Partida Rol por web

El frío era terrible, al sentirlo así teniendo mi armadura y capa no quería imaginarme que hubiera sido de Lysana si no le hubiese comprado los guantes y la piel de lobo, probablemente hubiera muerto de frío antes de llegar a su ejecución, y seguramente eso hubiera alegrado mucho al hermano Julián.

Me estaba preocupando mucho por esa chica y es que después de nuestra charla a mi no me parecía culpable y sinceramente no quería que muera, me preguntaba que pensaría Alain de esto, quizás en algún momento que estuvieramos a solas o distanciados del grupo pudiera preguntarle.

El frío me hizo volver al campamento, a fin de calentarme en la hogera, poner las manos cerca del fuego y rodear la fogata para entrar en calor, se veía todo demasiado tranquilo, pero el fuego bien podía alejar a las bestias y saqueadores o atraerlos.

Por esto no me senté, podía quedarme dormido con el calor del fuego, me dedique a caminar por el campamento, procurando no despertar a nadie y saliendo de nuevo más lejos, sintiendo el frío en el rostro para despabilarme y no quedarme dormido.

Jamás pensé que una simple ronda de guardia me costara tanto...

Cuándo llego el momento de cambiar sencillamente me acerque a Alain y lo moví un poco por el hombro, buscando despertarlo.

Alain se despierta sobresaltado, pero al ver que se trata de ti y que le toca su turno de guardia, se queda más tranquilo. El caballero se incorpora y bosteza, condensando su aliento en una nube de vapor - ¿Qué tal está hiendo la noche? Parece estar todo en calma - te pregunta en voz baja para no molestar a Jullian ni a Lysana. Se acerca a la hoguera entre tiritones y echa un par de ramas para mantenerla viva y calentarse un poco.

-"Todo tranquilo, aunque hace mucho frío...de todos modos ayuda a quitarse el sueño"- dije sonriendo.

Al ver que los otros dos seguían durmiendo pense que quizás esta fuera la mejor oportunidad:

-"Por cierto que opinas de ella?- dije mirando a Lysana- realmente la crees culpable?"-

- No te lleves a engaños, amigo Ed - Alain emite un resoplido - La chica puede parecer dulce, frágil e inocente, pero lo cierto es que se escapó de Barataria e hirió a varios de sus profesores y compañeros de estudio por igual. Utilizó magia prohibida. De esa que utilizan para meterse en tu mente y hurgar en tu persona - El caballero te pone una mano en el hombro y te dedica una mirada que transmite preocupación - Acepta un consejo, no intimes con ella. Aunque vaya encadenada y se porte bien, sigue siendo peligrosa.

Sonreí de costado antes de contestar:

-"Se que los demonios se disfrazan con los atuendos más sutiles, pero sabes que esa chica fue perseguida desde el principio por ser diferente y que fue violada mientras estaba prisionera? Porque te piensas que su ropa estaba hecha jirones y estaba amordazada? Yo cumpliré mi deber, pero creo que hay diferencias entre lo que es justo y lo que no"-

- Por desgracia a esta chiquilla no le ha pasado nada que no le hubiese sucedido a cualquier otra mujer en las mazmorras - responde Alain visiblemente molesto - No es justo, desde luego que no, pero así es la vida. Los reyes se atiborran en grandes banquetes cuando sus súbditos mueren de hambre y los caballeros de la ley y el orden se aprovechan de aquellos a quién juraron proteger, los más débiles - Tyrrel se encoge de hombros - Al igual que tu, yo también cumplo con mi deber.

Mi cara mostró molestia ante el comentario de que a toda mujer le pasaría eso en las mazmorras, sabiendo eso, nadie hacía nada.

-"Vivimos en un mundo cruel y a veces quizás el deber no sea lo justo..."- fue lo último que dije antes de irme a dormir.

Comienzas el tercer día de marcha de una forma parecida al segundo. Con el hermano Jullian entonando sus plegarias a Apolo, Señor del Amanecer. Aunque este día el astro rey no termina de dejarse ver, quedando oculto tras las nubes como el día anterior.

