Partida Rol por web

Un imprevisto... pero qué era una incursión sin imprevistos. Ese sistema era viejo del carajo. Parecía un viejo almacén lleno de herrumbre con cables por varios lugares y unas cuantas lucecitas encendidas en lugares dispersos. Quizá los pocos periféricos conectados a ese sistema.

En una esquina un tipo sentado en una silla encendió una linterna y se levantó. En la otra mano tenía una especie de radiotransmisor o al menos un panel con botones. Estaba claro que iba a activar la alarma si Steve no hacía nada.

Con un rápido movimiento Download se colocó detrás de él y, de inmediato, la luz de la linterna se apagó. Solo quedaban las pequeñas lucecitas encendidas. Era hora de investigarlas.

Finn accedió. Al fin y al cabo era lo que habia pretendido. Levantó las manos y regaño con la mirada a Jay.

- Dejad vuestras armas en el suelo y os dejaremos ir. No os vamos a dejar ir armados para que podais reagruparos. 

Después de que lo hicieran Finn levantó las manos y se encaminó a la puerta para darle la señal al grupo de que estaba despejado.  

- Estos caballeros dicen que se marchan - le dijo al primero que entró- Dejadles marchar, recargad municion y vamos al lio, aun queda lo peor. 

Dos de los hombres empiezan a bajar las armas, pero el que seguía apuntando a Jay niega con la cabeza. - ¡Y una mierda! - dice mientras aprieta el gatillo, soltando una ráfaga de balas. Sin opciones de buscar cobertura, Ripper salta hacia un lado y sólo recibe parte de la ráfaga, que su chaqueta blindada absorbe, mitigando en gran medida el daño que llega a recibir.

El salón vuelve a convertirse en un pandemonium, mientras el tipo que ha disparado se vuelve hacia Finn con intención de continuar el trabajo y los otros dos, aún armados, hacen amago de dirigirse hacia la ventana para escapar por allí.

Sumido en su realidad virtual, Donwload acaba con el único guardia del almacén sin ninguna dificultad.

Se toma su tiempo para investigar el lugar. Las lucecitas parecen centrarse en un antiguo panel de control y cada uno de los cables seguramente gestione la corriente en uno de los apartamentos y los rellanos de cada piso. Por lo que puede ver, algunas de las bombillas parecen completamente fundidas o incluso faltan en el panel. En particular, toda la cuarta fila se mantiene completamente apagada. Tanto en la primera como en la tercera y sexta filas hay algunas de las luces que parpadean de forma irregular: la corriente llega a ellas de forma irregular y no parece muy seguro tocarlas. El resto de las bombillas parecen en perfecto estado, al menos todo lo bien que podrían estar en este destartalado almacén.

Tras observar la sala un poco más, encuentra otro control que seguramente comunique con el ascensor. Junto a una palanca hay una serie de números del 1 al 7. Los pisos del edificio. Observando el rail, parece que está bloqueado en ambos extremos, haciendo que la palanca no pueda subir del todo ni bajar a los dos últimos niveles. Eso restringe el elevador a los pisos 3 y 6. Ahora mismo, parece parado en el 5, lo que hace que ese número se ilumine con una luz blanca a la que, claramente, le falta potencia.

-AH! -Bramó Jay al notar los balazos, y con la mirada inyectada en sangre, fijó su vista en el tipo que le había disparado.

-¡¡CERO!! -Aún con la motosierra en la mano, saltó por encima de un sofá hacia el tipo que había osado rechazar su poco habitual oferta de rendición, rebanándole el brazo del arma y tirándolo al suelo con un violento codazo en la cara.

-Las kagao pero bien -Gruñó con un tono que helaba la sangre. Mientras su víctima aún no se había repuesto del shock, Jay lo cortó en dos a la altura de la cadera, pateando luego sus piernas por ahí. -Ke te jodan- Le dijo antes de escupirle. A los otros tipos sólo les echó una mirada por si querían seguir los pasos de su colega, y si no, se marcharía con Finn.

