Partida Rol por web

THE PUNISHERS

Prólogo privado Francisco

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18/10/2016, 18:30
faith

La mujer se quedó mirando a Francisco, más tranquila... a punto de confiar en él.

Sácate la careta... y hagamo' que pida' la muette.

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20/10/2016, 15:02
Francisco Méndez

Fancisco miró a la mujer con frialdad durante unos segundos.

La primera norma de los Ases era no mostrar su identidad a nadie, pero en aquella situación no es como si tuviera muchas opciones. Aquella mujer no tenía pinta de ceder, así que no podían perder el tiempo en discusiones estériles.

El empresario se bajó la braga que le ocultaba el rostro y dejó que la mujer le viera la cara.

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22/11/2016, 09:49
faith

La mujer le mira al rostro un momento, pensando... y asiente.

No me suena que sea' uno de sus amiguito' enfermo'.  Dejó una pausa y miró a Quintero, cerca de volver a saltar hacia él para terminar el trabajo. Debe ser un competidor... o un ex-socio.

Vamo' a sacale' lo que quiera'... Pero si veo algo raro, os mato a lo' dó'.

Y sin duda tenía intención de hacerlo. Puede que hubiera parado, pero en absoluto estaba tranquila y calmada, la adrenalina rugía como un torrente por sus venas todavía.

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22/11/2016, 22:53
Francisco Méndez

   - No se preocupe, no va ha tener que llegar a esa situación.- Repuso Francisco con una media sonrisa.- Déjeme un momento y manténgase a distancia.-

El plan se había torcido de manera irreversible. La aparición de aquella mujer había dado al traste con todo, pero aun había tiempo de arreglarlo.

Volviéndose a ocultar la cara, sacó el pequeño frasco de cloroformo y untó el pañuelo con él. Entonces se volvió hacia Quintero con calma, como si fuera a auxiliarlo.

   - ¿Se encuentra bien?- Preguntó con tono de preocupación.

Acto seguido, en cuanto lo tuvo lo suficientemente cerca, se abalanzó sobre él y le tapó la boca y la nariz con el pañuelo mojado con el cloroformo.

Notas de juego

PD: Si he de hacer alguna tirada para hacerlo ya me dirás. jeje

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25/11/2016, 12:27
'Director de Juego'

Francisco no tiene complicaciones en dormir a Quintero. El hombre está ahora a su merced, y la mujer, además, aprovecha para quitarle cualquier cosa de valor mientras lo llevan a la furgoneta (Suponiendo que Francisco no se oponga)

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25/11/2016, 14:23
Francisco Méndez

Cuando vio que la mujer iba a aprovechar para robar a Quintero, Francisco intervino y parándola simplemente le dijo.

   - No, ahora no es el momento ni el lugar para eso.-

Luego procedió a acercar la camioneta para cargar al empresario inconsciente en su interior, no sin antes haberlo amordazado adecuadamente con las bridas de plástico.

Acto seguido procedió se marcharon de allí.

Notas de juego

PD: Procedo a buscar un local adecuado para lo que sigue a continuación. Algún tipo de edificio abandonado o a medio construir, que este desierto y solitario. (Puede que sea algo mas fácil de encontrar si el local está en las afueras)

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26/11/2016, 10:06
'Director de Juego'

La mujer parece molesta porque no le dejen robar al hombre al que va a matar. Sin duda, pensaba ella, Francisco no podía entender la necesidad que ella tenía de ese dinero... Pero no se opuso a lo que el grandullón fuera a tener en mente. Solo esperaba poder cogerlo después.

Montaron a Quintero en la furgoneta, y la mujer fue detrás con él, ya que estaba bien ensangrentada, y llamaría muchísimo la atención si iba de acompañante.

Francisco condujo bastante lejos, hasta unas obras paralizadas de un centro comercial que iban a construir a las afueras de Mataró y que quedó en agua de borrajas. Aún quedaba al menos un techo y algunas paredes levantadas, y por supuesto bastante, bastante maleza. No le pareció ver indicios de que nadie ocupara aquél lugar, así que le pareció bastante bueno para lo que tenía en mente.

- Tiradas (1)
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26/11/2016, 16:32
Francisco Méndez

Forzando la verja para entrar, Francisco condujo la furgoneta a través de los ajados y abandonados caminos de la obra hasta aparcar entre los fundamentos de la estructura, ocultando así el vehículo y dejándolo fuera de la vista.

