Partida Rol por web

- Hechas todas las presentaciones, lo mejor será ponerse en camino - dijo Dammeros -. Mientras tanto, Janira, podrías ir explicándonos exactamente los detalles. También deberíamos comprobar si llevamos todo lo que tengamos que llevar con nosotros.

Queck se acerca a la lechuza.

- Uala, qué chulo. ¿Qué más tatuajes llevas? A ver a ver. Si te dibujo una pantera, ¿también saldrá de tu piel?

Empieza a rebuscar en su bolsa hasta que saca un vial de tinta y una pluma y los sostiene en sus manos.

Mientras sus compañeros están hablando, Janira saca un diario y apunta algunas cosas. Asiente ante las palabras de todos ellos, y aplaude junto con Tristan cuando Queck acaba de cantar. Cuando Kennex saca su mosquete abre la boca sorprendida.

—¡Uau! Había leído sobre estas armas de pólvora, pero nunca había visto una en persona. Te deseo suerte en tu investigación, Kennex.

»Respecto a los Gillmen... vamos a ver... empezaré por el principio —dice mientras hojea su diario—. Tras revisar mis informes sobre la misión, el Maestro Shaine cree que no es una coincidencia que cada vez que vi a uno de los Gillmen fuese en un día de luna llena. No es por tanto una coincidencia que les haya llamado hoy, dos días antes de la luna llena. Creemos que mañana por la noche será la mejor oportunidad para saber por qué esas cuevas son importantes para ellos y qué hacen allí.

»Las cuevas están bajo la base de las Montañas Kortos. Necesitaremos aprovechar cada minuto de luz del día para viajar hasta allí a pie. Atravesaremos las Cairnlands, tomaremos el camino hacia Diobel, y finalmente nos abriremos camino por el bosque. Con un poco de suerte no nos toparemos con ninguno de los habitantes de la isla. Una vez en las cuevas, habrá que trabajar en equipo para explorarlas y buscar algún gillman o pistas de que haya habido alguno recientemente. Habrá que mantener un ojo abierto por si hay cualquier otra pista sobre el significado de las cuevas también.

Tras una breve pausa por si alguien quería añadir algo, Janira continuó hablando, respondiendo a las dudas que le han planteado sobre los gillmen.

—Los gillmen, como me imagino que sabréis, son una raza humanoide con agallas en el cuello. Pueden respirar bajo el agua y todo eso. Viven bajo el agua y tienen una sociedad bastante secreta con el exterior. Que se sepa solo tienen una especie de embajada en la ciudad de Escadar, pero nunca se aventuran más allá de la costa... —dejó las palabras suspendidas en una especie de pausa dramática.

»Hasta ahora, claro. Estos gillmen entran en la isla hasta la base de las Montañas Kortos. Nadie sabe por qué. Y vosotros seréis los que revelaréis este misterio. ¿No es emocionante? —dijo al fin sonriendo.

Queck deja de inspeccionar los tatuajes de Agatha por un momento y adopta un aspecto de seriedad.

- ¿Qué quieres decir con vosotros? ¿No nos acompañarás al interior de las cuevas?

Espera a que Janira responda para añadir.

- ¿Iban armados esos Gillmen? ¿Los viste salir posteriormente? ¿De qué equipo podemos disponer?

Mira a Jurek, ahora con una mirada de ilusión.

- ¿Podrás hacerme el collar de flores por el camino?

- Gracias Janira. - Le agradecí por desearme suerte en mi empresa por mejorar las armas de fuego. 

La gnoma Queckparecia torpe y despistada, pero planteó preguntas que yo mismo pensaba preguntar, por lo que me sonreí y esperé a que Janira le respondiese.

Jurek continuaba esperando impaciente recostado en su asiento en momento de salir de aquel tugurio. Era hora de marchar o no alcanzarían a llegar para la luna llena, durante el camino podrían seguir conversando sobre los Guillmen.

- Inquieta compañera, si volvemos de las Montañas Kortos, te haré algo mejor que un collar de flores. Pero a cambio tendrás que componerme una canción sobre la Confirmación. -Dijo dirigiéndose a la gnoma con una sonrisa de complicidad-. ¡Y ahora!, es el momento de partir imagino, ya charlaremos por el camino. -Jurek se estaba incorporando cuando se giró de nuevo sobre la bardo- ¡Ja! Esa rima puedes apuntarla para tus versos.

Dammeros aseguró su bastón a la espalda y se dirigió a la puerta. La abrió tranquilamente con la mano, pasó por debajo de su arco, y desde fuera aguantando la puerta dijo:

- Venga chicos que tenemos un buen trecho que recorrer, Janira, ve delante, por favor de momento eres la que mejor sabe de que va la historia.

Tristan estaba escuchando con atención, pero se levantó gratamente cuando los demás propusieron partir en ese momento. Necesitó unos instantes en entender qué quería decir Jurek con lo de los versos, y soltó una breve risotada bastante tardía. Fue a paso ligero hacia la puerta e hizo un gesto a sus compañeros.

- ¡Vamos!- exclamó con alegría.- ¡Seguro que todos estamos impacientes!

