Partida Rol por web

¡Joder! Que esto va a ser una alucinación compartida, estoy seguro de que la psiquiatra tendrá mucho que decir sobre esto...

Soy Borden, o Neuman o no sé qué otro nombre me han dado aquí los aptanes estos. Estamos en Utopía, cuatro o cinco horas antes de que yo me suba a un carguero y el planeta se muera. ¿Usted es?

Quizá sea la misma Widesproon, o cualquier otra persona de Prima Porta, o tal vez también me la esté imaginando del todo y no sea nadie.

Se estava empezando a dormirse, cuando la alarma le despertó:

-Joder, aquí no puede dormir a gusto

Mientras decía esto se vistió, y fue rápidamente hacía la planta 0

Corres, sin pensarlo dos veces, como alma que lleva el diablo. Con la esperanza de hallar una salida, de encontrar más personas. Pero resulta fútil. Un pasillo que parece interminable, parece alargarse hasta el infinito. No importa cuanto corras, no importa la distancia que recorras, el pasillo se sigue extendiendo hasta donde llega tu vista. Sin embargo, finalmente, llegas a una puerta. Por unos segundos, te invade la esperanza, hasta que te das cuenta de que aquella puerta es la de tu habitación. 

-¿Como quien soy?- Frente a ti, una figura se dibuja, poco a poco. Al principio borrosa, pero poco a poco, se va definiendo, como si se acercara desde lejos. De repente, se te hiela la sangre. Es tu padre. -No haces sino decepcionarme. ¿Es así como piensas convertirte en un científico de provecho? Nunca serás nadie, como sigas así, Gregory.- 

-¿Doctor Borden?- Dice, asombrada, la enfermera. -¿De verdad es usted?- El Sargento se gira extrañado, y la joven se da cuenta. -Y como dice el Doctor Borden, nada que no se pueda arreglar...- Disimula. El Suboficial vuelve a centrar su atención en el combate, y la joven de nuevo se centra en ti.

-Soy Widerspoon, Kircey Widerspoon, la directora del proyecto de Terra Antiqua. Estaba en mi despacho, oí la alarma... Salí... Y de repente me vi aquí... ¿Sabe usted algo de esto?- 

Sales de tu habitación, asqueado y a la vez cansado. Pero al salir por la puerta, de repente entras en el aula de la facultad, en los tiempos de la carrera. Todo están haciendo un examen, y se giran para mirarte. El profesor alza la voz. Es el Doctor Freure, tu profesor de física cuántica. 

-Llega tarde, señor Stanislav.- Ahora te clava sus pequeños ojos marrones. -Y sabe que no tolero que se llegue tarde a mis exámenes. Tendrá una buena explicación, espero.- 

Pero que leches!!Dice corriendo de la figura de su padre recien aparecida, tu no puedes estar aqui es imposible, yo soy un persona racional y se que no estas!

De repente me quedo quieto con cara de no saber que pasaba en aquel momento:

-Mmmmmmm....-mientras intentava pensar-Yo o debería estar aquí, tendría que estar dirección a la planta 0, junto con otros científicos

Una enorme sonrisa se dibuja en mi rostro. No estoy tan loco como creía, parece una alucinación colectiva, una cojonuda, debo añadi, y nada menos que con nuestra anfitriona. Esto se pone realmente intersante, es posible que más personas de por aquí sean miebros de la colonia.

¿Qué si lo sé? Usted debería saber esa respuesta. ¿Tienen algún juguete químico en los laboratorios? ¿Hay alguna espora cojonuda en el planeta que provoque alucinaciones? ¿Poco ozono en al atmósfera? A ver si va a ser cosa de la estrella del planeta.

Cuyo nombre no me viene a la cabeza.

No tengo nada que decir, o tal vez sí. No sé qué esto pero supongo que es real, o lo bastante real para que mimente crea que lo es. Así que procure adaptarse al lugar...pero no se encariñe con él. -me giro a los invitados en la escena- ¡Soldado! ¿Cómo estamos? ¿Están cerca?

Todo va a desaparecer, si pudiéramos hacer algo...buff. No lo pienses Borden, no pienses en ello.

¿Cree que estamos en el pasado? No creo porque usted nunca ha estado en Utopía, desapareció antes de que naciera y no sería lógico que yo fuera otra persona, hay otro Alfred Borden por ahí, con un fusil automático sin balas y un libro manchado de sangre. Pero usted es la misma, más joven, pero la misma. ¿No?

-Señor Borden...- Entrecierra los ojos. -Digamos que guardo muchos secretos para mi. No hubo solo seis supervivientes de Utopía. Pero este no es momento para hablar de ello, no lo creo. En breve la Potempkin soltará su carga química en la atmósfera. Se como salvar la vida. Usted ordene la retirada.- 

El Sargento te mira. -Soy Sargento, señor. Por ahora aguantamos, pero no se si podemos mantener este teatro mucho más.- 

Al poco, una luz emerge desde el cielo, y ves que los soldados de la federación vitorean. Poco a poco, se distinguen las formas de la Potempkin. Vienen a salvarlos. O eso creen. Al poco, las escotillas laterales de la nave se abren, y lanzan una nube de un colo violáceo, que se va asentando, hasta convertirse en una niebla, una niebla ácida. Sientes como tus pulmones se queman, como la piel te arde. Y luego, ves una luz... 

