Partida Rol por web

Michael parece no haber escuchado a la joven que va con él pues el inicio de un recuerdo que no termina de concretar le impide concentrarse.De repente el suelo comienza a tembar y de delante vuestra os llega el grito de una mujer.El techo comienza a desmoronarse,cayendo sobre vosotros cascotes y polvo

- Atrás... No se te ocurra dar un paso más - retrocedo para mantenerme lejos del hombre y me muevo de manera que tenga contacto visual directo con ambos. - No tienes nuestras mismas marcas... no eres de fiar. - Dictamino de manera directa.- Enfermero... No lo dudo, quizás te hayas encargado de hacer la estos horribles experimentos sobre aquellas camillas oxidadas y hacernos toda clase de atrocidades sin matarnos. Alguien con conocimiento de medicina sabría cómo hacerlo sin que sus víctimas mueran.- Siento el corazón a mil, estoy muy nerviosa pero sé que si debo disparar, lo haré. - ¿Qué haces aquí si no?. Sigue con las manos sobre la cabeza. - Advierto apuntándole en la cabeza. - Iv, por favor, te pido que le registres, si no quieres lo entenderé, pero si accedes te juro que no te va a tocar ni un solo pelo si lo intenta. - declaró manteniendo al hombre apuntado. Doy un leve salto cuando escucho esa risa alocada y miro directamente al hombre. - ¿Qué ha sido eso?

En un acto reflejo la mujer se cubrió la cabeza con las manos mientras se pegaba a la pared intentando evitar los cascotes mas gordos.

En cuanto tuvo ocasión cogió al hombre del brazo, que se había quedado ensimismado,y tiró de él en dirección al grito de la mujer

Alza los brazos tal y como Adeline le dice aunque mira a Ivette con ojos suplicantes

-"Chicas¿no me reconocéis?Trabajo con la doctora Strahovski y ambas me habéis visto con ellas.Me desperté en un cuarto sucio,encima de una camilla pero me parece que al tío ese no le dio tiempo hacerme nada porque se han escuchado cristales y disparos y él ha salido corriendo dejándome allí.No me había atado bien y me he escapado"-se alza la manga para que veáis la mitad de una esposa en su muñeca-"De verdad que sólo quiero salir de aquí"-cuando se oye la risa el hombre se pega a la pared y mira hacia el techo-"¡Me cago en la hostia!¿y yo qué coño se?"-responde a Adeline mientras empieza a correr por donde ha venido

Estaba atenta a la conversación que tenían Adeline con el supuesto enfermero cuando el grito hizo que un escalofrío corriera por su espalda y los bellos de su piel se erizasen, la sensación de que eran unos ratones en un laberinto se atenuó aún más de lo que ya había pensado al ver los pasillos por primera vez. 

Al ver el chico correr - Espera!, vayamos tras el Adeline, puede que sepa donde esta la salida. 

El enfermero había mirado al techo así que hizo lo mismo, a la vez miró para ambos lados del pasillo donde se encontraban, no quería dejar nada sin vigilar.

-¡Joder, no! ¡Anna! -exclamo, con un fuerte grito de desesperación cuando veo que aquel hombre arrastra a mi esposa y se la lleva consigo.

Lo más probable es que aquel sea el Amo al que ella hizo referencia en varias ocasiones, nuestro captor, aunque en aquellos instantes poco me importa quién sea. Lo único realmente importante es que acaba de llevarse consigo a mi mujer. Solo cuando ya no puedo hacer nada es cuando me doy cuenta de lo extraño que ha sido todo. ¿El techo se ha caído justo cuando ese hombre levantaba el brazo? No, debe de tratarse de una simple coincidencia...

-Edward, ese hombre... ¿Tú también has visto lo que ha pasado cuando ha levantado el brazo? Era como si controlase cuándo caían los cascotes del techo -comento, aún asombrado por lo que ha sucedido-. Tenemos... tenemos que buscar una forma de llegar hasta él. Hay que salvar a Anna...

