Partida Rol por web

Cleveland · 5:10 de la mañana

Ya ha pasado un mes. Un mes en el que Elim ha vuelto a su antigua soledad, alimentándose metro a metro de rencor e ira por todo lo ocurrido en la base de los Luciérnagas de Nebraska. Todavía no puede estar completamente seguro de algunos de los detalles acontecidos aquel día pero lo importante es que murieron inocentes y por encima de cualquiera de ellos Sara, su hija, justo cuando se le había dado una oportunidad para volver a conocerla.

Las condiciones físicas, y puede que mentales, de Elim no son las mejores pero la determinación sigue ahí y en cuanto ve el cartel que anuncia la llegada a Cleveland solo hace que aumentar. Incluso en ese cartel alguien ha añadido un "huye mientras puedas" escrito a mano pero es una advertencia que él ignora.

Según se acerca a la ciudad se percata de que gran parte de la misma se encuentra abandonada, incluso más que en Boston o cualquier otra ciudad militarizada que haya conocido anteriormente. Eso ya dice mucho de la escasa organización de debe de haber allí.

Finalmente se detiene al llegar al perímetro de seguridad. A partir de ahí las calles y edificios están taponados con extensas chapas metálicas a modo de precario muro de contención que impiden el paso al interior de la zona. Hay una zona de acceso principal vigilada por al menos tres personas bien armadas y más atentas que por el resto de la muralla en la que aunque hay patrullas distribuidas parecen haberse acomodado demasiado al hecho de que normalmente no ocurra nada.

Con paciencia, espero hasta conocer los hábitos de patrulla de estos militares. Me tomo mi tiempo para localizar un punto de acceso que quede fuera de la vista. Un lugar donde poder enganchar mi fiel garfio de escalada -quizá lo único que nunca me ha traicionado. Algún edificio cercano al muro, o que forme parte del muro, no quisiera tener que enancharlo a la chapa.

También busco otros accsos. Tal vez uno subteráneo como el que usó valk para entrar en Boston...cuantas más opciones tenga, más posibilidades de lograr entrar.

¿Cual es mi plan cuando las encuentre? No estoy nada seguro. Pero cualquier variante implica una considerable cantidad de violencia. Y ese mensaje de la señal en la autopista...no me fijé si era reciente o no, pero lo sentí como un mensaje hacia mí. Aunque sea una imposibilidad casi física. ¿Huir? ¿De los asesinos de mi hija? No. Jamás.

Dado que Elim ha tardado un mes en llegar hasta la ciudad no le supone demasiado problema invertir varios días más en estar todo lo preparado posible para entrar y salir de aquel lugar. De hecho adentrarse no parece algo difícil, encuentra un alcantarillado y un viejo crematorio a través de los cuáles podría atravesar los precarios muros de Cleveland, pero cuando las cosas se empiecen a agitar quién sabe lo que puede pasar ahí. No se lo van a poner fácil, sea cual sea su objetivo actual, pero analizándolo fríamente es posible que tampoco le importe demasiado.

Después de cuatro días llega el momento.

Por el crematorio. Sé como son esas chimeneas por dentro, se puede bajar por ellas de la misma manera que se sube, con el gancho. Basta con que no está saliendo humo negro en ese momento...y de noche no lo usan. Nadie esperará que se use eso como entrada. Y si resulta que desde dentro no puedo salir...basta con volver a trepar por la cuerda. En cambio por las alcantarillas...Valk entró por ahí a Boston, son sin duda un recurso más utilizado. Y puede que se cuelen infectados, las vigilarán más. A fin de cuentas un chasqueador no puede usar una cuerda para trepar por una chimenea.

Calculo el momento en el que tendré más margen, y trepo hasta arriba.

Esta es la parte fácil, Elim. Y la agradable.

Localizar a alguien concreto y llegar hasta ella...eso es otra historia.

Elim elige la opción más prudente. Quizá usar la cuerda sea más incómodo en un primer momento pero resulta rentable ya que consigue llegar hasta la chimenea sin llamar la atención.

Una vez fuera, y ya dentro de la ciudad, las sombras se encargan de ocultar su rastro pero con el toque de queda establecido si cualquier soldado le pilla por las calles no dudará en detenerle y arrestarle, como poco. Aunque si se para a pensarlo tal vez eso sea precisamente lo más conveniente.