Deteniendo la furgoneta miró a su ensangrentada acompañante.

   - Espere aquí y vigile a Quintero.- Le dijo con seriedad.- Sin robarle por favor...-

Entonces bajó de la furgoneta y procedió a prepararlo todo.

Primero descargó la pesada bolsa de gimnasio donde llevaba todo el equipo que iban a necesitar. Buscó una habitación apropiada y no le costó encontrar una sala del piso superior donde aún aguantaban las cuatro paredes donde podrían hablar con el prisionero sin que nadie pudiera escucharles o verles en la distancia.

Dejó la mochila allí y volvió a bajar para buscar algo donde pudiera sentar a Quintero. Para ello, fue a una caseta de obra que había al lado del edificio a medio construir. En su interior encontró una mesa y varias sillas de metal algo desgastadas. Era de imaginar que aquel lugar había sido el puesto del vigilante de la obra antes de que esta fuera abandonada por la crisis.

Cogiendo las sillas, subió de nuevo a la sala donde había dejado sus cosas y comenzó a disponer el escenario.

Colocó una de las sillas en medio de la sala y la otra, en un rincón de la misma cercano al umbral de la puerta que daba acceso. Al lado de esta última colocó varios pales de obra carcomidos amontonados a modo de mesa. Entonces abrió la mochila y sacó una pequeña cámara de video digital que dejó apoyada encima de la improvisada mesa, con el objetivo centrado en la silla de en medio de la sala. Usando varias linternas portátiles, iluminó la sala de forma estratégica para resaltar el centro de la habitación.

Luego, sacó la máscara de guerra de la mochila, comprobó que el distorsionador de voz integrado funcionara correctamente y la dejó sobre la mesa al lado de la cámara.

Entonces bajó de nuevo y aproximándose a la furgoneta indicó a la mujer que bajara.

   - Venga conmigo.- Le indicó circunspecto.

Abriendo las puertas de atrás, entre los dos sacaron el cuerpo inconsciente de Quintero y lo subieron al piso de arriba, donde Francisco procedió a maniatar al tipo en la silla, le colocó una cinta de embalar en la boca, le cubrió los ojos con un pañuelo y le tapó los oídos con unos tapones, sometiéndole así a una privación sensorial.

Una vez hecho eso, le indicó a la mujer que lo siguiera fuera de la sala, donde podrían hablar tranquilamente, por si acaso aquel desgraciado pudiera escucharles.

   - Muy bien, y ahora quiero que me diga que es lo que le ha hecho Quintero para odiarle con tanta inquina.- Le repuso con frialdad.- No escatime en detalles.-

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27/11/2016, 12:04
faith

La mujer frunció el ceño, pensando por un momento si se trataba de simple morbo, o realmente quería saber qué había hecho. Mirando a los ojos de Francisco, trató de hurgar en sus pensamientos.

Entré a trabajá con é. Tengo dó hijos... de sei' y ocho', y mi hombre se fue con otra hase año'. Taba sola, casi no podía dal·les de comé. Sabía lo que tenía que hasé allí para seguí trabajando, pero lo hasía por mih hijo'. Miró hacia la puerta donde tenían a Quintero atado.
Él sencaprichó de mi. Casi cada dia... Intenté que sencaprichara d'otra, pero... Sacudió la cabeza Un dia s'enfadó, y cuando lo hisimo me... Le costaba decirlo. Me dio por detrá tan fuerte que me hiso daño. Apena llegué al hospitá, y cuando pude volvé a caminá volví a trabajá, y otra vé quería culo... Le dije que no, que por detrá no... Y me echó. 

Sin trabajo', mi' niño se lo llevaron lo' servisio sosiale'. 
Le miró de nuevo a los ojos. Las lágrimas le estaban limpiando regueros de sangre en la cara.
Para recuperal·loh disen que nesesito trabajo pa' dal·les de comé y una casa que no sea ocupa, o aunke sea una habitasión... Así que... Io pierdo a mis hijo'.... Pero a él lo voy a matá. Vaya si lo voi a matá. Ya viviré de lo que puea, pero a él lo mato...

Su respiración vuelve a acelerarse y sus puños se cierran con fuerza. Recordar sus penurias ha vuelto a enardecerla, necesita unas palabras de calma o volverá allí a reventarlo a golpes otra vez.

