Partida Rol por web

Agatha iba echando el cuello cada vez mas para alante como un burro al que colocan una zanahoria delante para que avance.

-Gillmen... ¿qué estarán haciendo alli? ¡Habrá que ir! Podeis contar conmigo!

La escena resultaba singular. Alrededor de la mesa se habían acercado hasta cinco pathfinder más, entre ellos una curiosa gnoma. Siete serían, por tanto, el grupo que partirían guiados por Janira hasta las cuevas de las Montañas Kortos. Jurek estaba impaciente, había estado ensayando con algunos componentes alquímicos y no veía el momento de poner en práctica sus experimentos.

- Tengo algunas preguntas, como todos imagino: ¿Qué más sabemos de estos guillmen? ¿Qué pudiste encontrar cuando te adentraste en la cueva Janira? Y por último, ¿se trata sólo de explorar la cueva, señor?

​- Yo también tengo algunas preguntas... ¿Qué es un Gillman? ¿Por qué es tan extraño que entren en una cueva? ¿Dónde has comprado este pañuelo tan chulo? Te lo cambio por este tenedor que tiene las púas dobladas. Seguro que se han doblado al comer carne de Dragón, que es dura como una p...

Dice Queck al lado de la mochila de la Halfling. Los restos de lo que había ido recogiendo estaban en el suelo, completamente desparramados. Sostenía un pañuelo con las iniciales J.G. bordados en él. Al ver que todas las miradas vuelven a centrarse en ella, agacha la cabeza y empieza a limpiar de nuevo los restos del suelo con el pañuelo.

Kreighton sonrió ante las preguntas de los estudiantes, y dio un salto de la mesa al suelo.

—Bien, bien. Siempre me alegra ver el entusiasmo con el que los jóvenes comienzan las misiones —dice—. Iniciados, deberéis viajar a esas cuevas para explorarlas y documentarlas. Además, lo más importante, deberán averiguar por qué acuden los gillmen allí.

»Estoy seguro de que podréis discutir todas esas preguntas con Janira. Ahora, si me disculpáis, debo marcharme para que podáis comenzar la misión.

Comenzó a caminar hacia la puerta, pero se detuvo y se giró de nuevo.

—Y por supuesto, traten de volver todos con vida —y salió caminando de la Panza del Cerdo.

Queck se quedó observando a los integrantes de la sala...

- Una mujer tatuada, un tipo rojo con cuernos que come con la cola, otro blanquito con las orejas puntiagudas y también con cola, otro con gabardina y sombrero con el calor que hace, otro con una armadura brillante y por último una halfling cargada con una enoooooorme mochila. ¡Vaya grupo!

Se acercó a esta última, Janira Gavix había dicho el maestro de pergaminos. Se puso a su lado y le dijo:

- Yo tengo una pregunta. Si que eres bajita ¿no?

Dammeros había dedicado su entrenamiento a mejorar sus movimientos en las diferentes formas de combate que había estudiado, no era demasiado amigo de los libros, pero había atesorado en su mente algunos datos históricos que quizá ahora fueran de ayuda.

Apuró la suave cerveza mientras pensaba en hechos históricos sucedidos en la zona, o alguna historia conocida de los gillmen.

Finalmente dejó de pensar en ello, nunca se le había dado bien, y a su alrededor había gente con pinta de saber usar mejor la mollera.

Parecia increible que nadie se hubiera presentado hasta este momento, por lo que decidí dar el primer paso.

- Janira, compañeros. Encantado de conoceros, me llamo Valerian Kennex. Prefiero que me llameis por mi apellido. - Dije a todos los presentes. - Janira, no tengo ni idea de quinees son esos Gillmen, podrias darnos algunos detalles por favor.

Agatha no podia entender tantas preguntas. Tenian una mision. Tenian una mision! Solo habia que coger el equipo y llegar a esas cuevas y explorar! 