Cuando escucho el grito de Simon me giro sorprendido para ver la escena con horror y rabia. -Si tuvieras la pistola podrías pegarle un tiro...- era increíble como parecía que lo tenía todo bajo control y el mínimo cambio hacía que volviese esa voz con más fuerza. Sin embargo la vuelvo a ignorar consciente de que no puedo hacer nada mientras cae el muro de escombros y me acerco a Simon mientras le escucho.

- Tranquilo, la encontraremos.- mi voz suena seca, no era una promesa o ni tan siquiera estaba haciendo amago de consolarlo sino más bien una declaración de intenciones.- Sinceramente ni siquiera tenía en mente salir de aquí cuando me libere y ahora tengo una razón mayor para ello. En cuanto a lo del brazo, también lo he visto seguramente era una señal a alguien que vigila este pasillo. Deberíamos dar por sentado que nos tienen controlados todo el rato, sea como sea este camino ya no nos sirve...

Dicho esto me giro hacia la esquina del pasillo y compruebo nuestras posibilidades.

No me termino de fiar del chico, no puedo hacerlo, siento que soy incapaz de hacerlo si no lleva las mismas marcas que el resto. Que puede ser verdad lo que nos cuenta pero... no, sencillamente no puedo. — No te reconozco y sé quién es la mujer que mencionas. — Y ya no hay más tiempo para discutir nada porque el hombre que dice ser enfermero, tras el sonido de un derrumbe lo hace volver de donde salió. Ivette me incita a seguirlo.

— ¿Te fías tan rápido de él? — Le pregunto algo sorprendida, pero debe ser que en un estado de desesperación, lo único que busca la chica es encontrar a alguien que nos ayude, a un salvador que nos pueda sacar de aquí con vida. Doy un resoplido y le hago una señal a Ivette de que baje tras él, luego yo pero en ningún momento bajo el arma. — ¿Se está derrumbando el... lo que sea este lugar? ¿Está seguro de que hay una salida por aquí? — pregunto por duda pues se imagina que se van a encontrar la misma sala de donde ella y Ivette salieron.

Simon y Edward vuelven a correr hasta llegar a la esquina y al girar se encuentran con un pasillo totalmente diferente al que tienen detrás aunque el derrumbe del techo continúa.Por el pasillo se acercan un hombre y una mujer tratando de esquivar los trozos de techo que les están cayendo pero sin saber por qué todo se detiene de repente.

La mujer que corre tirando de la manga del hombre levanta la mirada y se encuentra con dos hombres que acaban de doblar una esquina del pasillo.Ambos tienen marcas en los ojos y la boca,de hecho uno tiene la boca desgarrada tal y como la rubia la debe tener.El temblor se ha detenido y los cuatro se encuentran frente a frente separados por unos pocos metros

De fondo el llanto de una niña

Ambas corren tras el hombre que al escuchar los pasos a su espalda se vuelve y poco a poco empieza a reducir el paso hasta que es alcanzado por ellas.El chico se pasa la mano por la cara y os mira con vergüenza

-"Joder perdonadme pero es que todo esto es muy tétrico"-mira hacia delante antes de continuar-"Ahí delante hay una sala un poco rara,es enorme y...bueno h-hay alguien que...en fin es mejor que lo veáis con vuestros ojos porque no me vais a creer.Seguidme"-os dice mientras os hace un gesto con la mano para que andéis sigilosamente 

El joven como puede, mira a todos lados con la mirada perdida. Se queda mirando la escena y vuelve a quedarse atónito, absorto en sus pensamientos. Como si fuera un acto reflejo se sacude su cabeza y mira la mano izquierda, que es sostenida por la jóven Yvonne. Al contemplarla, su mirada cambia y acierta a decirle, con un tono de voz suave -"Gracias, supongo que con esto estamos en ..." -Mike se sobresalta y pone la vista en los dos desconocidos, resopla, suelta la mano de la bella dama, toca la bandolera que cruza su pecho, se asegura que está con él y apunta con la pistola a los dos individuos.