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27/11/2016, 14:36
Francisco Méndez

Francisco asintió sombríamente.

   - No se preocupe, pronto llegaremos a ese punto.- Respondió con tono tétrico.- Lo que le hizo a usted...- Prosiguió señalando con la cabeza hacia la habitación de al lado.- Se lo ha hecho también a otras mujeres, pero de una u otra manera eso terminará hoy. Eso se lo prometo.-

Mirándola con detenimiento pensó en lo que aquella mujer había sufrido en manos de aquel desgraciado. En lo que había tenido que sufrir Sara, y aquello lo enfadó aún más si cabía.

   - ¿Sabe si hay alguien más implicado en los "asuntos" de Quintero?- Preguntó con un gruñido.- ¿O lo hacía él solo?-

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27/11/2016, 14:42
faith

Sí, lo sé. Mushas. Francisco preguntó por sus cómplices, y la mujer lo pensó un momento. No. Él solo... a veses con más shicas... y a veses invitaba a amigos, pero nos desía que fingiéramos ser puta'... Para que sus amiguito' no supieran q'éramos empleás. 

Gruñó y frunció el ceño.
Má o meno... Los invitaba' a unos polvete'... y le salía grati'.

Miró a Francisco a los ojos, soltando algo que andaba guardando y sospechando. Aquella mujer podía tener muchos defectos, pero idiota no era.
Esa careta tuia... Con el Á' de pica'... ¿Eres d'ese grupo, Talión?

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28/11/2016, 00:14
Francisco Méndez

Francisco asintió circunspecto.

   - Así es.- Respondió simplemente.- Pertenezco a Talión.-

La historia de su tertuliana le había revuelto el estómago. El asco que le producía lo que Quintero había hecho le hizo recordar él porque había comenzado con todo aquello. La razón por la cual se había autoimpuesto la misión de castigar a la escoria que intoxicaba la sociedad. Parásitos que no sabían hacer nada más que aprovecharse de los inocentes, de reducir sus vidas a escombros por mero egoísmo y diversión.

Francisco había estado en la misma situación que aquella mujer. Enzo Cartini se lo había arrebatado todo. Había matado a su mujer y sus hijas por quedarse con un proyecto urbanístico que al final ni tan siquiera se había llevado a cabo. Había destruido su vida, lo había aniquilado como persona y borrado cualquier esperanza que quedara en su existencia. Pero en su miseria y desesperación había logrado recomponerse. Él hombre que había resurgido de sus cenizas no era ni de lejos el mismo, pero no se arrepentía de nada. La “ley” no había hecho nada por ayudarle, así que se había convertido en su propia ley para que gente como aquella mujer no tuviera que sufrir en manos de personas despreciables como Quintero.

   - La justicia no te ha ayudado, te lo han arrebatado todo, pero puedo prometerte algo.- Le dijo con calma aparente.- De una manera u otra, hoy Manuel Quintero será castigado.-

Notas de juego

PD: Por cierto, la mascara no tiene el As de Picas, sino el As de Diamantes. ;)

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28/11/2016, 10:30
faith

La mujer sonrió. No de felicidad, si no que fue una sonrisa que podría helar la sangre de casi cualquiera. Aquella mujer deseaba una sangrienta y cruel venganza. No era como los Ases, o no por el momento. Ella no quería justicia, quería vengarse de quien había terminado de hundirle en la ruina, y no lo haría fríamente, si no que disfrutaría de cada golpe o puñalada que le diera.

Me alegro de q'os vaya bien. Suerte.

La mujer no se interpuso más en lo que fuese que fuera a hacer Francisco con Quintero, al menos hasta el momento de matarlo.

El hombre aún sangraba por las heridas que le había infligido la mujer, y parece que empezaba a despertar.

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28/11/2016, 17:46
Francisco Méndez

Francisco asintió seriamente.

   - Parece que ya ha despertado.- Gruñó mirando hacia la sala.- Cuando entremos quiero que se siente en la silla que he dejado al lado del umbral de la puerta. Por favor, no se mueva de allí y no diga nada hasta que termine con él.-

Esperó a que la mujer confirmase su conformidad y entonces entró en la habitación.

