Partida Rol por web

El chaval en cuanto oyó a Francisco hablar, agarró con más fuerza al camarero y apuntó con el filo al empresario, con los ojos saltones y la mirada rabiosa.

¡¡¡Tate quieto!!! Gritó, pero también escuchó lo que decía. No es que tuviera demasiado sentido para la mayoría de las personas, pero tal vez fue su labia, su forma de hablar, o el fajo de billetes, pero comenzó a escucharle.

Dudó un poco y gruñó, pero finalmente dio un rápido vistazo alrededor y tiró al camarero al suelo, ileso, y se acercó a Francisco con ansiedad y con el cuchillo por delante, alargando el brazo derecho.

Entonces, cuando estuvo más cerca y creyó tener la situación controlada, fue a coger el hombro derecho de Francisco con su mano izquierda...

En parte por el rabillo del ojo, en parte gracias al oído, Francisco notó que Sara arrastraba la silla hacia atrás y posiblemente se estuviera levantando.

Francisco estuvo a punto de sonreír satisfecho cuando el drogadicto soltó al pobre camarero pero mantuvo una perfecta cara de poker.

La intención de sus palabras había sido confundir aun mas ha aquel joven, hacer que en su desenfreno le escuchase, y acto seguido tentarlo con algo que ansiaba. El dinero.

Para ello había tenido que parecer un lunático, rebajarse a su nivel y que así pudiese sentirse mas receptivo a lo que le dijese. Al final todo había salido a pedir de boca, el camarero estaba a salvo y el chico justo en el sitio donde le quería tener.

Notó como detrás suyo Sara se movía, probablemente para ayudarle, pero no podía permitir que la mujer se metiese en un problema, y menos uno tan peligroso. Así pues se dispuso a terminar con aquello tan rápida y eficientemente como le fuese posible.

En cuanto el muchacho extendió la mano, y estaba a punto de tocar su hombro, el empresario reaccionó. Con una velocidad sorprendente, sobretodo teniendo en cuenta su constitución y tamaño, soltó el fajo de billetes, y aprovechando la distracción que sin duda dicha acción provocaría, lanzó dos sendos puñetazos que salieron disparados como proyectiles.

Billetes en el aire, cayendo al suelo flotando suavemente, y un rápido movimiento. Un impacto, dos impactos... El desgraciado yonki cae al suelo de espaldas, como un saco de patatas.

La navaja y su espalda tocan el suelo un instante antes que los billetes.

Durante un instante, los murmullos incrédulos y los gemidos ahogados se callan en un silencio tenso. Finalmente, unos rompen a reír con hilaridad descontrolada, y otros suspiran o permanecen sonrientes.

El yonki gruñe y tras un par de segundos centrando la vista, empieza a arrastrarse hacia la puerta, intentando ponerse de pie, escupiendo algunos dientes y murmurando una retahíla de insultos que harían sonrojar a cualquier camionero.

Sara es una de las que se ha unido a las carcajadas.

Uniéndose a las sonrisa, Francisco se sorprendió sintiéndose ligeramente cohibido y a punto de sonrojarse por ser el centro de atención en una situación tan fuera de lo común, y realizó un gesto de saludó al publico con un movimiento de cabeza.

   - ¿Se encuentra bien?- Le preguntó al camarero al que ayudó a incorporarse.- Siento haberle puesto en una situación mas tensa de la que ya estaba, pero necesitaba llamar sobre mi la atención de ese macarra...-

Volviéndose hacia el susodicho, el empresario usó el pie para apartar la navaja a un lado y se aproximó al yonkie.

Agarrándole del cuello de la chaqueta lo empujó de nuevo al suelo aprisionándole contra él.

   - Vamos hombre, ¿A que viene tanta prisa? no hace falta ser tan arisco que tampoco ha sido para tanto.- Gruñó con tono bromista.- Seguro que con unos puntos y una bolsa de hielo quedas como nuevo en unos días.-

   - Por favor, ¿Podría alguien llamar a la policía?- Repuso mirando al gentío.

El yonki balbucea cuatro cosas sin demasiado sentido en el suelo, y no parece tener demasiadas ganas de cabrear a ese viejo cabrón. 

