Partida Rol por web

Están jugando con mi mente - Eso fue lo primero que Sasha pensó.-  Quieren cabrearme por alguna razón. Es como si convirtiesen a la gente en crueles asesinos. Eh, no está mal - pensó al verse a sí misma cortando al enorme Gran. Sin embargo, después algo le hizo sentirse fatal consigo misma. Ella le había advertido varias veces. No quería combatir con él. Pero fue o su vida o la de él. Y no se había sentido mucho mejor después de haber acabado con el alienígena.

El pitido comenzó y Sasha se llevó las manos a las orejas. Se dejó caer al suelo cegada por el dolor que le causaba aquel estruendo. Y entonces esa voz... - Definitivamente tengo que evitar hacer lo que ellos quieren que haga.-  ¿Sería posible? Quizás no, pero Sasha trató de concentrarse y tranquilizarse. En hacer lo contrario de lo que le decían.

El sonido empezó a aumentar de volumen, y te descubriste tosiendo como una energúmena cuando todo se llenó de gas, te estabas derrumbando, y hacer lo contrario de lo que te decían parecía casi imposible. Tu corazón palpitaba a mil por hora por lo que tuviera el gas y te sangraban los tímpanos.

Tranquilizarse era poco menos que imposible. ¡Y de pronto un chorro de agua helada te golpeó! para añadir aún mas incomodidad...

Parecía que aquellos seres iban a doblegarla. Parecía flaquear en determinados momentos. No era dolor físico, era como una intensa exaltación de las emociones con el fin de controlarla mentalmente. Era como una especie de trauma sensorial.

- Os lleven los moradores de las arenas y jueguen los banthas con vuestros traseros - gritó Sasha al aire.

No sabía como iba a salir de alli. Decían que si no cooperaban la matarían. ¿Qué tenía que hacer? ¿Podría engañarles haciendoles pensar que entraba en su juego? Desde luego la furia le inundaba, no sería muy dificil tratar de aparentar enfado.

A través de todo el "dolor" de toda la sobrecarga que inundaba los sentidos de Sasha, escuchó una voz. -Eso es, ódiame, el odio te hará mucho más fuerte, y siente la furia, úsala.

La voz cambió y la joven pudo ver en su cabeza un pequeño interruptor, pudo sentirlo, una simple conexión, se la estaban enviando...-Pulsa esto y todo acabará. Lo puedes agarrar con tu mente...

La puerta se abrió y Diría entró tambaleándose, sangraba por los oídos y estaba absolutamente empapada en agua helada.

-¡Mierda!-gritó.-¿Porqué nos hacéis esto?.-sus sollozos eran patentes, pero a la vez empezó a golpear la pared con los puños desnudos, causándose heridas en los nudillos.

Teniendo en cuenta como jugaban con su mente seguramente eso sería un truco para hacerle perder la cabeza. Trató de resistirse, no pulsar el botón quizás destruirlo para que nadie pudiera pulsarlo, pero... ¿como lo haría?

Sasha paladeó el sabor salado de la sangre, sangre que salía de su labio mordido. El botón conmutador estaba ahí, en su cabeza ¿Lo destruiría?

Sasha miró el panel. Era su mente, podía manejarla a su antojo. Sabía que era una trampa, pretendían controlarla de algún modo. Ese botón era como un símbolo, o al menos eso pensaba ella. Si quisiera... ¿podría transformarlo en un pelícano?

Decidió que lo mejor era no tocarlo. Destruirlo era demasiado y quizás causara el mismo efecto que pulsarlo. Aguantaría lo que pudiera... seguramente intentarían matarla. Pero no había muchas más salidas. Y si le daban a elegir entre una vida de esclava sin cordura y la muerte... prefería la muerte...

Al ver el estado en el que se encontraba Diria, Janos abandona su intento de recuperar fuerzas y, con un gruñido de esfuerzo, consigue levantarse y llegar hasta Diria.

-Dejalo Diria, así no conseguirás nada- dice mientras agarra suavemente sus muñecas para impedirla dañarse mas- Simplemente aguanta un poco mas y todo esto acabara.- le susurra para consolarla.

Diría se revuelve y trata de golpearte con furia, deteniéndose en el último momento. -Pero...¿Por qué nos hacen ésto? ¿Qué les hemos hecho?... He sentido... he sentido algo muy oscuro dentro de mí, y si me centraba en ello, si concentraba mi ira, podía mover un objeto a distancia, podía sentir a otras personas...

