Partida Rol por web

Esto es una locura. Gracias a mi egoísmo de querer ser una persona normal, de querer tener una vida, una familia, ahora les he puesto en peligro. Directa o indirectamente, ya que estoy segura que Tyler no sabía en qué lío se estaba metiendo al tratar con aquella gente. Mira que implicar a mi pequeña... "¿En qué estabas pensando, Ty...?", medito furiosa. Aunque no lo sé al 100% seguro que esa organización le manipuló de alguna manera. Él nos quiere, no nos pondría en peligro porque sí...

Sentada, resoplo larga y pesadamente, hundiendo mi cabeza sobre mis rodillas y rodeándola con mis brazos. Trato de no perder el ánimo pero es una tortura no saber dónde está mi pequeña Alice, qué le estarán haciendo, si Tyler estará a salvo de esa gente...

- Mierda... -recobro la compostura y me seco las lágrimas de mis mejillas.

Entre mis manos pongo el talismán, observándolo. Se supone que he de activarlo y un tal Procto... o Proctor... o algo así vendrá a ayudarme. Lo observo por si veo algún mecanismo o alguna pista de como funciona, aunque me atrevo a llamarlo. Estoy sola, total...

- Proctor. ¿Proctor? Proctor, Michael me ha dado el talismán para llamarte, necesitamos ayuda.

Me quedo unos segundos en silencio con cara de sentirme estúpida, aún así, espero mientras sigo examinando el talismán.

Un haz de luz sale del talismán y proyecta una imagen holográfica, de medio metro de tamaño, como en las películas esas de Star Wars que le gustaban... le gustan a Tyler... No. no pienses ahora en eso. 

La imagen es la de un hombre de color que parece desconcertado

- ¿Marcy? Eres Marcy Wright. ¿Dónde está Michael? ¿Por qué no está contigo?

Me sorprende la tecnología que el "talismán" contiene, porque de talismán no tiene nada, parece un intercomunicador muy sofisticado, como de una tecnología más avanzada a la que estoy acostumbrada. Pero parece que de funcionar, funciona.

- Sí, soy Marcy Wright... Michael está... -a ver por dónde empiezo- Unos tipos nos han perseguido desde mi casa y nos han hecho volcar el coche en el que íbamos. Así que salimos del coche pero Michael me dió éste talismán y me dijo que me fuese de ahí, que buscara un lugar seguro y que le llamara. Él se quedó a enfrentarse con esos tipos. Así que eso he hecho... pero debemos de ir a buscar a Michael. Escuché disparos mientras escapaba. No sé si necesitará ayuda o...

Miro a mi alrededor con cierta desesperación, impotente y frustrada. ¿De verdad me he ido y le he dejado ahí? Aunque tampoco es que pudiera hacer mucho contra ésas armas automáticas mientras yo llevo mi viejo revólver. Quizás si aún tuviera la habilidad de usar el reflejo... Lo siento latente pero muy débil aún. Aguardo a ver si el tal Proctor puede ayudarme como Michael dijo.

Miro a los dos sujetos, quienes tenían las armas y sabían como luchar. Al parecer tenían experiencia, mas que él, pero no por ello debía dar paso atrás. Tenía que luchar para matar ahora, tenía que golpear con todas sus fuerzas.

Da un par de pasos rápidos para alcanzar al que se le había escapado, buscando conectar golpes con un boxeo descuidado por la falta de entrenamiento, pero que de golpear debería de dejar OUT al sujeto.

Michael, con menos miramientos se dirige a golpear al hombre que trataba de alejarse. Le agarra de los brazos y siente como le parte los cúbitos. El hombre grita y trata de disparar a bocajarro pero Michael le dobla el brazo en un ángulo imposible consiguiendo que el hombre se dispare así mismo muriendo al instante. 

El del fusil le apunta pero yerra el tiro, seguramente conmocionado por la escena que acaba de presenciar. El segundo coche que se acercaba les pasa y sigue por la carretera, probablemente en busca de Marcy. 

- Mierda... Corre Marcy, Corre... Piensa mientras corre un corto trayecto hacía el tipo del fusil, mientras echa hacia atrás el brazo para luego arrojar un nuevo puñetazo hacia su rostro.

