jajajaja no hacía falta, pero sí, ha sido una mierda. La verdad es que el problema no es encontrar armas sino atreverse a usarlas, teniendo en cuenta de que a lo mejor explotan.
Thalassa vio como el grupo se aprovisionaba, pero ella ya disponía de una pistola y no quería nada más. El lanzallamas estaba bien, pero pesaba demasiado y no se fiaba de que no explotase, así que prefirió quedarse con lo tenía. En lugar de eso, se dedicó a explorar la sala y vio que había una puerta, así que entró por ella para ver a dónde llevaba.
Solo era una puerta cerrada, lo que sucede es que estoy rodeada de gente con poca destreza. Yo no me pongo detrás del que lleva el lanzallamas, que conste.
Ford entró en lo que parecía ser una Sala de Calderas. Obviamente, la maquinaria estaba oxidada y con aspecto de no volver a funcionar jamás, pero rápidamente se dio cuenta de que quizás lo único que necesitara fuese combustible. Hasta ese momento, el frío no había sido un problema, pero quién sabe cuándo lo sería.
Aparte de eso, no había nada más.
El sargento continuó avanzando en la oscuridad del túnel, obsesionado con la idea de "cazar" a Ford, hasta que llegó a un punto en el que había una sala nueva, con unas puertas dobles abiertas, a su izquierda. También podía continuar por el túnel principal y ver a dónde llevaba aquello.
La nueva Victoria no sentía ni frío ni miedo. Solo necesidad. Sabía, por el calor de las pisadas que veía en el suelo, que una persona, Ford, había pasado por allí, así que siguió andando.
Tras un rato, llegó a una bifurcación y "leyó" en el suelo. Parecía que hubiese habido una pelea. Uno de los dos hombres había caído y el otro había continuado hacia delante. Después, el hombre caído se había levantado y había seguido al primero.
O sea que eran dos. Ford... y alguien más, y ambos seguían por el túnel. Por otro lado, el camino de la derecha ya lo conocía, porque se dirigía hacia el laboratorio, pero las huellas no iban hacia allí.
NOTA: En el laboratorio hay especímenes de cosa, que están en estasis y no pueden morir. Vamos, que podrías soltarlos si quisieras. Lo que ocurre es que si haces eso, se te escapan, por el momento al menos, los otros dos. Tú decides.
McQueen continuaba su loca carrera en la búsqueda de Ford
He de recuperar mi arma y acabar con Ford, es mi objetivo principal
En un momento dado escuchó el ruido de los helicopteros y notó el zumbido de los disparos. Estaba en Siria, cerca de Alepo, cuando tropas insurgentes les estaban disparando. Había perdido su rifle pero aún disponía de su pistola y devolvía el fuego. Delante suya el campamento enemigo, objetivo de su misión.
La imagen del campamento enemigo de desvaneció dando paso a unas puertas abiertas en el pasillo donde se encontraba
Si Ford ha sido listo habrá abierto las puertas para despistarme y continuar adelante
Se quedó escuchando unos segundos
Pero no puedo dejar de investigar este lugar, tal vez esté aquí o encuentre algún arma que me pueda ser de utilidad
Sacó el papel donde había dibujado el segundo mapa de la base, aunque con cierta indecisión, ya que no tenía muy claro donde había encontrado a Hasan y a la criatura, donde estaba el laboratorio y donde se encontraba él. Tras estudiarlo, como si fuese un plano táctico se dispuso entrar en la habitación, tras asomarse primero y alumgrar después el interior de la habitación.
Mi objetivo primordial es encontrar un arma, luego iré acabando con los demás, por último volar la base, aunque si puedo hacerlo desde un principio podré librarme de todos los enemigos de golpe.
-Vaya, ésto es nuevo- me detuve y observé la maquinaria con detenimiento, parecía algún tipo de generador que funcionaba con combustible-Al fin y al cabo quizás tenga algo de suerte-dije con voz agotada. Comencé a curiosear en busca de otra puerta o pequeño almacén esperando encontrar algo de gasolina.
Si al final no hay nada retomo el camino del pasillo oscuro que me queda por explorar.
No hay nada, así que sales ;)
*Cruzando dedos* xD
La base estaba en silencio y el túnel, dominado por las sombras, pero tres figuras aparecieron aproximadamente en el mismo lugar, al mismo tiempo.
Por un lado, Ford salió de la Sala para encontrarse.... otra vez, frente a frente con McQueen, que estaba entrando. Y por otro, Victoria acababa de llegar desde la oscuridad y se había situado justo delante de ambos.
McQueen y Ford se miraron... y miraron también a Victoria.
Ejem, ejem.
Podéis narrar, pero cuando queráis hacer algo, hacer una tirada de PERCEPCIÓN, SOLO PARA EL DIRECTOR que indicará vuestra reacción y el orden de acción, por si hiciese falta.
Después, las acciones.
Si queréis usar fuerza o destreza física, atletismo.
Para todo lo demás, estoy yo. Preguntadme. Suerte.
Mucha tranquilidad veía yo...¿Puedo saltar otra vez la grieta? XDDD
jajajajajajaja
Pues creo que no hay grieta, pero no entiendo tu preocupación. Si estás entre amigos.
