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The Dragon Gate: El esperado encuentro

El inicio de otra nueva aventura - Escena II

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09/03/2013, 12:46
Katherine Locust

-¡Ayudalo! -grita Kate, haciendo un claro gesto hacia Arbahin justo después de volver a la linea de visión de la balsa con un salto mortal hacia atrás desde el otro lado de la gran roca, en una maniobra tan espectacular como lo fue la bajada desde la casa de los Xasheen hace unos días. Mientras el gigante sigue avanzando hacia ella, se le puede ver el extremo picudo del casco que porta, sin parecer importarle demasiado que haya un impedimento entre ambos.

Sin embargo, algo muy extraño ocurre cuando Kate apoya las palmas de ambas manos en la roca, una sobre la otra. No podeis asegurarlo, porque el pelo le cubre el rostro en buena parte gracias a la agitación, pero una sonrisa asoma a sus labios, seguido de una pequeña risita. Y entonces empieza a acercar las manos hacia ella... y la roca se mueve, como si apenas pesase nada. -¡Kame Hame HA! -Y proyectando las manos hacia delante, la roca sale despedida hacia el gigante, golpeándolo con una gran cantidad de crujidos de huesos rotos, para rodarle por encima y acabar llegando hasta los árboles, en los que se detiene tras derribar varios metros de bosque. Y entonces, la chica, ignorando por completo el entorno y los otros enemigos se pone a saltar en el sitio. -¡Sí, funcionó, ha funcionado! ¡Yeeeha!

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10/03/2013, 12:38
Elius Brezon

Un nigromante...- al oír esas palabras Elius sabía que el verdadero enemigo era aquel ser. Debía buscarle cuanto antes. No debía andar lejos. Mira por los alrededores, buscando quizás un lugar donde el mago pudiera resguardecerse pero ver como se desarrollaba el combate. Si le encontraba podría indicar a Gloria su posición y hacerle frente. Acabar con él supondría el fin de esta batalla.

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10/03/2013, 14:55
Gloria

Gloria se volvió rápidamente y se acercó, con pasos cortos y enérrgicos, al draconiano que la llamaba. Se preguntaba si necesitaría ayuda. Después de aquel estallido de fuego, los colores de su aura se habían vuelto de un tono apagado. Debía estar cansando.

Pero por lo visto no era ese el motivo. En cuanto el draconiano hubo acabado de explicarse, Gloria asintió. Iba a pedirle que le explicase cómo lo distinguiría, a pesar de que algo dentro de su corazón le decía que algo en él debería ser distinto. En una ocasión, Gloria había escuchado decir, durante una conversación entre el abad y un monje errante de paso, que en los ojos de alguien que cometía un crimen debían estar las huellas. Que un alma simplemente debía manifestar la corrupción que ciertos hechos causaban. Mientras servía más té, y más tarde en la cocina, Gloria había pensado mucho en ello. Se preguntaba si a veces, cuando pensaba cómo sería darle un beso a alguno de sus amigos, a Kromwill, quizás a Elius, se podría leer en los ojos, y se alegraba de la venda.

El recuerdo era simpático, pero la lección se había quedado con ella. En el fondo, sentía que el alma de alguien que intefería en algo tan sagrado como el descanso eterno no podía haber los mismos colores, la misma paz.

Quizás por eso, su mente se resistió y la jóven se enervó ligeramente cuando llegó el torrente de información a su cerebro. Para otros, la idea de la nigromancia podría ser terrorífica, u oscura, o malvada a un nivel visceral. Para alguien criado en los ritos sagrados y las enseñanzas de la luz y el camino de la paz eterna era algo peor y aún más repulsivo. Cada idea, cada detalle, se sentía sucio y vil, y aunque la joven aceptaba de buena gana el conocimiento, pues sabía que en estos momentos había que hacer lo que debía hacerse, aún así a su ser le repelía.

Bien. Creo... que entiendo a qué nos enfrentamos. Lo que busco. Gracias, mi buen Gruntah. No debe de haber sido grato usar más magia estando tan cansado. Haré lo que pueda por sacarle buen partido a tu esfuerzo.