-Encantada, Kennex. Yo no tengo mas preguntas. Bueno, solo una: Cuando salimos?

—Me parece una gran idea, señor Kennex —sonrió la halfling—. No solo presentarnos, sino que también deberíamos hablar un poco más de nosotros. Uno de los factores más importantes para el éxito de una expedición son la cooperación y la preparación. Y para ello debemos conocernos y saber nuestras fortalezas y debilidades.

»Yo seré la siguiente en presentarme. Como ha dicho el Maestro Shaine, mi nombre el Janira, Janira Gavix. Soy la mayor de siete hermanos. Crecimos en Eastgate, donde mi padre trabajaba... y todavía trabaja, quiero decir, como porteador. Me uní a la Sociedad hace unos cuatro años, después de alcanzar la mayoría de edad. Al principio, lo hice solo por la posibilidad de viajar, ver diferentes sitios, probar comidas, bebidas... pero en estos años en la Sociedad he descubierto mi gusto por la lectura y el conocimiento antiguo. La verdad es que me gustaría llegar a ser una Cronista y ver mi trabajo publicado en alguna de las Crónicas Pathfinder.

»Respecto a qué se hacer... pues he estudiado principalmente con el Maestro Shaine, así que he estudiado bastante historia antigua, aunque el Maestro Farabellus me ha enseñado unos cuantos trucos mágicos, y he llegado a manejar bastante bien el látigo gracias al Maestro Zey.

»Y... no se... siempre he pensado que soy alta... supongo que estás acostumbrada a moverte entre humanos —respondió a Queck.

»Respecto a los gillman —comenzó a responder a Kennex, pero se paró en seco—. Perdonad, ya lo estoy volviendo a hacer. Cuando empiezo a hablar no hay quien me pare. Supongo que en eso nos parecemos —rió mirando a Queck—. Por favor, continuad presentándoos.

- Cierto que no me he presentado, una falta de decoro hacia vosotros de mi parte, perdonadme - dijo el tiefling de piel roja -. Mi nombre es Dammeros, nací en la cuna de una familia de los de mi especie, ya de hace tiempo me apetecía salir a conocer mundo, ayudar a otros y practicar artes marciales, por eso ingresé. En la orden de monjes en la que estuve estudiando no llegué a aprender demasiado en conocimiento, pero pongo mis sentidos y mis extremidades al servicio de la aventura, es con lo que más cómodo me siento peleando - tomó aire -. Sin mucho más que decir, y habiendo desayunado ya, estoy listo para comenzar a movernos.

Se levantó de la silla y su cola hizo el movimiento indicado para volver a colocar el asiento de la forma en la que había estado colocado al principio.

Juntó el puño de la mano derecha y la palma de la izquierda y ejecutó una reverencia.

Al lado aún de Janira, y poniendo la mano como calculando la altura.

- Mi nombre es Queck Steamflow y soy... mejor que me lo digáis vosotros mismos.

Queck saca una flauta de uno de sus bolsillos y empieza a tocar una melodía. Tal como empieza a tocar cierra los ojos y entra en una especie de éxtasis, moviéndose por toda la sala de un lado para otro, girando, subiéndose a sillas de un salto, haciendo brotar las notas del extremo se su instrumento para, de repente, expeler una serie de luces que brillan danzando al son de la música, flotando en el aire como si fueran pequeñas bolas manipuladas por las notas.

Cuando acaba, baja la cabeza y se saca el sombrero, realizando un cuidado saludo. Luego acerca el sombrero hacia el resto del grupo, en un gesto automatizado. Cuando se da cuenta que no es el momento adecuado, se vuelve a colocar el sombrero y muestra una de sus más amplias sonrisas.

Tristan dibujó en su rostro una amplia sonrisa y aplaudió, provocando un ruido metálico al hacer chocar un guantelete con otro mientras reía.