-¿Quien coño sois y que ha pasado?. Mientras tanto, avanza unos centímetros y se pone delante de la  rubia... al final... va a ser un buen protector, aunque sea un tirillas
 

Esto es lo que pasa por no ir con arma, ahora eres débil. No has podido ayudar a una amiga y ahora no puedes defenderte ni a ti ni a tu compañero...

- Mira chaval, no estoy de humor para que me apunten con un arma, acabo de ver como uno de los cabrones que parece dirigir este sitio se ha llevado a una buena mujer sin que pudiera hacer nada. Y estoy seguro de que tampoco ha sido un camino de flores para ti.- le voy diciendo sin levantar la voz pero claramente enfado mientras me acerco a él como si el arma fuese de juguete.- Pero si te fijas un poco en nuestro estado creo que podrás concluir que estamos en la misma situación que vosotros dos, así que haznos un favor a todos y baja la estúpida pistola antes de que te haga hacer una tontería.- concluyó a poco menos de medio metro de él.

Realmente estaba haciendo un esfuerzo para no pegarle directamente un puñetazo en la cara. El pobre no tenía culpa de nada pero era el problema de llevar la última hora como una válvula de presión y que el estrés hiciera mella.

Quien se creerá este tío que es para ir con esa prepotencia... se libra de que le pegue una hostia, de puro milagro... aunque bueno, según viene andando, lo más fácil sería pegarle un tiro en la cara de subnormal esa que gasta...

-Pedazo de mierda. Como haya sido para mí el camino, es cosa mía, y en este caso de la señorita. Como sigas acerándote te meto una bala entre pecho y espalda. - El jóven se muestra impasible, aunque con un leve temblor de mano. fruto de los nervios o de alguna herida, quien sabe... con la voz entrecortada, y con un tono algo vacilón, dice... - Mira, abuelete, lo mismo estás curtido en más batallitas, o eso haces creer a la gente. ¿Has perdido a una amiga? Pues la buscamos, si hace falta yo aún no sé si he perdido a alguien o no, porque sólo sé que me llamo Michael. ¡NI SIQUIERA SÉ COMO SE LLAMA ESTA CHICA A LA QUE HE SALVADO, JODER!. Mike traga saliva y acierta a decir: - ¿Habéis oido eso? Parece una niña... ¿De donde vendrá?

La mujer rubia iba descalza y solo llevaba una camiseta y unas bragas negras de encaje. En una de sus manos empuñaba un trozo de cristal. Se podría apreciar su belleza si no fuera porque tenía la piel de casi todo su cuerpo levantada y lucia pequeñas ampollas. Sus labios habían quedado desgarrados y solo sus ojos podían mostrar el miedo que sentía. La preocupación se hizo un hueco al escuchar a una niña llorar.

Un gemido brotó de su garganta al ver que en medio de todo aquel caos comenzaban a pelear. Desde atrás posó la mano en el brazo derecho de Michael - Por favor. Ellos están igual que nosotros - suplicó mientras intentaba que bajar el arma - quizás todos juntos podamos salir de aquí - la esperanza titilaba en medio de toda la angustia que la embargaba

- Esa niña nos necesita - tragó con dificultad mientras intentaba ubicar de donde procedia exactamente aquel llanto

En esos momentos, no estaba para gilipolleces. Aquel tipo acababa de llevarse a Anna delante de nuestras narices y ahora nos habíamos encontrado con otros dos prisioneros más. Uno de ellos era una mujer rubia que parecía haber sufrido las mismas complicaciones que yo en la sala de cristal, mientras que el otro era un joven demasiado impulsivo que estaba apuntándonos con una pistola.