Respirado hondo, la jóven vuelve sus pensamientos hacia sí misma, hacia el núcelo de colores y formas denso y caliente dentro de su seno, y se vuelca en observar los patrones de  colores, de movimiento, de vida. La luz y su miríada de tonos fluye desde ella, dentro de ella, y con su pensamiento la hacer batir y encresparse, ondular y cambiar bajo la mirada de su ojo, el ojo que nunca deja de ver lo que los suyos no pueden. Y poco a poco, como contornos dibujados a través de espuma de mar, los colores de la vida, del alma, van dibujándose en el aire. Gloria barre los alrededores, las figuras de luz danzan tras sus pestañas mientras trata de discernir algo, cualquier cosa, un patrón tan alienígena y extraño, o un fulgor tan oscuro e inmóvil, que pueda captar un rastro del alma de su enemigo...

Notas de juego

¿Siento algo?

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11/03/2013, 19:30
Imhol

La calaboración de las descargas ígneas que produce Gruntah realmente son de bastante ayuda, el fuego hace arder a los atacantes y permite al ventante tomar un descanso entre lanzada y lanzada.

Pero es justo cuando ve que uno de los atacantes se levantan de entre los muertos, pese a tener que estar destrozado por el ataque de Kromwill, se alza de nuevo... A si que Imhol clava la lanza en uno de sus adversarios y la deja ahí para sacar su otro arma de la espalda y golpear con esta.

En cuanto el arma atraveisa la armadura, una descarga eléctrica acaricia los dedos del arqueólogo dotándole de cierta alegría, le gusta combatir con ella, desde luego.

-¡Maldita sea! - Exclama cuando ve a los adversarios de gran tamaño acercarse a sus amigos.

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14/03/2013, 20:43
Jhon Kaine

Impelido por las palabras de su compañera, Jhon se recoloca ligeramente en la barandilla que está usando de soporte para sus disparos, girando rápidamente la mira y el cañón del arma para apuntar hacia el enemigo que está disputando un combate singular contra Arbahin. Con otro tirón de gatillo, un nuevo disparo se cierne sobre el gigantón, pero movido por el ataque del licántropo y un intento por no ser un blanco tan sencillo como sus subordinados, el impacto le golpea en el hombro derecho en que porta la alabarda, sin parecer tener un efecto definitivo ni derribarlo.

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14/03/2013, 20:46
Director

Raudales de información le llegan a la sacerdotisa por un vínculo mágico que agota rápidamente al mago, más por el torrente que ha vertido que porque el conjuro requiera de mucha energía. Con toda esa información, y ahora que sabe qué busca, Gloria puede ver con relativa facilidad que el ambiente está impregnado de energía residual correspondiente a una magia arcana de ese tipo, fluyendo ligeramente de los cortes causados a los múltiples soldados no-muertos tanto por espadas o lanzas como por armas de fuego o garras certeras. Sin embargo, el ambiente también sigue lleno de poder residual atraido por el conjuro de lluvia de fuego, que se está disipando lentamente, pero no lo suficiente para que pueda ver nada. Quizá si localizase la fuente sí, pero tendría que observarla directamente, y no un simple barrido en su busca. Aparentemente, no está en el campo de batalla. Pero hay muchas figuras perdidas por ahí.

El gigante de Arbahin se revuelve por el impacto en el hombro, pero no parece haberle desequilibrado demasiado. Que el gigante se le acerque no parece disgustarle, y las garras se chocan rápidamente con una armadura del mismo metal y diseño que la parte frontal, que se cierra alrededor de la pierna y se funde con la de la bota. Aun sin saber a qué es debido, no es excepcionalmente difícil darse cuenta de que una armadura como esa no está pensada para ser puesta y quitada, sino que parece haber sido unida con el cuerpo dentro... y ninguna persona normal aceptaría algo así. Por ello, los mordiscos y las garras no encuentran un lugar blando para atacar, y una garra enorme trata de quitarse de encima al licántropo cuando una saeta disparada por un tirador al que nadie ha visto golpea contra la coraza del codo, debilitando parcialmente el golpe pero sin causar daño.

