Partida Rol por web

El plan había salido bien. El Buho estaba esperando donde debía, los Guardias miraron hacia otro lado, los controles no se atrevieron a volar tan cerca de las Profundidades. Todo había salido perfecto.

Hasta hace una hora.

Hace una hora, saliendo de entre las nubes, La Mano del Pesar, buque insignia de la 16ª Brigada del 3er Ejercito Expedicionario Imperial, se cernió sobre vuestro aeronavío ordenándoos deteneros para una inspección en mitad del Azul. 12 Cañones por banda y seis baterías frontales para apoyar su jurisdicción fueron suficientes. Eso, y que El Buho no tiene combustible suficiente para escapar.

Ahora, acusados de "volar bajo bandera falsa", el Capitán Hollas se dirije hacia la cubierta para radiar el número de chasis de vuestro aeronavío. Vuestros futuros penden de un hilo., no sólo porque, efectivamente, estáis volando bajo bandera falsa, si no porque la noticia de la fuga ya debe estar extendiéndose por las Ondas.
Y vuestros cuerpos penden del techo de la celda de La Mano del Pesar, robustas jaulas metálicas de compleja cerradura, sobre una rejilla electrificada. Guardias vestidos con gruesas ropas aislantes y armados con rifles pasean con desgana entre las poleas y andamiajes que os sostienen. Al final de una de las pasarelas, varios metros sobre vuestras cabezas, el Carcelero lee distraidamente un número atrasado del Noticias Imperiales...

Mientras tanto, en el Puente de Mando de La Mano del Pesar...

- Mmmmmmmmmmmmmm, malditos contrabandistas...

El Capitán Hollas chasqueó la lengua mientras abría una licorera llena del mejor malta de Olympia y se servía un vaso. No le gustaba beber, sólo lo hacía cuando estaba disgustado. Y sus subalternos sabían perfectamente el grado de enojo del Capitán Hollas según la botella elegida. Una jarra de cerveza tibia significaba que alguien iba a ser azotado. Una copa de Oliympic Chardonnay, que alguien sería obligado a pasear por la tabla.

Un vaso de whisky puro de malta de 20 años...

- Operador, pase el siguiente Número de Licencia al registro de Olympia: 76386-L, bandera supuesta: Heaven. Rápido, por favor.

Cyrus estaba pletórico.

Mientras admiraba los sólidos barrotes que tenía frente a él, sacudió la cabeza con satisfacción y uno de los pelos de sus largas y cuidadas rastas cayó fuera de la jaula, en dirección a una segura electrificación.  El capitán sonrió, pensando en el camino tan lento que tendría hasta llegar a su destino y sopesó la idea de pedir a Snarglie que se convirtiese en una bola de pelo.

Pero eso, aparte de gracioso, sólo conseguiría que cayera más despacio hacia la malla electrificada. Y ni siquiera estaba seguro de eso. Tampoco de que Snarglito pudiera convertirse en una bola de pelo, la verdad. 

Aunque sería divertido intentarlo.

En realidad no era grave. Estaba en una jaula estrecha con Lady Blackbird, y, bueno, eso era lo más cerca que había logrado estar de ella desde que había comenzado la misión. Eso era bueno. Pero lo de la misión... eso era malo. Cyrus Vance no dejaba una misión a medias, eso lo sabía media galaxia. Su reputación y sus próximos contratos dependían de ello.

De tal manera que así estaban las cosas. Podía hacer aquello para salir de la jaula y robar un arma. Pero entonces tendría que matar rápidamente a los guardias y al carcelero sin que éstos dispararan o dieran la alarma, desconectar la corriente, bajar la jaula a mano, liberar a su tripulación, encontrar su nave, repostarla, abrir el hangar y encabezar una huída suicida contra un navío cien veces superior.

No, no: demasiado sencillo.

