Partida Rol por web

Desde luego, la sangre lo enmascara parcialmente y el extraño perfume a la vez lo confirma y lo enmascara más, pero los rastros son lo suficientemente claros como para darte cuenta de que en el claro había más personas hace no demasiado. Al menos uno de ellos era una criatura grande, como mínimo de tu tamaño, mientras que otro estaba subido a un árbol al otro lado del claro de por donde has entrado, dejando unas marcas de garras en él, y por lo menos había una persona más, quizá dos, pero eso está menos claro.

Y otra cosa que no es difícil de percibir, más cuando has visto tantas peleas y has combatido tantas veces junto a Kromwill, es que los golpes que han acabado con esos guerreros no son desde luego suyos, sino más algo parecido a lo que tú podrías haberles causado si los hubieses atacado salvajemente.

Y aunque parecía que ha habido más gente aquí, aunque no tienes nada con claridad, una extraña aura sobre vuestras cabezas, en los árboles, llama tu atención. Demasiado compleja como para tratarse de un animal, debe ser sin lugar a dudas de una criatura sintiente... pero no se parece en nada a algo que hayas visto antes. O quizás sí, pero en el extremo opuesto, de aquello que viste cuando la misteriosa figura te rescató de la criatura que te atacó antes de llegar al pueblo. La visión dura un instante, y jurarías que has oido una risita en los oidos, justo antes de que la criatura se desvanezca como con magia y el aura que percibías desaparezca sin dejar rastro.

Aunque las preucpaciones de la muchacha se esfuman al ver a Kromwill sano y salvo, y constatar los cadáveres, con esa aura extraña que recuerda de no hace demasiado, aún así se la puede observar oteando sobre sus cabezas, con los ojos vueltos hacia el cielo, como si escuchase. Se queda así unos segundos, hasta que parece darse cuenta de que no hay nada aquí, que sea lo que sea se ha ido. Pasándose nerviosamente la lengua por los labios, como queriendo librarse de algo que le hubiese dejado mal gusto en la boca, la sacerdotisa se vuelve hacia el guerrero.

Kromwill, ¿estás bien? Te sentí salir, y percibí... algo... extraño. Veo que no te han hecho daño, pero no deberías salir así en medio de la noche. Es peligroso, y... ¿qué ha ocurrido aquí, exactamente?

Su voz parece venir de otra parte, como si aún tuviese la cabeza en algo.

De repente, fijándote en él y no en otras cosas, puedes darte cuenta de que toda esa influencia oscura ha decrecido en gran medida. Ahora es más un punto pequeñito, menor que la primera vez que lo viste en la taberna incluso. Sea lo que sea que ha ocurrido... parece que al menos ha sido bueno para él.

Parecía que todo había terminado, aunque sólo por el momento. Sin embargo, el guerrero no tuvo tiempo de relajarse, y rápidamente se dio la vuelta para encontrarse con Gloria y Arbahin, que seguían sus pasos. 

Gloria parecía preocupada o algo así, no sabría decirlo. Sin embargo, también tenía preguntas. Preguntas que el guerrero no se encontraba en disposición de responder. 

"No ahora, al menos... Pero algo tendré que decir... Piensa Kromwill..."

Miró a los cadáveres de los bandidos, verdaderamente eran un problema. Sin embargo, quizá la alegría de haberse librado de un ataque multitudinario tapara todo lo demás, al menos por un tiempo. Con un poco de suerte, el tiempo suficiente para que desapareciera de la memoria de algunos de ellos aquello, y no surgieran más preguntas incómodas a las que responder. 

-Fui a dar un paseo, no conseguía dormirme-"Bueno, éso no es del todo falso"-y sentí como unos ruidos o algo así. Me dirigí hacia aquí, y me encontré con unos antiguos conocidos. Por lo visto habían encontrado al resto de los bandidos, y acabado con ellos. Así que supongo que nos han librado de un gran problema. De hecho, me dijeron que los bandidos tenían planeado atacarnos en gran número. 

-Me encargare que hable- dijo simplemente el licantropo con extrema seriedad a la sugerencia de Gloria. Habia momentos, en los que podia dejar salir algo mas que furia, una cierta violencia que resultaba casi intoxicante... Si bien luego se sentia algo culpable, en el momento era algo que le hacia sentir muy bien.