Necesito poner el Te he echado de menos de Pablo Alborán Jajajajahahahah
Diría lo mismo, si no te hubiesen convertido en un monstruo de otro universo sediento de sangre, no sé si correr disparar, o pegarme un tiro ¡Hay tantas opciones! jajajajaja
Bien, ahora todos estaban armados. No con última tecnología, pero les serviría para responder a cualquier situación inesperada. Brochard torció el gesto cuando vio a Kleist colocarse aquel viejo lanzallamas a la espalda, aterrado ante la idea de un mal funcionamiento. Un fusil podría encasquillarse. Un par de bidones de queroseno... traía problemas algo mayores. Sin embargo, lo de pdoer derretir paredes de hielo parecía una buena idea.
- De acuerdo Kleist, pero tenga cuidado con ese trasto. Compruebe que no tenga fugas. Avise si necesita ayuda encendiéndolo.
Acto seguido, pudo comprobar como Bright avanzaba a la puerta abierta totalmente sola, claramente dispuesta a ver que había al otro lado. No solo era capaz de abrir puertas como si nada, también tenía la sangre fría de afrontar un nuevo paso en solitario. Aquello tranquilizó a Brochard. Supliría sus pocas agallas.
- Espere Bright, deje que ilumine.
Siguió a la arqueóloga, empuñando en fusil con la linterna también agarrada en el guardamanos. No era lo más ergonómico, pero valdría por el momento. Una vez a su altura, iluminó la abertura que dejaba la puerta, entrando junto a ella y tratando de vislumbrar en que maldito agujero se estaban metiendo.
Victoria anduvo hasta que ,al fin, encontró rostros conocidos.
¿Aún vivís? -preguntó asombrada.- Algo me decía que el sargento iba a acabar muerto y que tú fueras su víctima. -suspiró-. Supongo que son cosas de la vida...
Se encogió de hombros y tiró unas llaves que tenía en los bolsillos al aire, dirección a Ford.
Dijiste que si moría... curaría de mis animales, así que... Te tomo la palabra. Sí, ya , lo sé. No puedes asimilar el por qué estoy viva. En el laboratorio hay unos productos químicos. Después de todo, una debe tener noción de todo cuanto le rodea. Y, ahora, bien... ¿Hacia dónde vais?
Se cruzó de brazos, calmada.
Motivo: Tirada de percepción
Tirada: 1d10
Resultado: 1(+2)=3
Motivo: Tirada de Atletismo
Tirada: 1d10
Resultado: 3(+2)=5
Te hago las tiradas que pides.
-En el mejor de los casos, no tendremos que utilizar el lanzallamas -indicó Kleist, pensativo-. Sugeriría que alguien cargase también con el otro. -señaló con la cabeza al otro lanzallamas que quedaba, indicando a Brochard y Langley que lo cogieran para no dejar allí aquella arma tan peculiar-. En una mala circunstancia, se puede preparar con él una buena "barbacoa" sin necesidad de accionarlo, al menos mientras tengamos balas en nuestras armas.
Aun así, el historiador se aseguró de que el lanzallamas que portaba no tuviera ninguna fuga en los bidones de queroseno. En esos momentos, se sentía como Ellen Ripley, la protagonista de Alien, solo que treinta centímetros más alto y con un poco más de testosterona. En su mente casi podía oír la voz del sargento McQueen diciendo la mítica frase "Matadlo antes de que ponga huevos".
Advirtió que Bright y Brochard se adelantaban a una puerta que se encontraba abierta y decidió seguirlos con paso decidido, sosteniendo el fusil alemán entre sus manos.
La linterna de Brochard iluminó lo que parecían ser unos barracones. Montones de camastros desechos se acumulaban unos al lado de otros, menos algunos de ellos, que se habían colocado justo delante de la puerta, con el fin de taponarla y que nadie entrase, resultando de lo más curioso.
Claro de que nuevo, la curiosidad dio paso al horror. El suelo estaba lleno de esqueletos acumulados unos encima de otros, sobre manchas oscuras que, presumiblemente, debía ser sangre.
Era como una pira funeraria... pero sin fuego.
Tirada de cordura, chicos.
-Oh, ¿maldición era necesario?- mis manos comenzaron a temblar, solté el Kar tirándolo lejos en un rincón de la sala; mi respiración comenzó a acelerarse, a pesar de que el calor en el recinto era nulo, las gotas de sudor comenzaban a bajar lentamente por mi rostro. -¿Qué demonios sucedió aquí?… ¿a qué mierda nos enviaron a este lugar?... ¿estaba haciendo tan mal mis labores, esto es una mala broma acaso?- comencé a gritarle al techo, buscando por una hipotética cámara escondida, en el fondo sabía que no era una broma y que no nos estaban grabando; pero lo que había sucedido en este lugar no parece ser obra por alguien con temor al karma o con el mínimo grado de compasión en su corazón.
-Tenemos que irnos de aquí, no puedo seguir con este tipo de sorpresas, en serio, quiero salir de aquí, quiero salir de aquí- caigo de rodillas sujetando mi cabeza con ambas manos.
Motivo: Loca por poquitos
Tirada: 1d10
Dificultad: 4-
Resultado: 7 (Fracaso)