la joven que han dejado bajo mi custodia.

Confiaba en que la muchacha se sintiera protegida y reconfortada mientras me esfuerzo por mantener la oscuridad alejada de nosotros pero, lejos de cumplir con mi propósito, no puedo evitar sentir que la malhadada Elyzabeth se siente prisionera de la luz sagrada y no amparada por ella.

Los pasos vuelven a sonar y se detienen al pie de la escalera. Alzo la mirada y descubro a una mujer angustiada cuyos ojos se pasean por el sótano, ora hacia la siniestra vampiresa, ora hacia la hija de Tergrar. No parece reparar en mi presencia y mi tartamudez me impide interpelarla a tiempo antes de que se desmaye.

Procedente del piso de arriba, el que constituye la planta principal de la posada, escucho un verdadero escándalo. El estrépito de cosas que se rompen, gente corriendo y chillando... Pareciera que allí se está librando una encarnizada batalla y yo solo puedo rezar en silencio a mi dios para que ninguno de los allí reunidos sufra daño alguno.

Me incorporo y me aparto de Elyzabeth apenas lo imprescindible para acercarme a atender a la recién llegada. Tal vez esté equivocado pero tengo el presentimiento de que la joven se siente aliviada de librarse de mi cercanía. ¿Será por el olor de mis ropas? Teniendo en cuenta cuándo fue la última vez que tomé un baño no podría culparla, ciertamente.

- Tiradas (1)

Motivo: Prueba de "sanar"

Tirada: 1d20

Resultado: 9(+15)=24

Notas de juego

Realizo prueba de "sanar" para examinar a Isabella y, en caso de ser preciso, hago uso de la aptitud "toque curativo" para restituirle un máximo de 9 pg.

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24/02/2017, 10:43
Ric el Viejo

Ric, en su segundo plano, pues aún desconocía casi todo acerca de ese feo asunto, fue viendo y escuchando los sonidos crujido de la lampara, vio como el gato salió volando por los aires hasta sobre el alguacil, y los gruñidos excitados de los sabuesos que había dejado fuera Arnaul. Los peregrinos, espantados, no terminaro de ayudar a dar tiempo para calmarse. Para tomar buenas decisiones, hacía falta estar al tanto de lo qué estaba ocurriendo, y no lo veía del todo claro. Con un carraspeo, acarició el amuleto de plata que llevaba sobre el pecho acorazado, que representaban dos cabezas de perro lobo unidas por el cuello, igual que el blasón que lucía en el jubón y en el escudo y oró.

-Caballero Rojo, tu que lo puedes, alumbra mis sentidos para que pueda organizarme.

De repente la mirada del sacerdote de guerra adquirieron una gran determinación y paseó la mirada por la zona del salón, centrado en la zona cercana a la lámpara, y luego salió fuera mientras tomaba su escudo de acero. Mientras la joven espadachina sacaba los guanteletes por la ventana.

-¿Qué les pasa a los perros?

Notas de juego

Detectar Magia.

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24/02/2017, 11:48
Naja Naja

Naja Naja dejó pasar a Isabella compadeciéndose de quien fuera que tuviera que consolarla allí abajo. En cuanto la mujer descendió las escaleras se quedó bloqueando el paso y sopesando quién demonios podría haber hecho ese guiso si la mujer de Tergrar no había sido. Como si quisiera echar el ancla para que su cabeza parase de moverse, el monje, algo ebrio, apoyó su mano en el marco de la puerta. Cuando cayó la lámpara causando un enorme estrépito su cuerpo automutilado, en vez de tensarse, se balanceó sinuosamente como una serpiente prendada del son de la flauta de un exótico faquir. De entre sus finos labios apareció la lengua bífida y se frotó los ojos, aún con párpados, como si estuviera recién levantado y somnoliento.

- Sherá mejor que vaya a ver qué le pasha a shus perrosh, Sheñor Alguacil.- Le soltó Naja Naja a Arnaul cuando éste preguntó a Isabella si estaba bien. El monje podía seguir guardando la puerta ya que otros compañeros se dedicaban a investigar lo que pasaba en el exterior. Clavó sus ojos en la lámpara destrozada y por un momento pensó que algo podría estar en el techo. Estaban ocurriendo cosas muy raras. ¿Estaría la posaba maldita como decía la gente?

