Partida Rol por web

Habían pasado dos semanas, dos largas semanas desde que llegasteis aquí. Unos tenían esperanza en este destino, puesto que consideraban que en Atlanta la cosa sería mejor para vosotros. Se equivocaron, desde luego. A otros, que no esperaban nada de la ciudad, no se decepcionaron al ver que tenían razón, aunque, en sus fuero interno, hubiesen preferido otra cosa.

Sin embargo, de las malas situaciones se saca siempre algo bueno, o al menos eso os reconfortaba. La unión hace la fuerza, por lo que os unisteis con otros supervivientes haciendo un pequeño campamento a las fuerzas de Atlanta. A pesar de que la ciudad era una grandísima mierda, esperabais que, dado los mensajes que os habían llevado hasta allí, alguna fuerza de seguridad nacional vendría en vuestra ayuda. 

Y ahí estabais, organizando lo que sería la entrada de nuevo en la ciudad. La razón era simple: necesitabais algo de comida, dado que no habíais logrado cazar nada durante varios días. Lo poco que teníais se os iba a acabar dentro de poco. 

Kevin apareció de entre los arboles acercandose hacia la caravana maldiciendo entre dientes su perra suerte. Había ido al bosque bien temprano a ver si cazaba algo, pero para variar volvía con las manos vacías.

No es que fuese una novedad, ya que nada les había salido como esperaban. Al llegar a Atlanta no había ningún campamento de refugiados, solo caos o muerte, y por supuesto no encontraron ninguna pista del paradero de su hija. Por suerte, habían dado por casualidad con la caravana donde el anciano Dale, las dos jóvenes hermanas y el muchacho asiático estaban a cubierto a las afueras de la urbe. En los días posteriores el campamento había ido creciendo a medida en que mas y mas supervivientes dieron con el grupo.

La verdad es que aun estaba calibrando si eso era algo bueno o malo...

Ajustándose el rifle puso mejor cara a medida que se acercaba al resto de gente que rondaba por el campamento. No tenia ningún sentido preocupar al resto mas de la cuenta y en nada ayudaría su mal estado de animo.

Vio que Earlene ya estaba despierta y se encontraba al lado de la tienda ordenando sus cosas. En esa ocasión no le costo mostrar una sonrisa abierta. Lo único bueno de todo aquel desastre es que al parecer su ex-mujer y él estaban arreglando las cosas. No era como en sus mejores años, pero al menos no se tiraban los trastos a la cabeza nada mas verse.

Rascándose la molesta barba que había comenzado a salirle en los últimos días saludo parándose al lado.

-  Buenos días.- 

- Hannah, Glenn - voy nombrando -, Daryl y Merle; vosotros venís conmigo a la ciudad. Los demás os quedareis aquí guardando el campamento. Creo que estareis bastantes seguros pero espero que podais defender el campamento en caso de que haya problemas - ahora señalo la caravana y miro a Dale - Supongo que no tendrás problemas en seguir haciendo guardias ahí arriba - planto las manos encima de la mesa que hemos improvisado con unas maderas y paso la mirada por todo el mundo que me acompaña - ¿Algo que aportar? ¿Alguien que quiera venir? ¿Alguien que no quiera? Etc, etc, etc... Este sería un buen momento para escuchar ideas y otras cosas así que adelante - les invito a hablar.

Entonces veo cómo aparece a lo lejos el taxista.

- ¡Eh, tú! - le llamo - ¿Dónde coño estabas? Se supone que había reunión para la excursión a la ciudad. Aunque si te importa una mierda, siempre puedes seguir a lo tuyo... - murmuro.

Aún estaba un tanto dormida, pero Shane había dicho reunión, y reunión había que tener aunque yo no me hubiera lavado la cara y tuviera que sacarme las legañas con las uñas.
Las provisiones se nos estaban acabando, lo que me implicaba a mí estar pasando hambre, reafirmando mi teoría de que la racionalización de la comida es la puta peor idea de la humanidad; ¡el cuerpo lo pasa mucho peor cuando prueba un bocadito de algo y no vuelves a darle más en todo el día! Mi estómago me apoya gruñiendo un poco, justo cuando oigo mi nombre y levanto la mirada de la punta de mis botas.

-¿Eh, yo?-parpadeo, frunciendo el cejo. Casi me estaba esperando que salieran los hombres a cazar y yo tuviera que ponerme a rascar gusanos de entre las cortezas de los árboles con una ramita.-Bueno, suena a buen plan; los rifles harán más servicio en el campamento. Yo me apunto.-miro a mis acompañantes hasta este campamento, Daryl y Merle. En Daryl había empezado a confiar bastante más, pero porque Merle me estaba pareciendo bastante más inestable a cada día que pasaba. Pero si viene Daryl, creo que Merle estará más controlado, y son los dos lo bastante bestias como para que sean útiles en la ciudad, estando como estaba.

