Verano de 1987.
Un Seat Ibiza rojo con las ventanillas bajadas y la radio a tope que se incorpora a la N-340 desde Albacete. Deja atrás Alicante en dirección Valencia. Ese tramo de la carretera nacional está atestado de camiones de fruta, caravanas de guiris y los coches de otros veraneantes. "Villajoyosa", se lee en un cartel blanco de carretera entre el tráfico denso.
Los cuatro jóvenes que van en el Ibiza siempre han veraneado juntos en los campings de la zona. Primero de niños con la familia y luego ellos solos. Esta vez han tirado la casa por la ventana y han alquilado un apartamento en Benidorm
Están muy animados, aunque también un poco tristes. En septiembre va a cambiar todo. Por los trabajos de unos y otros todo apunta a que van a acabar cada uno en una punta de la península. Alguna incluso más lejos.
Saben que será muy complicado volver a coincidir tan fácilmente, así que están más que dispuestos a aprovechar esos días al máximo moviendo el esqueleto en las discos de allí, que les han contado que son espectaculares, porque puede que sean las últimas vacaciones juntos.
Lo que no saben es el énfasis tan literal que esconde la palabra "últimas".
Partida de zombies en formato desafío mensual. El sistema no es muy amigable que se diga, así que es esperable la muerte de los personajes de forma injusta, horrible y muy probablemente anticlimática.
Partida +18 por lo gore del género.