Por otro lado, varios son los guerreros que se encaminan a ayudar a los que van siendo derribados por Kromwill, que una vez fuera del alcance de la espada feroz tratan de recomponerse rápidamente para volver al combate. No parecen querer ganar una batalla por ser mejores, sino por desgaste, y lentamente tratan de rodearlo como habían hecho con el licántropo. Con Imhol ocurre algo parecido, solo que el rango de su arma le permite mantener ligeramente las distancias, pero cada vez que la lanza se clava en un cuerpo, hay otro preparado para recibirla un metro más allá, a la vez que intenta pinchar o cortar al ventante, sin conseguirlo por su velocidad.

Y en la balsa siguen teniendo una visión perfecta y resguardecida de la práctica totalidad de la batalla, lo que les permite ver cómo el otro gigante armado se pone lentamente en pie, pese a que el impacto de la roca debe haberle quebrado unos cuantos huesos, y que uno de los guerreros que se reincorporaba se ha quedado debajo y agita vanamente las piernas tratando de librarse de un peso con el que no puede. También han visto la saeta provenir de un costado del campo de batalla, así como a un soldado raso solitario que avanza al amparo del bosque en el costado izquierdo de la planicie, acercándose a pasos rápidos hacia la balsa y sin cobertura de ningún compañero. Dentro de la balsa, uno de los Xasheen aparece desde la cubierta inferior armado con un arco corto y un carcaj con varias flechas, dispuesto a poner su granito de arena por defender su puesto de trabajo.

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14/03/2013, 21:08
Arbahin

Arbahin intentaba penetrar esa armadura pero era como intentar frenar el viento. No habia hendidura o articulacion visible, no se podia llegar a la tierna carne ni dejar correr la calida sangre. Estaba por cambiar de tactica cuando sintió una mano poderosa aferrar su piel, como si quisiera arrancarsela de cuajo. Pero justo en ese instante un golpe evitó que le atrapara. No sabia de donde venia, tampoco tenia tiempo de agradecer. Tenia un enorme guerrero que derribar.

No podia cansarlo, no podia herirlo, no podia matarlo sin que volviera a levantarse como sus compañeros. Debia encontrar su punto debil... pero parecia no tenerlo, parecia que luchaba contra una montaña.

Quizas su unica salida es darle tiempo a sus amigos para que vuelvan a poner la balsa fuera del alcanze de los atacantes. Solo podria haber un sector en esa enorme estructura de metal y carne que sea sensible a sus garras... los ojos. No necesitaba mucho, solo trepar su enorme estatura, evitar la alabarda, la garra, tener algo de equilibrio y si podia, dejar que sus filosas y largas garras destrozaran los globos oculares.

No sabia si esto lo detendria, pero al menos le haria algo de daño y evitaria que viera hacia donde iba...

Notas de juego

dejo la accion, si se puede ya lo dirá el master. Es lo unico que se me ocurre, pues quebrarle el cuello de alguna forma tampoco funcionaria si ya esta muerto o si sigue atacando... tampoco sé si servira lo de los ojos XD

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15/03/2013, 13:23
Gruntah

El draconiano había llegado al límite de sus fuerzas, al menos por el momento. Pero estaba satisfecho con su papel en la batalla: había diezmado las filas de los enemigos haciendo llover fuego del cielo, y luego había facilitado la información de la que disponía a Gloria para que encontrara al hechicero nigromante que comandaba las tropas.

Con claros signos de agotamiento, Gruntah se dirigió hacia un asiento y se apoyó en la vara, observando el campo de batalla para ayudar a sus compañeros si fuera necesario.

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17/03/2013, 13:28
Kromwill Rojoalbor

Con una soberbia patada, Kromwill envió uno de aquellos cadáveres al suelo rodando un poco más lejos, mientras con la espada seguía destrozando a todo lo que intentaba acercarse a él. Lo cierto es que sus golpes, al menos de momento, lejos de perder fuerza y velocidad la estaban ganando, picando carne muerta de manera cada vez más frenética. 

Uno de los cadáveres, que creía haber burlado al guerrero, se acercó a él desde la izquierda sólo para ser recibido con un puñetazo en la cabeza del brazo izquierdo, que abolló el casco por un lateral e hizo rotar la cabeza de aquel no muerto 180 grados, rompiendo el cuello de éste. 

