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The Dragon Gate: El esperado encuentro

El inicio de otra nueva aventura - Escena II

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25/02/2013, 11:32
Arbahin

Sintió algo, aunque no era fisico, quizas era su experiencia o su instinto, pero antes de que la primera figura gris saliera de la espesura, Arbahin ya estaba gruñendo y todo su pelaje parecia electrificado. Entonces, al ver como todos salian de alli, al ver a los enormes guerreros detras de los soldados, supo que estaban completamente seguros de vencer. Sino, se habrian tomado mas molestias para atacarles.

-Auuuuuuuuuuuu!!!!!- el aullido sonó con fuerza, poderoso, salvaje. El licantropo se irguió y esperó. Le habria encantado correr hacia sus enemigos, pero vió como el cielo cambiaba de color y todo parecia oscurecerse-. Gruntah...- murmuró con una sonrisa.

Probablemente no moririan todos en ese ataque y tampoco llegarian todos juntos a su posicion, alguno seria mas rapido y le alcanzaria. No veia arqueros, eso era bueno, siempre eran una molestia. Apenas el primer soldado llegó cerca, esquivó su acometida de un salto al costado y aferro la cabeza del agresor. No queria quebrarle el cuello, pues podria hacerlo usando la inercia y su propia fuerza. Agarro la parte de atras de la armadura y usando toda su fuerza arrojó al guerrero hacia sus propios compañeros. Su intension era retrazarlos, dejarlos en medio de las llamas que pronto lloverian sobre sus cabezas... 

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25/02/2013, 13:12
Aditya

Con pasos rápidos al aparecer los enemigos, dos figuras salen de la zona de camarotes. Pao, usando una mano como visera para cubrir la luz solar, abre mucho los ojos y vuelve a meterse para ver si puede acelerar algo o avisar a su familiar. Sin embargo, la otra figura sigue avanzando, hasta llegar a Elius y Gruntah y, con un deje de nerviosismo en su tono se acerca al primero y, al ver que está preparando hierbas, luego al draconiano, sacudiéndolo impetuosamente.

-¡Pero haced algo! ¿¡Dónde está la magia!? ¡¡Los van a matar a todos!!

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27/02/2013, 20:31
Katherine Locust

Los múltiples guerreros que salen de la espesura encontraron a la humana de pelo rosa cómodamente sentada con las piernas cruzadas sobre la gran roca central. Cuando los dos gigantes de gruesa armadura aparecen, Katherine todavía no se ha levantado, pero cuando unas nubes rojas empiezan a cubrir el cielo, una sonrisa se muestra en su rostro mientras se levanta y echa mano a una bolsita que lleva en el cinto, y que repiquetea como si múltiples bolas duras chocasen entre sí.

-Vaya, me quedan pocas... -murmura para sí, sacando cuatro pequeñas esferas blancas del tamaño de un guisante, y alzando el brazo un instante después cuatro proyectiles impactan en cuatro soldados diferentes con una fuerza mucho más grande que la del disparo de su compañero, lanzándolos varios metros a todos hasta devolverlos a la espesura. -¡¡Yiiiihaa!!

De un salto, la melena ondea en el viento mientras una nube de polvo se alza donde un par de piernas alargadas han caido.

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28/02/2013, 13:32
Director

La batalla ni siquiera ha empezado, y rápidamente se recrudece. Varios proyectiles dispersos impactan en cinco soldados, que saltan volando varios metros hacia atrás, y caen todos en la espesura excepto uno de ellos, atravesado en el pecho y tirado en el borde. Sin embargo, eso no detiene al resto de soldados que, con una pose baja de la espada, utilizan el escudo para cubrirse mientras avanzan. En uno de los flancos, una figura enorme, Arbahin, agarra a otro de ellos y lo proyecta derribando a dos, y luego un tercer compañero más. Pese a que las armaduras no dejan escapar sonido alguno, se puede escuchar el ruido de un hueso al quebrarse por varios puntos. Probablemente un femur. Una lanza se prepara para actuar, mientras una espada quiebra una guardia y se clava en el cuello de un rival, que cae haciendo peso sobre el arma y sujetándola el tiempo que Kromwill tarda en sacarla de ese agujero recién abierto.

