Partida Rol por web

El reloj de tu teléfono marcaba las 9:50 pm. Hacia frio en la noche de hoy, incluso dentro de tu taller podías sentir lo baja que estaba la temperatura. Así pasabas todos los días, rodeado de metal y maquinas, pero por suerte, el contacto humano no escaseaba tanto como cualquiera pensaría. Esta tarde habías atendido a varios clientes, todos hicieron su cita correspondiente para acordar una hora contigo. La mayoría venían buscando mantenimiento para sus prótesis o para algún dispositivo electrónico, y otros para remplazar alguna pieza defectuosa. Ya tenias años en el negocio, y la calidad de tu trabajo era suficiente como para merecer y defender tu reputación, así que no eran pocas las personas que sabían de ti y se pasaban por la zona solo para buscar tu trabajo. Nunca faltaban clientes o personas que quisieran hacer negocios mas formales a parte de instalar cosas y hacer mantenimiento, pero hoy solo llegaron clientes regulares a tu taller. Hoy nadie vino a hacer algún trato o a hacer una compra grande, bueno, tampoco es como si esas apareciesen todos los días, pero tampoco son tan extrañas en estos días con esos enfrentamientos entre las mafias que se han dado últimamente.

Ya se acercaba la hora de cerrar por hoy, y no parecía como si alguien mas tuviese intenciones de entrar a tu taller, las hermanas ya te hubiesen avisado si ese fuese el caso. En estos momentos el taller esta en silencio, Diana estaba colgada del techo en modo stand by, esperando a que le dieses alguna orden y no habia ningún cliente con quien hablar. Lo único que podías escuchar era el sonido que hacían tus propias manos mientras trabajaban en el brazo que el señor Olivier te encargo la semana pasada. Hoy era la fecha que habías acordado para hacer la entrega de la prótesis y era exactamente a las 10:30 que debías estar en el penthouse de tu cliente con el articulo listo para entregar. No era un requerimiento que no pudieses cumplir, ya estabas terminando de soldar el la ultima pieza del brazo y el penthouse al que tenias que ir tampoco quedaba tan lejos. Unos 10 minutos si ibas en tu auto serian mas que suficientes para llegar a buena hora.

Después de entregar el brazo tendrías el resto del día libre para hacer lo que quisieses. Podrías volver a tu taller para hacerle mantenimiento a Diana, o quien sabe, también podías tomarte el resto de la noche libre y buscar un poco de diversión callejera. Era tu decisión, al fin y al cabo, la esta ciudad es enorme y la noche no estaba si no comenzando.

El sonido de sus manos trabajando era tranquilizador para sus oídos, había hecho estos movimientos tantas tantas veces que al contrario de ser un trabajo, llegaba a ser relajante mantenerse ocupado en cosas tan simples como un prótesis o un implante bio-mecánico.

- Ya está todo listo... Diría una vez el soplete estuviera apagado y yo revisara con la mirada la última soldadura del brazo listo en mi mano. 

Poniéndome de pie me acerco a un pechero conde tomo mi abrigo y me coloco mis guantes, coloco los cargadores en mis bolsillos a los costados y coloco mis pistolas en sus bolsos. Si bien no me parece que fuera a haber problemas tampoco es que no tuviera en mente los imprevistos que suelen ocurrir tan constantemente en el nivel 3 de la Reserve.

- Diana cariño, vamos. Diría mientras me dirijo a la escalera sabiendo que ella estuvo todo el tiempo colgada en el techo como siempre. Si bien tanto la ubicación de mi taller era segura así como las gemelas estaban en el piso de arriba, contar con Diana a mis espaldas era algo que sin duda me dejaba inconscientemente tranquilo luego de tenerla conmigo tanto tiempo.

Guardaría el brazo en una caja alargada cerrándola con un código para comenzar a subir las escaleras con tranquilidad cuando veo la hora. - Sin duda queda suficiente tiempo. Pasaría mi mano por la cabeza de Mion al pasar detrás de ella entre peinarla y acariciar su cabeza por un segundo. - Volveré pronto. 

Sigo caminando hasta pasar por el lado de Liu y hacer lo mismo mirándola unos segundos para decirle lo mismo y salir junto a Diana de la tienda por la puerta trasera y dirigirme hacia mi auto.

Ni trataría de respirar profundo, es verdad que le damos dinero a unos niños para que limpien el callejón y la parte de en frente de vez en cuando, pero el nivel tres siempre ha estado podrido así que el aire que se respira aquí no es del todo... agradable en todo caso.