Siempre que veía por el rabillo del ojo alguna "pieza" de sus enemigos la mandaba lejos de una patada, para retrasar aún más su recomposición. 

-¡No podéis derrotarme, malditas marionetas descerebradas!

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17/03/2013, 21:21
Imhol

Los movimientos del ventante comienzan a concatenarse uno tras otro, los golpes de sus enemigos tratan de cogerlo por sorpresa, pero Imhol se mueve como el viento, como una brisa que gira, avanza y quiebra cambiando según lo que vaya encontrando a su paso.

La lanza perfora un pecho, y es retirada mietnras su poseedor se agacha para evitar un tajo horizontal de un atacante con la valentía suficiente para acercarse. Utilizando ese mismo movimiento, Imhol gira sobre si mismo y utiliza el asta del arma como bate golpeando en la cara de su enemigo y logrando desestabilizarlo, solo para, después de completar otro giro con que esquiva un nuevo golpe de un enemigo, lanzar de nuevo una punzada letal al primero de sus enemigos.

Realmente parece que las pesadas armaduras de acero, pese a ser portadas por cadáveres reanimados, no logran igualar la velocidad e imprevisibilidad del ventante, pues esa es su especialidad.

Cuando u enemigo espera que Imhol gire a la derecha y golpee con la lanza, este gira y provoca un barrido a los pies, cuando esperan que retroceda y esquive, gira hacia otro lado y ataca a un enemigo que nada tenía que ver. Realmente se mueve como en una danza.

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18/03/2013, 15:40
Elius Brezon

El combate seguía recrudeciéndose y Elius decidió aportar su granito de arena intentando avisar a sus compañeros de la situación que se avecinaba. No había logrado ver donde se encontraba el nigromante, pero de eso se encargaría Gloría que tendría mas posibilidades de encontrarle que él. Ahora el curandero debía ocuparse de lo mas inmediato.

EL OTRO GIGANTE NO HA CAIDO- gritó con sus fuerzas para hacerse entender por encima del fragor del combate- CUIDADO CON ÉL- tras ese primer aviso se percata de la saeta disparada por el costado izquierdo de la planicie, así como de un soldado raso que avanza hacia la balsa- maldición- piensa. Eso podría suponer un problema. Afortunadamente, uno de los Xasheen sale a proteger su medio de vida. No dudó en acercarse en su posición- disparale a él, que no se acerque- dijo, mientras le señalaba al soldado en cuestión. Luego, giró la cabeza y volvió a gritar- EN EL COSTADO IZQUIERDO HAY MAS ENEMIGOS. CUIDADO.

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19/03/2013, 00:53
Familia Xasheen

-¡Eso está hecho! -dice Pao, el hermano Xasheen que ha subido a la cubierta ante las palabras de Elius. Apostándose en una posición que le confiere ventaja por la altura, se toma un instante para colocar un par de flechas a su lado y carga una tercera, soltando la cuerda un instante después. La maldición que suelta al errar el tiro por un metro se transforma en un gruñido de alegría cuando la segunda flecha impacta en el soldado, que se cae al suelo un instante. Y entonces, vuelve a tornarse un grito cuando el cuerpo vuelve a alzarse. -¡Se está levantando! ¡¡¡Se está volviendo a levantar con una flecha en el pecho!!! -Es lo único que Pao puede gritar, mientras las manos le tiemblan y trata de coger la tercera flecha para abrir fuego, pero no lo consigue demasiado bien, la verdad sea dicha.

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19/03/2013, 19:20
Jhon Kaine

Utilizando a vuestro grupo como oteadores, el humano Kaine vuelve a amartillar su arma y al grito de: -¿¡Quién ha disparado esa saeta!? -vuelve a apuntar al gigante contra el que pelea Arbahin y abre fuego, impactando esta vez en su pesada armadura y abriendo un boquete del tamaño de una uña del licántropo a la altura de lo que una raza normal tiene el corazón, salpicando un chorro de sangre al suelo y produciendo un ruido de metal contra metal en la parte trasera de la coraza del monstruo.