Cada paso que dieron, les acerco a lo que Arbahin identificó como un baño de sangre, el aroma era intenso, inundando sus sentidos. Los cadaveres de dos soldados, yacen a los pies de Kromwill, pero el licantropo no los miró de momento, sus ojos iban a la espesura y a los arboles. Luego bajaron mientras los humanos hablaban y observo con atencion a los muertos.

-¿Amigos?- murmuró acercando una zarpa al cadaver, comparando la espesura de los cortes, para darse una idea que era lo que habia hecho esa carniceria. Por otro lado, alli habia solo dos bandidos. ¿Los demas estarian huyendo? ¿Preparandose para atacar?

-Bueno...-dijo, tras unos momentos en silencio-creo que lo mejor será que volvamos, aquí no pintamos nada y deberíamos descansar para mañana.

"Y así, con un poco de suerte, no recibiré más preguntas" pensó el guerrero. Con la mano apoyada en el pomo de la espada, avanzó unos pasos por el camino por el que habían venido, y se giró hacia Gloria y Arbahin. Los miró, esperando a que decidieran volver con él.

-Lo mejor sería volver todos juntos. 

Curiosamente Kromwill no agregó nada mas sobre sus nuevos y misteriosos amigos. Pero el licantropo no insistio, simplemente guardo en su memoria el aroma de los que habian estado alli, para segurarse que la proxima podria identificar a estas personas. No sabia si su amigo ocultaba algo, temia algo o simplemente estaba nervioso por el posible ataque. Pero habia algo que intranquilizaba a Arbahin, algo asqueroso que siempre estaba presente, algo que antes no estaba pero que crecia cada vez mas.

-Si, sera mas seguro si volvemos juntos- dio un par de pasos en direccion a Kromwill, pero se detuvo una vez mas a oler el aire y esperar a Gloria-. Creo que al volver me quedare afuera y revisare un poco los alrededores- miró a sus compañeros-. Ustedes podrian subir y vigilar desde alli, por si se me pasa algo...- nunca se le pasaba nada, era simplemente para que los jovenes estuvieran solos unos momentos y hablaran. Gloria podria sacar mas en claro que habia pasado que el licantropo..

¿Conocidos...?

Gloria no suena convencida para nada. Si las personas que han ayudado a Kromwill no son hostiles, si de hecho se han tomado hasta la molestia de advertirles, ¿por qué no hay nadie en los alrededores? ¿Por qué esa recuerdo de algo tenebroso en el aire? ¿Es ella la única que lo nota? Kromwill no parece afectado. De hecho está... mejor... mejor de lo que recuerda haberle visto en todo el viaje.

Puede que sí les esté diciendo la verdad, después de todo. Agh. Todo es tan... confuso, cuando se trata de él. Y no sólo por lo que diga o haga. Es por ella. También es por ella.

Mira a Kromwill un instante, luego a Arbahin, y finalmente asiente sin decir nada.

Sí. Es lo mejor. Lo que cuenta es que estamos a salvo, al fin y al cabo... volvamos. Yo vigilaré desde arriba, como dice Arbahin. La verdad es que yo tampoco puedo dormir. ¿Vienes conmigo, entonces?- dice, dirigiéndose al guerrero. 

-Sí, iré contigo. Aunque creo que deberías descansar. Los dos deberíais descansar-dijo Kromwill, mirando a ambos. Era plenamente consciente de que ya no era pronto, y que debían dormir para estar frescos mañana. De todos modos, él no sabía si iba a poder conciliar el sueño. 

"Parece que ahora tengo más cosas en las que pensar"

Demasiados enigmas, demasiadas preguntas... No se olvidaba de aquellas marionetas, ni de lo que pasó. Pero, ¿por qué?

Gloria sonríe al captar el tono del guerrero.

Tú probablemente gastarás más energías que yo a lo largo del día, mi buen Kromwill. Además, a los miembros del clero no nos son desconocidas las vigilias, aunque Oxidión no es demasiado exigente con las formas. Estaré bien, no te preocupes. Pero tú vas a coger frío si seguimos aquí. Anda, volvamos.

Aunque sigue pareciendo algo distraída, el tono de Goria ha recuperado su dulzura habitual, y parece que vuelve a ser la que habéis conocido siempre.