Una vez dentro, encendió la cámara y comprobó que el zoom estuviera correcto y centrado en un plano desde el cual solo se viera a Quintero desde las rodillas para arriba. Una vez hecho eso, tiró su capucha para atrás, se quitó la braga, y en su lugar se puso la máscara de guerra con el símbolo del As de Diamantes, tras lo cual volvió a cubrir el resto de la cabeza con la capucha.

Dejó unos minutos, para que el amordazado señor Quintero pudiera terminar de despertar, y darse cuenta de su indefensión. Dejó que se revolviera en su firme amordazamiento, que el pánico recorriese la mente y el cuerpo del empresario, que pudiera imaginarse un millón de males posibles que estaban por abatirse sobre su persona, sin que pudiera verlos ni sentirlos venir.

Entonces, Francisco desenfundó la glock 17 que llevaba encima, le acopló el silenciador y le dio al play de la cámara, que empezó a grabar silenciosamente.

Acercándose a Quintero, primero le quitó los tapones, para que pudiera escucharle, y acto seguido le quitó la venda de los ojos para que pudiera verle.

   - Voy a quitarte la cinta de la boca.- Le dijo a su presa con voz fría y profesional.

El distorsionador integrado en la máscara hizo su trabajo, modulando su voz haciéndola totalmente irreconocible y dando un tono grabe y mecánico a sus palabras.

   - Cuando lo haga, no cometas el error de gritar.- Prosiguió advirtiéndole.- Estamos solos, no hay nadie que pueda escuchar tus gritos, y además, te volaré la puta garganta antes de que puedas pedir ayuda alguna. Asiente con la cabeza si has comprendido.- Finalizó haciendo hincapié en esa ultima parte apoyando el cañón del silenciador en la garganta de Quintero.

Notas de juego

PD: En cuanto asiente le quito la cinta de la boca.

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28/11/2016, 19:39
Manuel Quintero

Manuel Quintero estaba débil, pero aún con las heridas, la adrenalina no le permitía desfallecer.

Lloriqueaba y gemía... y asintió cuando Francisco le quitó la mordaza. No gritó, pero sí habló.

Haré lo que quieras... Sollozó. Te daré lo que quieras, todo el dinero que tengo... Pero no me mates, por favor... Te lo suplico... Te lo suplico....

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28/11/2016, 23:42
Francisco Méndez

Mirame.- Le dijo con un gruñido al tiempo que le aferraba de la mandíbula obligándole a mirarle directamente.

   - ¿Te parece que estamos aquí por tu dinero?- Preguntó impasible.- ¿O tus suplicas?-

Soltándole con un gesto seco cargado de desprecio caminó a su alrededor, y colocándose detrás de Quintero apoyó las manos enguantadas en sus hombros casi como si le estuviera haciendo un masaje amistoso.

   - No, estamos aquí porque el hombre es un lobo para el hombre.– Sentenció con un tono tranquilo como si fuera un padre comprensivo hablando con un hijo que no ha comprendido una lección.- Estamos aquí por todo el mal que has hecho. Estamos aquí para que confieses tus pecados, y te recomiendo encarecidamente que lo hagas cuanto antes.-

- Tiradas (1)

Notas de juego

PD: Tiro intimidación por si hace falta un empujoncito para que lo cuente todo.

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29/11/2016, 09:23
Manuel Quintero

Manuel sigue lloriqueando. Parece saber bastante bien por dónde va la cosa. Aunque ha sido una casualidad, seguramente haya atado a la mujer negra con Francisco en el mismo dúo, por tanto... No va de evasiones fiscales.

Yo he... he abu... Le cuesta decirlo, y no por las heridas. He abusado de mi... autoridad, para tener relaciones CONSENTIDAS con mis empleadas... Joder, sí! ¿Es que no hay policía para esto!?

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29/11/2016, 18:36
Francisco Méndez

Al escuchar las palabras de Quintero, la furia de Francisco fue creciendo en su interior hasta convertirse en un incendio ardiente.

   - ¡¡¡¿CONSENTIDAS?!!!- Bramó como un rugido atronador que fue amplificado por el distorsionador de voz.- ¡Ellas no consintieron!¡Las forzaste!¡Las coaccionaste con echarlas a la calle y hundirles en la miseria si no lo hacían! Las obligaste a prostituirse con otros hombres, les hacías daño y las hundías en la miseria y cuando finalmente te aburrías de ellas las despedías. Hay un solo termino para describir lo que les hacías. ¡Violación!-

Mientras realizaba su alocución, Francisco caminaba a través de la sala como si estuviera exponiendo las maldades realizadas por Quintero en un juicio.