Me monto en este y bajo el seguro del lado del copiloto para partir hacia la dirección del Pethouse del señor Oliver.

Al escuchar tu voz, Diana se activo inmediatamente. Ella misma se desconectó los cables que tenia enchufados en la espalda y comenzó a vestirse y prepararse para salir. Tu y ella siempre iban por separado, así que no tenias porque esperarla para salir. Estabas seguro de que ella te seguiría desde la distancia como siempre hacia para mantenerte seguro.

Después de eso saliste de tu taller y subiste al piso de arriba donde trabajaban las gemelas. Mion no se dio cuenta de que estabas allí hasta que pusiste su mano sobre su cabeza. A pesar de que la sorprendiste un poco acercándote así a ella, no pareció molestarle tampoco. Simplemente alzo la mirada hacia ti y asintió cuando le dijiste que regresarías pronto.

- ¿Una entrega? -Preguntó ella- Bueno, tampoco es que me importe. Trata de regresar antes de que Liu cierre con llave. Del resto te tocará entrar por atrás.

Mion estaba ordenando unos paquetes plásticos con distintas sustancias dentro. Ve tu a saber si eran legales o no. Después de despedirte de ella, seguiste tu camino hacia la salida no sin antes despedirte de Liu. La respuesta de ella fue mas seca, simplemente asintió con la cabeza y agito su mano para despedirte. Ella por su parte tenia la mirada clava en el teléfono, ve tu a saber que estaba haciendo en el. Mientras te despedías de las gemelas Diana apareció silenciosamente por los pasillos de la tienda vestida de negro, ya lista para seguirte.

Después de eso, bajaste al garaje y entraste en tu Longinus S3. No estabas muy seguro de cual fue la ultima vez que manejaste manualmente. El piloto automático de este auto era bastante bueno a decir verdad, solo era cuestión de decirle a donde querías ir y el auto te llevaba en un abrir y cerrar de ojos.

Diana se montó en tu moto y te fue siguiendo desde la distancia, procurando no alejarse mucho en caso de que algo ocurriese, de todas formas no habia nada de que preocuparse. Durante el camino no ocurrió nada, así que fuiste capaz de ver las horrendas calles del nivel 3 en todo su esplendor durante el viaje. En algun momento te abias acostumbrado a esto, a este mundo falso de concreto y metal, donde a tu alrededor no habia ni siquiera una luz natural, donde ni siquiera las personas eran reales. La carne era remplazada por metal y cromo y la sangre por electricidad y aceite. En esta ciudad no habia ni una sola cosa genuina, pero por alguna razón tan habías acostumbrado a eso, y es mas, hasta lo preferías así. Tu pertenecías aquí, en esta jungla creada por la humanidad para encerrarse a si misma en su miseria. ¿Estabas cuerdo por ser una persona así? Nadie lo sabe, pero lo cierto es que eso es lo que eres, y de eso no hay duda.

Así como calculaste cuando estabas en tu taller, al cabo de unos diez minutos en auto terminaste por llegar al edificio donde vivía el señor Oliver. Tu cliente de esta vez era un ejecutivo de Hawk C.O, la empresa de Antony Henrich, el mismísimo presidente de la Dusk Reserve. No entendías porque una persona como el señor Oliver seguía viviendo en el nivel 3 cuando de seguro tenia recursos mas que suficientes como para subir aunque sea al nivel 2, pero eso no era de tu incumbencia y hasta te convenía tomando en cuanta de que es gracias a que está viviendo aquí abajo que se enteró de tu existencia y te hizo un encargo de 30.000 créditos.

Diana se detuvo atrás de tu auto cuando llegaron al edificio y se bajó de la moto para acompañarte a entrar. El edificio era alto, no tanto como la torre Shiranui, que era conocido como el edificio mas grande de todo el nivel tres, pero este se defendía en altura.

El Señor Oliver te dijo que subieras hasta el ultimo piso y que allí te recibirían sus guardias para guiarte al Penthouse.

Rabian negocios que hacer, así que lo mejor era no perder mucho tiempo.

Luego de que Mion respondiera habría levantado la mano pera despedirse y decir ¨si, si, si¨ pues aunque no tiene costumbre de desaparecer sin decirle a las hermanas Liu siempre cierra la puerta y activa la seguridad de estas y las ventanas como le enseñé desde hace mucho tiempo y además la actitud siempre seria de esta una vez está frente ese mostrador.

- . . . 