Arbahin no agregó nada mas, queria dar una vuelta y asegurarse que todo estuviera bien. No se sentia tranquilo sabiendo que les seguian tan facilmente, sin dejar ningun rastro. Con un gesto de su enorme cabeza desaparecio en la oscuridad, para dar un rodeo a la casa, cada vez mas amplio. Luego, una vez satisfecha su curiosidad, volveria y trataria de dormir.

Kromwill y Gloria hablaria, tal vez no ahora, pero lo harian. Quizas asi el guerrero se quitaria de encima ese peso que agoviaba su vida. ¿Que seria? Desde que volvio parecia él mismo... y a la vez no.

Cuando por fin llegaron a la casa de la familia Xasheen, el guerrero se sintió algo más a salvo. Al menos allí había más gente, y en caso de que hubiera cualquier ataque, podrían plantear una defensa más decidida. Se despidió con la cabeza de Arbahin, que se había alejado, suponía que con intención de dar una vuelta y revisar el perímetro.

"Debe ser frustrante para él que hayan desaparecido así sin más... Y no es muy tranquilizador..."

De todos modos, ya estaban en el edificio, y subiendo arriba para poder vigilar mejor. 

"Visto desde aquí, creo que debería agenciarme una ballesta... En situaciones así, sería muy útil..."

Kromwill se quedó en silencio, vigilando. No parecía serio, ni enfadado, simplemente estaba atento a los alrededores. 

Imhol continúa totalmente dormido, parece que ha cogido con gusto la cama, puede que la familia Xasheen le inspire la suficiente confianza como para conseguir conciliar el sueño sin ninguna preocupación, además, estaba seguro de que Arbahin haría guardia le dijeran que la hiciese o no, y no conocía a casi nadie capaz de sobrepasar la guardia de su lupino amigo.

En definitiva, el ventante está totalmente fuera de juego.

Pasando a través del cuarto comunitario, Kromwill y Gloria vuelven al edificio con un paso bastante más calmado que el que la humana y el gigantón han tenido al salir de la casa. Pasando cerca de las camas, Gruntah, Imhol y Elius están ya dormidos, mientras que los otros visitantes hacen más o menos lo mismo, a excepción de Árdigant que se revuelve en su cama sin conseguir conciliarlo y Aditya, que está sentada en posición de loto y parece meditar o mantenerse en un trance, aunque ni la visión de la sacerdotisa podría aclarar mucho más el asunto.

Subiendo las escaleras, el nomari que tomaba guardia os contempla un instante y sonríe al ver de nuevo al humano, que ya creía perdido en los bosques, para luego seguir con su trabajo nocturno, tratando de dejarle un poco de intimidad a los dos compañeros.

Lentamente, la noche va pasando y se acerca el momento de emprender un nuevo viaje rio arriba.

Unas garras no solo igual de afiladas que las tuyas, sino que de mayor tamaño y sin lugar a dudas poseídas por unas manos más fuertes y grandes. Y desde luego, no es lo único que huele extraño con respecto a la situación y la conversación con Kromwill, pero no es algo que se pudiese decir sin comprobarlo. Y eso haces, avanzando rápidamente como un cazador entre los árboles, primero en un semicírculo alrededor de la casa pero todavía en las cercanías, que no te aporta muchos datos, y luego de vuelta y ampliándolo, yendo de lleno en dirección a la peste sangrienta que el viento vuelve a traerte con otro de sus ligeros cambios.

Avanzas por la espesura, en silencio, hasta llegar a lo que sin lugar a dudas debía de tratarse de un campamento un tanto improvisado pero con vistas de llevar allí un par de días o más. Tiendas de campaña, árboles cortados y una zona que claramente destaca su uso, por el olor que desprende, de retrete comunitario. O al menos, restos de esas cosas, puesto que muchas son las tiendas derribadas, así como las desgarradas por uno o varios tajos, y unas pocas presentan claros restos de haber ardido durante un rato antes de apagarse. Y en el centro del irregular claro, una pila de cuerpos semicarbonizados, todavía encerrados en sus armaduras negras. Armas destrozadas por doquier y rastros de sangre salpicada cubren lo poco que queda del suelo. Y entonces, una extraña figura, que sin lugar a dudas un instante antes cuando has pasado la mirada por ahí no estaba, te llama la atención desde la pila de cadáveres.