Sin embargo, muchos son los guerreros que no están ociosos, y rápidamente cuatro más sustituyen a los rivales que el licántropo ha derribado, envolviéndolo en un círculo de espadas y cubriéndose con sus escudos de cualquier intento para saltar la defensa, que le dejaría a Arbahin la espalda descubierta durante un instante precioso. Tres guerreros más, con sus espadas, se lanzan a cortar y pinchar a Kromwill, preparados para defenderse de la poderosa espada. Atacan desde el frente, viendo que una maniobra de envoltura no funcionaría tan bien con un rival así. Ocho guerreros ignoran al resto de atacantes y avanzan hacia la balsa... y hacia el ventante que ahí los espera. Cuando llegan a pocos metros, cambian de pose para atacar con la espada por arriba y usar el escudo para evitar los envites de un arma que dobla su propio rango de combate. Cuatro guerreros más avanzan hacia la única otra persona que está fuera de linea, la humana de pelo rosa que amablemente ha bajado de la roca para ponerse a una distancia de combate. No viendo armas aparentes, sus movimientos parecen confiados, pero preparados para cualquier cosa. Y falta un último guerrero, aparte de los dos mastodontes que avanzan lentamente hacia la balsa, que parece haber desaparecido.

La pelea está servida.

Notas de juego

Había esperado para ver si Gloria hacía algo. A ver si puedo ir añadiendo cosas y manteniendo un ritmo decente en la pelea :)

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28/02/2013, 14:11
Gloria

Notas de juego

Gloria, por lo que veo, poco puede hacer... pero hoy a la salida del curro vere si estoy con inspiracion para hacer algo.

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28/02/2013, 16:13
Gruntah

Cuando la joven Aditya zarandeó al draconiano estuvo a punto de romper su concentración, pero afortunadamente el hechizo estaba a punto de completarse, y se pudo permitir abrir los ojos para dedicarle una mirada tranquilizadora. Si Gruntah hubiera podido sudar, su frente mostraría un racimo de gotas transparentes debido al agotamiento, que sí se notaba en el ligero temblor de sus párpados inferiores y de sus rodillas. Aunque era un hechicero decente, no tenía las fuerzas ni la experiencia suficiente como para descargar un hechizo así sin sufrir las consecuencias.

Con un suspiro, liberó el aire que había acumulado, y apoyándose en el báculo, dirigió la garra hacia sus enemigos, especialmente hacia los ocho guerreros que se habían dirigido hacia ellos. Si no hubiera sido por Imhol, ¿quién sabe qué había ocurrido?

A los pocos segundos, una oleada de pequeños proyectiles de fuego y piedra cayeron del cielo atravesando las nubes de tormenta, acompañados de un silbido que se asemejaba al del vapor escapando de una cazuela.

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28/02/2013, 16:18
Arbahin

Arbahin era muy fuerte, tenia la resistencia propia de un ser que ha pasado gran parte de su vida huyendo y cazando presas mas grandes que él, podia estar mucho tiempo corriendo, tenia paciencia cuando se trataba de cazar y podia dar terribles mordidas capaces de hacer muchisimo daño... Pero no era inmune al daño. Las espadas cortaron la piel del licantropo, aunque el tener una gruesa capa de pelo ayuda un poco, dejando largas lineas de sangre. Pero, a pesar de lo que ellos pensarian, Arbahin no hizo el menor gesto de dolor, solo mostró aun mas los dientes y gruñó de forma amenazadora.

Arbahin avanzó hacia los soldados, usando todo su peso como si fuera un enorme ariete. No sabia si interpondrian las armas, pero esperaba que fueran los escudos los que le recibieran. Ya de por sí su enorme masa muscular seria una ventaja... pero se llevaria aun mas heridas...