- ¡Eres muy buena!- exclamó.- Casi haces que me ponga a bailar y todo.- suspiró para dar fin a una risotada.- Pues yo me llamo Tristan. Vengo de una familia...- la sonrisa se le quebró levemente y sus ojos perdieron su brillo.- ... bueno, ¿quién querría escuchar mi aburrida historia, eh? El caso es que estoy en la Sociedad porque... alguien tiene que hacer el trabajo, ¿no? Es decir, la gente no se va a defender ella solita. Ni vosotros tampoco.- miró a sus futuros compañeros y a la halfling con una sonrisa, y luego se dio cuenta de que aquello podría haber sonado pedante. Se rascó la nuca, avergonzado de nuevo.- Quiero decir que... no me refiero a que vosotros seáis débiles ni nada de eso... es que... bueno... No soy un tipo listo como otros en la Sociedad, pero al menos puedo ser ese escudo que está entre los malos y mis amigos... ¿sabéis?- quizá eso había sido demasiado atrevido, teniendo en cuenta que no se conocían.- Me refiero a los inocentes... a los que no pueden protegerse solos. Pero vosotros sí podéis, claro. Es decir...- negó con la cabeza y rió.- Mejor me callo. ¿Veis a lo que me refiero cuando digo que no soy listo?- soltó otra risotada y miró a los que aún se tenían que presentar.

Jurek que se había recostado sobre la silla, se incorporó aplaudiendo la actuación de la gnoma para continuar con las presentaciones:

- Bravo... -dijo con una voz profunda, y quizá con cierto aire de sarcasmo-, ya tenemos quien nos cante en las cuevas de Krotos. Siempre es bien recibido un poco de buena música. Me atreveré a decirte que eres... una gnoma que toca la flauta y encandila las mentes más débiles -continuó con un tono ambiguo, mientras devolvía la mirada al paladín-. ¡Bueno!, basta de hablar de otros, soy un maleducado. Mi nombre es Jurek, dicen que los nombres son importantes pero hasta ahora no he tenido otro. Practico el arte de la alquimia y trabajo como herborista en mis ratos libres. Creo que con será suficiente.

Nada más terminar, volvió a recostarse sobre la silla colocando esta vez los pies sobre la mesa y esperando terminar con el protocolo habitual. Lo cierto es que Jurek creía en la ciencia alquímica como la fuente más grande de poder y despreciaba el resto de caminos de la magia.

Parecia que eran un grupo animado. Y la gnoma ayudaría a que no decayera el animo. 

- Bien, como ya he dicho podéis llamarme Kennex. Fui criado por elfos y me apasiona la aventura. Cuando no estoy luchando o investigando algo me dedico a reparar mi arma, y fabricar munición para la mis, a o para venderla. - Al hablar de mi arma saqué de detrás de mi hombro mi mosquete para enseñarlo, por lo que no apunté a nadie. - Me gustan las armas de fuego y su tecnología y me gustaría investigar y ser capaz de mejorarla. - Instantes después la devolví a su posición. 

Omití una parte de mis objetivos, pero eran personales y nadie tenia que saber de ellos.

- Encantada de conoceros a todos. ¿Un herborista? Precisamente me quería hacer un collar de flores. ¿Me lo harás? ¿Sí? Mira, quiero rosas, violetas, margaritas,...

De repente pega un respingo.

- Pero no te pongas pesado con lo hacerme un regalo, ¡por favor! -dice con aire ofendido-. Creo que la Señorita Gavix estaba explicando lo que teníamos que hacer. Ya ya, sé que mi belleza te abruma, pero tenemos que hacer primero la Confirmación.

Se dirige a la Halfling.

- Bueno, ¿y que hay de extraño en todo esto de los Gillmen y qué tendremos que hacer?

-Agatha. Hechicera Qadira y este es Ponyos -dijo mientras uno de los tatuajes de su hombro con forma de lechuza cobro vida y se convirtio en una lechuza real...