Entonces le haría aquello a la guardaespaldas de Lady Blackbird. Aunque no estaba muy seguro; para ello tendría que tocarla, y tenía pinta de ser una mujer capaz de romperte el brazo sólo por aquello. (Y eso le parecía fantástico, así que siguió pensando). La enviaría lejos, fuera de la visión de los guardias, y haría que Snargluzo se convirtiera en ella. Así, cuando llamara la atención sobre el fugitivo, los guardias buscarían a un goblin verde en lugar de a una máquina de matar femenina. Eso le daría tiempo, el caos subsiguiente podría ser aprovechado y, qué demonios, así le daría algo de protagonismo a su tripulación.

Ahora lo único que necesitaba era una forma de conseguir que los guardias no miraran para poder hacer aquello y que Snargloccio se transformara. O también podía hacer que el goblin se escurriera a través de los barrotes y fuera él la distracción.

Sonrió para sus adentros. Esto iba a ser muy, pero que muy divertido. Juntó a su equipo con un gesto leve de la mano y, en voz baja y fingidamente circunspecta, susurró:

-¿Ideas? Lo cierto es que a mí no se me ocurre nada de momento...

Las piernas de Kale colgaban de su jaula, sobre la reja electrificada. Él no había tenido tanta suerte como el capitán y se encontraba sentado en una aun más pequeña, en la que apenas cabía una persona.

Su gesto parecía divertido, como el del niño que sabe que su niñera pronto se quedará dormida y podrá salir a jugar al jardín sin que le vean.

Una de sus manos agarraba el barrote de la jaula, pero la otra se hallaba rebuscando entre las decenas de bolsillos interiores de su remendada chaqueta.

Sus rápidos dedos palparon algo, y esto se vio reflejado por un destello en sus ojos, que solo sus amigos supieron reconocer.

Cyrus:

Ah sí. Kale tenía una idea.

.

Por supuesto, conociendo el Secreto de la Ocultación... Pero recuerda, para cambiar un "Estado", no basta con una tirada: Hay que jugar una escena interpersonal. Aunque consigáis salir de las Celdas, seguiréis "Atrapados" en el Aeronavío ^.^

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Apalancado como buenamente puedo en mi jaula particular, no puedo por menos que reírme de la situación. ¡Cazados como novatos!. Pero era tan solo una cuestión de tiempo, que nos largáramos de allí. Y en el momento en que pudiéramos corretear por la nave, ya me encargaría yo de igualar el tanteo con la escoria imperial.

Entre tanto, y para pasar el tiempo, miro de reojo a nuestras compañeras dedicado a juzgar las diferentes posturas que van adoptando en sus respectivas celdas. Y mi imaginacion, acaba por jugarme una mala pasada cuando por mi mente cruzan, imagenes de ellas y de mi juntos en la misma jaula. Por un instante, resuena por el lugar mi aguda risa. Y como la carcajada acaba por llamar la atención de mis compañeros, acabo por encogerme de hombros y comento.

Nada, no os preocupeis. Se me han cruzado los cables por un momento aquí dentro.

Y golpeo con mi puño derecho mi cráneo.

No os preocupeis, que ya estoy presente de nuevo. ¿Por donde íbamos?. Ah si. Ya sabemos lo que toca.

Miro entonces en dirección a mi capirulo y cierta clase de sonrisa aviesa cruza por mi rostro. Conozco perfectamente a mi capitán y se que algo se le ha ocurrido ya.

Naomi, recostada contra una esquina, y con los brazos cruzados, observa atenta la situación.

Su deber es cuidar a Lady Blackbird, por lo que su atención se mantiene sobre todo en ella... O mejor dicho, en su jaula...
Mas...

También en otros asuntos, como que, por ejemplo, el guardia que lee distraido el periódico, podría acabar "ahumado" en la malla eléctrica, o que el individuo llamado Kale parecía maquinar algún brillante plan, así como que Snargle tenía problemas de "cable", o que, finalmente, el Capitán aparentaba no haber matado una mosca en su vida...

"Y yo me lo creo, por supuesto..."

Naomi es una mujer de por sí, silenciosa, ágil y más bien reservada...
Pero en estos momentos, su, ya de por sí "carácter natural", parecía acentuarse, demostrando tan sólo de vez en cuando algún indicio de estar vida...

La joven Bishop meditaba acerca de la manera más rápida de salir de ahí:

¿Hacerse la débil? ¿Utilizar a su dama como anzuelo?