Quiero seguir a los militares, no que me lleven preso. No quiero que se arme escándalo...hasta que se tenga que armar. Por lo que espero oculto a que pase la primera patrulla...y la sigo discretamente. Necesito ver sus cuarteles, su seguridad, cuantos son...todo lo que pueda.

Tampoco quiero hacer daño a la gente inocente que pueda vivir ahí.

Me mantengo atento a otras oportunidades.*

En cuanto Elim ve a la primera pareja de militares patrullando empieza a seguirles pero los minutos se hacen muy largos cuando lo único que hacen es cumplir su trabajo, avanzando por las calles y deteniéndose de vez en cuando en un mismo lugar pero no hay un patrón específico para ello. Parece que simplemente lo hacen cuando les apetece.

Entran en un edificio de apartamentos comprobando que todo está en orden y es al salir de ahí cuando uno de ellos se aparta un poco del otro para mear. Su compañero sigue adelante.

[3:00 AM]

No voy a tener mucho tiempo...pero no desaprovecharé nada. Lo sigo silenciosamente hasta que está en el momento más vulnerable de un hombre, con la polla fuera. Además, el ruido de la orina cubrirá un poco más mis pasos finales. Llevo el cuchillo en la mano. Y dejo que lo note claramente en la garganta mientras lo agarro y me giro para tener a la vista el callejón.. Muy claramente. Y le susurro al oído, rápido pero de manera clara.

-Un solo ruido y estás muerto. ¿Entendido? Bien. Tienes dos opciones. Una es que te raje el cuello y busque a otro para hacerle las preguntas. La otra es que me respondas y te deje inconsciente. No te conozco, no me interesa matarte. Tú eliges. Tengo poca paciencia, si decides callarte, asumiré que has tomado la primera opción. Bien. ¿Dónde está Tara? ¿Dónde está Valk? ¿Cómo llego ahí? Habla.

Dificilmente puede verme, pero mi aspecto es...salvaje. No he tenido más higiene que la básica para evitar olores que dejen rastro. No ha habido tiempo.

Elim coge por sorpresa al militar. Incluso al viejo mercenario le extraña el respingo del guarda que debería estar más preparado para los sobresaltos. Tal vez sea novato o que estén excesivamente acomodados pero también podría tratarse de una estrategia.

Una vez con el cuchillo en el cuello el tipo se queda muy rígido, solo se mueve un poco para colocarse mínimamente la ropa, intentando mirar de reojo a su atacante sin demasiado éxito -No sé de quién coño me hablas por muy raros que sean esos nombres -es su primera respuesta cargada de desdén.

-Última oportunidad, gilipollas.

La sangre comienza a bajar por su cuello. Aún no es un corte grave...pero lo será con un gesto muy pequeño, en cuanto quiera.

-Tara. Susan. Una pelirroja y chalada como una puta cabra. La otra rubia y hermana de Luke.

No me despisto...no quiero que coja nada con sus manos y me sorprenda.

Después de la mención de los nuevos nombres se prolonga un corto pero tenso silencio -Te he dicho que no sé de quién coño me hablas. Como no me sueltes te vas a meter en un buen lío, idiota -a pesar de tener el cuchillo en el cuello se revuelve pero no consigue deshacerse del agarre de Elim por el momento. El problema es que tampoco es un debilucho, si sigue intentándolo podría conseguir escabullirse o hacerse daño a si mismo.

-Tsk....

No voy a ningún lado, le rebano el cuello del todo. No tengo tiempo que perder. Mientras aún se ahoga en su propia sangre, lo arrastro para ocultarlo mejor. Cojo cualquier llave que pueda tener y espero unos instantes por si alguien ha visto algo o se acerca. Guardo el cuchillo y preparo la ballesta. Me quedo oculto hasta que aparezca el compañero del que acabo de matar*.

Mientras no se de la alarma...interrogaré a los que haga falta.

El guarda cae al suelo, rodeada de su propia sangre mientras se mueve con algunos espasmos debido al ahogamiento. Lo único que lleva encima de interés es su rifle pero es bastante grande y probablemente ruidoso.

Su compañero no tarda mucho más en hacer acto de presencia -¿Greg?, ¿no te encuentras la polla o qué? -se burla antes de dar un respingo al ver el rastro de sangre -¡JODER! -levanta su rifle sin pensarlo dos veces y dispara hacia las sombras aunque todavía no parece tener localizado a Elim porque se limita a hacer una ráfaga a modo de barrido horizontal, aun así suficientemente ruidosa como para que le hayan oído otras patrullas.