-¡Doctor Borden! Creo que vuelve en si.-

Al poco, todos despertáis, en la enfermería del espacio puerto. Os cuesta abrir los ojos, la luz os ciega, os duele, y apenas podéis abrir los párpados, hasta que, poco a poco, la retina se adapta al súbito cambio de luz. Sobre Borden hay un equipo de medicina que mide sus constantes y un para médico le atiene solo a él. El resto, estáis sobre camillas. No veis a nadie con la bata blanca, ningún médico civil, solo a un buen grupo de militares y para médicos del ejército. Entre ellos, el General Donelly, que parece ocupado en rellenar unos informes. 

Al fondo, en la pared oeste de la enfermería, la directora Widerspoon está sentada sobre otra camilla. Fuma un cigarro, de forma casi compulsiva, y está muy diferente a como la habéis visto antes. Su ropa está mojada, efecto de los sudores sufridos. Su pelo, revuelo y sus ojos inyectados en sangre, rojos. Todo su cuerpo parece tenso. Un agente de seguridad se acerca ella, le comenta algo que no oís, y ella parece recibirle a chillidos. Sea como fuere, parece que el de seguridad se está llevando un buen moco por lo ocurrido. 

Otro exterminio no... -susurro con lso ojos aún cerrados- ya han sido muchos, no es necesario otro más.

Me inclino y expulso todo el contenido de mi estómago, líquidos en su mayoría, a través de la boca. Desagradable sensación a la que no termino de acostumbrarme, pese a mi larga experiencia. Después el templor en el pecho, qué asco de cuerpo. Millones de años de evolución y no podemos evitar el vómito, mira que somos débiles.

Widerspoon, ¿me ha visto en la otra vida? -nueva arcada desagradable- Agua.

Ahora llega lo peor, tener que explicar a esta gente qué ha pasado sin que tenga tiempo para ordenar mis ideas. Hazte el loco, seguro que sabes cómo, y consigue que te dejen en paz.

Gregory se depsierta sobresaltado y se levanta de pronto, mira a su alrededor e intenta relajarse, todo a sido un sueño, probablemente se dio un golpe al correr y todo lo demas que recuerda es cosa de su imaginación, se sienta y empieza a tranquilizarse mientras mira quien mas se encuentra en la sala.

noooooooooo, noooooooooooooooooooooooooooo!!!!

Con el cuerpo compungido por el esfuerzo, comienzo a despertar, a tener conciencia de lo real nuevamente, comienzo a entender lo que esta pasando. Con un sentimiento de rabia observo al médico que atiende Borden Que nos han hecho! cada palabra era más dificil de pronunciar que la otra, sentía la mandíbula tensa y trataba de mantener los ojos abiertos a la fuerza

no nos han traído para que investiguemos, nos han traido para ustedes experimentar con nosotros, ¿quien les ha dado el derecho!?, me mareo y empiezo a ver puntos negros y blancos

Uno de los para médicos corre hacia Emm, y la ayuda a estirarse de nuevo en la camilla. 

-Por favor, no intente levantarse aún. Descanse, tranquila.- El General levanta la vista hacia la científica. 

-Señorita, tranquilícese, por favor.- Dice, con calma, y un acento neutro, y relajado. -Imagino que debe de haber vivido una experiencia horriblemente traumática, pero ya ha pasado, ha vuelto a la realidad. Aún no sabemos que ha ocurrido, lo estamos investigando, por favor, calma.- 

La directora se levanta de su camilla, lanza el cigarro al suelo, y se enciende otro. Observáis que al intentar hacerlo, las manos le tiemblan, de forma muy evidente. Su respiración es agitada, y su voz intenta ocultar, sin éxito alguno, un ataque de nervios.

-Si, si sabemos lo que ha pasado.- Añade, acercándose al General. -Una columna de gas procedente del subsuelo del planeta ha entrado en nuestro sistema de filtración de aire, y de ahí, a nuestro aire acondicionado. Al parecer, al mezclarse con el gas freón, ha producido una reacción química que ha afectado a casi toda la base. A toda menos al departamento militar, donde el aire acondicionado no funciona.- Da una larga bocanada. -Quiero que su gente lo investigue, General, quiero saber que ha pasado, cuando ha pasado, y por qué coño ha pasado.- Señala a Borden. 

-Y Doctor Borden, venga a mi despacho... Cuando se encuentre mejor.- Dicho lo cual, se marcha, sin esperar a nada ni nadie. 

gras freon? mi cabeza aún turbada no distingue aquél nombre...

me calmaré cuando me expliquen con detalles eso que dice la directora, esq nadie mas piensa que ha sido una provocación?! observo  a todos ferozmente, sobre todo al general que se me acerca para que me calme

cómo es posible que se haya filtrado un gas de las entrañas de este planeta, es que no tienen ingenieros competentes?  comienzo a levantarme, pensaba averiguar yo misma lo que estaba sucediendo.

Y yo me voy a creer eso, lo ah averiguado usted solita desde la camilla de la enfermería..¡ay! Mi cabeza.

Una aspirina por favor, sólo siento dolor de cabeza -me agarro la cabeza con las dos manos, como si tuviera miedo de que se me va a caer, voy a necesitar una aspirina muy gorda para solucionar esto- y sus respuestas no son satisfactorias. No hay ningún gas, por extraño que sea que provoque alucinaciones colectivas, ningún gas natural, quiero decir.

Y todos saben qué quiero decir...Y la señorita Widesproon sabe de qué estoy hablando, por eso me invita a su despacho, o tal vez la adolescente que he visto se ha enamorado de mí...quien sabe.

Apoyando un pie, y luego el otro, porque no em fío de mi estabilidad noto el frío del suelo, ¿quién me ha quitado los zapatos? Los veo junto a la camilla y es lo recojo con cuidado, por miedo a caerme.

Ahora voy.