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24/02/2017, 18:32
Fornund Thornod

Fornund bajó la mano tras examinar la posada con el don que su divinidad le había concedido, pensando que seguía habiendo algo que no encajaba, pero sin saber realmente qué era. El alguacil había hecho ciertas preguntas que habían quedado sin una contestación del todo adecuada, pero parecía haberse dado por satisfecho tras lo sucedido en la posada.

El enano contempló la lámpara caída sobre las mesas destrozadas, agradeciendo que nadie hubiera resultado herido, mientras se dirigía al lado de Nalfeim. Isabella había bajado por las escaleras y el resto se ocuparían de ella. Ric y Naja Naja salieron de la posada bajo el estruendo de los ladridos del Alguacil, que se alejaba de allí echando pestes.

- Amigo, creo que Ely está cayendo cada vez más rápido bajo el influjo de esa...maldición. Su alma cándida e inocente está perdiendo la batalla frente al monstruo que crece en su interior. - le dijo a Nalfeim en voz baja, tratando que sólo él le escuchara, sin saber realmente como llamar a lo que le sucedía a Ely mas que por ese nombre. - Lady Morrigan parece estar a punto de abandonar definitivamente éste mundo, pues siento su esencia cada vez más debilitada, a punto de desaparecer. -

Sin saber qué hacer, simplemente le daba sus impresiones a su compañero de aventuras. Todo ésto parecía superarles, sin tener para nada claro qué camino tomar ahora.

- ...Jess. - dijo Fornund, mirando a la mujer que había sacado los guanteletes de la posada. - Los guanteletes no son malvados, no poseen nada malvado en su interior, Moradin me lo ha revelado. -

En su interior, trató de olvidar los sentimientos de codicia, desidia, orgullo y culpabilidad que había sentido por parte de sus compañeros, pues no era éso lo que buscaba, aunque no pudo evitar sentirse mal por haber invadido su intimidad sin su permiso explícito. Callaría y no diría nada, pues para él, era como parte del voto que había hecho como Paladín, aunque nunca le hubieran obligado a ello. No revelería esas cosas de no ser estrictamente necesario, como haría un sacerdote con una confesión. 

Secretamente, se sintió bien al comprobar que su Jess seguía siendo la Jess de siempre.

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24/02/2017, 23:58
Nalfeim Do'Imra

Entiendo hermano. Ely, es ahora mismo mi mayor preocupación. Y no se como ayudarla. Dijo con la cara llena de tristeza. El padre Dámasor ya ha intentado todo lo que yo podría hacer. Es realmente muy frustrante. Me siento tan…. Intuil. No pude ayudar a mi amigo, y no se cómo ayudar a su hija. Tras una breve pausa, vuelve a levantar la cabeza y mira directamente hacia el enano. Discúlpame amigo. Sé que también es duro para ti. Centrémonos en el ahora. Ayudemos al padre Dámasor con Ely e Isabella.

El clérigo se acercó al sacerdote y se agachó. Padre, aquí está pasando algo raro. La noche que empezó también ocurrieron cosas extrañas. Un libro que mordía, un sombrero que hablaba, y un cuervo. Tras una pausa, añadió con la voz teñida por el pesar. No me siento muy cómodo en la posada ahora mismo. Alzando ligeramente la voz, para que se entendiera que hablaba para todos continuó. Creo que deberíamos decidir cómo acabar con Lady Morrigan

Fue en ese momento cuando la lámpara cayó con gran estruendo y el clérigo se llevó la mano al arma. Cuidado! Algo hay aquí. Los nervios del clérigo estaban muy sensibles tras los últimos acontecimientos, Algo hay, repitió… Buscó algo de harina, un saco, y esparció su contenido por el suelo, haciendo un circulo alrededor de Ely y el sacerdote.

 Aquí hay algo, las lámparas no se caen solas, ni se preparan solos los guisos.

