Partida Rol por web

Amanece un nuevo día en la aldea de Ordon. La cristalina agua del lago y del río llena el ambiente de reflejos del sol en el agua, dándole al pueblo un aire de ensueño.

Todos comienzan a despertar y se preparan para el trabajo de cada día. El molinero comienza a moler el trigo para hacer harina y luego pan, la única tienda del pueblo abre sus puertas para aquellos incautos que se atrevan a comprar en ella, los precios son exorbitados, y el herrero pone en marcha la fragua para herrar a alguno de los pocos caballos que hay en la aldea.

Kara desciende de su casa del árbol dispuesta dar la bienvenida al nuevo día e ir a cazar con su mentor, aunque cree recordar que hoy no hacía falta ir de caza por que las despensas están llenas.

-Podría haber dormido un poco más.

Murmura mientras se dirige al centro del pueblo.

El chico avanzó, desperezándose, hacia la puerta de madera que daba entrada al local. Se trataba nada más y nada menos que refinada madera procedente de los árboles del bosque Kokiri.

Aquella mañana le tocaba a él el honor de abrir y recibir a los primeros clientes en la tienda. Kururu retiró el cartel de cerrado y salió al exterior. La verdad es que aquellos matinales rayos de sol resultaban un poco molestos a la vista, de modo que no tardó en entrar de nuevo.

Se retiró al fondo de la tienda, ocupando su sitio tras el mostrador. Aquél era el lugar más alejado de las ventanas y por lo tanto su preferido. El muchacho tomó asiento y entrelazó las manos sobre el mostrador, mirando hacia la entrada. En su rostro se dibujó una fina sonrisa al tiempo que una risilla penetrante escapaba de entre sus labios.

-¡Khu,khu,khu,khu...!

Siempre ha sido muy madrugadora, cuanto antes terminara su trabajo.. antes tendría tiempo libre y se dedicaría a uno de sus hobbys preferidos.

Estaba en el taller en la casa de al lado de la suya, con las puertas abiertas para que le entrara el sol, tenía as manos llenas de barro mientras daba forma a un jarrón. Su padre le solía regañar porque daba formas extrañas a las figuras y su padre era más clásico en eso.

Una vez estaban lista, las metía en el horno, se pasa la mano por la frente para quitarse el sudor, hacía demasiado calor ahi cerca.

Lager apartó de un manotazo la manta que cubría la puerta de su choza. A su maestro le gustaba dormir fresco y con la puerta abierta, ya que, fuera de casa, estaba todo el día entre ascuas y era comprensible.

El aprendiz se levantó muy temprano, aun sin desayunar, como siempre. Se puso la camisa y se frotó sus fuertes brazos para hacerlos entrar en calor, ya que la brisa mañanera le picaba en la piel.

El aprendiz se acercó a la fragua y preparó todo para el desempeño del trabajo que prometía ser largo, ya que tocaba reparar las viejas herraduras de los caballos y quizá, hacer los clavos del molino de nuevo.

Kara entra corriendo en el pueblo cuando todos ya comienzan a despertarse y a salir a la calle para sus quehaceres habituales de la aldea. Saluda con un Buenos días a los mayores y con un hola a los pequeños.

Se para un momento a pensar la lista de cosas que necesita hacer ese día ya que no tiene que ir a cazar. Lo primero es hacer nuevas flechas así que va a la herrería. Cuando pasa por delante del taller de Linnet se asoma para saludarla.

-Hola! ¿Qué tal?

Estaba lavándose las manos cuando escucha una voz.

- Hola Kara! Muy bien.. ya he terminado los encargos que tenía para hoy, ahora me pondré a decorar unos cuantos. A mi padre no le gusta.. pero soy yo la que manda ahora.. - rie mientras se seca las manos.

- Y tú que tal?? A donde vas? - pregunta - por cierto.. dile a tu madre que mañana le tendré la vasija que quería, no tenía suficiente arcilla

Sonríe.

-Se lo diré, aunque creo que le hacía falta... pero ya se apañará, supongo. Yo voy a la herrería a ver si Lager me puede hacer unas puntas de flecha... podría comprar las flechas hechas en la tienda, pero la familia de Kururu las tiene muy caras y ni si quiera me hacen descuento! Te vienes?