Un golpe seco de su puño de piedra en su cara deja inconsciente al hombre que cae a plomo sobre el suelo. 

Michael se gira para ver como el tercer hombre está pisando el acelerador... pero para ir contra Michael en plan kamikace. 

Michael no es especialmente ágil... puede tratar de esquivar el ataque o cubrirse y rezar, como ha ocurrido otras veces que ante el choque quien se lleve la peor parte sea el vehículo. 

- Es una mala noticia. Confiemos en que Michael pueda hacer frente a los atacantes. No podemos enviar a nadie más a tiempo a dónde estáis. Él aceptó rescatarte. Sabemos que buscas a tu hija y creemos saber quién la tiene. Son esos hombres, los que llaman Correctores. Un grupo secreto de humanos que se dedicaba a borrar nuestro rastro de la historia y que en la última década ha pasado al ataque. Les menospreciamos por no tener poderes pero están organizados, infiltrados y escondidos entre la humanidad, a la que anhelábamos proteger. Y tienen información. Sabían de la existencia de tu hija. Y sabían que ella también era un mytho.

Sí, Marcy: Alice tiene también un don extraordinario. Un don que pretenden ahora usar para llegar a conseguir un objeto que les puede proporcionar una ventaja definitiva sobre todos los seres sobrenaturales.

Ese objeto fue recuperado y escondido por un hombre llamado El Cuco, que un día perteneció al Consejo, pero que decidió volar sólo. Ese objeto es la Aguja de Cristal. En su intento solitario de custodiarla perdió la vida. Y dejó un rastro de pistas para que sólo sus allegados la encontraran. Pistas diseminadas por todo el mundo en una especie de juego macabro. 

Los Correctores andan detrás de ella. La Sombra también la quiere. Y nosotros, por supuesto, hemos formado un equipo de personas para que den con su paradero. 

Creemos que tu hija puede ser clave en la búsqueda de la Aguja. Sus dones podrían ayudarles en una búsqueda que hasta ahora les ha sido infructuosa y en donde han perdido muchos hombres. 

Como ves, no sólo está el destino de tu pequeña en juego. Queremos informarte que trataremos de rescatarla, no sólo por ella, sino para que no sea usada como pieza definitiva en esta gymkana. No sabemos dónde está, pero suponemos que siguiendo el rastro de la Aguja daremos a su vez con ella. Nuestro equipo está sufriendo graves dificultades. Ni siquiera nos fiamos de todos sus miembros. Sí Michael y tú os unís a ellos tal vez todos podáis ayudaros mutuamente. Pero si no quieres arriesgar así tu vida, Marcy, lo entenderemos y nos encargaremos nosotros. 

Dos menos, solo faltaban los del segundo vehículo. ¿Cuantos serían? ¿Qué querrían con Marcy? ¿Para que querrían a su hija? ¿Marcy se abra logrado comunicar con Proctor? ¿Como estaría Antares ahora? ¿Habría sobrevivido Atenea si las piedras le hubiesen avisado del ataque? ¿Por qué se hacía en este preciso instante tantas preguntas? ¿Había hecho bien al menos? ¿Borraría su vergüenza para el Consejo si moría impidiendo que Marcy fuera atrapada? Y con todas estas preguntas, recordó a su familia y hermanos, amigos, Castor de Aire y sus enseñanzas, los días en Nuevo Olimpo, el murmullo de las rocas silenciado hace tiempo. Recordó haber escuchado hace tiempo que nuestra mente funcionaba más rápido cuando estábamos a punto de morir, como si buscara información obtenida en los años que le ayudase a sobrevivir.

Pero eso no importaba, a Michael no le importaba vivir o morir ya, había tenido una buena vida, tuvo familia, amigos, fue útil algunos, y ya le habían arrebatado quizás lo mas importante para él. Ya no tenía nada más que perder, pero si quizá muchas cosas que ganar. 

Miro fijamente a los del carro, no iba a correr, los iba a detener fuese como fuese. Se agacho y alzó su brazo para ponerse en guardia, colocándose de lado, con las piernas dobladas para contener el choque. Iba a detenerlos, sería la montaña al igual que su corazón, una montaña que ellos no pudiesen cruzar.

