Partida Rol por web

The Legend of Zelda: The Land of Goddesses

Ordon

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15/11/2010, 00:57
Kururu

El muchacho miró un tanto sorprendido al alcalde. No hubiera imaginado que tomase sus palabras por otra cosa que no fuera una sucia e infantil mentira, especialmente viniendo de él. Sabía muy bien lo que pensaban de él las gentes de la aldea...

Discretamente ocultó la mano en el zurrón, donde desapareció un frasquito cristalino con un polvo morado en suninterior.

-Vaaaya, así que ya ha sucedido antes, ¿eh? -murmuró el muchacho entre dientes- ¿y no cree oportuno evacuar la aldea antes de que sea demasiado tarde?

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15/11/2010, 22:04
Director

 Se levanta y ríe fuertemente. Se acerca a Kururu y vuelve a rodearle los hombros con su fuerte brazo.

-Te crees que nací ayer, jovencito? 

El alcalde vuelve a reír y acompaña a Kururu hacia la salida.

-Esta aldea no necesita ese tipo de mentirijillas que solo harían cundir el pánico.

El hombre niega con la cabeza, divertido...

-Creo que te aburres demasiado... es mejor que te busques novia y te cases ya de una vez... quizá así asientes la cabeza...

Abre la puerta y le invita a salir.

-Si me disculpas, tengo trabajo que hacer.

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16/11/2010, 21:01
Kururu

Miró de reojo al alcalde mientras lo acompañaba hacia la salida, un tanto molesto. Ya le extrañaba que creyese en él de buenas a primeras. Sin embargo, en su rostro la sonrisa no hizo más que ampliarse.

De nuevo en la puerta, extrajo del bolsillo interior de su zurrón un pliego de pergamino que extendió con teatralidad hacia el alcalde.

-¡Por cierto!, casi se me olvida. Mis padres me pidieron que le entregase este formulario de encargo... -dijo con la gentil expresión de vendedor que habían utilizado todos los miembros comerciantes de su familia durante generaciones- es para las prendas que solicitó su mujer la semana pasada, tendrá que firmarlo...

Como para demostrárselo desenrrolló el pergamino para q1ue lo leyera. Efectivamente el formulario parecía en orden, con su espacio en la esquina inferior derecha para la firma.

-¿Tiene usted pluma?, olvidé traer la mía... -se disculpó el chico con gesto inocente.

Kururu siempre resultaba bastante mezquino e incluso algo retorcido en su forma de actuar, de expresarse... pero todos en la aldea sabían que a la hora de trabajar como comerciante podía ser una de las personas más encantadoras y diligentes que pudieran encontrarse... todo un cambio.

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25/11/2010, 21:54
Director

El alcalde niega con la cabeza y saca a Kururu de su casa...

-Chico, tengo trabajo... pásate mas tarde.

Le cierra la puerta antes de que pueda decir nada.

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26/11/2010, 20:30
Kururu

Se quedó frente a la puerta cerrada, petrificado. En su rostro la sonrisa gentil tembló y poco a poco se torció hasta volver a ser la misma sonrisa insidiosa de siempre.

El muchacho se guardó el pergamino en el zurrón y lo cambió por una pequeña lámina rectangular de metal y un frasquito de cristal con un extraño polvo morado en su interior. Con gestos cuidadosos pero firmes vertió parte del contenido sobre la lámina y guardó de nuevo el frasquito antes de llamar de nuevo a la puerta.

A la vista de que el señor alcalde no respondía comenzó a llamar con insistencia, llegándo incluso a patear el bajo de la puerta un par de veces.

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14/12/2010, 00:19
Director

Kururu no consigue que el alcalde abra la puerta sino que recibe una contestación a gritos casi.

-Vuelve luego a por la maldita firma!!!

El alcalde es alguien ocupado y por tanto no tiene tiempo que perder en esas cosas.

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14/12/2010, 12:45
Kururu

El muchacho arrugó el gesto, disgustado. Permaneció inmóvil, mirando la puerta y, luego, la bandejita que soportaba el montoncito de polvo blanco. Afortunadamente no había brisa que pudiera estropeárselo. Aquello empezaba a parecerle absurdo, ¿por qué habría de preocuparse por aquél grupo de palurdos pueblerinos?, tal vez se estuviese tomando demasiadas molestias para nada. Ni siquiera estaba seguro de que las criaturas fuesen a llegar a la aldea... Y sobre todo aquella sustancia púrpura era un artículo realmente exótico y caro, no haría bien desperdiciándolo.

Con una renovada sonrisa, el muchacho guardó el polvo somnífero de nuevo en el frasco de cristal y este en el zurrón, junto con la lámina de plata. Cogió el retazo de pergamino, que ahora estaba completamente vacío, sin rastro alguno del texto escrito que le había mostrado a "Su Ilustrísima" y lo tiró arrugado al suelo.

Ahora que había terminado todos los asuntos que lo retenían en la aldea podía regresar. A buen seguro esos ingenuos aventureros aficionados se habrían metido en problemas a esas alturas. Tal vez necesitasen una "mano amiga... ".

Kururu se alejó por la calle principal de la aldea, de regreso al Bosque Kokiri, riéndose entre dientes de su propia ocurrencia.

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18/12/2010, 17:04
Director

El único camino que sale del pueblo es el que siguieron los amigos al iniciar está aventura... Kururu cruza el puente colgante y llega, tras caminar unos minutos más a la entrada abierta que da al lago seco lleno de árboles donde un mono le robó la mochila a Kara... parece que haya pasado una eternidad, pero en verdad solo ha pasado un día...

A la izquierda del camino principal hay una desviación que da paso a las praderas de Hyrule. Aun no es medio día cuando Kururu sale a la inmensidad de las praderas de Hyrule.

Notas de juego

Ahora te meteré en la escena de las praderas de hyrule... los mensajes serán solo para mi.