El camarero, por su parte, no hace más que agradecer a Francisco, y a punto estuvo de darle una patada en la boca ahora que estaba en el suelo, sin embargo se contuvo.

No parecía ser demasiado astuto el ladrón, pero es que Francisco no tuvo que esperar ni dos minutos para que llegase la policía. Al parecer alguien había salido a avisar, cuando un coche patrulla pasaba por la zona, de manera que enseguida estuvieron dos uniformados en el local. Ambos se dirigieron a Francisco, y cuando llegaron, Francisco les dejó llevárselo.

El primero de ellos esposó al yonki que comenzó a poner excusas sin demasiado sentido, y le ayudó a levantarse. El segundo miró a Francisco de arriba a abajo y preguntó:

¿Se encuentra bien? Vio la navaja en el suelo ¿Le ha hecho daño? ¿Era a usted a quien tenía del cuello?

Sara, por su parte se había acercado a su futuro nuevo jefe, ya más tranquila.

Mirando a los policías con cordialidad dejó que estos se llevasen al yonki con total tranquilidad.

- No se preocupe gracias.- Respondió al policía con gesto agradecido.- No fue a mi a quien tenía cogido por el cuello si no al pobre camarero que está allí.- Prosiguió señalando al pobre hombre.- Yo simplemente ayudé a reducir al tipo.-

Dada la situación era recomendable pasar lo mas desapercibido posible y quitarse importancia en el asunto. Lo último que quería era llamar demasiado la atención de las fuerzas del orden.

Yo por mi parte si me ofreces asuntos con repercusión me tiro a la piscina. :)

Estoooo... ni idea XD ¿Un poco de todo?

Francisco se encontraba en su casa, sentado en el ordenador. Hacía un rato que había hablado con Sara para asuntos del trabajo (Aquella chica era muy eficiente y realmente se desvivía por sus empresas), y ya que estaba en el ordenador, se sentó a leer noticias por internet, cuando una le llamó poderosamente la atención.

Noticia

A medida que leía la noticia, la vena de la frente de Francisco comenzó a hincharse y palpitar. Ver a su primordial enemigo disfrutar del éxito que a él le había sido negado era simplemente insoportable. Aquel desgraciado estaba tan feliz y campante después de hacer que mataran a su familia.

   - ¿A cuantas vidas habrás roto para conseguir ese contrato?- Musitó con ira apenas contenida observando fijamente la imagen de Enzo Cartini.

Rápidamente tecleó en el ordenador y envió un enlace de la noticia al mail de Tecnovirus con el titulo de "PRIORITARIO", indicándole que quería que investigara a fondo al empresario Enzo Cartini y cualquier irregularidad que se pudiese haber cometido en la fusión de ambas empresas y cualquier otra noticia que pudiera estar relacionada con la misma.

Enzo Cartini tiene tantos tentáculos por toda europa y el mundo que es una tarea titánica cruzar datos sobre sus posibles amistades y los beneficios de sus empresas, o las desgracias de sus rivales.

Con la investigación de Tecnovirus a nivel local, parece que Enzo, o algunas de sus empresas más directas, han estado teniendo relaciones empresariales con dirigentes de CiU y el PSOE en Cataluña, y recibieron una demanda que no fue al cajón del olvido por parte de ERC, sobre la construcción de un nuevo parque de atracciones en las afueras de Barcelona. Finalmente no se construyó, al parecer Enzo se retiró del concurso y el gobierno de CiU anuló el proyecto al poco tiempo.

Francisco analizó la información conseguida por Tecnovirus.

La verdad es que no era mucho, pero de algún hilo podría tirarse si se tenía la suficiente paciencia. Tal vez no fuera nada pero por si acaso le envió de nuevo un mensaje a Tecnovirus, requiriéndole de nuevo a ver si podía identificar que politicos de CiU y del PSOE en concreto habían mantenido relación con Enzo y quien fue el licitador del fallido proyecto del parque de atracciones.

Hecho aquello se levantó del asiento y se fue a duchar y prepararse para ir a trabajar. Pese a lo emprendedora que era Sara, no podía quedarse encerrado para siempre en casa, después de todo como jefe que era tenía que hacer acto de presencia tarde o temprano.