Una milésima de segundo después de que el segundo pensamiento llegase a su mente, la joven lo borró de inmediato: ¿Qué era eso de intentar poner en peligro a Lady BlackBird? Eso no estaba para nada estipulado. Y no permitiría que nadie siquiera lo insinuase... Si bien había sido ella la primera en "horriblemente" pensarlo...

Evitando un suspiro, y colocando ambos brazos a los costados, la guardaespaldas se acerca a las rejas, mirando a los demás:

-Escapar de aquí, es un buen comienzo...-Señala irónica, respecto a lo de las "ideas"... Sabe que los demás tendrán algún plan más organizado, por lo que prefiere escuchar primero lo que han de decir, antes que aportar algo al respecto...

Veo la mirada lasciva que me lanza el capitán. Pero finjo no haberla visto, finjo que no está ahí, ojala estuviera más lejos, pero no puedo decidir demasiado, la jaula es demasiado estrecha, aunque he conseguido sentarme sin que mi falda se levantara, todo un logro, teniendo en cuenta el espacio disponible.

Miro a Naomi, está de pie, observando, vigilando, seguro que ya está pensando la manera de salir de esta. Con el mínimo peligro para mí. Aunque creo que mi ayuda puede ser fundamental en un momento dado. No soy de esas que deja que la defiendan, aunque Naomi es buena en su trabajo, yo también podría en un momento dado defenderme sola.

Miro hacia abajo, la valla electrificada zumba, ese no es un buen camino. Aunque quizás... Levanto la mirada hacia las pasarelas, varios guardias se mueven, armados, pero eso no tiene por qué ser un problema. Examino la cerradura de la jaula, eso si que puede llegar a ser complicado.

Tenemos que salir de aquí, lo más pronto posible. Si se dan cuenta quien soy, me harán volver, y no quiero volver.

Bien, Naomi, bien, escapar, pero ¿cómo? Mi voz se levanta suave, en respuesta a las palabras de mi guardaespaldas.

Es hora de ponerse serios. De pronto, me alzo en mi jaula con cuidado de no estamparme contra el techo y examino las cadenas de las que cuelgan las cinco jaulas. Parecen lo bastante solidas como para resistir bastante peso y vaivén. Y eso, es algo que me satisface bastante. También compruebo que toda la sala esta en penumbra. Si, es otro detalle que puede resultar oportuno

Muestro mis colmillos amarillentos en algo que no es precisamente una sonrisa mientras me rasco la perilla. Y finalmente, tras esperar un rato, compruebo que hay dos guardias. Con un poco de suerte, no sera demasiado difícil largarnos de este lugar.

Ahora, bajo el tono de voz para que solo mis compañeros puedan escucharme y digo.

Atentos todos. Que ya me he cansado de estar aquí encerrado. Lo primero es salir de aquí y sin que nadie se de cuenta, creo yo. Pues bien, voy a necesitar un poco de ayuda. Naomi, ¿puedes generar una distracción?. No me importa como lo logres. Recurre a tus encantos o destripa a alguien, pero te aseguro, que me vendría muy bien.

Escucha con seriedad al piloto y evita poner los ojos en blanco...

Luego cierra los ojos un momento, y tras meditar un momento, sin contestar ni nada, da una patada sonora a la reja, la cual, si bien se tambalea, también emite el suficiente ruido como para sacar de su mundo ideal al guardia del periódico...

-¡¡¡JAMÁS!!!-Grita encarándose al Capitán, le ha pillado del cuello, y parece a punto de pegarle...:-¡FÁLTAME EL RESPETO UNA VEZ MÁS Y TE ASEGURO QUE CADA MILÍMETRO CÚBICO DE TU CUERPO ACABARÁ SOBRE ESA ESTÚPIDA MALLA METÁLICA! ¿TE HA QUEDADO CLARO?

Sin soltar a la "pobre víctima" dirige una rápida, casi imperceptible mirada a Snargle, como indicándole que aprovechase a moverse en cuanto los guardias tuviesen "la bondad de venir a poner un cordial orden en la celda"...