Hay dos coches. En el que venían los dos hombres que has vencido y un tercero que se quedó dentro, avisó a los otros y ahora es el que te embiste. 

El segundo coche es el que pasó de largo. 

El coche arremete con bastante fuerza. Michael se agacha y extiende el brazo para causar el máximo destrozo. Empieza a notar la potencia del coche y aunque trata de permanecer anclado a tierra no lo consigue. El impulso le mueve, pero por cada centímetro que le empuja, su cuerpo penetra aún con más fuerza en el interior del coche, abriendo el capó, el motor, el parabrisas, destrozando al conductor, al asiento, hasta que el coche para. El hombre permenece inconsciente en los restos humeantes de lo que fue un blindado.

Michael emerge, herido, pero consciente y vencedor.

Salé del vehículo, cansado y herido. Vuelve lentamente hacía el suyo, mirando a todos lados donde podría haber ido Marcy. Usando su fuerza lo vuelve a colocar derecho, esperando que aún sea manejable. Tras ello, vuelve a su forma natural, sintiendo el punzante dolor en su frente causado por el impacto de bala antes, y la sangre que caía de él. Pero no era solo su cabeza la que dolía, si no todo su cuerpo. Había abusado de heroísmo, pero parecía que podía continuar.

El dolor en su abdomen era terrible, quizás tenía rotas un par de costillas, pero sigue teniendo fuerzas para comprobar el estado del auto.

El coche está abollado y pierde aceite pero marcha y puedes conducirlo perfectamente. 

Sube al vehículo, cansado y herido. Enciende el motor, y comienza a andar en la misma dirección por la que se fueron el otro carro que perseguía a Marcy, lo más rápido que pudiese el vehículo.

Me pongo en pie y doy vueltas de un lado a otro, tratando de asimilar lo que me está explicando la imagen holográfica. "¿Qué mi pequeña Alice también tiene habilidades especiales? ¿Y cómo no me he dado cuenta?", pienso con preocupación. Oh, genial, tantas horas en el trabajo y no solo me estaba perdiendo la infancia de mi pequeña sino también sus primeras muestras de sus habilidades especiales. Todo esto me hace sentir realmente mal, como si fuera una madre horrible.

- Pero... ¿cómo?... Es decir, ¿cómo es que están tan seguros de que Alice es la pieza que falta? ¿Y si todos están equivocados? No es más que una niña de tres años y medio, por favor... Estará asustada preguntándose donde está su padre y yo -sigo caminando de un lado a otro, nerviosa y tremendamente angustiada. Tras unos largos segundos, asimilando de nuevo lo que me ha explicado, respondo- Si tienen un equipo buscando a mi pequeña y la Aguja, quiero entrar.

Mis palabras suenan a tremenda determinación. Si hay alguna manera de recuperar a mi hija, haré lo que haga falta para traerla de nuevo a casa.

- ¿Qué hace exactamente ése artefacto, la Aguja, para darles una gran ventaja a los Correctores sobre los que son... -hago una pausa- sobre nosotros?

He de empezar a asimilar que no soy normal, que nunca podré tener la vida tranquila y sencilla que siempre he deseado. Ya es hora de vivir la realidad.

La voz de Julius Proctor empieza a denotar impaciencia:

- La Aguja es una especie de registro de todos los mythos que han nacido en los últimos siglos. Robarla implica saber quienes y dónde localizarles. De ahí a hacer una lista de objetivos o sacarlos a la luz, hay un paso.

No sabemos qué poderes tiene la pequeña, pero sí que es lo suficientemente importante como para que hayan montado toda esta operación para incluirla en sus planes. Tú eres su madre... Esperábamos que tú lo supieras. Gracias por unirte al equipo de búsqueda, Marcy. Lo primero será reunirte con Michael de nuevo sin que vuelvas a ponerte en el punto de mira de esos terroristas. Cuando estéis juntos explícale todo esto y volved a llamarme. Os diré dónde debéis ir para uniros a este grupo.