Sara se encuentra en el despacho, y cuando llega Francisco está al teléfono, terminando una llamada. Parece desenvolverse con bastante facilidad en su puesto. Estaba bastante atareada, y parecía inquieta.

Hola Don Francisco... Buenos días. Tras algunas frases de saludo y una breve charla con poca sustancia, se lanza a lo que importa Tengo una noticia buena... y una bastante mala. Dice con una mueca. Siéntese.

Una vez sentado, le ofrece un cafelito, e independientemente de si lo acepta o no, ella sí se sirve uno.

He conseguido algo más de tiempo.... La fecha la determinaron entre el juez y La Caixa para el miércoles 8 de Junio, la he podido alargar al 15. Pero también he encontrado un par de resquicios. Si se entregaban al menos 200.000€ antes del viernes 4, podía enviar un documento urgente al juzgado para que vuelvan a revisar los plazos. 

No sé... De dónde podría usted sacar ese dinero en cinco días, pero si no lo tenemos, aún puedo agarrarme a que el plazo se ha extendido, y enviar algo que podría darnos otro poco de tiempo más, y quizá pudiéramos tener hasta el 10 o el 13 para reunir el dinero.

El quince... no es el fin, pero sí indica que está cerca. He intentado hablar con un colega que trabaja en ese juzgado, pero no consigo dar con él. 

Francisco por supuesto acepto el café que le ofreció Sara, y le pegó un pequeño sorbo para comprobar si estaba caliente. Luego escuchó con atención a las explicaciones de su empleada sin poder evitar esbozar una ligera sonrisa en su cara.

   - Bueno, al menos no es el final.- Respondió con calma.- Desde que estas aquí las cosas marchan un poco mejor y parece que van recuperándose. Contigo encargándote de gran parte de las cuentas y la administración he podido tener mas tiempo libre, y lo he aprovechado para moverme y hacer reuniones de empresa con posibles compradores e inversores. De hecho, creo que estoy a punto de cerrar una venta mas que jugosa con una empresa china que nos podría sacar del apuro. Ademas, aun me quedan viejos amigos que me deben algún que otro favor, por lo que creo que puedo conseguir el dinero que necesitamos en los próximos días.-

   - En cuanto a tu conocido que no encuentras...- Prosiguió inquisitivo.- ¿Como se llama? Tal vez con unas llamadas pueda saber de él y ponerte en contacto.-

Sara sonríe.

Vaya... Qué buenas noticias. Suspiró un poco más aliviada. Al final lo conseguiremos, ya lo verá.

Cuando Francisco pregunta por el conocido, Sara piensa un poco.

Seguramente ya no trabaje en ese juzgado, pero no se pierde nada. Se llama Manuel Alberni. Quizá haya cambiado de teléfono, no lo sé. 

Francisco asintió conforme sin perder la sonrisa tranquilizadora.

La verdad es que no sabía que pensar al respecto de la desaparición del amigo de su empleada. Probablemente fuera que el tipo hubiera cambiado de empleo o de numero teléfono, pero su mente desconfiada y ligeramente paranoica le hacía sospechar de que se trataba de algo mas turbio.

   - Claro, probablemente sea eso.- Respondió a Sara.- Por si acaso pásame su numero de teléfono. Tal vez yo tenga mas suerte con las llamadas.-

Sara asiente y anota en una hoja lo que sabe de él. Manuel Alberni, su teléfono, y el número de juzgado donde trabajaba.

Ahí tiene. Dígale que va de mi parte, Sara Pulido 'del cuatro', se acordará de mi. ¡Espero! Jejeje...

Francisco no dejó que se traslucieran sus pensamientos y se limitó a volver a asentir.

   - Por supuesto que se acordará.- Respondió melindroso.- Es imposible olvidar a una preciosidad como tu.- Piropeó con gesto inocente antes de dejar escapar una pequeña risa desenfadada.

   - Bueno, y ahora toca trabajar un poco.- Prosiguió despidiéndose de Sara.- Luego te digo si consigo enterarme de donde está tu amigo.-

Después de despedirse, salió de la habitación y acto seguido envió la información de Manuel a Tecnovirus.