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28/02/2013, 22:55
Jhon Kaine

Haciendo fuerza con el brazo, Kaine agarra un trozo de metal que sobresale en un costado y tira con fuerza de él, haciendo saltar una pequeña pieza dorada al suelo, mientras un "clack" suena en su arma. Un instante después, ya está fijando otro objetivo con la mirilla, para volver a abrir fuego. Pero esta vez, el impacto golpea a uno de los guerreros que iban a por su compañera, en el centro de la cabeza. -Ahora sí, maldito sobrepeso. -Con un nuevo movimiento, otra pieza dorada salta en el aire, humeando ligeramente

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28/02/2013, 22:57
Kromwill Rojoalbor

El combate seguía adelante, y sumergido en su frenesí Kromwill poco a poco se fue alejando de todo y de todos. Sólo tenía claro que había llegado la hora del derramamiento de sangre, y que aquellos tipos con armaduras debían pagar tan sangriento peaje. El guerrero, a pesar de sus esfuerzos, sentía claramente la influencia corruptora de su maldición, espoleándole y dándole fuerzas para la matanza. 

Tres víctimas listas para el sacrificio, delante de él.

-¡Morid, miserables sacos de carne!-gritó, con una voz que no era del todo la suya, antes de lanzarse al combate. Las espadas enemigas estaban prestas a pararle, pero aquello no parecía importarle. De hecho, casi no parecía suponer un impedimento. El primero de aquellos enemigos vio cercenado su brazo a la altura del codo por un tajo del guerrero, que rápidamente retrocedió para evitar las estocadas de respuesta y avanzar poco después. El segundo recibió un puñetazo de su mano izquierda, enguantada en aquella extraña armadura, que melló el visor de su casco y le perder pie. 

Kromwill aprovechó aquello para lanzarle contra el tercer guerrero en pie, haciéndoles caer a ambos al suelo, para luego apuñalar a ambos en la abertura entre el casco y el peto. 

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01/03/2013, 11:30
Elius Brezon

Notas de juego

Vale, master una pregunta, que ahora ando algo perdido. Yo sigo en la embarcación -no me he movido- y allí me encuentro con esos guerreros que se han acercado, pero sigo libre por el momento ¿verdad?

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01/03/2013, 12:19
Director

Notas de juego

Efectivamente. Los ocho guerreros, menos lo que quede cuando Gruntah e Imhol se peguen con ellos, están fuera de la embarcación, en tierra. Y tú tienes una visión privilegiada de cómo se está desarrollando el combate y eres la parte lista del grupo... así que ale, ale. A hacer cosas xD

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01/03/2013, 16:45
Elius Brezon

Elius se encontraba en una posición privilegiada: veía con claridad todo lo que ocurría en el campo de batalla. Con suerte iba a ser útil, después de todo. Solo tenía que hacerse oír entre toda aquella multitud para avisar a sus compañeros. Eso implicaría poner sobre aviso a los ocho guerreros que se encontraban cerca de la balsa, pero tanto daba. Lo importante era ganar esa lucha.

Arbahin, vigila tu espalda, intentan rodearte- gritó Elius a pleno pulmón a uno de sus compañeros- Gruntah, intenta ayudar a Katherine, se encuentra superada en número. 

John, dispara los grandes, a los grandes- dice. Esos eran los rivales difíciles- Gloria, tu ayuda vendría de perlas con los que están en la embarcación.

No podía hacer mucho mas que guiar de esta manera a sus compañeros. Quizás no sirviera de mucho, pero algo debía hacer. 

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03/03/2013, 19:35
Imhol

En el momento en que los guerreros decidieron que el ventante sería su enemigo, este realizó un movimiento puramente intimidatorio con su arma, hasta quedar con una pierna flexionada, la otra algo más estirada hacia atrás, la mano izquierda al frente y la derecha sujetando la lanza que tiene sujeta a su espalda, para tener un mayor abanico de ataque.