-Mira, Einstein -le indiqué, señalándole a mis labios desgarrados-. Esto me lo he hecho igual que esa mujer que va contigo. Soy de los "buenos". Así que deja la puta pistola. -Le hice un gesto con la mano, señalándole al arma de fuego que portaba en la mano, sin apuntar al joven-. ¿Sabes por qué tengo yo esto? Pues porque el "abuelete", como tú lo llamas, confió en mí y me la dio. Soy policía. Me llamo Simon Castle. Él es mi compañero. No sé si policía, forense o qué sé yo, pero trabajábamos juntos antes de esto. Se llama Edward. Esto es simple: bajas la maldita arma y hablamos como personas civilizadas. -Mi tono fue haciéndose cada vez más suave-. Puede que esto te parezca extraño, pero todos nostros estamos relacionados de alguna forma. Por tanto, si queremos recordar quiénes éramos, tenemos que trabajar juntos. Michael, ¿me puedo fiar de ti y de que no vas a meterme un tiro ni a mí ni a mi amigo?

Genial, el chico era un manojo de nervios con un arma y yo me estaba acercando a él. Por fortuna su compañera parecía tener más sentido común e intentaba calmarlo para que bajara el arma. Por su parte Simon también intentaba razonar con él.

- Tampoco te preocupes demasiado por el llanto, probablemente sea una grabación. A los cabrones del lugar les gusta jugar con tu mente.- le digo a la rubia sin apartar la mirada del joven aunque sin mostrar miedo ante el arma que me apunta.- Aun así, si aquí el "nieto" decide bajar el arma, podríamos ir a comprobarlo.

-Mike, al escuchar las palabras de Castle se relaja bastante, parece ser que ha visto que la pareja de hombres no están en su contra, y aunque los comentarios de Edward parecen no gustar demasiado a Michael, sus músculos se relajan, pero no deja de sostener la pistola. - ¿Cabrones del lugar? .. Antes alguien había dicho que se habían llevado a no se quién... - El tono de voz de Michael cambia completamente, se pone muy serio y pensativo...  - Miremos el llanto, y si os parece, buscamos un par de minutos y nos ponemos al día. -Mike mira a la rubia ...

Bajo su mano sintió como Michael por fin se destensaba y ella respiró aliviada mientras le susurraba al oido un gracias. No queria ver a nadie muerto, y menos por accidente. Se quedó pensativa con las palabras del tal Simon.

- Yo...- sacudió la cabeza con suavidad, como si tuviera algo delante que le impedia ver - no recuerdo nada. Bueno... - una idea parecia colarse através de eso velo traslucido que le impedia acceder a sus recuerdos - se que allí encerrada lo primero que se me vino a la mente fue un escalpelo. Y conocimientos de anatomia. - su voz comenzaba a tomar cuerpo, a ser más estable a pesar de la dificultad de pronunciar ciertas palabras debidas a la lesión del labio - ¿Porque sabeis que estamos relacionados? Si teneis razón yo... - ¿podría ser ella la forense?

- Bueno, no importa. Solo avancemos. Si de verdad están jugando con nosotros vendrán enseguida - su mirada, entre asustada y enfadada, buscó en los techos y en los elementos que decoraban la pared la presencia de cámaras.

Cuando al fin el joven baja el arma doy un par de pasos atrás, para darles espacio tanto a el como a la mujer, y escucho lo que dicen ambos.

- Lo que comenta Simon es una teoría que al menos hasta ahora cuadra. Y en cuanto esos cabrones, parece que nos quieren hacer recordar todo de una manera bastante retorcida, cuantas más habitaciones visitamos más probable es que recordéis algo de vuestro pasado, pero ninguna de ellas va ser agradable. Lo cual implica que nos dejan a nuestro aire hasta que empiezan hacer temblar todo y es entonces cuando puede que se acerquen para putearnos aún más.- les explico a ambos lo poco que hemos descubierto en el poco tiempo que llevamos libres mientras nos dirigimos hacia donde procede el llanto.

Tienes seis años y observas con horror un gato muerto a tus pies ¿por qué?¿Por qué siempre hace esas cosas?

Durante un breve un instante el recuerdo te asalta con fuerza y sabes que de algún modo tiene relación con lo que está sucediendo en aquel lugar