Mierda...¡Mierda! ¿Están todos zumbados? Ver sangre y disparar sin más, al aire...sin saber si se ha tropezado y se ha abierto la cabeza o le han robado o es otra cosa. Me cago en todo...

En cuanto acaba la ráfaga, salgo lo suficiente para dispararle a la cabeza. Esperando que baste con eso...no puedo quedarme ahí ya.

Esto se pone muy mal Elim...

Y no por sobrevivir o no, sino por que mi objetivo cada vez será más complicado.

El disparo de la ballesta es certero, se clava en la frente del soldado fuera de si y lo derriba silenciando así sus disparos. Lo malo es que el escándalo ya se ha formado y Elim puede apreciar el sonido de algunas voces, silbatos y carreras que acuden en esa dirección.

Todavía están algo lejos y por eso mismo tiene margen de maniobra, pudiendo escabullirse del lugar sin demasiadas dificultades. El problema real ahora es que la ciudad empieza a estar en alerta y por tanto le costará más alcanzar su objetivo pero pensándolo bien si todos los soldados se ponen a patrullar eso debería incluir a Tara.

Tara...y toda la puta ciudad. Tsk.

Se me ocurre una idea para agitar aún más las cosas. Mojo mis dedos en la sangre y escribo rápidamente, bien visible:

TARA

Tras eso me escabullo hasta el edificio más cercano y entro. Tengo que ir a la parte más alta para poder ver bien.

Aun no comprendo porqué hizo aquello. Por qué guío a los militares tras tantos años...por qué me engañaron. Ni como puede alguien, quien fuese, cortar el cuello a una niña...a mi Sara.  Tampoco entiendo a Susan. Ella...me dolió. Empezaba a sentir algo por ella, por Valk. Pero...dudo mucho que no estuviese en el ajo.

Elim deja un llamamiento bastante claro inscrito de manera tosca a la par que amenazante en una de las paredes de los edificios cercanos. Después de eso se adentra en otro y sube escaleras sin parar hasta llegar a la azotea. Durante su ascensión distingue el sonido de algunas conversaciones o incluso discusiones en los apartamentos de los respectivos vecinos pero no es el momento de prestarles atención.

Una vez arriba se da cuenta de que la mayoría de calles confluyen en algún tipo de plaza central así que se mueve de un tejado a otro con la ayuda de algunos tablones para tener una mejor perspectiva pero sin llegar a acercarse más de la cuenta.

Desde ahí, usando la mirilla de su viejo rifle desechado, puede ver un edificio más llamativo que el resto, el antiguo ayuntamiento. Además de ser vistoso por su arquitectura está más vigilado que cualquier otro lugar, con cuatro militares custodiando las puertas principales y quién sabe cuantos más dentro o alrededor.

Al principio eso parece ser lo más destacable pero Elim se da cuenta enseguida de lo equivocado que estaba. A unos metros de distancia, clavados en lo que parecen ser lanzas y picas, hay algunos torsos mutilados y cabezas decapitadas a modo de advertencia. Eso parece confirmar que a los militares de esta ciudad se les han caído los suficientes tornillos como para convertirse en otro tipo de bandidos psicópatas, mucho más peligrosos al disponer de organización, armas y entrenamiento. Entre esas cabezas, cuatro en total, Elim consigue reconocer la de Luke, aunque al principio le cuesta debido a su aspecto lamentable y la carencia de cabello.

En cualquier momento puedo necesitar todas mis fuerzas para...cualquier cosa. Huir, defenderme, evitar caerme...quien sabe. Es por ello que aprovecho cada momento para descansar, pero sin dejar de hacer otras cosas. Para observar la plaza me cubro la espalda con una chimenea, no se me verá desde detrás a no ser que estés justo encima mía. Tampoco será fácil desde los laterales o el frente, no con esa poca luz.

Una vieja técnica de descanso usada por los francotiradores, me la enseñó un instructor de la CIA mientras me formaba con ellos para las pruebas. Esos especialistas nunca saben cuanto tiempo pueden pasar quietos hasta tener el tiro limpio y perfecto que se espera de ellos...son capaces de una inmovilidad casi absoluta. No es fácil, pero forzándote a inspirar más profundo aunque menos veces "recargas las pilas" un poco más. No es algo que se pueda hacer en un momento que requiera explosividad...correr, pelear...pero mientras simplemente observe la situación, es perfecta.