El primero de los guerreros decide acercarse, e Imhol lanza un barrido con la lanza que lo obliga a retroceder unos pasos. El segundo decide aprovechar que su enemigo está desprevenido y avanza preparado para descargar su golpe, pero no cuenta con la velocidad del ventante que salta hacia un lado consiguiendo esquivar el tajo y además recuperar la distancia necesaria para blandir su arma.

Una vez en esa posición lanza una punzada directa al torso del caballero aprovechando que está en su flanco y la lanza penetra por el espacio que la armadura deja en el cuello para poder girar la cabeza.

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05/03/2013, 11:23
Katherine Locust

Confiando completamente en sus habilidades y la cobertura que se le puede ofrecer desde lejos, con armas o con magia, la muchacha deja avanzar a sus contrincantes sopesando el entorno con la mirada y apoyando la espalda contra la gran roca, evitando así un flanqueo total como el que han sometido a Arbahin los guerreros. La mala nueva de eso es que buena parte de la perspectiva se pierde desde la balsa, y Elius que se está dedicando a controlar el combate desde lejos no puede ver cómo diantres lo hace la chica para que, cuando los guerreros se habían lanzado a por ella, salga uno volando con gran fuerza hacia derecha y otro hacia la izquierda, cayendo ambos a plomo contra el suelo y dando varias vueltas por el mismo.

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05/03/2013, 20:20
Gloria

Gloria otea ansiosamente desde la cubierta. Aunque puede percibir las auras en movimiento, poco es lo que puede hacer. Intenta recordar cómo se las arregló en la anterior batalla, sus pensamientos, su mente disparada como una flecha de luz hacia el cielo. Cómo sus sentidos se habían cerrado, concentrándose en la luz y provocando la brutal respuesta que había descendido del cielo...

Era inútil. Su memoria estaba bloqueada. El pánico que la había atenazado había dado alas a sus instintos y había sabido, sin pensar, lo que tenía que hacer. Pero ahora, su mente racional no podía reconstruir esas ideas, recordar cómo había hecho para transformar su luz interior en esa jabalina celeste.

Elius le grita algo a Arbahin. Sí. Lo ve. algunas figuras se mueven a su espalda, buscando un ángulo muerto.

Su espíritu elevándose como una flecha...

Quizás... sí, podía ser... No podía lanzar su conciencia hacia el cielo, pero sí que podía lanzarla... exactamente igual, como una flecha. Eso al menos sí había aprendido a hacerlo durante sus viajes.

La sacerdotisa se alza e inspira, irguiendo el cuepo.

Padre Oxidión, sea en mi tu luz. Que mi alma bata el espacio como tu Mano bate el cielo del amanecer. Préstame tu luz. Que mi pureza haga arder el aire como tu amor arde en el corazón del mundo. Oye mi oración y que mi voz sea tu espada.

Gloria extiende las manos con las palmas ante ella. Un brillo dorado y blanco baila sobre las puntas de sus dedos. Aunque no puede cerrar físicamente los ojos, cierra el ojo de su mente y deja ir su oración en la Antigua Lengua.

Iegh bil dehym maedhem. Eyhert mheigh. Vayghert, hert em blythend kym

Dos líneas de luz ardiente salen de las palmas de la joven y cruzan el espacio que separa la balsa del campo de batalla en apenas un par de segundos, impactando en la espalda de dos de los bandidos que rodeaban al licántropo con un centelleo de luz. Ambos caen al suelo.

No están muertos. Es probable que ni siquiera estén heridos muy gravemente. Aunque la luz divina de Oxidion puede ser una fuerza catastrófica, ardiente como el sol en manos de un asceta experto, Gloria no es ni mucho menos una de ellos. Es apenas una niña recién iniciada en los ritos y con algo de la gracia de su dios, y pasarán muchos años hasta la luz del Padre sea lo bastante fuerte en ella para plantearse siquiera algo así.

Pero el impacto ha ralentizado a los bandidos. Y Gloria sabe que los agudos sentidos del licántropo no pasaran por alto el fulgurante destello del impacto. Si la voz de Elius no ha llegado hasta él, ahora si que está segura de que estará avisado.

