Partida Rol por web

Para tu desgracia, la tienda estaba ya lo suficientemente saqueada como para que puedas sacar algo útil de la misma. La última en entrar ha sido Hannah, por lo que poco habrá dejado allí que no sea de utilidad. 

Si, hermanito. Un buen pitillo me vendría muy bien- mientras se aleja, Merle observa a la chica de arriba abajo- ¿y bien? ¿cual es tu historia, monada?

-No te preocupes por lo del combustible. Yo tengo un tubo para eso.-le digo al medio chungo (voy a distinguirlos como medio chungo y chungo entero, sí) antes de que se meta en la gasolinera.

En vistas de que me huelo que hay que traspasar mi combustible a su depósito (mi coche no es el más nuevo, pero consume más de lo que querría o es la ilusión que a mí me ha dado los últimos kilómetros), vuelvo a meterme en el coche para girarlo un poco y acercarlo al de ellos para que alcance mi tubo.
Luego lo saco del maletero y abro ambos depósitos para ponerme a ello. No me gusta tener que ponerme de rodillas y poner los labios alrededor de un tubo de goma, pero es lo que hay...

Pero no ayuda que me llame monada, no. Que vuelva el otro, ¡socorro!
-¿Mi historia?-¿en serio me está preguntando esto? Me encojo de hombros, porque no me apetece demasiado extenderme con eso.-Imagino que la de todos; un día desperté y el mundo se había ido al garete. Estuvimos unos días atrincherados en un motel hasta que aquello no aguantó y tocó pisar el acelerador otra vez. Y entonces empecé a oír los anuncios en la radio del refugio en Atlanta.-ahora sí, me llevo el tubo a la boca y succiono para sacar la gasolina que me quedaba.

Merle te observa mientras chupas el tubo para que salga la gasolina... desde luego, sus pensamientos están concentrados en tu postura, aunque desde luego ese tubo desaparece de sus ensoñaciones por otro mas interesante, al menos desde su perspectiva.

Ya- responde, aún con la mirada puesta en ti- una historia como otra cualquiera- aparta su mirada y se dirige a donde se encuentra su hermano, aún en la tienda- aunque lo mas seguro es que Atlanta también se haya ido a tomar por culo, supongo que será el destino de todos los que hayan sobrevivido. Quizás encontremos allí algo útil.

¡¡EY, DARYL, MUEVE TU PUTO CULO Y SAL YA DE ALLI!! Dudo mucho que encuentres algo útil que no haya cogido la monada de aqui al lado.

Daryl había acabado de registrar lo poco que había cuando la voz de su hermano le desconcentró. La chica que ahora les acompañaba había dejado un paquete de chicles olvidado. Lo abrió y se metió uno en la boca mientras salía de la tienda dirección al coche.

- No quedaba una mierda ahí dentro, salvo estos chicles rancios - dijo ofreciendo - Atlanta no está demasiado lejos, deberíamos salir antes de que empiece a oscurecer y no tengamos tiempo de buscar un refugio.

Meto el tubo en el depósito de su coche cuando siento el olor de la gasolina, medio segundo antes de sentirla en mis labios, y escupo en el suelo un par de veces.

-¿Alguien se encarga de esto mientras pongo mis cosas en vuestro coche?-les pido para que sostengan el tubo. Con la salida atropellada del motel apenas me dio para coger mucho; mis maletas se quedaron ahí, y sólo pude traerme la mochila donde llevaba mis efectos personales y las mudas de ropa interior que no me habían cabido en las maletas. Así, sólo tengo que echarme la mochila a la espalda y pillar las bolsas de plástico en las que llevaba mi pequeña colección de provisiones.

-¿Cómo tengo que llamaros?-si voy a viajar con esta gente, tengo que llamarles de alguna forma. Ni que sea para cagarme en sus muertos si me atracan.

Daryl decidió sostener el tubo de la gasolina mientras la chica recogía sus cosas. Era un poco extraña, no cabía duda, pero ellos no eran precisamente los hermanos mas normales del mundo.

- Me llamo Daryl y... este - dijo señalándole con el dedo - es el paciente de mi hermano Merle.

Saco una chocolatina de la bolsa para darle un mordisco y quitarme el mal sabor de boca del plástico y la gasolina, pero al haberme comido una ya antes, no me apetece más allá de eso. Y el chocolate no es todo lo dulce que podría ser.

-Yo soy Hannah.-me presento, que es lo justo, y les tiendo el resto de la chocolatina.-¿Alguien la quiere? Tengo alguna más; estaba todas en la gasolinera, pero el chocolate está algo rancio.

- Prefiero acostumbrarme a comer poco, nunca se sabe cuando no encontraremos nada. - dijo rehusando la invitación. Parecía que el ambiente estaba mas tranquilo, quizás pudiera ser así a partir de entonces. Miró a Merle... "aunque lo dudo"

Merle se dirige hacia el maletero de su coche de donde saca dos pequeños recipientes. 

Aquí podrás poner la gasolina- dice mientras deja ambos al lado del tubo- y guarda la comida para mas tarde. Es mejor racionalizar. Todavía quedan unos cuantos kilómetros que recorren. Aunque creo que de gasolina vamos sobrados.

Joder, hasta igual tenemos suerte y llegamos bien. Con chica y todo- ríe al pronunciar sus últimas palabras.

Encojo los hombros y envuelvo bien la chocolatina en su envoltorio para guardármela en el bolsillo de la cazadora. Yo me he estado comiendo lo que me he encontrado si tenía hambre (puede que por eso es que me quedaba pronto sin comida) sin ningún cuidado, porque odio pasar hambre y porque estando sola eso de racionar no me va nada.

Merle me da mucho miedo. Ya lo he decidido.

-No confío mucho en que las cosas estén mejor en Atlanta, pero es a donde se estarán dirigiendo los supervivientes que queden. Y seguro que por el camino encontraremos a los que no hayan podido llegar, quizá con las provisiones intactas.-comento, esperando a que termine de salir toda la gasolina de mi coche.-Intento ser positiva.-bueno, por mí misma no lo soy tanto. Pero si Merle me da miedo a mí le daría miedo a cualquiera, ¿no?

Eso puede ser...- dice Merle ante las palabras de Hannah- en cualquier caso, tampoco somos una ONG. Pensemos en nosotros antes que el resto.

El recipiente poco a poco se llena, y Merle hace el cambio con el otro. Tras un buen rato en silencio este acaba también por llenarse- esto ya esta. Habrá que largarse de aquí.

Daryl terminó con la gasolina, echo lo que sobraba en los recipientes y los echó al maletero. Después se subió al coche sin decir nada más, el hablar les retrasaría .. y tenían tiempo de hacerlo en el coche. 

Vale, había llegado el momento de partir...Me subo en el coche, en la parte de atrás con la mochila en el regazo y al lado de la ventanilla.

Todavía no sé si he tenido suerte o no; sólo sé que ahí atrás se queda el coche en el que he pasado tantas horas de soledad. Con el CD Mix de Pitbull. Obviamente he pasado de llevármelo.

Merle se monta y pone en marcha el coche.

Bien chicos, por la autopista del infierno, rumbo a nuestro nuevo hogar. Jajajaaja- rie mientras acelera con fuerza el vehículo. La marcha continúa, todos juntos, para bien o para mal, hacia Atlanta.