La muerte, lo que prefería Sasha, se iba acercando cada vez más, la hipotermia, combinada con la destrucción sensorial y física, sería su fin.

-Intenta no pensar en ello Diria- la tranquiliza Janos mientras las palabras de Daria le recuerdan sus propios recuerdos de la experiencia.- Ya tendremos tiempo mas tarde de preocuparnos, ahora tenemos que ser fuertes y no dejar que nos venzan.

Sasha aguantaba, la intensidad del dolor crecía. Se llevó las manos a la cabeza y cayó de rodillas mientras su boca se abría en un grito ahogado que no alcanzó a escuchar debido a que no tenía sensibilidad alguna. Estaban jugando en su cabeza de algún modo, y el ser consciente de ello hacía que fuese todo mucho más dificil.

Quería aguantarse, quería resistir, y lo estaba haciendo, pero con ello las descargas de frío e intensidad a que la estaban sometiendo aumentaban gradualmente.

Al final, el cuerpo puede a la mente, y haciendo caso de lo que le decían, Sasha presionó el botón para poder salvar la vida. Su cuerpo estaba demacrado por el dolor, aunque no fuese físico, sentía que todo le dolía. La cabeza la daba mil vueltas y estaba al borde del desmayo. Pero finalmente había cedido. Y no pudo reprocharse nada.

Nada más pulsar el botón, el sonido, el chorro de agua y las imágenes se detuvieron instantáneamente. Sasha había logrado ver y pulsar un control en una habitación vecina, aquello era nuevo para ella, ¿Qué otras cosas podría hacer? ¿Qué era ese poder?.

Las voces femeninas en su cabeza no se callaron.-Deberías haber sucumbido a tu furia, a tus instintos, hubieras sufrido menos.

Una puerta se abrió en el extremo de la habitación, atravesando un pasillo llevaba a otra sala al fondo, con luces suaves y gente recuperándose de ordalías parecidas a la que acababa de sufrir Sasha. En ella pudo ver a Janos y Diría arrodillados hablando. Diría estaba calada también.

Mientras Sasha avanzaba lejos de la habitación del dolor y del agua oyo algo más con su mente despierta, que parecía podía escuchar conversaciones en salas vecinas, más concretamente en la sala del panel de control del botón. Pudo ver a la Twi'lek de color rojo hablando.

-Vigila a ésta, no ha sucumbido a la furia ni al odio, lo ha hecho por pura fuerza de voluntad, conocí a un tal Pher que lo hacía así y era un traidor, un espía Jedi.

Pero vuestra maestra, la mujer encapuchada, Ara-Neesha, respondió despreciativa.-Ésta sólo es una estúpida, una estúpida útil, ha pasado la prueba y la daremos entrenamiento básico, las misiones dirán si estoy equivocada o no. Pero la mandaré a las más peligrosas para ver si muere pronto.

-Es tu cabeza la que te juegas.-Sonrió Lia.

Sasha fue una de las últimas en salir de la sala. Todo le daba vueltas y andaba haciendo eses con las manos en la cabeza. Hilos de sangre salían desde su nariz y boca, anunciando que había sido muy torturada. Los demás también parecían en un estado similar. Y entonces... Esuchó que hablaban sobre ella. Giró la cabeza instintivamente pero había una pared, más allá de la cual ella podía ver.

Y cuando todo acabó vió a Janos y Diria. Estaban arrodillados en el suelo y hablaban. Sasha dió tumbos, pero consiguió llegar. Y una vez allí, se desplomó sobre el suelo bocabajo.

Destrozados, los tres compañeros descansaron algunos minutos. No dijeron nada porque nada había que decir. El anuncio de que el entrenamiento (la tortura, según podrían argumentar) había acabado por el día y podían descansar fue recibido con sentimientos mixtos por el resto de prisioneros, que volvieron a las celdas como un rebaño de reses.

Sin embargo algunos de ellos estaban eufóricos y trataban de mover pequeños objetos o concentrarse en hablar a otras personas.

Las celdas esperaban a Diria, Janos y Sasha. Pero ésta vez estaban abiertas al pasillo, no parecía haber guardias. Y tenían las armas.