- Tiradas (1)

Motivo: Conoc. Conjuros

Tirada: 1d20

Resultado: 5(+4)=9

Notas de juego

Era para saber que habia tirado el padre damasor. si era posible.

Entiendo que el sotano es una especie de almacen. Cojo un saco de harina o legumbres, algo así y lo esparzo. Si no es posible, obvia esa parte, master.

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26/02/2017, 12:52
La Gran Jess

¡Gracias, Gran Fornund! Yo también empiezo a pensar que no era culpa de los brazaletes, pero a lo mejor no son malvados, y son caóticos, y estamos en las mismas. Voy a dejarlos fuera un rato, por si acaso eso ayuda.

Miró de nuevo la seta en su mano, y se mordió el labio. Tomó una decisión al respecto. Jess guardó el champiñón de nuevo y se fue encaminando hacia la cocina, cruzando todo el salón.

Voy a probar una cosa. Esperad aquí.

Casi se tropezó con Sîglü, que se había escapado por los pelos del sondeo del paladín, y ni siquiera se fijo en si Jagga estaba también allí. Jess estaba mentalizada con una única finalidad, un único propósito. Revolvió la cocina para hacerse con una tabla de cortar, un cuchillo de cocina y un vaso. Con el cuchillo hizo cortes en la tabla: unos toscos "SI" y "NO", y puso el vaso boca abajo sobre la tabla.

Vamos, vamos, vamos... Gran Tergrar, no me hagas quedar como una loca desquiciada. Sé que estás ahí. Tienes que estar ahí. Sé que estás haciendo "cosas". "Cosas raras", así que solo puedes ser tú. Vamos, vamos, vamos... si estás aquí, y puedes oírme desliza el vaso por la tabla de cortar. Venga, venga...

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26/02/2017, 20:53
Posada del Jabalí Verrugoso

   Dámasor examinó a Isabella. No sufría heridas físicas y le bastó levantarle los tobillos y un poco de agua fresca para reanimarla. Cosa muy distinta era encajar lo volvieron a ver sus ojos. La mujer reculó hasta la pared con una mezcla de miedo y desesperación: -¡¿QUÉ LE HABÉIS HECHO A MI NIÑA?!- Gritó agarrando al santo por la pechera de su raída túnica. Después miró al techo y dio rienda suelta a su rabia: 

-¡MALDITO SEAS TERGRAR ... MALDITOS TUS AMIGOS...Y MALDITAS TUS AVENTURAS!-

A diferencia de su marido, Isabella sólo había conocido la vida de camarera, lejos de monstruos, muertos y aberraciones. No podía aceptar la imagen famélica y deformada de Elizabeth.

"ESO" NO ES MI HIJA!- Negó con la cabeza señalando a Ely. Apretó los puños y se arrodilló con un última súplica. -¡DEVUELVEME A MI HIJA TERGRAAAAR!- Lloró amargamente.

  Ely observó a su madre sin parpadear. Aunque no fuera capaz de llorar, podía sufrir. Se dio la vuelta y hundió la cabeza entre sus brazos, cara a la pared como una niña castigada en la escuela...Sin salir del círculo que Nalfeim había trazado a su alrededor.

La mirada del sacerdote de guerra adquirieron una gran determinación y paseó la mirada por la zona del salón, centrado en la zona cercana a la lámpara, y luego salió fuera

   La invocación de Ric permitió al viejo clérigo distinguir nuevos colores más allá del espectro visible. Ely y Mórrigan habían sido ungidas con una esencia que despedía un aura de suave tono anaranjado; pero le fue imposible identificar la escuela de magia a la que pertenecían esos conjuros. Los objetos mágicos de los aventureros relucían con distintas tonalidades. El brillo de uno de los libros de Shanshar destacó sobre los demás. En cambio los restos de la lámpara mostraban un tono apagado. No había nada mágico en ella.

Desde la puerta vio como el alguacil y los peregrinos corrían hacia el pueblo. Pero los perros seguían ladrando hacia el edificio completamente desaforados.