-Listo por akí, kolega -Comentó ensangrentado de arriba abajo- A por el cerebrín

Jay se encarga del tipo que le ha disparado y los otros aprovechan que está entretenido para saltar a la calle a través de la ventana y escapar corriendo. Disparan a lo loco a los hombres de Finn para cubrir su retirada pero, como si temiesen transformarse en una estatua de sal cual mujer de Lot (o, más bien, como si temiesen que Ripper les persiga) no miran ni una sola vez atrás.

Uno de ellos recibe una herida de uno de los guardias de Finn, pero consiguen escapar vivos. No parece que vayan a ser un problema a corto plazo, de todas formas.

- Tenemos un herido - le dice uno de sus hombres al fixer tras acercarse a la puerta. - Os esperamos en la furgo. Avisadnos por el comunicador y la traemos hasta la puerta...

El grupo se repliega mientras os dejan observando la entrada. La mitad de las paredes ya estaban derrumbadas antes de la explosión del baño, pero la sacudida ha hecho que el polvo se levante por toda la sala. Download no debería tardar en hacer lo que quiera que esté pensando con el sistema y entonces podréis subir a buscar al "cerebrín". El ascensor parece bloqueado, pero las escaleras, aunque llenas de polvo, baldosas rotas y mierda en general, son perfectamente practicables.

Finn sonrió. Al menos aquello habia salido bien. Aunque también era verdad que lo que queria el fixer era que sus hombres le acompañaran en el asalto. Si eran más, sería más fácil acabar con los peligros que pudieran encontrarse dentro. 

El fixer miró la pared, los azulejos hacían que el sonido rebotara mucho y si bien era cierto que eso podia avisar de su llegada, también podía suponer una ventaja en un momento determinado. 

Download se quedó mirando unos instantes el panel que controlaba el ascensor. Parecía claramente bloqueado. En la mano del hacker apareció una especie de destornillado luminiscente.

Con cuidado el hacker hizo palanca liberando el pasador que impedía el funcionamiento del ascensor.

—Con suerte esto es suficiente —masculló mientras centraba su atención en el resto del panel.

Con la punta del destornillador toco uno de los cables. Sin pensarlo dos veces tiró del cable e hizo un par de empalmes aquí y allá. Eso debería de ser suficiente para tomar el control de las cámaras.

El hacker conecta un pequeño dispositivo al antiguo ordenador del edificio y redirige a su consola todo el control del sistema del ascensor y luces del edificio. El control que tiene sobre el nodo le permitirá manejarlas a su gusto en cualquier momento que os pueda ser de utilidad.

Por su parte, Finn, después de hablar con sus hombres, se dedica da explorar un poco la zona, algo decepcionado al saber que no va a contar con todo el apoyo que esperaba para el asalto al quinto piso. Ripper empieza a impacientarse y se dirige finalmente hacia el único camino posible para llegar a vuestro objetivo: las escaleras.

Subís con cuidado (unos más que otros) y llegáis hasta el segundo piso. Despejado. Al menos hasta donde podéis ver en los pasillos, claro. Si hay alguien oculto en alguno de los apartamentos del edificio no lo vais a poder ver desde vuestra posición, lo cual puede dejar vuestra retaguardia desprotegida.

Maldiciendo, no tenéis otra alternativa que seguir subiendo. Sin embargo, al llegar al siguiente giro de la escalera, el débil reflejo de una luz roja llama la atención de Finn. Con un rápido movimiento hace parar a Jay y le indica con un gesto que se asome con cuidado. Al hacerlo, el asesino ve una mina con un sensor de proximidad. De haber seguido avanzando probablemente habría servido para ensanchar el hueco de la escalera...

Estaba claro que sus enemigos sabían que estaban alli. Por lo que a Finn tampoco le preocupaba ahora mismo evitar hacer demasiado ruido. Mirando al suelo cogió uno de los cascotes de lo que habia sido la pared, o las escaleras no podía estar seguro. Tenía el tamaño de su palma. 

Jay se quedó mirando cómo cogía una piedra, dudando si tirarla o no tirarla... Jay bajó al primer piso de nuevo sin decir nada a nadie a buenas zancadas, con una sonrisa en la cara. Nada bueno.