Es muy extraño que alguien sepa la verdadera forma de ser de Liu ya que no tiende a relacionarse con las personas. - (Eso es una pena...) Bien podría ser un problema que el sea muy protector con ella desde hace mucho tiempo o que su hermana se haya cargado a vari@s al ver que tenían malas intenciones y esta dejara de pensar en esas cosas. Sin duda un problema menos para el.

Al ver a mi compañera de siempre vestida con su usual ropa negra (Cosa que sus gustos son muy interesantes de hecho al haber cambiado varias veces mientras pasaban los años) asentiría a ella y saldría para montarme en mi vehículo decidiendo esta vez conducir, bien fuera para mantener la práctica o bien para sentir un poco más de cerca el nivel 3 al que está tan acostumbrado... bueno, no acostumbrado, ya este nivel es parte de lo que es el. Donde quiera que vaya el nivel 3 va con el aunque vaya al nivel 2 o incluso si algún día vuelve al nivel uno aún extrañaría este lugar... ¿Acaso el nivel 3 de la Dusk Reserve te volvía parte de el?

- . . . Llevaría una de mis manos al espejo retrovisor para ajustarlo y ver la a Diana siguiéndome en la moto para ajustarlo otra vez y seguir conduciendo mientras ve la hora en la proyección dentro de su vista. Al llegar a la torre se estacionaría y esperaría a que Diana se estacione detrás de el para salir del vehículo y comenzar a caminar hacia la entrada junto a ella con el brazo del señor Oliver terminado bajo su chaqueta cuando entran al edificio pasando por recepción y subiendo en el ascensor apagando las cámaras cuando el pasaba frente a ellas en el proceso hasta llegar con Diana hasta los guardias sin decir nada. Era seguro que ellos deberían esperar su llegada.

A pesar de la hora que era, no habia nadie en el edificio. La edificación era en su mayor parte comercial, habían varias empresas medianas e incluso un tanto grandes que tenían sucursales establecidas en ese lugar, pero ya los últimos 10 pisos eran todos propiedad privada del señor Oliver. Un edificio como este normalmente siempre esta lleno de gente a todas horas, pero hoy por alguna razón no habia nadie aparte de los guardias de seguridad. ¿Sera que tu cliente quería esconder el hecho de que estaba comprando implantes de forma ilegal? Era poco probable, pero debía haber alguna razón detrás de la falta de gente de hoy. De todas formas, sea lo que sea que este detrás de eso, siempre y cuando no interviniese con lo que venias a hacer aquí, no era asunto tuyo.

Diana te acompaño dejando cierta distancia entre tu y ella. No mucha como para que estés solo en caso de que algo ocurriese, pero tampoco tan cerca como entorpecerte durante una emergencia. Era un protocolo de seguridad estándar entre ustedes dos. Habia quienes te llamaban paranoico por siempre poner a Diana a cubrirte las espaldas, pero la verdad era que estas precauciones te habían llegado a salvar la vida en un par de ocasiones. En tu linea de trabajo, la seguridad no era un lujo, era una necesidad.

Los guardias que estaban en la recepción del edificio se acercaron a ti recién te vieron entrar. Eran dos tipos grandes y trajeados. Con solo verlos de forma superficial podías notar que estaban llenos de implantes de arriba a abajo. Eran unos guarda espaldas de gente con dinero estándares, nada de que preocuparse.

Normalmente este seria el momento en que serias registrado en busca de armas y escaneado de arriba a abajo para verificar que no hubiese nada raro entre tus implantes, pero los guardias no hicieron nada de eso. Simplemente se pararon frente a ti y a diana, los vieron de arriba a abajo y luego uno de ellos te hizo una seña para que lo siguieses. No pudiste detectar ningún intento de escaneo por parte de los guardias ni nada por el estilo. El señor Oliver de verdad debe confiar en ti para simplemente dejarte entrar sin ni siquiera ser escaneado. De todas formas eso solo hacia las cosas mas cómodas. No tener que pasar por la parte en la que tienes que lidiar con los guardias era algo que agradecías.

Los tipos en traje te guiaron por el lobby del edificio hasta llegar al ascensor que habia al final del gran recibidor del edificio. Una vez adentro todos estaban adentro, las puertas se cerraron solas y automáticamente el ascensor comenzó a moverse hacia arriba. Estuviste allí esperando en silencio hasta llegar al piso 50, allí se bajaron todos, y los guardias te guiaron por los pasillos hasta encontrar otro ascensor. Este estaba decorado de una forma mucho mas llamativa que el anterior, así que asumías que este debía ser el ascensor privado del señor Oliver. Una vez frente al ascensor, un guardia te indico que entraras por tu cuenta.