Con el cuchillo hizo cortes en la tabla: unos toscos "SI" y "NO", y puso el vaso boca abajo sobre la tabla. (...)

-Vamos, vamos, vamos... si estás aquí, y puedes oírme desliza el vaso por la tabla de cortar. Venga, venga...-

   Jess contuvo la respiración convencida de que el Gran Tergrar sortearía las infinitas distancias que había entre el plano espiritual y el mortal para contestarla en su sencilla güija, pero su gran héroe parecía haberla abandonado para siempre...Hasta que el vaso tembló y se deslizó sobre el "SI".

- Tiradas (1)

Motivo: Ric:Conocimiento de conjuros

Tirada: 1d20

Resultado: 13(+4)=17

Notas de juego

Entiendo que el sótano es una especie de almacén. Cojo un saco de harina o legumbres, algo así y lo esparzo. Si no es posible, obvia esa parte, máster.

Cajas con zapatos viejos, sacos de harina...Son perfectos para la ambientación! :D

Los PNJs que quedan en la posada son: Isabella (Viuda de Tergrar), Sandor (Aventurero) y Sîglü (Minera orco).

Edito: Me dejaba a Jagga, (la otra minera orco). y Por supuesto Morrigan (Vampira).

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26/02/2017, 23:47
La Gran Jess

Jess se estremeció de júbilo, cogiéndose al brazo de Sîglü.

¡Mira, mira! ¡Se ha movido solo! Ehm... esto no puede ser cierto...

Por un instante miró con suspicacia a Sîglü. ¿Y si la orca había sido quién movió el vaso, y no había nada milagroso? A lo mejor la minera tenía una de esas manos momificadas de elfo que se cuelgan alrededor del cuello para lanzar conjuros de mano de mago... No. No había sido Sîglü. Definitivamente, había sido el Gran Tergrar.

Vale... de acuerdo. Voy a hacer tres preguntas de sí o no, Gran Tergrar-desplazó el vaso de nuevo al centro de la tabla de cortar-. Primera pregunta... ¿Está Eberk contigo?

Pobre Eberk, muerto por kiki la semana pasada, después de haber amenazado a Sîglü con degollarla. Sîglü tenía derecho a saber qué había sido del espíritu del futuro padre de sus hijos semiorquitos.

Segunda pregunta... ¿Sabes cómo matar a Morrigan?

Jess devolvía el vaso al centro de la tabla tras cada pregunta. Se mantenía espectante. Pero que el Gran Tergrar respondiese con sí o no, no les servía para conseguir información precisa. Jess iba a tener que depurar su sistema de comunicación con el más allá añadiendo la posibilidad de que se produjesen respuestas complejas. No se trataría de tallar cada letra del abecedario en la tabla. Eso sería muchísimo trabajo, y hay tropecientas letras. Pero iba a tener que ir de compras y conseguir en alguna tienda una pizarra y un trozo de tiza.

Tercera pregunta... ¿Sabes cómo curar a Ely?

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27/02/2017, 08:48
Nerisnath

Nerisnath frunció el ceño y abrió la boca para contestar a Isabella, pero se contuvo. La antigua maga roja pensaba que no era el mejor momento para buscar culpables, sino para intentar encontrar soluciones. Pero, ¿qué solución o consuelo le podía ofrecer a Isabella? ¿El conocimiento de que había un conjuro que podía ayudar a su hija, pero que se encontraba completamente fuera de su alcance o, a decir verdad, del de la mayoría de magos de Faerûn?

Nerisnath musitó una disculpa y subió las escaleras hasta la planta baja de la taberna, para ver a qué se debía tanta escandalera. Cuando vio lo que estaba haciendo Jess, abrió mucho los ojos. No se decidía si aquella chica había tenido una idea genial o si era una loca de remate.

Notas de juego

A un servidor lo de la ouija le ha parecido una idea cojonuda xD.