Cuando subió, llevaba al hombro uno de los cadáveres ensangrentados, y pasó por delante de sus colegas y se preparó para tirarlo por la esquina. Puso el cadáver en pie y le dio dos palmaditas en el hombro.

-Gracias kolega. Siempre fuiste la puta bomba.

Miró a sus compañeros
-Así pensarán que hemos palmao

Y empujó el cadáver hacia la mina.

Download se desconectó de la red y miró a su alrededor. Todavía se oían los disparos en la otra sala.

Asomó la cabeza para cruzar la mirada con Finn. Con un gesto le indicó que era momento de subir antes de que escaparan. Y sin pensárselo dos veces, corrió hacia las escaleras.

La explosión reventó la barandilla de la escalera y cascotes de ladrillo, yeso y trozos de metal arrasaron por completo el descansillo, dejando daños perfectamente visibles tanto en el segundo como en el tercer piso. Y, por supuesto, en los tres runners que estaban tratando de alejarse de la mina.

Jay aguanta el daño algo mejor que sus compañeros, que son derribados al suelo por la explosión. Tardan unos segundos en recuperarse y levantarse y, cuando empiezan a hablar, se dan cuenta de que la onda expansiva les ha dejado algo atontados y sólamente escuchan un pitido. Alzan la voz y poco a poco recuperan la audición y comprueban que todos están bien.

Ripper es el único que se mantiene lúcido, al menos lo suficiente como para escuchar voces unos pisos más arriba. Si la explosión en el baño o el tiroteo no había llamado la atención de los secuestradores, seguramente ahora estén preparando la defensa del piso. Un rápido vistazo le confirma que hay dos caminos: la escalera y el ascensor, que según la informaicón de Download sigue parado en el quinto piso. Al menos la explosión no ha dañado ninguno de ellos, así que los defensores tendrán que vigilar ambos accesos.

Cuando Finn fue a proponer su idea, Jay lanzó el cuerpo del hombre. Y lo siguiente fue volar por los aires hasta parar contra la pared. Tradando un tiempo en recuperarse y ponerse en pie, Finn no sabía si echarle la bronca a Jay por la temeridad, o felicitarle por haber resuelto el problema.

A Jay aún le pitaban los oídos por la explosión, y ya estaba sacudiendo la mano con expresión de carcajada contenida, como cuando has gastado una broma pesadísima y tratas de que el blanco de la broma no te oiga descojonarte.

-La hostia, ke pepinazo... -Dijo apenas conteniéndose- Vamo ara ke estarán viniendo.

Cogió su escopeta, sin reparar en los daños que habría sufrido por la explosión, y avanzó como pudo, pero en silencio y con cuidado. La idea era avanzar despacio, esperando a que apreciesen algunos tipos que vinieran a comprobar si habían muerto todos... Y volarles la cabeza a escopetazos.

—¡Maldito tarado! —masculló Steve tras levantarse del suelo tras la explosión.

No le gustaban los métodos de Jay y se lo había hecho saber en más de una ocasión. Cualquier posibilidad de infiltración discreta había quedado anulada así que ahora el tiempo jugaba aún más en su contra.

—Vamos, deprisa. Ya saben que estamos aquí. ¡Vamos a tener problemas! —dijo mirando a Jay con el gesto enrudecido.

Download comenzó a subir la escalera comandando al grupo.

Seguís subiendo por las escaleras, atentos a cualquier grupo que pueda llegar desde arriba. Llegáis al cuarto piso sin que ocurra nada y, en cuando Donwload se asoma por ese tramo de escaleras, un par de disparos levantan sendas esquirlas de piedra en la pared junto a su cabeza.

- ¡Están aquí! - se oye una voz de aviso, seguida rápidamente de varios pasos.

Afortunadamente, el hacker ha tenido tiempo suficiente como para mirar el acceso al piso superior. El grupo de Montero ha utilizado un par de armarios destartalados para montar una improvisada barricada en la escalera y varios tiradores se han parapetado allí. Steve ha visto a dos de ellos, entre los que no ha distinguido el ojo cibernético de Montero.

Estáis a un solo paso de llegar a vuestro objetivo pero, ¿cómo vais a hacerlo?