Centrándose otra vez en el Capitán, la joven espera que luego no se lo tome demasiado a mal... Aunque, sinceramente, en el fondo le da igual...
Un brillo casi travieso en sus ojos es lo único que da pauta a indicar que "no va en serio"...

Pero por supuesto, se cuida bien de que sean sólo quienes están en "su bando" los que se den cuenta del mismo...

Cuando la guardaespaldas propina una patada a la reja esta suena como si se tratara de una campana.

La jaula en la que está el capitán con las dos mujeres empieza a balancearse y la mujer empieza a gritar, histérica...

¿Histérica? ¡Ja! Por lo que había visto aquella mujer no era una histérica, pero al parecer si que era una buena actriz.

Bueno, una distracción nunca viene mal. Fuera lo que fuese lo que pensaba hacer el piloto verde seguramente no vendría mal que aquel cerrojo estuviera abierto.

Kale sacó la ganzúa de su bolsillo, y aprovechó la confusión para empezar a hurgar en la cerradura de su celda.

Cyrus, sorprendido por el ímpetu de la guardaespaldas, llevó sus manos al cuello, las introdujo entre las de Naomi y tirando hacia fuera consiguió desasirse, con mayor esfuerzo del que había imaginado, de la presa, haciendo en el proceso todo el ruido que pudo y más.

-¡Malditas seáis tú y tu señora! Sabía que no tenía que aceptar ese trabajo. No sólo me llenáis la nave de cajas de licor Dolaxiano de contrabando sino que encima me miráis siempre por encima del hombro -Cyrus comenzó a gritar con voz profunda, mientras golpea sonoramente los barrotes para enfatizar su diatriba:

-¡Ya me tenéis harto! ¡Si queríais jugar a las contrabandistas teníais que haber buscado otro navío! ¡Sabéis que es cuestión de tiempo que encuentren las cajas, aunque aun no lo hayan hecho! ¡Y si tenemos suerte las encontrará un soldado afortunado que requisará el alijo para sí y no dará parte! ¡Porque como las encuentre un oficial deseoso de ascender que yo os falte al respeto será el menor de vuestros problemas!

El capitán sonrió para sí mientras revalidaba la señal a Snargluccio y observaba de reojo como Kale se afanaba con la cerradura. Luego, elevó aún más el tono de los golpes y de su voz.

-¿Y tú? Tú no eres más que una pieza sacrificable. ¿O es que crees que cuando el padre de tu señora soborne generosamente a los guardias para que la dejen en libertad va a gastarse un sólo crédito en ti? ¿Eh? Vamos, no creo que seas tan ingenua. Matonas de cara larga como tú las hay a miles en la galaxia...

En medio de la penumbra, sonrío casi imperceptiblemente al ver la improvisación de mis compañeros, Ya en pie y agarrado a los barrotes de mi celda, presto toda mi atención a la posible reacción del par de guardias que nos vigilan. Pues para largarnos de aquí, voy a necesitar ser rápido y todo lo discreto que pueda.

El jaleo aumenta provocado por los gritos de mi capitán. Y llego a atisbar, como nuestro primer oficial ya empieza a hurgar en el cerrojo de su jaula. La situación, para bien o para mal, va a cambiar en los próximo instantes. De eso, me voy a ocupar yo de inmediato. Alzo levemente la cabeza y compruebo cual es la reacción de los guardias ante tan interesante representacion.

- ¿Qué pasa ahí abajo?

El soldado avanzó con paso rápido... y luego, con paso aún más rápido al escuchar al Capitán hablando de contrabando.

- A ver, ¿qué es ese escándalo?- "¿Licor Dolaxiano, ha dicho?" - ¡Bajad la voz! ¿Qué ocurre aquí?

Sin embargo, el primer soldado no había sido lo bastante rápido... y no era el único que había escuchado la pelea entre los prisioneros.

- ¿De qué está hablando, Prisionero? - Se cuelga el fusil a la espalda y comienza a activar el motor par izar lentamente la jaula con los 3 prisioneros hasta la pasarela. - ¿Qué es eso de un contrabando? Te puede caer una enorme multa por eso, capitán...