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22/03/2013, 18:03
Director

Un enorme licántropo se abalanza sobre el torso de un gigante, impedido por un disparo que lo ha atravesado de parte a parte salpicando el suelo de sangre negra y putrefacta. Los ojos, dos pequeños espacios abiertos en el casco en espiral, rápidamente caen por sendas garras de la enorme figura que, ayudado por el empujón doble de su ascenso y el impacto pesado, se inclina hacia atrás, en un suelo pedregoso que no ayuda demasiado y propicia su caida hacia atrás, golpeando con un segundo ruido casi tan sordo como el del primer gigante al aplastarse contra el suelo.

Sin embargo, al contrario que el otro que se encuentra impedido por una piedra, el gigante sobre el que está Arbahin rápidamente vuelve a moverse, golpeando a su rival inmediato con un golpe plano de la mano que lleva la garra y lanzándolo de sobre él varios metros en la hierba. Por suerte, sin inflingirle un corte.

Y el otro gigante se levanta por fin, apartando la gran roca, e ignorando a otras presas avanza contra el guerrero humano que tanta devastación está causando en sus hombres. Hombres que, consiguiendo ponerse en pie, avanzan otro escalón y se lanzan a por el ventante que empieza a verse sobrepasado al enfrentarse a tanta gente y tantos escudos que desvían su única arma. A causa de la velocidad de regeneración de los pinchazos, frente a un corte que obliga a volver a soldar, se encuentra en combate perpetuo con al menos cuatro guerreros, y eso era antes de los refuerzos.

Gruntah, agotado, camina hacia uno de los bariles situados en junto a la puerta, pasando junto a sus compañeros, el Xasheen y Kaine, y puede ver a Aditya sentada junto a sus cosas, antes de contemplar el apogeo de la batalla junto con Elius. El rival de la izquierda ha sido derribado, pero vuelve a levantarse mientras Pao falla su siguiente disparo y las flechas del carcaj se caen al suelo dispersadas cuando trata de coger alguna más con poco éxito y mucho miedo.

Y Gloria... Gloria trata de separar el velo de la magia que hay en el ambiente de aquella magia terrible que recupera los cuerpos de los muertos de su descanso eterno y los impele a realizar tareas para ellos. Lo cual desde luego no es una tarea fácil, agradable ni mucho menos gratificante. Sus hombros van pesando más y más, lentamente, mientras realiza una tarea para la cual ha sido preparada por imposición y rápidamente.

Notas de juego

Viendo que Gloria no responde, continúo.

Por cierto, Elius, la saeta que golpeó al gigante venía del costado derecho. Visto a posteriori, sí que queda un poco raro pero la idea era referirme a un costado, y luego decir que había un soldado viniendo por el otro. Un hecho y el otro no tienen nada que ver.

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23/03/2013, 00:46
Datos mágicos

Y el velo se separa, poco a poco, mientras te ves obligada a doblegar la desconocida naturaleza de la magia para discernir qué haces de magia son los traidos por el fuego de Gruntah y cuáles son de la hechicería que está reanimando y manteniendo a los cadáveres. Sin embargo, el hecho fundamental que te permite saber dónde introducir la hoja que los separa... viene cuando la negra y podrida sangre del gigante capitán de las tropas salpica el suelo, y en ese momento una fuerza mágica intenta recuperar la fuerza perdida, mientras canaliza un sello para que el agujero en la armadura deje de mostrarte lo que tu vista normal vería en el interior... que es muerte antigua, centenaria. Cadáveres de eras pasadas. Pero lo importante es el ahora, y a partir de ahí puedes ver... cómo todos los soldados están siendo manejados... cual títeres por una figura... una proyección espiritual... sobre el campo de batalla... el cansancio se cierne sobre ti, aplastando tus hombros, mientras alejas tu vista y tratas de ver más allá, en el cielo... una figura... cuyos hilos percibes... muy cerca...

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23/03/2013, 00:52
Lo que perciben los sentidos...