Kevin se giró hacía el tipo frunciendo el ceño.

Era muy malo para los nombres pero si no recordaba mal su nombre era Shane. Su aire de autoridad egocentrica no le había gustado ni un pelo desde que había llegado al campamento, pero daba la impresión de que los demás lo seguían como perritos ya que al parecer era policía. Como si eso supusiese una diferencia en aquellos tiempos o le preparase a uno para ser el líder de nadie...

-   No e ido a besar flores al campo si es lo que te preocupa.- Le respondió con una sonrisa irónica intentando rebajar el tono de la conversación.- Me e levantado pronto y e ido a ver si conseguía cazar algo para poder llevarnos algo a la boca.-

Ajustándose de nuevo el rifle a la espalda se aproximó al grupo.

-   Y no.- Prosiguió una vez ya estaba a su altura.- No es que me importe una mierda. De echo es una de mis preocupaciones principales, pero creo que hay que aprovechar cualquier ocasión de poder aportar alimentos al grupo.-

Mirando al resto les saludó con la cabeza.

-   Si hay sitio para uno mas quiero bajar a la ciudad.-

Ey, ey... si vamos a bajar a la ciudad no conviene ir un grupo tan numeroso- dice Merle- es de sentido común: a mas hombres, mas ruido, y a mas ruido, mas probabilidad de que vengan esos caminantes a por nosotros. Conmigo, mi hermano, el chino y el poli es mas que suficiente. El resto os podéis quedar haciendo labores de hogar y protegiendo el refugio. 

Saludo a Kevin con un toque de cabeza cuando se acerca; al menos estaba intentando cazar, y no de paseo. Pero Merle siempre sabe hacer el papel de capullo cuando nadie lo está siendo; gracias, Merle.

-¿Quieres que me quede cocinando, tío?-alzo una ceja.-Que pena que no tenga nada que cocinarte...

- Podemos hacer dos grupos - le respondo a Merle - Cuanta mas gente, mas ojos para ver zombies y mas espaldas para cargar comida - alzo las cejas - Si viene el taxista seremos seis - sigo contando a Hannah - Podemos ir tres y tres. Si falla un grupo siempre quedará el otro - ahora señalo a Hannah cuando la escucho - No quiero discusiones así que ahorraros las puñaladas - advierto.

-Eh, yo estaba colaborando pacíficamente hasta que me han degradado a ama de casa...-murmuro y me encojo un poco ante la regañina, volviendo a rascarme los ojos para despejarme. Puto Merle, de verdad, no le aguanto cuando se pone en modo neonazi.

Dos grupos de tres personas...- Merle sopesa esa opción- puede ser buena idea. Puede ser una muy buena idea- mira a Hannah- tranquila, cuando traigamos algo de comer podrás cocinarme algo rico- sonríe- ¿como hacemos los grupos, poli? yo abogo por la monada, mi hermano y yo uno, y el taxista, el chino y tu en otro. Eso si, necesitaremos armamento. 

- No necesitamos tanto armamento - respondo - La cosa sería no hacer ruido así que procurad no disparar a no ser que sea estrictamente necesario. Yo mismo uso la culata de mi escopeta para darles golpes así que...usad vuestra imaginación - sopeso los dos grupos que ha dicho y miro un momento a Hannah. Se supone que ella estaba sola con ellos antes de juntarnos, aún así me pregunto si estará cómoda con ellos - Eh - llamo al taxista - ¿De dónde vienes tú?

Mi pregunta tiene bastante sentido; el chino conoce muy bien la ciudad porque era repartidor de pizzas. Si el taxista la conoce igual de bien, debería ir él en el otro grupo, para asegurarnos de que ninguno nos quedamos desorientados.

Kevin torció levemente el gesto ante el comentario de aquel redneck, pero por suerte Hannah le ahorro el tener que responderle a ese capullo.

Shane claudicó a su favor, aunque el ya había decidido ir si o si con el grupo. Tenia una responsabilidad para con su hija y no permitiría que nadie le impidiese cumplir con ella. Al menos tenia que reconocerle que tenia razón en cuanto a que no se podían permitir las distensiones en momentos como aquellos. Durante la guerra del golfo había aprendido que cualquier disputa podía distraer a la unidad y hacerles caer en medio de una trampa. Y una ciudad repleta de caminantes era una expectativa irónicamente similar a una ciudad repleta de insurgentes.

-   De acuerdo.- Respondió simplemente.

Le parecía perfecto separarse en dos grupos pequeños, así expandirían su radio de búsqueda. Solo esperaba que no le tocase con ese gilipollas llamado Merle. Por suerte el mismo había dado una solución que le permitía no estar en su grupo así que solo le quedaba lamentarlo por la pobre chica que tendría que aguantar a aquel par.