Sonriente, una figura con la piel de color magma incandescente y un cabello que se mueve y aparenta ser una llama, te observa con sus cuatro ojos coronando la pila de muertos. Sus cuernos se inclinan con el resto de la cabeza al girarla su dueña un poco mientras continúa apuntándote con la mirada, y extrañas figuras tan iluminadas como su boca o sus ojos cubren su torso. En manos y pies, varias afiladas garras culminan las extremidades, pero un rápido vistazo te basta para saber que no es la causante de los cortes en los dos cuerpos que has visto antes. Sin embargo, su flamígero aspecto no deja lugar a mucha duda de que podría haber causado una parte de la destrucción que te rodea. Una suave risita de timbre infantil te sorprende un instante, hasta que te das cuenta de que es cierto que proviene de sus labios. Y por un momento, parece que va a decir algo... pero su rostro se vuelve serio un instante, como si alguien la hubiese cohartado, y se levanta de un salto desde su posición de sentada para acabar en cuclillas, usando como apoyo extra una mano, mientras la otra cuelga sin hacer mucho un poco más adelante, en el aire. Y claramente, está esperando a ver cómo te comportas, mientras vuelve a sonreir con esa boca incandescente.

¿Por que Kromwill mentiría? ¿En realidad lo hacia? ¿Y que había de esos misteriosos amigos? Un ser bestial, mas grande y fuerte que el propio Arbahin, capaz de destrozar a un grupo de hombres como si estos fueran de papel. Y había más, más gente, pero no logro identificarlas o saber sus especies. El mundo era tan basto y misterioso, había muchísimo que le licántropo no sabia.
Los alrededores de la casa estaban en orden, nadie había roto el perímetro o por lo menos eso esperaba. Continuó con sus pesquisas, alejándose cada vez más. El hedor a muerte y carne quemada guiaron sus pasos, hasta un campamento atacado. Una pila de cadáveres era lo que quedaba de sus inquilinos... ¿Para que apilar y quemar sus cuerpos? Las garras y al brutalidad del ataque no reflejaban esa tranquilidad para acomodar los muertos en esa disposición. Busco huellas, algo que le indicara quien fue el autor de esa masacre. ¿Habían sido muchos o solo uno? ¿Lograron resistir? Pero esas preguntas no pudieron ser contestadas, un ser completamente extraño apareció antes sus ojos, surgido de la nada, un enigma mas a los que ya venia acumulando.
De no ser por su vida, el contacto con la magia y el fuego, en ese instante estaría muy asustado, pero en vez de eso, observo a la criatura con tranquilidad. Estaba precavido, listo para defenderse llegado el caso, pero no tan nervioso por el fuego natural que emanaba de ella.
-Arbahin- dijo tocándose el pecho con suavidad, sin perder de vista al ser y prestando atención a su alrededor también. Podía ser mas de un ser...-. ¿Tú hiciste esto?
Trataba de no sonar acusador, aunque era difícil, normalmente los demás eran los que hablaban, Elius y Gloria mas que nadie.

Llevándose la mano al pecho en un gesto exactamente igual al tuyo, una voz suave y aniñada y femenina que desentona bastante con su aspecto es la que te responde con un... -Halgaria. -Luego, la criatura se yergue hasta alcanzar poco más del metro treinta, aunque llega hasta el metro cincuenta con los cuernos y las llamas que ondulan, y comienza a avanzar hacia ti descendiendo lentamente la pila. -Yo hice eso. -Con una garra señala varias tiendas quemadas. -Y eso. -Un tocón chambuscado, con toda un area ennegrecida a su alrededor. Llega al suelo, y al plantar ambos pies alza los brazos por lo que desde tu perspectiva abarca toda la pila. -Y luego me pidieron que hiciese esto... aunque aun así pudiste olerlo, ¿verdad? No busques, estamos solos. Aunque mamá se enfadaría mucho si supiese que he venido a verte... ¿no se lo dirás, no? -Y si no fuese porque son cuatro pozos de fuego, jurarías que te está poniendo ojitos. -Tu pelaje parece tan suave... no como el de Didi... ¿puedo, puedo tocarlo? -Dubitativa, la criatura se ha acercado unos pocos pasos más hacia ti, aunque la distancia que os separa sigue siendo mucha. Aun así, puedes notar cómo el aire presenta una temperatura ligeramente superior en la dirección en la que ella está que en el resto, pese a la distancia.