Rápidamente, la joven barre el campo de batalla buscando alguien más que pudiera necesitar de la magra ayuda que puede ofrecer...

 

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08/03/2013, 00:27
Director

Muchos son los proyectiles que caen del cielo, virotes de fuego incandescente, abriéndose paso entre el aire y el viento para golpear a muchos de los guerreros como si fuesen espantapájaros de paja ante saetas prendidas. Varios son los que caen, incluyendo un certero disparo que impacta en uno de los guerreros que atacaba sin cesar a Arbahin, y de los ocho que se acercaban a la balsa casi la mitad no consiguen esquivarlo, dejándole a Imhol la tarea más facilitada. Y acompañando al licántropo, dos haces de luz golpean a sendos rivales, permitiendo a la enorme figura derribar al único contrincante que le queda en pie cuando éste trata de cubrirse con su escudo, pero los brazos no son capaces de detener tanta inercia y rápidamente se sobrepasa. Más allá, un guerrero cae sobre su brazo cercenado en la articulación, consiguiendo destrozar la dureza de la armadura, y el segundo se desequilibra por un golpe, permitiendo así que Kromwill lo utilice como ariete.

Pero la situación parece no tener fin, pese al buen tino de los varios guerreros, cuando un par de soldados más brotan de la espesura y varios de los caidos se levantan. Uno de los gigantes se acerca con grandes zancadas hacia Arbahin, despejando la zona de otros guerreros que puedan entorpecerle, mientras el otro carga a por la joven humana que ha lanzado volando a dos de sus guerreros. Incluso algunos enemigos, que parecían derrotados o tumbados con grandes daños, vuelven a alzarse. Y un guantelete agarra repentinamente la espada de Kromwill... un guantelete manejado por el soldado tirado en el suelo al que esa misma espada está atravesando el cuello de un lado al otro. Y qué hacer cuando ni la muerte puede detenerlos...

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08/03/2013, 00:41
Datos mágicos

Entonces te das cuenta. Los extraños símbolos de las armaduras, el celo de éstas para evitar que ninguna percepción pudiese notarlos, no únicamente por el sonido sino por el terrible, terrible olor que deben desprender, y que no notasteis en ese momento. Quizá un estudio más a fondo podría haberlo revelado antes, pero no era un asunto tan desencaminado ese de que probablemente hubiese un mago cerca para controlar las ilusiones. Pero las ilusiones no son tan buenas, ni resisten tras ser atravesadas varias veces por magia y acero. Ni siquiera son difíciles de distinguir, pues no es fácil representar la densidad de un cuerpo y sus diversas partes.

Hace falta un mago, sí, pero un mago que controle a los muertos vivientes contra los que estais combatiendo. La única tropa capaz de caer, de formar un gran número sin llamar la atención y sin necesidades físicas, lo que les permite fácilmente esperar a una caravana sin importar cuánto tarden. Lo que significa que cerca debe haber un nigromante...

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08/03/2013, 10:13
Gruntah

Tras el formidable ataque que había hecho llover ira y fuego* sobre el campo de batalla, Gruntah estaba agotado. Se apoyaba en el bastón mientras recuperaba sus fuerzas y los latidos de su corazón regresaban a la normalidad. Eso le permitió observar los distintos enfrentamientos con más detenimiento, y fue cuando cayó en la cuenta de que algo no iba bien. Su mente analítica empezó a atar cabos, y a darse cuenta de que sus primeras impresiones fueron equívocas. Efectivamente, las armaduras eran mágicas, y protegían muy celosamente el aspecto de sus portadores. ¡Pero no era por guardar sus secretos! ¡Lo vio claro cuando el puño de un caído se alzaba de nuevo!

- Grrr... - rugió, furioso. Había muchas clases de brujería en el mundo, pero una de las más detestables era sin duda la que alteraba el equilibrio entre la Vida y la Muerte - ¡Gloria!

Si había alguien que podía ver más allá de lo evidente** era ella. Si había alguien escondido en el campo de batalla, Gloria lo encontraría.