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27/02/2017, 09:43
Naja Naja

Desde su posición inamovible Naja Naja observaba la situación algo confuso. ¡Estas cosas en el monasterio no pasaban! La vida monacal era sencilla y, sobretodo, reglada, mientras que en la posada se extendía el más absoluto de los caos. En el piso de abajo una Isabella, ahora viuda, trataba de asimilar la "pérdida" de su hija culpando al fallecido marido. ¿Era peor que su hija fuera ahora aquel monstruo o que hubiese muerto de veras? Para Naja Naja no cabía duda. Había cosas peor que la muerte y sólo había que fijarse en la elfa lunar que ahora yacía con su pecho atravesado por unas saetas. 

Mientras, en el piso de arriba todo parecía indicar, aunque luego las apariencias engañaran a sus sentidos, que el viejo Tergrar se resistía a abandonar este mundo. Ahora que los peregrinos y el alguacil se alejaban de la taberna ya no hacía falta que guardara las escaleras por lo que se acercó curioso a ver con sus propios ojos lo que la muchacha hacía con un vaso y una tabla.- ¡Sssssssh!-Exclamó fastidiado por no comprender qué ocurría allí en aquel momento. ¿Estaba de verdad Tergrar, o parte de él, allí presente? Los ojos de Naja Naja recorrieron con parsimonia de nuevo el destartalado piso de la taberna, con los destrozos provocados por la lámpara caída, en busca del felino que había saltado "mágicamente" hacia el rostro del alguacil.

- ¡Psssshhhhht! Vamosh minino bonito, ven con Naja Naja...- Ese gato sabía algo y lo iba a interrogar. Bueno, lo iba a atrapar y se lo iba a llevar a Dámasor para que él lo hiciera. Quizá fuera el único ser vivo que hubiera visto cómo se preparaba el guiso que tanto les recordaba a la cocina de Tergrar.

Notas de juego

Trato de agarrar al gato por el pescuezo y llevárselo a Dámasor para que continúe preguntándole.

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27/02/2017, 19:04
San Dámasor el Ilmaterino

La desvanecida mujer recobra el conocimiento pero no la cordura cuando al fin logro reanimarla tras su desvanecimiento. Está muy alterada y habla y actúa como no deben hacerlo las personas juiciosas.

Como ya me ha sucedido con anterioridad, la dificultad de mi habla se desvanece cuando una potencia divina le dicta a mi corazón lo que debe ser dicho por mi lengua.

―¿Qué palabras dejaste salir del vallado de tus dientes, mujer? Mira que una maldición es cosa muy grave y jamás con ligereza de espíritu debe ser pronunciada. Guárdate de los malos espíritus que tales pensamientos inspiran en tu pecho angustiado por la congoja.

»Sosiégate y presta oído a cuanto digo, que Ilmáter el Quebrantado no es ajeno a tu sufrimiento ni guarda silencio ante tus lágrimas. Antes bien, envía a sus fieles para socorrer a tu familia en esta hora oscura para iluminaros y que ni tu hija ni tú os perdáis en las tinieblas.

»Madre, he aquí a tu hija e hija, he aquí a tu madre. No os habéis perdido la una a la otra, sino que os habéis reencontrado porque el corazón generoso de Tergrar así lo ha hecho posible. No permitáis que el dolor o el orgullo malogren el sacrificio de un esposo y padre amantísimo.

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27/02/2017, 19:52
Shanshar

Era inútil, su mente estaba embotada por el cansancio y no lograba grabar las arcanas palabras en forma de sortilegios listos para lanzar. No ayudaba el enorme jaleo que se escuchaba desde abajo, gritos, ruidos de cosas que caían, casi le extrañaba que no se escuchase el ruido del acero contra el acero pero Yrlinand parecía tranquilo así que no debía de estar pasando nada grave.

Con un gruñido de mal humor se levantó guardando cuidadosamente su libro de conjuros, el arcanábulo de Corvinus y una vez asegurados salió de su habitación. Se detuvo en las escaleras al ver a Jess con su ouija improvisada, Elisabeth y Ely tan alteradas...

¿Que demonios ha pasado aquí? El Pandemonio resultaría un remanso de paz comparado a esto- su pregunta era retórica, pero incluso una mente brillante cede a costumbres mundanas como preguntar lo obvio de vez en cuando.