-   No soy de aquí.- Respondió a la pregunta del policía.- Soy de Milton. Una ciudad a mas de medio día de viaje.-

- Muy bien, entonces los grupos están hechos - sentencio y miro un momento a Hannah, semi-disculpándome con la mirada por hacerla ir con Merle. Pero tampoco tengo otra alternativa.

Atlanta: supuestamente aquí podíamos encontrar alguna esperanza. No lo sabíamos, nadie sabía mucho de nada en estos días pero al menos ya no estábamos solos. Habíamos encontrado un grupo bastante grande de gente como nosotros, de sobrevivientes, con los que podíamos intentar vivir nuevamente en un mundo donde dicha palabra ha perdido su significado.

Aún extrañaba a Rick, demasiado. Pero ahora no estaba sola, aunque no entendí bien cómo se dieron las cosas la verdad es que se dieron. Shane y yo habíamos compartido demasiado juntos, pero lo manteníamos en secreto. Era mejor así, sobre todo porque Carl aún no sabía nada.

No era fácil vivir así, los secretos no son buenos, pero tampoco tenía claro cómo decirlo. Ni siquiera era el momento: ahora había que cuidarnos entre nosotros, prevenirnos de los caminantes. Había que sobrevivir.

Siempre...

Ahora Shane estaba organizando a un grupo para ir de expedición por la ciudad. Estábamos cerca en un campamento armado de forma improvisada. Los grupos ya se habían formado y no iba a ir en ellos, tenía que cuidar a Carl, después de todo era el único padre que le quedaba vivo, algo que por ahora seguiría sin informarle.

-Tengan cuidado -les dije a todos con la mirada preocupada pero con la alegría de saber que estaban en buenas manos.

Daryl había permanecido al margen todo el tiempo. Estaba algo apartado, intentando convertir un palo en una lanza improvisada. Había arrancado una rama gorda de un árbol, la había intentado afilar con uno de los cuchillos con los que contaban y le estaba dando forma. Estaba de acuerdo en lo de no usar las pistolas, los caminantes acudían al ruido como abejas a la miel, pero aquella gente no dudaría en disparar en cuanto vieran al primer monstruito.

En esto vio al taxista orondo llegar. Otra vez venía de "cazar" , algo que a él se le daba bastante bien. No entendía como pretendía cazar algo aquel hombre sin armas, ya que no podían usar los rifles para ello, tendrían que buscar material alternativo o, como en su caso, intentar fabricarlo.

La conversación de los grupos y demás no le interesaba demasiado, sabía moverse y no necesitaba que le cubrieran al espalda. Aquel policía era como todos, autoritario y engreído. Pero mantenía a la gente ocupada y lejos de él. No estaba allí para consolar a nadie ni para servir de desahogo, eso no era lo suyo.

- Salgamos de una maldita vez. Y que nadie use las jodidas pistolas a no ser que no quede mas remedio - escupió en el suelo agriamente - Sería como tatuarnos en el culo: comida para zombies.

Glenn y el resto de miembros de la caravana habían llegado a Atlanta de los primeros, pero al ver la situación de la ciudad tuvieron que montar un pequeño campamento improvisado en las afueras. A él muchas veces le tocaba dormir al raso ya que en la caravana no había espacio para todos. Esos días se preguntaba porqué tenía que haberse comprado esa moto... En las ultimas semanas habían llegado varias personas. Un poli con una mujer y un niño, dos hombres y una mujer que estaban siempre peleando se, un taxista y su familia y otra familia, que fueron los últimos en llegar.

Después de tantas semanas ya no tenían donde cazar, y esa misma mañana habían hablado de hacer una reunión para ver que hacían.

Glenn se puso justo al lado de la mesa improvisada de madera escuchando atentamente todo lo que decían. Hasta el momento, estaba de acuerdo en todo, una entrada rápida y sin ruido, su especialidad.

Por mi de acuerdo con los grupos, pero estaría bien que los dos llevasen armas de fuego, en un caso extremo, y armas caseras de cualquier tipo. -dijo mientras se quitaba la gorra y se rascaba la cabeza. -Yo por ejemplo no tengo nada para defenderme, aunque sean garrotes, tendríamos que llevar alguna cosa...

-Podríamos llevarnos alguna de las palas, si no van a necesitarlas aquí.-propongo ante lo de las armas más "silenciosas".-Yo por mi parte contaba con encontrar cualquier objeto contundente entre toda la basura de la ciudad. Una palanca también podría sernos de utilidad.

T-dog se acerca hacia vosotros, con un buen puñado de mochilas en sus manos.

Esto os podrá servir para recoger la comida- os dice mientras las deja en el suelo- por otro lado, si podéis encontrar mas armas sería digno de agradecer. La comida es prioritaria, lo se, pero solo si no os veis muy desbordados intentad encontrar armas. Puede que nos sirvan para el futuro.

En cuanto a las palas, habla con Jim. Creo que estaba usando una para no se que cosa extraña suya.