- El señor Oliver nos ha indicado que solamente te guiemos hasta aquí. -Explicó el guardia- El desea que tu y tu compañera lleguen solos hasta el penthouse. El ascensor esta programado para subir solo hasta el ultimo piso.

Sin duda este procedimiento era un tanto inusual, pero habia que reconocer que también era bastante cómodo para ti el hecho de no tener a los guardias encima. El señor Oliver debía ser bastante considerado con la gente como tu.

- Esto no es usual. Frunciría un poco el entrecejo al notar la clara inexistencia de clientes en los primeros pisos del mall lo que por un momento le alerta. Puede que sea algo agradable para estos negocios el hecho de que no haya testigos, pero él prefiere pasar entre la gente para volverse uno más del montón a ser un blanco único y llamativo en un lugar.

No le gustan los arreglos de los que no estuvo enterado con anterioridad hayan sido expresados por buen gesto... o no.

No debía mirar hacia atrás para saber que Diana me seguía. Aunque sus tacones son a prueba de ruido, su ubicación es una que puedo acceder desde el implante en mi cerebro, sin embargo, no hay necesidad de esto. Una simple mirada en el cristal de una tienda apagada fue suficiente para saber que seguía detrás de mí y no le había pasado nada.

- . . . El ver como estos dos guardias se detienen frente a nosotros harían que pare de caminar. Reconocería los implantes en su cuerpo más notaría que no son míos a lo que haría un pequeño gesto de desaprobación bastante leve. - (Si fueran míos no serían tan notables, ni serían unos simple guardias... un desperdicio de objetos de prueba) Para mí es una lástima el ver como las personas modifican su cuerpo para cumplir con un simple objetivo en vez de mejorarse buscando la perfección. Al menos no le detuvieron o habría tenido que ¨desarmarlos¨ ahí mismo para no llegar tarde a su cita.

Había subido al ascensor con estos dos y al salir en el piso 50 los seguiría mientras miraba todo el lugar con tranquilidad hasta llegar al ascensor lujoso en el cual escucha las indicaciones de ambos.
 

- . . . Sin responder nada dándolo por sentado que entendió subiría a este con Diana y esperaría con los ojos cerrados a llegar al último piso.

El ascensor era bastante silencioso, lo cual de cierta forma hizo que todo se sintiese mas tenso de lo que ya era. Estas circunstancias no eran normales, demaciado sopechosas. Podias entender que tu clinete quisiese evitar que se supiese que tu le estabas prestando tus servicios, pero llegar hasta el extremo de vaciar el edificio completo solo para resivir un brazo mecanico ilegal era demaciado. Quien sabe la razon por la cual el señor oliver estaba tomando tantas precauciones, pero siempre y cuando no interviniese en tu trabajo, el podia hacer lo que quisiese.
El ascennsor arrivo en el ultimo piso en cuestion de segundos, y una vez el trasnporte se detuvo, las puertas no tardaron en abrirse.
Frente a ti habia un pasillo mas o menos corto. Alfombra roja, paredes altas e iluminación lujosa, igual de silencioso que el resto del edificio. Aquí este pasillo no tenia camaras por alguna razon. Al final del pasillo solo habia unaa unica puerta marron que parecia estar hecha de madera real. Nadie vino a resivirlos ni nada por el estilo. Los unicos que estaban en ese pasillo eran Diana y tu

- Sabes... esto es inusual.

Sería todo lo que diría mientras estuvieran en el ascensor. La verdad es que he conveniente que no haya nadie sin embargo es preferible una situación recurrente dentro del ámbito del trabajo o algo preestablecido por ambas partes, no como esto. La verdad es que esto me hace dudar y ponerme algo incómodo.

Al salir del ascensor notaría la ausencia de las cámaras... - (En los pisos anteriores habían muchas cámaras y en todos los pisos hasta aquí, aunque no hubiese personas... ¿Por qué aquí no?) 

Al caminar por la alfombra roja escanearía esta, el mango y las paredes de la puerta para saber cuántas personas han pasado por esta recientemente. No me agrada que las personas hagan cosas y no me informen, mucho menos con mi seguridad. Al menos espero que no sea la paranoia que se desarrolla en estos negocios con los años... o tal vez sea lo que se llama instinto.

Luego de comprobarlo abriría las puertas y pasaría con su compañera. De notar que no es seguro usaría su escáner para notar las pulsaciones eléctricas para notar cuantas personas habían del otro lado de la puerta y prepararme.