Mientras la hago, repaso ese edificio y las cercanías. Pensar en entrar ahí es casi suicida. Al menos, directamente. Pero debe haber una manera.

Tiene que poderse...si conociese los túneles de mantenimiento...

Al ver la cabeza de Luke no puedo evitar la sorpresa.

¿Por que habían experimentado con él? ¿Por qué se enfrentó a ellos? O por pura diversión...estos no son militares. Quizá lo fuesen pero ya no lo son...No creo que eso le haya gustado nada a Valk. Ni un poco. O quizá ni siquiera era su hermano. Puede que todo fuese para engañarme.

Pero sé que no es así. La recuerdo perfectamente gritar su nombre aliviada y preocupada al verlo. Casi pude sentir como le flojeaban las piernas. Lo cual me lleva a dos posibles conclusiones. O bien está muerta ya...o la han encerrado, no me creo que se quedase tranquila después de que le hiciesen eso a su hermano.

Mis opciones son escasas. Pero si ella me ayudase...

No sé como me siento. Pensar que ella no tuvo nada que ver con el engaño, la posibilidad que realmente quiero creer, puede ser muy peligrosa. Si no es cierta...pero la otra opción es descartarla del todo.

-Eres un viejo tonto, Elim...- suspiro, decidiéndome.

Quizá no valga de nada pero podría servir de mucho.

Con el mismo cuidado con el que llegué a los tejados, regreso al edificio en el que sé que hay gente. Llega el momento del comodín del público...no puede ser que la gente, si es que queda mucha, esté contenta con esos locos que disparan antes de comprobar nada. Quizá sepan cosas. Con suerte ni siquiera me delatarán.

Con mucha suerte...

Con la ballesta preparada, localizo una ventana por la que descolgarme con mi cuerda y entrar...dudo que me abran la puerta.

Lo visto en la plaza cambia algunas cosas de las perspectivas e ideas de Elim pero sigue habiendo demasiadas dudas y cuestiones por resolver.

Después de haber observado todo lo que podía Elim vuelve al edificio y se adentra en uno de los apartamentos civiles. Procura no ser más brusco de lo necesario pero su simple aparición repentina y sin invitación acompañada de la ballesta provoca que las dos niñas que estaban jugando en esa habitación griten sonoramente. A las más pequeña por poco le da un ataque antes de correr detrás de su hermana mayor hasta la puerta. No es de extrañar que se hayan asustado, lo raro es ver como primero retiran el pestillo de su puerta antes de salir hasta el pasillo, en el que ya dejan de vociferar como locas.

Elim ha tenido algo de mala suerte con ese primer encuentro, seguro que no pretendía sobresaltar a unas pobres niñas que superan los diez años por poco, pero eso consigue que el padre haga acto de presencia armado con un simple bate de madera. Su aspecto es el de alguien cansado y que probablemente no se alimenta todo lo bien que debería pero las niñas tenían mejor aspecto -Si te acercas a mis hijas te mato -se nota que está asustado pero aún así también se muestra decidido, mirando la ballesta con duda mientras levanta un poco el bate -Largo de aquí -retrocede dejándole espacio en un intento de evitar un enfrentamiento que en el fondo sabe que no puede ganar.

-No voy a hacer daño a tus niñas. Ni a ti, en principio.

Saco mi última lata de provisiones y la pongo en la mesa.

-Solo quiero hacerte unas preguntas. Te...agradecería que no me obligues a defenderme. Y que tus hijas no cuenten que estoy aquí. Lamento la entrada, mis opciones son...limitadas ya que esos chalados con armas me buscan.

No puedo evitar una risa, que reprimo en un carraspeo.

-Sí, que yo diga eso ahora debe parecerte irónico, como mínimo.

Bajo la ballesta, para hacer que no se sienta amenazado, o no tanto, pero no me descuido. Si ataca la tendré lista en un instante.

-No soy de aquí. Pero alguien de esta ciudad mató a mi hija. Estoy seguro de que entiendes esa sensación, de que la imaginas. Voy a encontrarla y voy a...charlar con ella. Y con todo el que se me ponga en medio. Puedes responder a mis preguntas o ponerte en medio.