Espera una respuesta de la chica... Seguro que Lager se alegra de que vayan a verle.

Coge un paño y se termina de secar las manos mientras escucha a la chica. Mira hacia la puerta y se queda pensativa.. si sale a dar una vuelta su padre no dirá nada.

- De acuerdo - sonrie y se quita el delantal, se suelta el pelo y se mira en el espejo, tenia unas pintas muy desatrosas cuando estaba trabajando, pero intentó arreglarlo un poco.

- Lista.. dile a tu madre que la compensaré, le regalaré un plato que estoy pintando, está quedando muy bonito - comenta mientras la acompaña.

Sonríe.

-Seguro que se pone contenta.

Caminan hacia una de las casas que hay al lado del riachuelo que pasa por el pueblo... la hererría esta situada al lado del agua, por motivos obvios... si se incendia puede apagarse rápido. Se asoma al taller donde está Lager.

-Hola!!

El ruido insesante del acero chocar contra el acero ya resonaba muy de mañana, Lager aporreaba con su mazo una herradura para moldearla como él quería. Cogió las pinzas y luego la mojó en agua fria para que tomara su forma y quedara endurecido.

Contempló su obra unos segundos y luego oyó como Kara le llamaba. Sonrió ampliamente y dejó las herramientas sobre la mesa, se enjuagó el sudor de su frente con el brazo mientras se acercaba a la puerta.

-¡Hola! buenos dias

-Qué tal? Todos comenzáis a trabajar muy temprano... yo hoy no tengo nada que hacer...

Se coloca las manos en la nuca un poco entristecida, por que si ellos trabajan no pueden irse de paseo ni nada y ella se aburre...

-Hoy no salimos de caza... pero bueno... estoy aquí por negocios!

Sonríe.

-Necesito puntas de flecha... ya sabes que en la tienda venden flechas pero están carísimas, así que voy a hacerlas yo...

Lager miró a la cazadora y se acarició el mentón con los dedos.

-Vale, podría ayudarte si quieres, pero no se lo digas a mi padre, quiere que me dedique dia y noche al tema del molino y ya empiezo a cansarme un poco de siempre lo mismo.

Lager se acercó a un trozo de acerco y lo enseñó.

-Este es el que usamos normalmente aqui, están bien, es resistente, pero si quieres algo mejor, quizá deberias buscar los de la montaña, es mucho mejor acero, pero es mas costoso de ir a buscarlo.

Su cara se alegra.

-De verdad que me ayudaras? Gracias!

Ella no entiende de metales ni de la forja, solo sabe que una flecha bien afilada puede matar a cualquier criatura que quiera cazar, así que cree que cualquier metal tiene el mismo efecto...

-No, me va bien este... 

Sonríe de forma amplia. 

- Buenos días - dijo apareciendo por detrás de Kara.

Se mantuvo al margen mientras hablaban de sus cosas, esperando en la puerta y observando desde ahí el río, se veía tan transparente con la luz del sol.. incluso se veía a los peces ir de un lado a otro.

Lager sonrie.

-De acuerdo, te lo tendré listas en un rato.

Oye la voz de su amiga Linnet, el sonrie ampliamente y sacude la mano en el aire para saludarla, muy modosito.

-¡Hola Lin! pasa pasa

Se vuelve a enjuagar la frente con el brazo y las mira.

-¿A donde vais? ¿hareis algo ahora?

-Pues... solo tenía pensado encargarte las puntas de flecha... pero quizá tenga que ir al bosque a cortar ramas para hacer las astas de las flechas... 

Se queda pensativa y de pronto sonríe.

-Podríamos ir todos juntos!

DeLuclin despierta al lado del aroyo.

Que hago aqui, vaya seguro que me volvi a quedar dormido mientras estaba pescando

Había pescado varios peces

Menos mal que tendré un buen almuerzo

Miró a ver donde........ no hay peces

Maldito Mono

- Yo lo tengo todo listo, solo ir dentro de un rato a sacar unas cosas del horno.. pero no, no tengo ningún plan.

Dice mientras entra dentro, mira todo lo que tiene, ella piensa que debe ser bastante dificil ese trabajo, hay que tener mucha fuerza para poder hacerlo, el suyo es mas delicado y bonito, más desde que está ella.. su padre no era muy detallista.

- Me apetece ir al bosque.