Partida Rol por web

- Buenos dias a todos - dijo Jorge con una sonrisa de oreja a oreja. Desde luego su humor habia cambiado debido al descanso y a su descubrimiento. Era hora de ser positivo y de buscar soluciones y se encontraba a plena potencia para hacerlo. La herida apenas le molestaba con la adrenalina rebosando.

- Parece que tendremos que ir a tierra para saber que cojones ha pasado. No se vosotros pero yo estoy harto de especular con toda esta situacion. Si hay helicopteros militares tiene que haber soldados que nos expliquen que maldita cosa ha pasado. ¿Alguien sabe como pilotar esto? - Dicho lo cual se fue a cubierta dejando que el sol le iluminara la cara. Aquel podria ser un buen dia en el que se solucionara todo.

Ana durmió poco aquella noche, las pesadillas y los recuerdos de los días anteriores no le dejaron conciliar el sueño más que unas pocas horas. Con las primeras luces del día se levantó del sofá en el que había pasado la noche y salio a cubierta.

Sin duda alguna no estaba tan animada como Jorge, el cual parecía haberse recuperado rápidamente de sus heridas. Sí... deberiamos volver a tierra, aquí no podemos pasar muchos días más... dijo tras el comentario de éste. La idea no le gustaba mucho, quién sabe lo que encontrarían al llegar, pero no tenían otra opción.

- Tambien estoy de acuerdo, no podemos estar aqui siempre pero si parece un buen refugio.... podriamos buscar combustible para el barco... por si las cosas estan muy mal tener un sitio donde dormir seguro.- Les digo sin mirar a nadie en concreto. La noche no a sido demasiado agradable, he dormido mal pero he dormido....

Roque se despertó con el intenso sol de la mañana al escuchar al Jorge hablar con tanto júbilo, se levantó y estiro la espalda, había dormido como un tronco y el sitio no era muy cómodo.

Al escuchar el comentario de Julia, replicó… -¿piensas quedarte a vivir en este barco?- …luego se acerco a la borda mirando al horizonte, intentando vislumbrar la costa mientras susurraba… -no he dicho nada malo… no empieces tan temprano-

Luego se fue hacia donde estaba el timón, busco la bocina del barco y la accionó para despertar a todos… -¡¡vamos, tenemos que aprovechar el sol para movernos!!,  ¿o preferís buscar ayuda en tierra de noche? ...gritó mientras intentaba averiguar cómo funcionaba el barco… -¡¡¿alguien sabe manejar este maldito trasto?!! …volvió a gritar.

- Lo creo mas seguro por el momento. Al menos para dormir alejados de la costa y la tierra, me parece lo mas aceptable por el momento pero antes de tomar una decision deberiamos ver como estan las cosas en la ciudad.

- Yo también creo que lo mejor sería ir a tierra a ver qué está pasando. Obviamente no nos podemos quedar aquí sin apenas combustible. Aparte... las incertidumbres no me gustan. Prefiero mil veces saber qué está pasando en tierra antes que quedarme aquí comiéndome la cabeza con todo este asunto del virus - dijo Aarón moviéndose hacia el panel de mandos.- Opto por ir a tierra y, al mismo tiempo que intentamos enterarnos de qué está ocurriendo en el mundo, recoger algo de combustible por si tuviésemos que salir pitando de allí.

Miró a Roque y a Diana.

- ¿Quién tiene la llave?

- Bien, bien, bien, bien - dijo repetidamente Cobos. - Pues entonces vayamos a tierra...yo tengo una reunión a la que acudir. Seguía pensando que el mundo continuaba su rumbo y que aquella situación duraría poco. Por mucho que dijera Diana la infección no era más que una situación pasajera y las autoridades pondrían de nuevo todo en su sitio. Mientras tanto debían mantener la cabeza fría. La euforia se había apoderado de él y mientras todos discutían sobre qué hacer o qué no hacer se fue al servicio. Aquello era el paraiso y él era el puto amo de la fiesta. El picor del costado no lo iba a detener.

