Partida Rol por web

Brochard sintió como la caída se paraba en seco, con un fuerte tirón que casi le disloca el brazo. La fuerte caída se había visto frenada, aún sin saber muy bien como. Pudo sentir cómo algo le agarraba. Fue entonces cuando escuchó la voz de Ford.

Sin dudarlo un instante, se recompuso y asió los peldaños de nuevo, agarrándose con fuerza para que la situación no se repitiera. Dió una bocanada de aire helado, en un suspiro casi interminable. Había estado a punto de morir, y arrastrar consigo a todos los que bajaban a pocos metros de él.

- ¡Te debo una Ford... vaya que si te la debo!

Sin embargo, la situación no se había calmado. Bajo ellos Scart, Bright, Hasan y Langley habían tenido que sentir primero la sacudida de McQueen, y luego la suya propia. Esperaba que su torpeza no costara una vida...

Al momento del cierre de la escotilla, todo quedo en penumbra hasta que las luces de las linternas y demás objetos luminosos hicieron uno a uno aparición; repentinamente el túnel comenzó a moverse, como si una bestia se estremeciera al sentir que se está atorando, y nosotros éramos eso que lo atora en su garganta.

Algunos perdieron el equilibrio, solo cerré mis ojos y me aferre lo más fuerte que pude a las escaleras, -vamos, ¿en serio, casi no puedo resistir mi peso con mi pié en éste estado y te sacudes ahora?- poco a poco todo fue calmándose y volviendo a la normalidad, era una señal para que siguiéramos descendiendo pero debíamos apurar el paso u otra replica nos tomaría de nuevo por sorpresa.

Cuando Brochard consiguió sujetarse de nuevo, le miré con una sonrisa a penas visible-De nada amigo, ésta ratonera es muy traicionera, casi caigo yo también- aseguré tragando saliva. ¿Y si hubiera sido yo el que cayera por el conducto arrastrando a los demás? Jamás me lo perdonaría, aunque pensándolo bien, poco iba a durarme ese sentimiento pues seguramente todos acabaríamos muertos.

-¡Continuemos bajando quiero salir de éste maldito agujero ya mismo, me siento como un ratón de laboratorio aquí metido!-gruñí mientras retomaba el descenso.

M-Mierda... 

Comentó Vicky al sentir la presión de los demás cuerpos que hizo que su pie derecho se moviese desiquilibrándola, sin embargo, tras mantener la calma y mirar a la piloto, colocó el pie en su lo que esperaba fuese su debido sitio y... no encontró nada.

¡JODEEEER! 

Vicky empezó a caer, pensando en que no debía haber bebido y que quizás eso le estaba pasando factura. Era lo que le pasaba por ser alcohólica. 

Ahora ya no dependía de ella.

McQueen soltó un bufido de alivio. Brochard había tenido la misma suerte

-Buen trabajo señor Ford. El personal de abajo ¿todo bien?. Por una vez estaré de acuerdo con Ford, salgamos de este maldito conducto cuanto antes, ¡a moverse! pero con cuidado

Victoria se le vino encima en cuanto la zona tembló, al igual que le pareció que ocurría más arriba con alguien más, y Thalassa se preparó para el golpe. El cuerpo de Victoria cayó entre ella y la escalera y en cuanto la sintió, Thalassa se apretó todavía más contra la estructura, deteniendo la caída de la asesora y también, la suya propia, hasta que el temblor cesó.

Cuando Victoria se giró hacia ella para agradecérselo, Thalassa la miró a los ojos.

-Por poco no lo contamos. Aquí parece que se puede morir de cien formas diferentes. En fin, sigamos.

Thalassa continuó su descenso, mirando cada peldaño antes de poner el pie. Su vida dependía de ello.

La sacudida fue fortísima y Lannister no pudo sujetarse a tiempo. Mientras Thalassa intentaba no caer ella y salvar a Vicky, Lannister descubrió demasiado tarde que no tenía a nadie que lo pudiese agarrar y cayó al vacío sin remisión, sin darle apenas tiempo a gritar de dolor.

Su cuerpo golpeó media docena de veces contra las escalerillas y el muro, y su cuerpo sufrió, además de contusiones, fracturas múltiples. Cuando llegó al suelo, cual saco lleno de patatas, su cuello estaba roto.

El descenso continuó durante otros eternos quince minutos, hasta que finalmente, Thalassa puso pie en el suelo, respirando tranquila. La oscuridad había vuelto a envolver la zona (las bengalas se consumen), así que sacó una la encendió. Después, ayudó a Victoria a terminar de bajar y poco a poco, a los demás según fueron llegando, hasta que finalmente, todos estuvieron en el suelo, incluyendo Henricks y su pierna rota, el cual sorprendentemente había logrado llegar sin contratiempos, y rodeando el cuerpo muerto, roto y retorcido de Lannister y las mochilas que habían arrojado.

No habían ni pasado dos segundos cuando de nuevo, todo tembló, pero esta vez, mucho peor que antes. Cuando miraron hacia arriba, el conducto empezó a aplastarse y montones de fragmentos del muro se desprendieron, cayendo con fuerza.

Todos se quitaron rápidamente y poco a poco, una gran cantidad de restos, grandes rocas irregulares, y restos metálicos, se fueron acumulando sobre el cuerpo de Lannister, que no había dado tiempo a retirar. 

Para cuando todo hubo terminado, y el grupo se acercó a mirar, los escombros alcanzaban medio metro y el conducto por donde habían entrado, estaba completamente inservible. No podrían volver a usarlo para salir de allí.

Estaban atrapados.