   - En cuanto a la policía…- Prosiguió con vehemencia pero tono más templado.- En ningún momento cumplió con su cometido de proteger a esas mujeres. Pertenecen a  un sistema que miró para otro lado mientras tú las violabas. Un sistema, que solo intervino para acabar lo que tu empezaste, que les quitó la casa a esas mujeres cuando se quedaron sin trabajo, que les arrebató a sus hijos y todas sus esperanza. No… hace tiempo que la policía no cumple con su cometido. Tiempo que deja que la escoria como tú pulule libre. Tiempo que deja que la justicia se venda al mejor postor mientras la gente inocente sufre.-

Parándose al lado de la bolsa de gimnasio, se agachó y abriéndola metió las manos en su interior.

   - Y por eso, estamos aquí…- Prosiguió sacando la pesada pistola de clavos industrial de la bolsa.- Porque has de pagar por lo que has hecho, y nadie mas parece dispuesto a hacerlo.-

Aproximándose a Quintero, se paró delante de él.

- Es tu última oportunidad de confesar.- Finalizó con frialdad mientras sopesaba la pistola de clavos delante de su prisionero.- El momento de decir la verdad.-

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29/11/2016, 21:02
Manuel Quintero

Manuel lloriqueaba. Se notaba que quería discutir ciertos puntos... él no les había quitado a sus hijos, no era su responsabilidad, y desde luego seguía sin sentir que las hubiera violado, para él era... parte del trabajo. Como cualquier prostituta, que cobra por sexo, ellas lo hacían por lo mismo, y por un trabajo estable.

Pero obviamente, todo aquello no se lo dijo a ese hombre peligroso y furioso.

Yo... ellas, todas, estaban en una situación desesperada... Les di trabajo pero me aproveché, sí... De verdad, lo siento... Lo siento... Fue... malo, estuvo fatal...!

Desde luego, no había sonado suficientemente convincente para la mujer, que se levantó de donde estaba sentada, y volvió a empuñar el cuchillo.

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29/11/2016, 23:30
Francisco Méndez

Francisco hizo un leve gesto hacia la mujer, con la clara intención de llamarle a la calma.

Miró fríamente a Quintero durante unos segundos. Era evidente de que aquel hombre no se arrepentía de nada, simplemente estaba aterrorizado de llevarle la contraria. Para él, forzar a unas mujeres para prostituirse para y para él era lo más normal del mundo. Destruir sus vidas no era nada de lo que arrepentirse.

Pero pronto se iba a arrepentir. Francisco se aseguraría de ello.

   - Señor Quintero.- Dijo llamándole la atención.- ¿Conoce la ley del Talión?-

Mientras hablaba, caminó hacia la improvisada mesa. Dejó sobre ella la pistola de clavos y cogió la cinta americana.

   - Es una ley primitiva.- Prosiguió sin esperar a que su prisionero respondiera.- Un principio jurídico de justicia retributiva usada principalmente en la antigüedad. El ojo por ojo, diente por diente, legislado y aplicado de manera rígida y directa.-

Arrancando un pedazo de cinta se la pegó en la boca sin hacer caso a ninguna queja.

   - Algún gilipollas moralista que no ha meado nunca contra el viento diría que es una aberración y que la justicia actual es mucho más civilizada y equilibrada.- Prosiguió explicando de manera casi mecánica.- Pero ambos sabemos que no es así, sabemos cómo funcionan las cosas. Hoy en día es fácil eludir la justicia, es tan simple como comprar a un policía, un juez o a un político con dinero y muchas mujeres. Pero, los tiempos están cambiando. Todas las personas tienen un límite, y cuando el mundo y su "civilización" se van por el retrete, al final alguien se levanta y se niega a aceptar la injusticia. El mal une a los hombres y cuando lo hacen estos suelen estar muy cabreados.-

Acercándose  de nuevo hacia los palés recogió la pistola de clavos

   - Yo soy uno de  eso hombres cabreados.- Sentenció con contundencia mientras se aproximaba hacia él.- Y he venido a castigarte por lo que has hecho.-

Notas de juego

PD: Molonidad en modo ON. XD