En el servicio Jorge echó el pestillo y sacó la bolsa de cocaina del bolsillo. Era buena, muy buena aunque estuviese cortada. Debía de haber, al menos, cien gramos de producto. Con aquello Cobos podía tirar varios meses sin cometer excesos. Era la hostia, su suerte había cambiado. Cogió un trozo de cartón que había encontrado en el barco y con la punta sacó una buena cantidad de polvo. Lo puso en la encimera del lavabo y lo extendió en forma de raya. No tenía billetes para hacerse el canutillo por lo que decidió que se la metería a la vieja usanza. Se mojó el dedo con saliva y lo puso sobre la cocaina. Los trozitos se quedaron pegados en su dedo y poco a poco los fue esnifando por la nariz. Cuando terminó guardó la bolsa en su bolsillo se miró la nariz para que no quedara ningún resquicio en los orificios y quitó el pestillo. Salió de allí pensando que la toda aquella tragedia no era más que un mal momento pasajero.

¿Que llave?.- pregunto Diana levantando la ceja, no recordaba haber cogido o tener ninguna...

Despues desvio la atencion a Jorge... tan patan como siempre.- Usted no deberia ni levantarse, su herida aun no esta cerrada ¿Recuerda? No puede ir por ahi, cuando no sabemos que esta pasando en tierra, con una herida asi. Seria arriesgado y temerario, no solo para usted. Si hay mas infectados en la ciudad y su herida se abre de nuevo seria un lastre para los demas. Repecto a su reunion creo que tiene suficiente justificacion para no acudir.

Vaya, miss simpatía volvía por sus fueros. - No te preocupes por mi, querida. El buen samaritano cuida de mi y de no ser así tu compinche y tu podeis tirar mi cuerpo al mar. Pero, al menos, esperad a que esté muerto. - Cobos se sentía fuerte rodeado de aquella gente. ya no estaba a solas con la beata y con el viejo loco. Lo único que deseaba era perder de vista a aquella mujer desquiciada. Se palpó la herida y vio que aun estaba cerrada.

- Lo unico que impide que no le tire ahora mismo por la borda es que me enseñaron a no ensuciar el mar arrojando porqueria.- Gruño a Jorge, estaba mas que arta de el y eso habia sido un golpe muy bajo, incluso para el. Se sintio estupida de haberse preocupado por un idiota  semejante y se aparto para no tener que soportarlo.

Me daban ganas de soltarle un buen puñetazo en plena cara pero eso no ayudaria en nada. Salio del camarote alejandose de Jorge y de la tentacion de golpearle.

Al final tomáis la decisión de llegar a tierra firme. La costa no parece demasiado lejos, aunque desde vuestro punto no conseguís localizar ningún puerto, y dado el poco combustible que queda en el barco decidís que lo mejor es ir en linea recta e intentar acercaros lo máximo. A medida que avanzáis hacia la costa, os dais cuenta de lo acertada de vuestra decisión, pues cuando empezáis a estar cerca de la playa, el yate va perdiendo velocidad hasta quedarse totalmente parado, a uno cien metros de la costa.

Delante vuestro tenéis una playa, que parece la típica playa turística, lo que no parece haber nadie, cosa extraña ya que el día ha empezado caluroso y soleado. Detrás de esa playa veis un paseo marítimo de un pueblo, de casas bajas y no demasiado grande. Aunque no sabéis aún con exactitud la zona en la que estáis, será uno de los muchos pueblos costeros y turísticos de la costa catalana.

Aunque aún estáis algo lejos, no parece que haya demasiada actividad en el pueblo tampoco, una extraña calma y quietud asola todo este paraje.