- Al menos no sigue lloviendo - comenta Alain, aunque parece que vaya a romper a llover de un momento a otro. El frío sigue presente y se hace notar todavía más cuando apagáis la hoguera para emprender la marcha, después de desayunar pan con queso y unas manzanas maduras.

Por suerte para vosotros, el tiempo parece dar una pequeña tregua y durante toda la mañana no cae ni una gota de agua del cielo. El camino, aunque está embarrado por las lluvias, es más transitable que el día anterior y os permite ir a un ritmo más rápido.

El camino es sinuoso y asciende por unas colinas pero al llegar a lo más alto, un gran valle se abre ante vosotros. La falta de sol y unos densos jirones de niebla deslucen las vistas que, aún así, son preciosas. El camino desciende varias leguas y finalmente se desvía. Un camino sigue en dirección oeste, adentrándose en el valle y otro gira al norte.

- Debemos tomar aquella dirección ¿Qué te parece si lideras la marcha lo que resta de día? - comenta Alain señalando el camino del norte

Me levante y acomodé el cabello, estiré el cuerpo para volver a tener movilidad a pesar de la armadura y mire como estaba todo.

Note el frío que hacía y acaricie la cabeza de Lysana antes de emprender la marcha.

Agradecí que el camino no estuviera tan embarrado y pudiéramos avanzar sin lluvia, una vez que pude ver el valle escuche la sugerencia de Alain.

-"De acuerdo, tu encárgate de la retaguardia"- dije mirando a todos antes de espolear el caballo y encabezar la marcha.

Tras tomar el sendero que sigue al norte, el camino se abre ante ti sin ningún tipo de perdida o bifurcación. Lentamente el terreno se va inclinando cuesta arriba y notas cómo el valle va quedando más y más bajo mientras subís de altitud. De fondo unos picos montañosos se alzan hacia el cielo, afilados como una maraña de espadas puestas hacia arriba.

El Paso de los Filos os da la bienvenida a menudo que la luz del día va desapareciendo. Al principio piensas que se trata del crepúsculo, que se acerca inexorable, pero enseguida caes en la cuenta de que aún faltan un par de horas para eso. Miras al cielo y ves los nubarrones que cubren todas las montañas a tu alrededor y se extienden en dirección hacia el valle, como unas manos espectrales. El aire empieza a soplar en fuertes ráfagas y el sonido de un trueno precede el inicio de una tormenta que no tarda más de cinco minutos en desatarse. El agua empieza a caer con fuerza y te calas entero en menos de un minuto, mientras los rayos y los truenos rompen el cielo e iluminan todo a tu paso.

- Será mejor que paremos y busquemos un refugio - oyes gritar al hermano Jullian Corv, que tiene que alzar su voz para que se oiga por encima del ensordecedor ruido de la tormenta. Un trueno cercano perfora vuestros oídos y hace que los caballos se encabriten. En ese momento, rodeados por altas montañas a cada lado del camino, sientes el retumbar de la tierra como si un ejército a caballo estuviese pasando delante de vosotros. Pero no se trata de un ejército, ni tan siquiera de un terremoto. Los gritos de Lysana y Jullian y el relinchar histérico y de los caballos te llaman la atención. Al girarte ves cómo un desprendimiento de rocas de una de las montañas cae sobre el carro...

Giro al caballo y pico espuelas para ir rápidamente hacía el carruaje, seguramente Alain estaría haciendo lo mismo.

-"Hey, están bien? Por favor, diganme que lo están"- dije bajando del caballo y yendo a ver el carruaje.

Las enormes rocas cortan el camino y han sepultado parte del carruaje. El caballo que tiraba del carro aparece echo una papilla sanguinolenta entre las rocas junto a los restos de la parte delantera del carro y el cadáver aplastado de Jullian Corv. Escuchas los gritos de dolor de Lysana al otro lado del montículo de rocas. 

- Es una emboscadaaaaa - oyes gritar a Alain al tiempo que dos pequeñas figuras, del tamaño de un niño, envueltas en ropas marrones te salen al paso empuñando dagas y pequeñas espadas. Sus pieles verdes, sus dientes y sus facciones afiladas, junto a las orejas y narices puntiagudas, no dejan la menor duda de que se trata de goblins.