Y caes al suelo. El golpe es monumental, pero los has tenido peores. Ruedas un par de veces por la hierba, mientras que a la sangre seca que tienes encima se pegan hierbajos y piedrecitas que luego habrá que limpiar, y por las que seguro que Elius te echa una bronca, por no cuidar las heridas. Y debajo tuya, como si fuese un reparo por la mala suerte que tienes habitualmente sobre ti y que mejoró un tanto con el viaje, notas un bulto extraño, que resulta ser un virote. Un virote que apesta a las pertenencias de su dueño, en las que debía ir envuelto. Un virote que parece el que desvió un instante la atención del gigante, y que apesta a rata grande y mojada.

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23/03/2013, 16:14
Arbahin

El golpe fué duro, tanto que a pesar de su peso y que apenas podia imprimir fuerza en el golpe en sí, le arrojó varios metros hasta dejarlo semi inclinado en la hierba. Aun sentia el aroma de esa sangre infecta, ese gigante estaba tan muerto como los demas. Seguramente ni siquiera necesitaba sus ojos para ver. Le habria gustado despedazar a esa cosa, arrancarle los miembros y convertir su cabeza en una pulpa supurenta. Pero poco podria hacer con esa armadura impenetrable. Se preparó para el siguiente asalto... cuando algo le llamó la atencion. Un virote. Quizas el mismo que distrajo a la criatura mientras forcejeaban. El aroma que despedia era conocido.

-¡¡Árdigant!!- aun no sabia si intentaba ayudarle o matarle, como sea, recibiria su recompensa de una forma u otra. Miró rapidamente hacia donde estaba Imhol, luchando a brazo partido contra muchos enemigos, Kromwill mas alla tambien hacia enormes esfuerzos por acabar con los soldados... ¿Pero como acabar contra algo que no podia morir?-. ¿Cuanto mas resistiremos?

Entonces, recordó el plan original, lo que habian decido hacia tantos dias en la tienda de Oppa. Se suponia que él buscaria en los alrededores, para encontrar al mago y acabar con su vida... Solo que eso era con las ilusiones. Estas cosas no eran ilusiones... ¿O si? No tenia idea, su conocimiento de la magia era poco y se guiaba siempre por su instinto. Gruñó por lo bajo e intentó que el gigante le siguiera. Le alejaria de la batalla principal y buscaria a ese condenado mago. Esperaba no equivocarse, no dejarse llevar por esa sensacion en su pecho que a veces le decia que hacer...

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25/03/2013, 22:11
Kromwill Rojoalbor

Aquel mar de muertos no parecía tener fin, pero Kromwill estaba relativamente seguro de que nunca se habían enfrentado a alguien con tanto ímpetu. No estaban consiguiendo pasar por encima de él, seguía en pie y brindando golpes a aquellas parodias de guerrero. Cuantas más veces se levantaban, más crecía la ira y frustración del guerrero, sin duda fuertemente alimentadas por aquella extremidad maldita. 

Entonces lo vio. Parecía que aquel gigante se dirigía hacia él por fin. Por fin podría enfrentarse a aquella cosa, arrancarle las extremidades una a una y destrozarle tanto que no sea capaz de levantarse siquiera. 

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26/03/2013, 09:58
Gruntah

El agotamiento mental estaba empezando a remitir, sus compañeros le necesitaban. Esos enemigos no podían derrotarse sólo con espadas y garras... necesitaban encontrar a ese nigromante cuanto antes, o si no estaban acabados. Con un suspiro, se concentró en sus cansadas extremidades para relajarlas, estirar los músculos y recuperar la energía para poder combatir de nuevo. Tenía una nueva idea.

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26/03/2013, 16:51
Elius Brezon

El combate estaba perdido de antemano sino encontraban al nigromante. Era así de sencillo. Muerto él se acabarían los problemas. Sin embargo encontrarle se estaba convirtiendo en algo sumamente complicado. Vio como Arbahin se marchaba del campo. Suponía que intentaría alejar al gigante y ya de paso buscar al dichoso nigromante. Esperaba que él tuviera suerte para ello. 

Mientras tanto, el combate continuaba y Elius podía ver claramente como sus compañeros empezaban a perder las fuerzas. Y él no podía hacer nada al respecto. Ni tan siquiera podía entrar a combatir, puesto que él no tenía esa capacidad. Solo podía seguir animando a sus compañeros y avisarles de los posibles peligros que se acercaban. Nada mas.