Las sospechas iban multiplicando con cada paso que dabas hacia la puerta. Escaneaste la alfombra y el resto del pasillo por el que estabas caminando en busca de rastros que hallan dejado las personas que han podido entrar al penthouse del señor oliver en las últimas horas, y justo como sospechabas habían varias huellas bastante recientes.

Tu programa identifico que un grupo de alrededor de 3 personas entraron al penthouse alrededor de  las últimas 2 horas. Todas las huellas iban solo en sentido del penthouse, y no había ninguna que saliese de allí, así que era prudente asumir que sea quien sea que este allí adentro con el señor Oliver, aun no ha salido. ¿Quien será? Es muy poco probable que sea una mera coincidencia que tu hallas llegado justo cuando este grupo de personas estaban junto a tu cliente. De no ser por la cantidad de dinero que se te fue prometido por este trabajo, ya hubieses dado la media vuelta y te hubieses ido de ese lugar. Pero 100.000 creditos no eran una suma pequeña. Es mas de el doble de lo que cobras normalmente y una suma que la mayoría de personas solo podrían esperar llegar a tener solo después de años completos de trabajo y ahorro. Este era uno de esos encargos que preferias terminar.

Diana atras tuyo parecia estar igual de tensa que tu, incluso aun mas desde que dijiste que todo esto no te daba una buena espina mientras estaban en el ascensor. De todas formas, ella no se moveria ni haria nada a no ser que algo ocurriese o que tu le dijeses algo. 

Por ahora solo habia una cosa por hacer. Terminar con este trabajo.
Aun con unas buenas dudas en tu cabeza, pusiste la mano sobe la manilla de la puerta y la abriste.
Inmediatamente fuiste recibido por el silencio. Miraste a tu alrededor y la verdad no pudiste ver nada fuera de lo  ordinario. El penthouse era normal y no pudiste encontrar rastros de que algo sospechoso, lo cual solo sirvio para ponerte mas nervioso aun de cierta forma.

Al cabo de unos segundos en silencio total, el sonido de pasos llego a tus oidos. Una sola persona se estaba acercando a ti por la forma en que sonaban las pisadas. No tardaste mucho en enterarte de quien se trataba, pues el mismo señor Oliver apareció frente a ti caminando y hablando de forma casual y amigable.

- Muy buenas noches señor Edsel -Saludo- ¿Como va su noche?

La casualidad con la que hablaba este hombre era de cierta forma preocupante. Ya sabias que el no estaba aquí solo en su penthouse, y estabas casi seguro de que el debía estar conciente de eso.

- Tsk... Suspiraría al notar como el señor Oliver se acerca con tanta pasividad y de mi bolsillo sacaría un cigarrillo que encendería luego de ponerlo en mi boca. Ya estaba más que claro la conclusión de este evento, a menos que sea su seguridad privada por si yo hiciera algo, ese hombre me preparó una trampa o quiere algo de mí y que yo no me pueda negar. En cualquiera de los últimos dos casos la vida del señor Oliver correría más peligro de la que corre un humano normal que mira hacia abajo por ese pent-house.

- Dígame señor Oliver. Soltaría una pequeña nube de humo y guardaría mi encendedor. - ¿Por qué no vi nadie en ningún local? No me parece que sea día festivo, o ¿Acaso planea una fiesta privada? Porque como sabrá, a mi no me gustan la fiestas.

Escanearía toda la habitación mientras hablo.

Al ver lo agresivas que fueron tus palabras, el señor Oliver hizo una fugaz y ligera mueca de sorpresa que duro apenas un instante antes de que su expresión volviese a ser la misma que tenia cuando llegó frente a ti.

- Veo que no se le escapan detalles, señor Edsel. -Dijo con su mismo tono de confianza de antes- Ya que así lo esta pidiendo usted, voy a ir directo al grano. -Al decir eso, el señor Oliver se sacó el tabaco de la boca y dejo salir una nube densa de humo. Ya que estabas escaneando el lugar mientras hablabas, pudiste notar como un brillo azul que venia de sus ojos parpadeo un par de veces mientras exhalaba, y luego siguió hablando- Verá, la verdad no fue decisión miá revivirlo de esta forma, si no mas bien la de unos de mis… Asociados.

Tu escaneo detecto algo. Primero que todo, la puerta atrás de ti se cerro con seguro, y segundo, dos personas dentro del penthouse se acercaban hacia el pasillo de la puerta. Definitivamente algo raro estaba ocurriendo aquí. ¡El señor Oliver te había tendido una trampa!