- Pequeña - dijo, acercándose a la sierva de Oxidion - Hay un nigromante, es quien controla el ejército al que nos enfrentamos. Por eso no se quejan, por eso avanzan sin descanso, porque están muertos. Necesito que lo encuentres, Gloria, sólo tú puedes hacerlo, pero yo te ayudaré.

Poniéndose tras ella, el draconiano posó las palmas de la mano sobre las sienes de la joven, y empezó un ritual de traspaso de información que resultaba mucho más rápido que usar el lenguaje. Apenas lo usaba porque disfrutaba de una buena conversación, pero en aquel momento, cada segundo contaba. Al momento, a la mente de la joven llegaron oleadas de información sobre Nigromantes que el hechicero había aprendido durante años: costumbres, formas de vestir, rituales que transformaban su cuerpo, incluso posibles olores...

Notas de juego

*Toma alegoría cinematográfica xD

** Otra alegoría, cómo estoy hoy :P

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08/03/2013, 10:59
Arbahin

Arbahin tuvo mucha ayuda, lo que era algo importante pues era la barrera contra esos soldados que intentaban llegar a la balsa. Por lo poco que sabia, debia darles tiempo hasta que lograran ponerla en el agua y alejarse de la orilla. Asi que se quedaria en su posicion hasta las ultimas consecuencias... Agradeció las indicaciones de Elius, quien a pesar de no poder luchar, hacia el mejor esfuerzo por ser alguien util, tanto antes de una batalla, durante y despues de la misma.

Kate habia dado muestras de lo que era capaz, algo que ya le habia advertido Jhon. ¿Que clase de humana era? No lo sabia y tampoco le importaba, solo agradecia que estuviera de su lado. Los estampidos del arma de Jhon le molestaban, pero mientras destruyera a los soldados, aguantaria el atronador sonido. 

Los guerreros muertos o brutalmente heridos comenzaron a levantarse, como si el faltarles partes de sus cuerpos no fuera mas que una contrariedad. Arbahin no entendia que pasaba, pero en su mundo, lo que estaba muerto asi debia permanecer. Una sombra oscura le sacó de sus pensamientos. A pocos pasos de su posicion, una enorme criatura estaba por atacarle...

Su armadura parecia impenetrable, sus armas atroces, si le daban probablemente le matarian. Pero era grande y quizas su velocidad no fuera muy buena. Cuando un lobo ataca a una presa muy grande, no lo hace de frente, sino de todos lados... Esa cosa no se cansaria, asi que debia atacar sus puntos debiles, aunque antes deberia buscarlos.

Sus largas piernas serian el primer objetivo, asi que corrió hacia la criatura, para luego pasar rapidamente a un costado y lanzar sus garras hacia la zona detras de la rodilla, intentando cortar sus tendones. Gracias a Kromwill, el licantropo sabia que ciertas zonas de la articulacion de la armadura eran mas faciles de penetrar al ser solo cuero endurecido lo que las cubria.

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08/03/2013, 11:34
Kromwill Rojoalbor

El rostro de Kromwill se ensombreció por la furia aún más, surgiendo en él una siniestra sonrisa. Iba a disfrutar con ésto, de éso no cabía duda. 

-¿¡Aberraciones!? ¡He exterminado despojos inhumanos a decenas antes de que vosotros llegarais aquí! ¡Os despedazaré si es necesario!-gritó, para acto seguido dar una potente patada a la cabeza del enemigo que tenía su espada en el cuello. La pierna acorazada dio contra el casco, y además del sonido característico de metal contra metal, se pudo escuchar el satisfactorio sonido de un cuello rompiéndose. Ahora, la cabeza de aquella cosa miraba para su espalda, y el guerrero aprovechó para sacar la hoja de su espada. 

Acto seguido, corta otro brazo que se alza hacia él, para después separar la cabeza del cuerpo. La espada segaba y segaba, cortando y mutilando todo lo que se acercara a su portador, en un frenesí sangriento que no tenía visos de ir a acabar pronto.