Queck se pone las manos en la cintura y luego mueve uno de los brazos, con el dedo extendido y dice:

- A ver jovencitos, entiendo que estéis ansiosos como yo de partir, ¿pero no deberíamos preparar el viaje? Aunque sólo sea por recapacitar un momento, creo necesario que Janira nos explique que nos podemos encontrar y equiparnos correctamente. Es decir... si tengo que ir por cuevas oscuras, ¿cómo vamos a ver? Yo puedo ver en la penumbra, pero no en la oscuridad. Si es una cueva escarpada necesitaremos cuerdas. Con tantos días de viaje, necesitaremos raciones.

- De la misma manera salgamos de aquí y comencemos a preparar el viaje ahí fuera - dice Dammeros -. Supongo que si hemos sido citados a esta hora, tan temprana, la idea sería salir cuanto antes, ya que tenemos poco tiempo para la hora en la que los gillmen suelen aparecer. Echad un vistazo a lo que podáis necesitar para el viaje, quizá lo único que yo creo que nos hará más falta será proveernos de algunas raciones de viaje, por si el camino nos lleva a lugares en los que necesitamos alimentarnos pero no sabemos donde hacerlo.

A Dammeros le gustaba la acción, y no solía pensar demasiado en ese tipo de cosas, sus puños y sus piernas era todo lo que necesitaba.

- Me dejo recomendar sobre el equipo adicional que debería llevar, porque no veo que más necesitamos.

Queck sube los hombros, aceptando la situación.

- Vale, pues partimos ya. Voy a buscar a Margarita y Spock y nos vemos en la entrada.

Queck sale corriendo de la posada.

Yo tengo mi equipo habitual preparado. Si algo extra es necesario tenemos tiempo de comprarlo antes del alba pero seguro que Janira conoce mejor que nosotros lo que podamos necesitar de camino.

—¡Esperad un momento amigos! —dijo Janira levantando las manos cuando la gnoma se levantaba de la silla para salir de la posada—. Queck tiene razón. No hay que estar ansiosos por partir. La preparación es la clave del éxito, ¿recordáis?

»Lo primero, las preguntas: Aunque yo os acompañe es vuestra confirmación, no la mía. Vuestra es la misión que os ha encargado el Maestro Shaine. Yo os ayudaré lo mejor que pueda, pero ni el éxito ni el fracaso de la misión se me atribuirán a mí. Y respecto a los gillmen... no, no los vi salir, ni vi que estuvieran especialmente armados.

»Respecto al equipo, pues lo que llevéis o compréis mientras salimos de Absalom. Creo que lo mejor es que revisemos un momento el equipo que llevamos, para asegurarnos de que no nos falte nada. Nadie se olvida de llevar armas, pero hay otras muchas cosas que pueden salvar la vida de un agente Pathfinder durante una misión; cuerda, alguna fuente de luz, comida, algo para hacer fuego, objetos curativos... —mientras hablaba iba sacando cosas de la mochila o de algún bolsillo de su traje—. Y esto —dice mientras saca un par de frascos— es un fuego de alquimista, mucho más potente que cualquier espada contra un enjambre de insectos o de animales pequeños. Y esto otro es una antitoxina, que se puede beber en el caso de que te afecte algún veneno... Es muy importante no confundirse entre estos dos —añade.

Queck se queda por un momento asombrada y dice...

- Si le lanzas la antitoxina a un enjambre de insectos venenosos, ¿no caerán todos muertos porque se quedan sin veneno?

A parte observa los dos frascos, por si la forma del recipiente y el color del mismo son diferentes.

- Yo dispongo de antorchas, comida, cuerda, y alguna que otra cosa más que nos podría ayudar. También puedo encender fuego. Además Margarita, mi mula, puede cargar con el equipo para que sea más ligera nuestra marcha, lo único es comprar unas cuantas zanahorias por si se pone terca en algún momento.

Agatha sonrió cuando Janira mencionó el fuego de alquimista.

-Yo llevo fuego de hechicera - dijo muy seria. Es mi especialidad. ¡Lo de las antitoxinas me parece buena idea!
 

Tristan se rascó la nuca, algo arrepentido por sus prisas.

- Yo llevo... bueno... llevo esto.- se señaló a sí mismo, apuntando hacia su armadura y sus armas.- No mucho más.- rió, aunque no demasiado convencido.

La gnoma tenia razón. por lo menos debería comprar algunas raciones, no había pensado en ello. 

- Aparte de mi mosquete y munición para el mismo, llevo una cuerda, y un par de cetros solares. - Dije mas para mi mismo que para los demás. - Debería comprarme algo de raciones para el viaje por lo menos...

- Compraré algo de comida y una de esas antitoxinas, parece que nos puede ser útil, por lo demás mientras alguno de vosotros sepa usar ese fuego de alquimista, seguro que es más competente que yo.

Dammeros se dirige al grupo

- Si alguno necesitáis algo de dinero, aún me sobra así que os dejo unas 20 monedas de oro, por si a alguien se le ocurre que nos podría ser útil para el grupo, y decidimos comprarlo, el resto de lo que me queda permitidme que lo guarde, para cuando lleguen las vacas flacas.

Jurek no dejaba de sorprenderse por la generosidad de sus recién conocidos compañeros. Su equipo y componentes alquímicos tenían un coste muy elevado y apenas podía comprar raciones de viaje y algún frasco de fuego de alquimista por si la misión lo requería.

- De los compuestos inflamables me encargo yo. Pero deberéis tener cuidado sin entramos en combate, son peligrosos.