Finalmente vuestro yate se detiene, sin combustible, así que echáis el ancla para que la marea no os aleje demasiado. La distancia hasta la playa es fácilmente salvable, aunque obviamente tendríais que mojaros, ya que los anteriores dueños de la embarcación no tuvieron en cuenta la posibilidad de llevar consigo una barca extra para estos viajes hasta la costa.

Diana miro a los presentes.- ¿Bajaremos todos o se quedara alguien al cuidado del barco?.- pregunto.-Lo logico es que fuera un pequeño grupo a explorar... si no hay peligro que bajara el resto. Si lo prefieren ir todos juntos aunque no abogo por un gran grupo de gente acatare la decision de la mayoria.

Intentó descansar lo mejor posible durante la noche para estar al 100% al día siguiente y, aunque le costó conciliar el sueño, logró descansar lo suficiente. Al día siguiente, junto a la ayuda de sus compañeros, puso de nuevo el yate en dirección a la playa, donde consiguieron llegar a duras penas. – Este yate sin combustible ya no nos sirve de nada y, por mi parte, ya llevo bastante tiempo en el mar. Creo que deberíamos ir todos, es tontería que alguien se quede esperando, no sé si realmente volveremos a por él. Luego ya en tierra veremos cómo continuar. – respondió a las palabras de Diana.

- Bueno, vamos, ¿no? – esta vez ni se quitó la camiseta al tirarse al agua, ¿para qué? Si no pensaba volver a la embarcación, y esperó a ver la reacción del resto, por si tuviera que ayudar a los heridos a llegar a la orilla.

Roque estaba contento por haber llegado a tierra y estaba impaciente por poner los pies sobre ella. Al escuchar a Samuel, exclamo… -¡¡Por fin alguien que dice las cosas claras!!-

Luego se acerco a la parte trasera del barco, por donde se podía descender al agua sin problemas… -Aquí parados, solo perdemos el tiempo, como bien a dicho este muchacho, deberíamos ir todos a tierra y ver cómo está el tema, luego ya veremos lo que hacemos-

Sin pensar si quiera en la cartera que estaba en el pantalón, se lanzo al agua y empezó a nadar hacia la orilla.

Cobos pensó durante un momento en las dos opciones. Por un lado tenía la que decían Samuel y el viejo: bajar y patearse la playa y después la ciudad para buscar ayuda. Si tenían razón todos ellos y había gente peligrosa podrían tener problemas. Por otro lado estaba el quedarse en el barco. Eso suponía comida basura, mucho alcohol y lo que había encontrado en los armarios. Todo para su propio disfrute. Además estaban mar adentro por lo que no corría riesgo alguno. Solo tenía que adentrase un poco más en el mar y disfrutaría de un pequeño crucero con barra libre. Lo malo de esta última opción es que el no sabía manejar aquel yate y podría acabar perdido en el mar y eso significaba la muerte. También podía ser que esa gente no encontrara a nadie y se quedase allí solo varios días hasta que no tuviera más remedio que buscarse la vida en búsqueda de ayuda...el solo. Así que decidió ir con ellos. Poer antes dijo: - Esperad un momento. Si vamos todos para qué vamos a dejar el barco a su suerte en el mar. Hagamos que se ancle en la arena de la playa. Así, al menos, no nos mojamos más. Eso no es bueno para mi herida. - Dijo señalándose la misma. Aunque en realidad lo que le importaba era que aquello que había conseguido no se mojara.

Estoy con Samuel. Dijó Ana tras las palabras de sus compañeros. En este barco apenas queda comida y ya no tiene combustible, aunque algunos de nosotros nos quedaramos aquí, tarde o temprano tendríamos que nadar hasta tierra en busca de ayuda... Además, si en tierra hay algún tipo de peligro es mejor que vayamos todos juntos para defendernos y no unos pocos solos... Ana no quería pensar en esto último, confiaba en que no pasara nada extraño, que la infección o lo que fuera estuviera controlada y pudieran volver a sus vidas.